Hace un corto tiempo, en uno de sus almuerzos, la vieja actriz devenida a comunicadora social, definió al actual gobierno, como una dictadura y a la presidenta como una dictadora.
Esta actitud ideológica merece algunas observaciones.
En primer lugar, es interesante observar como este exponente de la derecha más reaccionaria de la Argentina, ese sector social que avaló la dictadura genocida en nuestro país, que le dedicó a Videla, Agosti y Massera ríos de tinta y horas espacios radiales y televisivos para ponderarlos a ellos y a sus políticas de represión y genocidio, hoy salgan a querer ser los fiscales de la democracia.
En segundo lugar, debemos recordarles a los conservadores de derecha, que mientras el pueblo luchaba en las calles y entregaba vidas para conquistar un pequeño espacio de libertad en democracia, ellos se reunían con los genocidas en fiestas, les brindaban reportajes, los halagaban por sus “logros” en la lucha contra la “subversión” (léase asesinato impiadoso de miles de jóvenes idealistas que luchaban). En el caso de Mirta no es necesario fundamentar su postura ya que miles de horas de videos desde 1976 a 1984 muestran claramente su complicidad con el régimen de facto.
En tercer lugar y en esto radica el interés de esta entrada, hoy hay millones de personas que escuchan y ven Canal 13, y muchos de ellos a Mirta, y que o no han vivido el genocidio, no han podido evaluar el grado de aniquilamiento social que la dictadura significó, o simplemente no quieren pensar en ello.
Democracia y dictadura son palabras que se usan hasta el hartazgo en la vida cotidiana, pero no siempre reflexionamos sobre el real significado de las mismas, y mucho menos tenemos en cuenta que la democracia puede ser (como efectivamente lo fue) la delgada línea que separa la vida de la muerte.
Es por este conocimiento deficiente de los términos, y por lo poco que reflexionamos sobre su significado que la longeva almorzadora puede hablar con total impunidad de nuestra presidenta acusándola de dictadora.
Dudemos sobre el conocimiento que Mirta puede tener de lo que es una dictadura, ya que para ello en la década del 70´ Videla no constituía una dictadura (por lo menos su actitud de aquellos años abrazada y elogiando a la junta militar lo demuestran), ya que si bien es muy fácil encontrar un video de esta “señora” elogiando a los dictadores, será muy difícil hallar uno en el que denuncie a los gobernantes como dictadores y muy difícil escucharle decir la palabra dictadura antes de 1984.
En algún lugar hemos afirmado que la dictadura genocida de 1976/1984 ni comenzó en 1976 (hay antecedentes de crímenes, secuestros, terrorismo de estado durante el final del gobierno de Isabelita) ni fue una dictadura militar solamente, sino que el golpe de 1976 fue un golpe cívico-militar, es decir en el estuvieron involucrados y son tan culpables del genocidio, además de los militares miembros civiles “respetables” (empresarios, periodistas, comunicadores, educadores, sindicalistas, etc.) que se constituyeron en socios y sostenedores de la represión salvaje.
Mirta ocupó un lugar destacado entre los cómplices de la dictadura cívico-militar.
Pero seamos un poco escrupulosos y continuemos el análisis desde lo conceptual, dictadura es un término que tiene diferentes explicaciones. Por un lado se suele tomar la etimología como dicta (palabra) dura (forzada).
Una definición nos dice que el frecuentativo de decire es dictare es decir dictar al que se le agrega ura (resultado, actividad). Una dictadura es un dictado de un resultado o actividad.
Se la suele definir como una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador) o de una élite, por lo general suele ser un gobierno de facto, que se caracteriza por una ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya, y la independencia del gobierno respecto a la presencia o no de consentimiento por parte de o la totalidad de los gobernados, y la imposibilidad de que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder.
Vemos en la definición algunos elementos de la dictadura: a) es un gobierno auto elegido mediante una acción violenta (de facto), b) gobierna una persona (dictador) o una elite, c) no hay división de poderes, d) las libertades están conculcadas (no se puede decir o hacer nada sin la aprobación del dictador), e) no es admitida ninguna oposición.
Veamos ahora que se entiende por democracia. El término constituye una significación social imaginaria surgida en las ciudades estado griegas, y etimológicamente sería el gobierno del demos. Kratos (gobierno) demos (unidad territorial en la antigua Grecia), el demos era algo así como la circunscripción. O sea, era el gobierno de los integrantes del demos. En Grecia no todos eran ciudadanos, solo podían votar los ciudadanos (no votaban las mujeres, los metecos, los esclavos, etc.) De esta significación evolucionamos a la forma actual del concepto, que tiene reminiscencias de la revolución inglesa del siglo XVII y la francesa del siglo XVIII. Se la define como una forma de organización política que otorga el poder al conjunto de la sociedad.
En esta forma de gobierno las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legalidad o legitimidad a sus representantes. En la forma democrática la sociedad instituye la igualdad de todos sus miembros (en cuanto a derechos y deberes) y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia es una de las formas de gobierno definidas por Platón y Aristóteles que clasificaron a estas formas en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).
No todas las formas de gobierno democráticas son iguales. Hay democracias indirectas o representativas (como en la Argentina actual) en donde las decisiones son adoptadas por personas reconocidas por el pueblo como sus representantes. Hay democracias participativas que facilitan formas de decisión directa de los ciudadanos como el referéndum, el plebiscito y donde los mismos se asocian y organizan para ejercer una influencia directa en las decisiones públicas
Existe también una democracia directa en la que las decisiones son adoptadas directamente por los miembros del pueblo, mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular de leyes, concepto que incluye la democracia líquida.
Las diferentes formas de democracia no se excluyen unas a otras y podemos encontrarlas combinadas en diferentes países
Veamos ahora como se decide la adopción de una forma de gobierno y de organización social, Partimos del concepto que las formas de gobierno (superestructura) tienen una relación con las formas de organización social y de la producción (estructura e infraestructura).
En el capitalismo, desde la revolución francesa, la forma dominante de democracia ha sido la república representativa (aunque existen democracias representativas monárquicas como Suecia, Inglaterra, etc.).
En general existe un acto fundacional de la democracia liberal o representativa que han sido las revoluciones. En nuestro país la revolución de mayo y el proceso posterior hasta 1953 instauraron una república representativa. La organización del Estado se plasma en la constitución, la que en la república representativa se basa en la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Mientras que los dos primeros descansan en la soberanía popular, el tercero (judicial) constituye una rémora de los regímenes aristocráticos y sus miembros son vitalicios y no elegibles por la voluntad ciudadana (no los votan los ciudadanos, los eligen los representantes).
El resultado de este mecanismo es que en países como los latinoamericanos, que pasaron el siglo veinte en una sucesión de dictaduras y democracias representativas, una parte del poder judicial (como ocurre en Argentina) ni siquiera fue elegido por representantes del colectivo ciudadano, sino por las elites dictatoriales. Es por ello que la legitimidad de nuestro poder judicial es cuanto menos dudosa y en muchos casos más que impartir justicia, los jueces defienden los intereses de facciones de la burguesía.
La democracia también implica una serie de libertades civiles como la libertad de expresión, de reunión, de asociación, de tránsito, de comercio, de producción etc. Supone la defensa de la intimidad y la inviolabilidad de la morada.
En cualquier tipo de democracia, que merezca ese nombre, las personas no pueden ser ni detenidas ni hostigadas por sus maneras de pensar.
En democracias representativas más avanzadas (como por ejemplo el artículo 14 bis de nuestra constitución) se establecen los derechos sociales (derecho a un trabajo digno, a la cobertura de las necesidades básicas -educación, salud, vivienda-, etc.)
Ahora estimado lector, Ud. que está leyendo este artículo y que ha reflexionado sobre los conceptos de democracia y dictadura, puede pensar que ¿en argentina hay una dictadura y que nuestra presidenta es una dictadora?
Acaso CFK accedió al gobierno mediante un golpe de estado, o podemos decir que en Argentina no hay una oposición al gobierno, o que está limitada la libertad de prensa o de expresión dado que ni los diarios ni los ciudadanos pueden decir lo que piensan, o que hay presos políticos, etc.
Es evidente que no, estamos en una de las democracias representativas más completas de occidente en donde los derechos democráticos son escrupulosamente respetados.
En los políticos, en la prensa, en los sindicatos opositores vemos denigrar, insultar, mentir, ocultar información, falsificar datos, hacer denuncias falsas contra la presidenta, sus familiares y miembros de su gobierno, la pregunta es ¿alguien fue preso, fue detenido, fue presionado por sus dichos?
Creo, sin miedo a equivocarme, que nadie puede demostrar que algo de ello ocurrió en los últimos 12 años. Más aun no hubo casi represiones policiales violentas a las manifestaciones (cuando las hubo no fueron ordenadas por el gobierno central y en general fueron llevadas a cabo por las circunscripciones, que gozan de la autonomía federal –como por ejemplo la represión en el Neuropsiquiátrico Borda ordenada por el gobierno de Macri).
No existe violencia de parte del gobierno a quienes piensan diferente, por el contrario es la oposición mediática y política la que ejerce la violencia contra quienes piensan distinto a ellos (intento de silenciar a periodistas como Navarro que denunciaron a Macri, o agresión física y verbal al ministro Kiciloff en el Buquebus por un grupo de energúmenos opositores).
El intento de la casi nonagenaria reaccionaria actriz de novelas rosas en el cine es parte de una campaña de los sectores más concentrados de la burguesía (Sociedad Rural, Bancos, terratenientes, industriales concentrados -como Tetchin-, y medios de prensa concentrados) con el objeto de deshacer las conquistas otorgadas por el actual gobierno a los sectores más vulnerables de la sociedad, algunas veces, en detrimento de sus propios intereses de clase.
Tras el debate de dictadura y democracia se esconde el intento de volvernos a llevar por el camino del empobrecimiento y la humillación que nos han hecho transitar en el pasado reciente.
Ante la nueva elección los ciudadanos decidimos: profundizar el camino de recuperación de derechos sociales y económicos o hundirnos en la humillación de la pobreza de la mano del ajuste económico opositor.
Hasta la próxima.
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