lunes, 10 de agosto de 2015

Elecciones.


Durante este año hemos sido convocados a “participar” en democracia. Como afirmamos de manera reiterada en este blog, nuestra participación se reduce a emitir un voto por tal o cual candidato dándole un cheque en blanco para que después de elegido pueda hacer lo que se le dé la gana olvidándose, no solo de nosotros, sino también de lo que dijo en campaña. Aparecen todo tipo de candidatos que, según les indican las encuestas y sus asesores de campaña, salen a prometer lo que no van a hacer y a no decir lo que piensan hacer. Tenemos a un Macri que en las ultimas semanas se ha constituido en un ferviente estatista, renegando de toda su tradición neoliberal y privatizadora, aquella que exhibiera durante todo el período del menemismo, donde a quien lo quisiera escuchar le informaba de su voluntad privatizadora. El macrismo intenta cautelosamente ocultar el ajuste que realizará si llega al poder, y propone cosas desatinadas como derogar el impuesto a las ganancias, las retenciones al agro, etc., sin decirnos como hará para financiar el Estado. Otra novedad es que propone mantener en manos del mismo a todas las nacionalizaciones (aerolíneas, petroleras, servicios como agua y previsionales como las jubilaciones) que como dijimos mas arriba niega su sempiterno discurso privatista. Habla de unidad y tolerancia, de capacidad técnica, de su excelente equipo, pero nunca nos brinda información sobre las medidas concretas que va a tomar si accede al gobierno. Se queja del autoritarismo de los miembros del gobierno y da lecciones de democracia (escuchar al que piensa distinto, tolerar el disenso, etc.) pero cuando un periodista que no es su palo lo aborda para entrevistarlo manda a sus pata de plomo a que lo echen por la fuerza impidiéndole que le haga preguntas. Macri no solo es menemista, neoliberal, autoritario, sino que aprendió mucho de su sensei Menem, quien antes de ser electo prometía el salariazo y la revolución productiva y luego de ser elegido nos sometió a uno de los peores ajustes de nuestra historia, con su consecuente resultado de empobrecimiento, desempleo, marginación, lo que no le explotó en las manos por la crisis, sobrevino después que terminó su mandato, le estallándole a los que siguieron con sus políticas (otros que nos mintieron en campaña) como la alianza de De la Rua junto a personas como Cavallo, Santisteban, Sturzenegger, Bullrich, Sanz, Storani y cuantos mas que hoy son macristas y que estuvieron con Menem y De La Rua.. El macrismo no es otra cosa que la representación política de la gran burguesía concentrada, mercantil, industrial y financiera, el sector de la burguesía que detenta el poder real en nuestra sociedad y que bajo la forma de dictaduras militares o en expresiones políticas representativas (como el menemismo, la Alianza, o el macrismo) ha gobernado en extensos períodos de la historia argentina. En estas elecciones la derecha conservadora y neoliberal va dividida, su otra expresión política es el Frente Renovador, en el que milita lo mas granado de la derecha peronista que históricamente se encolumnó detrás de Duhalde y que es heredera de las fracciones represivas y neoliberales que dominaron al peronismo en los setenta como el Comando de Organización, Guardia de Hierro, la triple A, el isabelismo/lopezrreguismo, etc., y que se han caracterizado por su carga de corrupción, neoliberalismo, represión salvaje, políticas autoritarias, etc., como De La Sota, o el propio clan Duhalde (Eduardo y Chiche), que unidos los intendentes mas reaccionarios del conurbano bonaerense y a jóvenes neoliberales que militaron en la UCD de Alzogaray (Masa) pretenden restaurar una república autoritaria (con reminiscencias fascistas) proponiendo el endurecimiento de las penas, reprimiendo a los “delincuentes” (que para ellos una vez endurecidas las penas terminamos siendo todos los que estamos a su izquierda) y limitando las libertades y garantías constitucionales consagradas por la constitución (como lo hizo después del 11/9 el partido republicano en EE.UU.), Incluso este sector también miente sobre un tema que la agenda de Clarín y la derecha reaccionaria han logrado meter en la cabeza de muchos argentinos, ya que dicen que van a terminar con la inseguridad con más represión, con penas mas duras. En EE.UU. las penas son infinitamente mas duras que en nuestro país (como ejemplo hay pena de muerte) y ello no quiere decir que la inseguridad ciudadana haya disminuido, solo se logró poblar de pobres, chicanos, negros, etc., a las cárceles de ese país. También tenemos a los sectores de izquierda, moderados como el Frente Cívico (FCyS) y Social o un poco más extremos como el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT). El socialdemócrata FCyS encarna la visión reformista con largo anclaje histórico en la sociedad argentina (hunde su tradición en los partidos socialistas y comunistas del siglo XX) y propone un programa ingenuo de honestidad, amor, corazón, etc., que supera en poco a las obras de Corin Tellado, pero que en los hechos no puede hacer ninguna formulación política ni económica porque su espacio está ocupado por el Frente para la Victoria (FPV) que expresa material e ideológicamente a la mediana y pequeña burguesía nacional vinculada al mercado interno. Un poco mas a la izquierda esta el FIP, la expresión de lo que en los setenta llamábamos pequeña burguesía desesperada, integrada por profesionales y muy pequeños emprendedores, que creen equivocadamente representar a la clase trabajadora de la argentina. Este sector, que. Por lo general, se reivindica marxista, ha olvidado hasta las mas elementales enseñanzas de los fundadores de la teoría social revolucionaria (Marx, Engels, Bakunin, Lenin, Trotsky, etc.) y participan en las elecciones sin programa. En sus intervenciones públicas muestran un discurso vacío de contenido en el cual solo atacan al gobierno pero no hacen propaganda contra el capitalismo y sus efectos liquidadores sobre nuestra sociedad. El Altamira que escuchamos en los diversos programas de televisión no muestra ninguna diferencia de contenido con el resto de los políticos burgueses, es tan solo el ala “izquierda” de los políticos en campaña. En lo sustancial no muestra como transformar la sociedad revolucionariamente, usando las elecciones burguesas como una herramienta de propaganda para mostrar la inviabilidad social del sistema capitalista, poniendo al desnudo su opresión y explotación, tampoco es capaz de enunciar un programa de reformas en el marco del sistema. En esta debilidad del discurso de la izquierda reside su debilidad a la hora de contar los votos, por la ambigüedad que la caracteriza es una izquierda que no ha podido acumular consensos en democracia y en todas las elecciones en las que participó nunca superó el 4 o 5 % de los votos (aunque en alguna elección muy puntual haya podido superar ese porcentaje como en Salta o Mendoza). He dejado para el final a quienes, pareciera, que van a seguir gobernando el país, el FPV. Como dije mas arriba este sector es el representante de un sector burgués que para desarrollarse necesita de la ampliación del mercado interno, aumentar el consumo, logran mayor inclusión y un crecimiento sostenido de la economía en base a la sustitución de las importaciones. Es un sector político, que como lo hiciera la socialdemocracia en los 30 en los países nórdicos, apuesta a fundar la economía sobre la base del pensamiento económico keynesiano. No es casual que encuentre apoyos en conspicuos heterodoxos como Paúl Krugman o Joseph Stiglitz, en general vinculados al MIT de Massachusetts. En los últimos doce años este sector político de nuestro país, representante cabal de lo que es el peronismo como movimiento político, social y económico ha desarrollado una versión neokeynesiana de la economía que se ha mostrado satisfactoria para estabilizar al país y logran excelentes niveles de desarrollo. Ha logrado mejorar la situación de desamparo en la que se encontraban millones de argentinos y los ha incluido social y políticamente. Desde una perspectiva progresista este sector burgués ha ampliado derechos con leyes como el matrimonio igualitario, el plan conectar igualdad, la asignación universal por hijos, etc., y ha acometido una formidable obra de juzgamiento de los militares y civiles genocidas, inédita en nuestro país. Por otra parte todos hemos gozado de la mayor libertad de expresión de nuestra historia y nadie, a riesgo de mentir, puede decir que no hay libertad en nuestra nación, Evidentemente no ha terminado con las lacras del capitalismo porque esencialmente no es un actor político revolucionario, es tan solo un movimiento reformista, progresista, como los muchos que existieron en nuestra historia reciente (vg, el peronismo de 1945/55) La izquierda tiene en la actual coyuntura dos tareas importantes, por un lado defender y fortalecer el actual proceso de reformas luchando por la ampliación de la democracia, y por el otro utilizar las elecciones para poner en debate al capitalismo y el carácter de clase de la actual sociedad. Hasta la próxima.

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