viernes, 5 de septiembre de 2014
Psicosociología de la conducta de los políticos.
Comencemos por algunas frases de políticos:
“Los políticos no hacen cosas que prometen en campaña y hacen otras que nunca prometieron” Carlos Menem
"Acá no se trata de sacarle a los ricos para darle a los pobres, como hacía Robinson Crusoe." (Menem)
"Si me bajara el sueldo, estaría cometiendo una injusticia con la gente" Eduardo Duhalde
“El que depositó dólares tendrá dólares” Eduardo Duhalde"
Admito que me equivoqué; los dólares no podrán ser devueltos" (Duhalde)
"No creo que los sectores económicos se diferencien por las malas palabras. ¿O acaso nada más que los negros las dicen?" Adelina Dalesio de Viola
"Hay que dejar de robar por 2 años" Luis Barrionuevo
"Vamos a resurgir como el Gato Félix" Hugo Moyano
"Tenemos mucha delincuencia porque los jóvenes están aburridos" Federico Storani
"Síganme no, no los voy a defraudar, Carlos Menem
"Carrió está cayendo por su propio peso" Carlos Menem
"Los cartoneros son ladrones de basura" Mauricio Macri)
"Los políticos argentinos - entre los cuales me incluyo - son una mierda" Eduardo Duhalde
"Yo robo para la corona" José Luis Manzano
"En 1000 días vamos a poder tomar agua del riachuelo" María Julia Alsogaray
"Los desaparecidos están vivos en España" Cecilia Pando
"Hacia 1997 la deuda externa comenzará a reducirse, y hacia fin de siglo será insignificante" Domingo Cavallo
"En este país, nadie se hace rico trabajando" Luis Barrionuevo
"Los científicos que se vayan a lavar los platos" Domingo Cavallo
"Los desaparecidos son eso, desaparecidos. No están ni vivos ni muertos, están desaparecidos." Jorge Rafael Videla
"Acá tengo algunas cartas que me enviaron los supuestos torturados en las que me agradecen el trato recibido en la Esma" Emilio Massera
Estas son algunas de las frases dichas por políticos, si recopiláramos las barbaridades, actos fallidos, mentiras, lugares comunes, necedades, etc., que dijeron llenaríamos cientos de tomos.
El político actual se diferencia de los tradicionales que gobernaron la argentina, o que fueron oposición, no porque los dos buscaran satisfacer el interés de la burguesía, sino porque estos han perdido todo tipo de recato, no tienen el más mínimo norte político y solo les interesa el poder para llenarse de dinero.
No voy a cometer el error de generalizar, siempre existieron unos y otros, pero en la actualidad una mayoría aplastante de los políticos son mentirosos, corruptos, ineficientes, oportunistas, travestis, soberbios, etc.
Los políticos han asumido la fantasiosa idea de que existe una clase política que está por fuera de la sociedad y se comportan como tal, como alguna vez se comportaron las clases dominantes en la antigüedad o en el medievo, sin importarles lo que opinaran los integrantes del “vulgo”.
Para los políticos, los ciudadanos “de a pie” constituimos una masa manipulable a la que solo hay que tener en cuenta cada cuatro años cuando nos piden el voto, luego ellos hacen lo que quieren sin respetar nuestros intereses, sufrimientos, necesidades, etc.
Se podría decir que son una banda de amigotes, que aunque se pelean, se agreden, se insultan, no lo hacen por convicciones, sino como dijera uno de ellos, “para la platea”.
Sino vean la relación entre Carrió y Pino Solanas, que una temporada se aman y son un matrimonio perfecto y a la siguiente se hacen desplantes, se dicen los peores vituperios y se odian.
Vean los discursos de Moyano cuando decía que Macri, Clarín, etc., eran una lacra salvaje que aniquilaban las ilusiones del pueblo argentino, y el kischnerismo el movimiento político que nos llevaba a la felicidad eterna, y escúchenlo ahora diciendo que solo debemos esperar hambre y miseria de las mismas políticas y del mismo gobierno que el ensalzó durante años.
También es interesante analizar el discurso de los opositores sobre Moyano, que antes era parte del eje del mal y hoy es una blanca palomita que viene a reivindicar a los trabajadores.
Es muy interesante escuchar al Cobos kirschnerista adulando hasta el cansancio a la presidenta y a este Cobos para el que todo lo que hace la presidenta está mal.
Los ciudadanos tenemos la sensación que como dice la frase de Adelina de Viola somos los “negros” para los que basta con “pan y circo” como hacía Nerón. No se nos consideran sujetos pensantes, capaces de tener una actitud crítica y reflexiva, somos una horda que solo necesita ser atosigada de propaganda para que camine hacia el lado que ellos quieren.
Para sostener esta afirmación no voy a recurrir a argumentos psicológicos, sino que me basta con presentar el cambio de actitud de los políticos argentinos en estos treinta años de democracia.
La política del período post dictadura se caracterizó por la necesidad de los políticos de movilizar a las masas tras ideales y proyectos políticos. En las elecciones de 1983 confrontaron dos sectores netamente diferenciados, por un lado el alfonsinismo radical con un proyecto democrático, de linaje socialdemócrata y por el otro el proyecto de una derecha autoritaria que se había adueñado del aparato político del peronismo con personajes como Luder, Iglesias, etc.
Lo importante es que el debate se dio en las calles, en los bares, en las universidades, en la sociedad, y en consonancia con ello, la apuesta política más importante consistía en la movilización de masas, es por ello que en los actos del obelisco la participación ciudadana se contaba por millones, y lo mismo ocurría en las grandes ciudades del interior.
En ese momento los temas más importantes en debate no eran la inseguridad, la inflación, el desempleo, lo que se discutía era la reivindicación de una sociedad que había sido arrasada por una dictadura cívico-militar por el terrorismo de Estado y nos había llevado a una guerra absurda con el genocidio de lo mejor de la juventud argentina.
Se discutía la amnistía a los asesinos, se reclamaba el juicio y castigo a los culpables, se exigía la aparición con vida de los desaparecidos, en definitiva la sociedad reclamaba más democracia y de calidad, y para ello era necesario que quienes cometieron atrocidades y sus cómplices civiles fueran juzgados y castigados.
Hoy lo políticos han abandonado toda defensa de principios, y más precisamente, tal vez siguiendo a Marx (Groucho) ofertan “tengo estos principios, si no le gustan tengo otros”.
Obran según las encuestas, dicen lo que la gente quiere escuchar, total saben que luego van a hacer lo que ellos quieran independientemente de lo que prometieron en campaña y lo más importante, lo que pone de manifiesto el cambio de paradigma de la práctica política en Argentina, es que ya no les interesa las grandes movilizaciones, lo que les importa es el tiempo de televisión del que disponen.
Este cambio ha llevado a acrecentar el poder de los mass media, dado que los políticos se cuidan de criticar a los grandes medios que son los que les pueden asegurar pantalla.
Los medios operan con dos estrategias claras, por un lado construyen realidades, conforman problemas significativos que sirven a los intereses económicos y de dominación de la gran burguesía, instalan agendas de debate, estigmatizan a funcionarios y militantes y por el otro lado trafican participación en sus pantallas a cambio de la aquiescencia de los políticos.
Observe el lector TN y verá que en todos sus programas se repiten hasta el cansancio los mismo políticos sometidos al grupo Clarín, allí se ven a Macri, Carrió, Massa, Sturzenegger, Pinedo, Cobos, Solanas, etc., y en su astucia el grupo Clarín, haciendo “alarde” de democracia invita a los izquierdista más radicales como Pitrola, el “pollo” Sobrero, Altamirano, Castillo, Ripoll que por supuesto son intransigentes críticos del kischnerismo, pero que no realizan ninguna crítica a Magneto y el multimedios Clarín, o a su cómplice Saguier de la Nación.
Encontramos a socialistas que se alinean con la derecha venezolana mientras miembros de su partido van a Caracas a apoyar al chavismo, aparecen supuestos progresistas para los que la alianza con la derecha política dejó de ser un tabú en el cambalache de la política vernácula y ahora es una cuestión de táctica, olvidando que los Macri, Sturzenegger, Rodríguez Larreta, Bullrich, o los radicales de derecha como Sanz, Morales y tantos otros o fueron cómplices de las dictaduras o fueron responsables del genocidio social que ocurrió en 2001.
Lejos están los tiempos en que un político era capaz de llegar al gobierno con varias estancias y salir de él en la miseria, o que un político vendiera sus propiedades para pagar el desfalco que hiciera su ministro de economía porque él lo había nombrado y era su responsabilidad.
Lejos están los políticos de los principios y muy cerca de la corrupción, porque señores, la corrupción es un veneno que corroe la sociedad y de ella participan funcionarios de gobiernos, opositores, empresarios, sindicalistas, etc.
Lejos están los tiempos en que la izquierda soñaba con una sociedad igualitaria y democrática y la consigna fundamental era la máxima ampliación de la democracia.
Hasta la próxima.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario