viernes, 11 de abril de 2014
Buenos muchachos
El 10 de abril asistimos a un paro general de la “conducción de los trabajadores” las CGT de Moyano, Barrionuevo y Michelli.
En primer lugar es necesario reconocer que las demandas que fundamentaron el paro general son correctas. Asistimos a un proceso inflacionario (que no es nuevo en Argentina en donde tuvimos cuanto menos cuatro hiperinflaciones en la segunda mitad del siglo XX), hay inseguridad en las calles (que no es un fenómeno muevo, la inseguridad existe desde el siglo XIX con las mismas quejas y argumentos de Masa y los medios de comunicación actuales), existe en marcha un plan de ajuste que caerá sobre las espaldas de los trabajadores (que no es la primera vez que se hace, recordemos el rodrigazo, los planes económicos de la dictadura, especialmente el de Martínez de Hoz, el plan de ajuste de Alfonsín cuando fracasó el plan primavera, los ajustes de Menem y Cavallo, el ajuste monstruoso del gobierno de la alianza –radicales, frepasistas, etc.-), que la carga impositiva es grande y asimétrica, fundamentalmente con el impuesto a las ganancias, al cheque, el IVA, etc., (que son impuestos que fueron creados por los distintos gobiernos en el último siglo, ninguno de ellos fue creado por el kischnerismo), que existe pobreza e indigencia (pero justo es reconocer que los índices son mucho más bajos que los que ocasionó la crisis del 2001), en fin motivos para hacer un paro los hay pero……………….
El pero, se refiere a que tenemos que ver cuando nos sumamos a una medida de fuerza, además de los motivos enunciados, otras cuestiones, como por ejemplo quienes convocan al paro, con que intenciones lo hacen, que resultado tendrá sobre nuestra cotidianeidad, la lógica de las demandas, etc., si no se quiere ser como en esta oportunidad furgón de cola de la derecha reaccionaria en su lucha contra el gobierno por espacios de poder.
Empecemos por el comienzo, quienes convocan al paro.
Barrionuevo, aquel de “tenemos que dejar de robar por lo menos por dos años”, el patotero autoritario que quemó las urnas en Catamarca porque perdía la elección, el inefable presidente de Chacarita sostenido por la barra brava más terriblemente violenta y mafiosa del futbol, dirigente sospechado de corrupción por gran parte de la sociedad, miembro de la derecha más recalcitrante del peronismo, aliado político de Masa (llamo a formar la mesa sindical en apoyo a Masa aunque ahora lo quiera desmentir), en definitiva una “joya” de persona.
Gerónimo “el momo” Benegas, dirigente de UATRE la organización “gremial” de los trabajadores agrarios que se enriqueció entregando a sus afiliados a las más duras condiciones de explotación, que acepto y es cómplice de las formas de trabajo casi esclavo, en condiciones infrahumanas de existencia a las que las patronales agrarias someten a sus trabajadores. Procesado por supuesta participación en la mafia de los medicamentos. Posee cinco grandes terrenos en su Necochea natal, donde además se ubica el centro termal Médano Blanco, una obra en la que UATRE invirtió 20 millones de dólares, según el diario Página/12. En definitiva “un trabajador combativo y revolucionario”.
Hugo Moyano ha sido acusado de haber pertenecido a distintas agrupaciones embrionarias de lo que después fue la Triple A. Miembro de la derecha peronista, tuvo una causa por tenencia de cocaína que lo mandó dos días a la cárcel. Para sobrevivir políticamente, debió pactar con su verdugo: el empresario Alfredo Yabrán (el que hizo matar a Cabezas por sacarle una foto), Suele ser remiso, a hablar de su relación con Alfredo Yabrán; no habla mucho de este personaje mafioso, pero suele decir que: "No era tan pijotero como el resto de los empresarios argentinos". Cuando Yabrán decidió competir con el Correo Argentino, firmó con el sindicato de Moyano un convenio colectivo para la empresa Oca, "fijando salarios un 40 % inferiores, jornadas de trabajo de hasta un 50 % mayores, eliminando ventajas en el sistema de vacaciones y ascensos". Fue miembro de la tristemente célebre Juventud Sindical Peronista (JSP), agrupación de derecha, cercana a López Rega. Un dato importante, Carlos Petroni, querellante en causa en la CAUSA Nº 6511, caratulada "López Rega, José, sobre asociación ilícita”, aporta publicaciones de diarios de Mar del Plata, en uno del 12/09/1974 la Juventud Sindical Peronista dirigida por Moyano “informó su decisión de iniciar una acción en procura de lograr “la identificación y captura” de los militantes de la organización Montoneros y de “todos los elementos que actúan en la clandestinidad saboteando el proceso de reconstrucción y liberación nacional, en el holocausto del cual diera la vida el líder de los trabajadores teniente general Perón”. Es decir llamaba a constituirse, como lo fue la JSP en comandos parapoliciales que pretendían “hacer justicia por mano propia”. En otro párrafo del mismo artículo se lee: “….nos guiará en la empresa de erradicar del país a todos los traidores, representantes de la expresión apátrida, guerrillera y antipopular……..para lograr sus propósitos, que no son otros que manchar nuestra amada bandera celeste y blanca con ideologías extrañas a nuestro sentir nacional”.
Por lo tanto otra belleza de persona, como dijimos más arriba, histórico militante de la derecha fascista argentina, y posiblemente miembro de los grupos parapoliciales como la Triple A de López Rega.
Pero a todos ellos los une una cuestión en común, todos son miembros de una burocracia gremial que a los largo de la historia traicionó los intereses de los trabajadores, persiguió a todos los que pensaban distintos, se mantiene en el poder de los sindicatos con elecciones amañadas, fraudes, violencia y en algunos casos han llegado a desaparecer físicamente a sus “enemigos”.
El poder sindical les ha permitido pasar de ser “representantes de los trabajadores” a prósperos empresarios, enriquecidos por medios que por lo menos dejan grandes dudas de su honestidad y realizando alianzas con los sectores más reaccionarios de la sociedad Argentina como las patronales rurales, los medios monopólicos de la prensa mass-mediática, etc.
Si este es el identikit de quienes convocaron al paro, la pregunta es ¿estos señores son honestamente defensores de las reivindicaciones que enunciaron?, o por el contrario usan un discurso que tapa sus reales intereses, negociar con los políticos de la derecha como Masa, Macri, Cobos, Duhalde, etc., y presionar al gobierno para que pacte con ellos el sostenimiento de sus negociados como por ejemplo el manejo de las obras sociales que facturan miles de millones de pesos por año.
En este cuadro la segunda pregunta que debemos hacernos es: ¿Qué hacen con estos bandidos de derecha autoritaria y represiva, sectores como el sindicalista “progresista” Michelli o los sectores de izquierda como el FIT (Frente de Izquierda y de los Trabajadores). O el “Pollo” Sobrero, supuesto sindicalista antiburocrático.
No saben quiénes son los burócratas. Por supuesto que sí. No saben que a la corta o a la larga los van a traicionar y consecuentemente van a traicionar los intereses de los trabajadores, como lo hicieron tantas veces. Por supuesto que sí.
Entonces porque se unen a sus enemigos. Porque deciden evitar de ir juntos pero no amontonados. Simplemente porque la izquierda revolucionaria argentina se ha caracterizado históricamente por su oportunismo político y por su ingenuidad. Creen imaginariamente que le dieron contenido a la huelga de la burocracia, que dotaron a la movilización de con tenido “revolucionario” haciendo piquetes. Creen que siguiendo lastimeramente a los burócratas van a lograr consenso entre los trabajadores. Es patético ver en los canales de televisión a Marcelo Ramal, a Néstor Pitrola, a Irma Ripoll, a Pino Solanas y tantos otros defendiendo la “unidad en la acción” con quien con quienes los persiguieron en la época de Isabelita, con los que han sido blanco de sus críticas durante años por ser los que traicionaron sistemáticamente a los trabajadores.
La izquierda debiera reconocer su incapacidad para llamar a una huelga general y movilizar a la clase trabajadora, hacer una autocrítica y repensar su acción política antes de sumarse acríticamente a los verdugos de los trabajadores.
No es posible caminar junto a las patronales agrarias asesinas y corruptas, junto a la burocracia gremial traidora, solo porque circunstancialmente convocan o apoyan un paro en contra del gobierno. En la historia de la izquierda se han visto notables fracasos cuando abandonó su capacidad crítica autocrítica y la denuncia de todos los enemigos de los trabajadores. Es hora que la izquierda abandone la idea de que con la política del seguidismo a los dirigentes de la clase dominante será posible construir una alternativa independiente. Tal vez consigan uno o dos diputados más, tal vez ganen alguna intendencia, pero transformar el país es algo distinto, para ello se necesitan ideas claras y revolucionarias y un programa político de clase.
Hasta la próxima
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