domingo, 10 de febrero de 2013

Los argentinos de mierda.

En uno de los carteles de los que se movilizan contra el gobierno leí “gobierno de mierda”, lo sostenía una mujer obesa con cara de culo. En ese momento no creí conveniente abordar lo que el lenguaje y la actitud de ese cartel y su portadora significaban, pero luego del infame ataque a Axel Kicilloff y su familia por una patota de pequeños burgueses inadaptados y violentos, cambié de parecer. Primero creo que es conveniente definir que es un argentino de mierda, definición que es independiente de su filiación política o ideológica, de su condición de clase o religión. Un argentino de mierda es un sujeto execrable al que lo ha abandonado la capacidad crítica y la autonomía del pensamiento, es básicamente un sujeto heterónomo que dice y hace lo que los medios concentrados de información le indican. Se encuentra colonizado por un por un relato tan interesado como fantasioso que pivotea sobre lo peor de un ser humano, las emociones mas primarias, el odio, el rencor, la envidia, con el fin de que lleve agua a un molino que no es el propio. Es una forma de concebir la realidad de manera maniqueísta, guiado por un pensamiento único, para el que todos sus contenidos son verdad y belleza frente al demonizado pensamiento del otro, aquel que no comparte su manera de ver las cosas. Pero no es de mierda solo por estas cuestiones, es una forma de hacer política en la que todo vale. Para imponer la “verdad” de su manera de pensar, un argentino de mierda miente, oculta, disimula, aquellos datos que conspiran con su manera de ver las cosas, Además se caracteriza por la hipocresía, son los que en la intimidad se refieren a los sectores vulnerables como “negros de mierda”, quienes en las charlas familiares sostienen que “a esos negros delincuentes hay que cagarlos a tiros”, los que atribuyen la inseguridad a los pobre niños humillados, maltratados, segregados desde su mas tierna infancia, inducidos al consumo de sustancias tóxicas por los mismos que luego se quejan de la inseguridad, Se quejan de la inseguridad pero compran objetos robados, como celulares, electrodomésticos, reparaciones de automóviles, etc. Hablan de la corrupción del gobierno pero son los primeros que coimean a un inspector cuando transgreden el código de tránsito o corren a comprar dólares en el mercado ilegal sin importarles los perjuicios que le ocasionan a sus conciudadanos mas vulnerables. Son los que rezan el rosario completo de las medidas para luchar contra tráfico de drogas, que piden que encarcelen a los que se drogan en la calle, pero se callan cuando en sus fiestas privadas se consume todo tipo de droga, claro que es en privado. No tengo nada contra el consumo de drogas, cada uno es dueño de hacer con su cuerpo lo que le plazca mientras no afecte a los demás, es mas creo que es necesario despenalizar el consumo de droga y tener políticas de Estado de prevención del consumo y asistencia al adicto como ocurre en muchos países como Holanda o el camino que ha tomado recientemente nuestro vecino Uruguay. Cuando camina por las calles se horroriza frente a los pobres “home less” que afean el paisaje, pero exige al gobierno nacional que termine con la pobreza y calla cuando el alcalde de Buenos Aires y su patota de patovicas los expulsa a palos de los refugios temporales que han logrado conseguir.. Pide mano dura contra los pibes chorros, pero los humilla en las calles segregándolos, escapando de ellos por su vestimenta o su cara, creyendo hipócritamente que con una moneda que da en nombre de la caridad cristiana alivia su conciencia y su parte de culpa de la tragedia de estos chicos. Son los que chillan con sus voces de pequeños burgueses por la falta de libertad, el acoso a la prensa, etc., mientras putean libremente a la presidenta y al partido oficial, agreden a los periodistas que suponen parte de los medios oficialistas, y no critican los generosos silencios la “prensa objetiva” frente a la corrupción de los gobernantes opositores que se fotografían con narcotraficantes o cancelan las antenas de TDA para favorecer el negocio de cablevisión, impidiendo que los sectores de menores recursos tengan acceso a una televisión gratuita y de calidad. No les preocupa con quienes manifiestan, si es un defensor de los militares asesinos, o es un fascista, o un traficantes de drogas, si está contra el gobierno piensan “es de los nuestros” porque a ello se resume su ideología y programa de gobierno, a vociferar contra todas las medidas que toma el gobierno actual, no tienen otra idea, o mejor dicho, como a la manada de inútiles de la oposición no se les cae una idea. Y fundamentalmente, un argentino de mierda es un sujeto que ha perdido la memoria, o la o ha perdido selectivamente, ya no recuerda cuando Ruiz Guiñazú, Van der Koy, Majul, Morales Solá y tantos otros que hoy escuchan y aplauden porque son antikischneristas eran panegíricos de la dictadura, no recuerdan cuando Macri decía que Menem y su proyecto eran lo mejor que podía haberle pasado a la Argentina, o cuando fueron iracundos a golpear la puertas de los bancos al grito de “piquetes, cacerolas la lucha es una sola”. Tienen una amnesia selectiva que les permite soslayar las contradicciones de su discurso que los llevó a apoyar los cortes de ruta, los piquetes, el desabastecimiento a las ciudades como una legítima medida de lucha del campo (léase de las patronales agrarias explotadoras y asesinas) y hoy se quejan de los problemas que les causan los piquetes de los pobres que reclaman por su situación de abandono y miseria y ven inseguridad en la ocupación de terrenos en reclamo del derecho constitucional a la vivienda digna. Se proclaman nacionalistas, defensores de la patria, pero no trepidan en sacar sus dólares al exterior, en hacer maniobras especulativas contra el Estado, en evadir impuestos, en renegar de su identidad nacional y proclamar como legítima la identidad de otros países desarrollados. Todo esto compone un argentino de mierda, y no solo hay argentinos de mierda, hubo chilenos de mierda que hicieron lo imposible para derrocar a Salvador Allende en sociedad con la CIA, que caceroleaban en las calles contra el gobierno del líder socialista, hubo alemanes de mierda que apoyaron a los nazis y el genocidio durante la segunda guerra mundial, hubo turcos de mierda que callaron ante el genocidio armenio, cada pueblo tiene dentro de sí siempre a esta lacra social que envilece el corpus societal y pugna por degradar los seres humanos que lo componen empujándolos a la violencia, discriminándolos y anematizándolos. Pero lo que preocupa de los nuevos argentinos de mierda es que ya no les basta con el insulto, la mentira, la difamación sino que ahora, al mejor de los estilos nazis o de las derechas del mundo recurren a los progroms contra ciudadanos inocentes cuyo único pecado es creer en un proyecto y ocupar un puesto en el aparato del Estado. Es hora que los argentinos que amamos la paz, que respetamos el libre juego democrático, que repudiamos la violencia nos levantemos contra estos argentinos de mierda que quieren llevar nuestra sociedad al desastre solo porque ellos no comparten la ideología de aquellos que han sido elegidos por la voluntad popular, que los frenemos, que les hagamos ver que rechazamos sus métodos autoritarios y violentos. Esto no significa que no tengan el derecho a impugnar, a criticar, a cuestionar lo que ellos ven de malo en el gobierno, sino que debemos decirle que Argentina dejó de ser un país gobernado por una dictadura genocida, y que es un país democrático donde todos tienen el derecho a ser respetados, no importa si están o no en el gobierno o son opositores, si son pobres o ricos, si son “home less” o tienen costosas mansiones, si son alfabetos o profesionales, todos merecemos ser respetados como personas y por lo que pensamos. Esta es la forma de cuidar los logros democráticos que alcanzamos como sociedad y luchar por una sociedad cada vez mas amplia, mas participativa, mas igualitaria. Lo demás no es otra cosa que autoritarismo y fascismo, aunque se quiera disfrazar de democrático. Hasta la próxima

1 comentario:

  1. http://revistabarcelona.com.ar/crecen-adhesiones-a-escrachadores-de-kicillof-y-ya-se-habla-de-la-buquebus/

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