lunes, 3 de diciembre de 2012

Libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de pensamiento y libertad.

En los últimos días se han desarrollado una serie de acontecimientos que a mi entender ponen en interdicción el concepto de libertad. Veamos la cuestión, por un lado tenemos la denuncia del monopolio mediático contra periodistas, no es necesario abundar sobre ello ya que mucho es lo que se ha dicho por los medios, solo quiero resaltar que por lo menos algunos periodistas al servicio del monopolio tuvieron la decencia de solidarizarse con sus colegas y repudiar la denuncia del boss Magneto y su banda mafiosa, actitud que paradójicamente no vimos en los políticos opositores que frecuentemente se rasgan las vestiduras para clamar por la libertad de prensa, a lo sumo intentaron enarbolar la teoría de los dos demonios, tratando de hacer aparecer que si Clarín atacaba la libertad de expresión , ello era consecuencia de la violencia del gobierno, de alguna manera, esta posición cobarde e hipócrita de los representantes de los partidos burgueses, apuntaba a defender a los autoritarios del grupo Clarín, si ellos atacan a periodistas no es porque son malos sino porque son atacados por el gobierno. Esta posición de algunos “radicales” como Giudici o Morales, conspicuos miembros del equivalente del “Tea Party” republicano en Argentina, es mucho mas deleznable porque sabemos que lo hacen solo por recibir alguna migaja, expresada en minutos de televisión, del monopolio mediático que apoyó el genocidio. Es necesario dejar algo en claro, estos señores defienden la libertad de prensa, no la libertad de expresión, y para ellos la libertad de prensa es la libertad que tiene la burguesía concentrada, dueña de los monopolios mediáticos, de colonizar y embrutecer el pensamiento de los ciudadanos. En cambio la libertad de expresión, que es mucho mas amplia que esa restringida libertad de prensa, es la posibilidad que tenemos todos los integrantes de una sociedad de decir o expresar lo que queremos a través de la palabra, el arte, la ciencia, etc. La libertad de prensa es en algún sentido, una libertad de expresión que se encuentra limitada a quienes tienen el capital para sostener un medio de prensa, esa libertad es mucho mayor para los sectores concentrados de la burguesía porque cuentan con mayores medios (radios, televisión, diarios, etc.) para llegar a la masa social. En cambio la libertad de expresión se ve permanentemente restringida porque son muy pocos los que tienen medios para socializar sus ideas, y en general el impacto que las mismas tienen sobre el corpus social es relativamente pequeño. Tal vez algunos artistas, (cantantes, plásticos, actores, etc.) algunos académicos o científicos, ciertos políticos, tienen medios para difundir sus ideas en un espectro mayor, pero en general esas voces son acalladas por el peso de la acción permanente de los grandes monopolios mediáticos. Pero sería ingenuo pensar que solo la acción de los medios es la que modela el pensamiento único, sometido, de la masa social. Desde nuestra mas tierna infancia somos educados en las grandes instituciones de control burgués como la familia, la escuela, las iglesias, etc., que van modelando nuestro aparato psíquico de acuerdo a los intereses dominantes en la sociedad y lentamente se va anulando nuestra capacidad crítica y nuestro pensamiento reflexivo, dando lugar a significaciones sociales imaginarias que aunque son heterónomas , estas significaciones son las que nos dicen que para ser feliz es necesario consumir y si es posible productos de marca, que los pobres han existido siempre, que no hay libertad porque supuestamente no podemos decir lo que queremos o viajar al exterior, que tenemos que atesorar bienes y divisas, aun mas allá de lo que podemos gastar en nuestra vida, que tenemos que trabajar duro y sacrificarnos, etc., etc. Entre estas significaciones están aquellas que la burguesía fue construyendo en su largo proceso de instituirse como clase dominante a través de la implementación hegemónica del modo de producción capitalista, siendo la mas importante, tal vez, la institución de la propiedad como inviolable y sacralizada. Así por ejemplo, desde muy pequeño somos educados en el sentido de someternos a las diferentes expresiones del poder, de los padres primero, de los educadores después y finalmente al poder de los empresarios, obstruyendo el pensamiento crítico que nos lleva a considerar primero en que consiste esa sumisión, segundo si es necesario someternos, y tercero, si no existen otros caminos en los que podamos desplegar nuestra personalidad y nuestras ideas en un marco de autonomía de pensamiento. Se nos enseña a tener respuestas a todo, y por lo general esas respuestas son rápidas e incorrectas, así por ejemplo un lector de Clarín, La Nación, o un televidente de TN, Canal 13, etc., asimila las consignas con las que se los bombardea a diario, aun con un cierto matiz progresista, como hacen Lanata, Tenenbaum, Bonelli y otros, pero que ocultan tras de sí, el intento de someternos para que pensemos como la burguesía concentrada quiere que pensemos, es decir que no pensemos y asimilemos lo que ellos quieres que asimilemos. A diario vemos como estos mercenarios a sueldo de Magneto, que se hacen llamar periodistas, nos mienten, falsifican las noticias, nos convocan a manifestaciones espurias para luego decir que son espontaneas, deforman los dichos de los políticos descontextualizándolos, o sesgan la opinión pública entrevistando a personajes comprados o editando los materiales, que no es mas que un eufemismo que implica mostrar lo que les conviene y ocultar el resto. La acción de los medios ha sido tan efectiva que muchas personas creen que, por ejemplo Magdalena Ruiz Guiñazú es una defensora de los derechos humanos, cuando basta con usar el Google y poner “expresiones de Guiñazú en defensa de la dictadura genocida” y aparecerán múltiples artículos de diarios de ella, vídeos en EE.UU., etc., en los que la “campeona de los derechos humanos” alaba a Videla, lo pondera en los países del llamado primer mundo, pontifica sobre las bondades de la lucha contra la subversión (que no es otra cosa que el genocidio de la dictadura) etc. Si se hace lo mismo con Van Der Koy, el “demócrata”, aparece que fue premiado por la dictadura por ser un joven brillante del periodismo y lo mismo pasará con Nelson Castro, Bonelli, Gelbung, Fontevecchia y tantos otros. La acción de los medios hace que lo peor de las personas emerja, como la señora que el 11N se quejaba porque su mucama podía llegar a tener una vivienda propia igual que ella, o los que pedían sushi y champán, o los que incitados por los medios hegemónicos golpearon a periodistas porque suponían que estaban a favor del gobierno. A veces se llega a actitudes fascistas de rechazar a personas como D´Elias o Milagros Salas porque no se soporta el color de su piel. El caso de D’Elias es paradigmático, fue provocado durante largo rato por un “campesino” que después se supo que era un agente de la dictadura, y cuando cansado respondió a la agresión se le indilgó violencia y autoritarismo, la acción los medios lograron que la víctima fuera victimario. En el caso de Salas, una luchadora por los derechos de los humildes, que utilizó los recursos que obtuvo del Estado para desarrollar planes de viviendas, generar empresas de inserción socio laboral, hacer espacios de recreación para los más postergados, etc., la acción de los medios hizo que muchos de los porteños cultivados por el pensamiento reaccionario de derecha, defendieran al bastardo de Morales, y hablaran de ella como “esa negra de mierda ladrona”. También asistimos a un curioso maridaje de la derecha sindical con una cierta corriente sindicalista que se decía progresista, hemos visto dar conferencias de prensa a esa nueva parejita Moyano y Micheli, juntos lanzaron un paro y transitaron todos los medios hegemónicos apoyando a Clarín frente al “ataque del gobierno”. Pero lo más interesante es que Micheli el día del paro enunció un viejo y curioso apotegma de los que es la libertad, en su caso la libertad de trabajo es limitada, según su línea de pensamiento si él llama a un paro todos tenemos que parar, estemos o no estemos de acuerdo con el paro, sino lo hacemos nos obligan con los piquetes y después dicen que el paro fue un éxito, sí, un éxito de autoritarismo y sometimiento a la dictadura de Micheli, este moderno estalinista recurre a los viejos métodos sindicales usando la violencia para lograr sus objetivos, como diría Van Der Koy y Blanc “plomo para Micheli” por su actitud antidemocrática y poco ética. No tengo un diario a mi disposición, no tengo un programa de televisión, solo este blog, y desde acá voy a seguir preconizando la reflexión crítica, con la tranquilidad que me dá que lo hago solo porque es una satisfacción decir y escribir lo que pienso, no me pagan como a los mercenarios de los monopolios mediáticos, no me van a dar un “puestito” en el gobierno, mi premio es que Ud. lector comparta y critique lo que pienso, y que haga lo suyo, si todos nos sumamos a la lucha contra el autoritarismo mediático y apoyamos el estricto cumplimiento de la ley de medios, otra argentina es posible, sino estamos condenados a repetir la historia. Hasta la próxima.

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