domingo, 16 de junio de 2013
La decadencia de Lanata.
Es interesante observar como los propagandistas de la derecha conservadora se muestran cada vez más tal cual son. El caso paradigmático es el de Jorge Lanata. Este “periodista”, que hace un programa “Periodismo para Magneto” aunque él lo llama “Periodismo para Todos” tal vez porque suena mal dejar en claro su lambeculismo al zar del periodismo vernáculo, triste y mala copia de Rupert Murdoch el empresario periodístico amarillista de Australia. Magneto solo se parece a Murdoch en su falta de escrúpulos, en su ausencia de ética y el amarillismo recalcitrante del periodismo que conduce.
Lanata, el rey de la crítica, nada tiene que decir del robo de Papel Prensa, de las relaciones del grupo Clarín con la Dictadura genocida, de las denuncias por lavado de dinero que ha realizado un prominente banquero contra su amo y señor, de la represión a la actividad gremial democrática en la empresa de la que él es el mascarón de proa, todo eso no es información periodística, es parte del “relato” kirschnerista ya que El grupo Clarín no le paga millones a sus directores, no compra y revende, con la venia de los gobiernos neoliberales, las acciones de su empresa a las AFJP estafando a los jubilados de ese momento y a los futuros.
Voy a comentar una anécdota que me la refirió un prominente director del Diario La Nación cuando aún no eran socios de Clarín. En una reunión de trabajo en la que participaba, porque por ese entonces yo era consultor en un programa de reinserción laboral del Diario La Nación, cuando este diario cambio la edición pasando de la tipográfica a la digital, el informante dijo que lo que Clarín hacía era extorsionar a sus clientes. Refirió que cuando una cuenta de publicidad de un cliente bajaba convocaba a sus directivos a un desayuno de trabajo, en ese desayuno se los atendía a cuerpo de rey, con el mejor servicio de desayuno, al promediar la reunión un directivo de Clarín sacaba unas carpetas y mostraba alguna información que comprometía a la empresa en cuestión, luego venía una larga perorata de la ética periodística al servicio de la verdad y la obligación del diario de publicar toda la información. Al final de la charla como al pasar se deslizaba a los clientes el detalle de la baja de su cuanta publicitaria.
El cliente aumentaba la cuenta de publicidad dada a Clarín y entonces el diario olvidaba su ética periodística y su apego a la verdad.
Estos manejos, viniendo de un medio como Clarín esto no es asombroso, a lo largo de sus casi 70 años de existencia utilizó todas las malas artes habidas y por haber en las prácticas empresariales periodísticas para escalar posiciones, defendió a cuanta dictadura le brindó provecho y fue tenaz partidario de los gobiernos democráticos que se sometieron a sus requerimientos.
Pero que una persona llegue tan bajo por dinero como ha llegado Lanata, sí que es sorprendente.
Lanata pone de manifiesto hasta donde el dinero puede corromper la conciencia humana, y más aún, porque Lanata ha demostrado que se puede ser más corrupto que lo que el dinero le impone.
En el Programa Periodismo para Todos, ante un auditorio de catecúmenos pequeños burguesas, que no son fascistas porque todavía no ha surgido un partido de ese signo ideológico en Argentina, construyó un discurso orientado a hacer un panegírico de la derecha reaccionaria argentina que en este momento encabeza “mi hijo es un pelotudo” Macri. En su extenso discurso antikirschnerista, deslizó al pasar un dato inteligentemente organizado para criticar a la presidenta, construyó un relato sobre la bienal de Venecia y denunció que en esa bienal se intervino sobre el arte con fines políticos.
Hasta acá era una crítica a un hecho concreto, real o figurado, porque a Lanata no se le puede creer ni el estado del tiempo, pero inmediatamente dijo que eso solo pasó en tres oportunidades en la historia de la humanidad. Obviamente la tercera era la intervención de nuestra presidenta, cuáles fueron las dos anteriores: “surprise” durante el socialismo real, que en lenguaje de la derecha es el comunismo y durante el nazismo. Otras intervenciones francamente represivas que costaron la vida a millones de artistas y científicos no existieron para Lanata.
La sutileza del argumento es interesante, se asocia al comunismo con el nazismo, se asocia a una ideología liberadora con la peor y más execrable ideología autoritaria y asesina del siglo veinte, se asocia el llamado a la unión de los desposeídos y explotados para liberarse del yugo capitalista con uno de los genocidios más atroces de la humanidad, y todo para decir que nuestra presidenta es de esa “calaña”.
Yo puedo tener muchas críticas al kischnerismo, en este blog las he volcado más de una vez, puedo desacordar con la presidenta respecto al aborto, a su concepción de lo popular, a la lectura histórica del peronismo, de Rosas, puedo estar contra los hechos de corrupción en el gobierno, puedo acordar con las consecuencias que esa corrupción tuvo al desencadenar la tragedia de once, pero de allí a igualar a un movimiento democrático, de amplia base popular, progresista que desarrolló la política de inclusión e igualación social más importante de la historia, con el fascismo, me parece un acto deleznable propio de un sujeto políticamente pervertido al servicio de su avaricia y que no tiene límites ni morales ni éticos.
Pero más aún, Lanata no se quedó allí, continuó con un discurso que hubiera despertado la admiración de Goebbels, el ministro de información de Hitler. Como es sabido, el blanco predilecto de Lanata es la izquierda kirschnerista representada por la juventud (La Cámpora, Movimiento Evita, Miles, Kolina, Carta abierta, etc.). No es casualidad que además de la presidenta, se ridiculice con actores de cuarta a Foster el líder de carta abierta, a Fernández, a Máximo Kirschner, a D´Elias y otros dirigentes de la izquierda del movimiento.
Raramente acomete contra la derecha del kischnerismo, y cuando lo hace es para golpear a todo el movimiento, por ejemplo como no puede demostrar que los grupos antes citados son corruptos, acomete contra Infrán, contra Alperovich, etc. y trata de generalizar en todo el movimiento lo que el denuncia como corrupción en algunos, pero su crítica más despiadada la dirige hacia los grupos de izquierda, obviamente porque la derecha kirschnerista, Scioli y Masa incluidos, no son enemigos, con contrincantes.
Usando salvajemente a un niño de no más de 6 o 7 años, Lanata simula una entrevista con un dirigencito de La Camporita en un kindergarten como él dijo. El niño es obligado por Lanata, haciendo gala de su falta de pudor y su inmoralidad a decir una serie de mentiras y defender un discurso en el que Kirschner aparece como héroe en las invasiones inglesas, y otros hechos históricos. No es esto acaso similar a realizar una película pornográfica con un menor, solo que en vez de una orgía sexo lo hace participar en una orgía de mentiras para desacreditar a los jóvenes, no piensa Lanata y los catecúmenos infelices que escuchaban y se reían el daño que le hacen a ese niño en pleno momento de formación de su personalidad.
Lo poco de dignidad periodística y humana que le quedaba a Lanata lo tiró por la cloaca, hoy solo es un vómito inservible de aquel periodista que muchos admiramos ingenuamente ignorantes de lo que este ser mentalmente deforme era y los intereses que defendía.
Creo que este país se está dividiendo en dos bloques de manera muy peligrosa, por una lado los sectores vulnerables, empobrecidos por las políticas neoliberales que durante las dictaduras y en los gobiernos democráticos de Menen y De La Rúa nos llevaron al límite de nuestra existencia y por el otro un corpus nazi, inmoral, buscador de dólares para su bienestar personal, autoritario y mal nacido que solo añora los años del “deme dos” y los viajes a Miami.
Hoy más que nunca la decisión es nuestra, o votamos a quienes quieren poner una bisagra a la historia o nos hundimos nuevamente en la miseria y la humillación a la que nos sometieron los Menem, Macri, De Narváez, De La Rúa, Duhalde, Scioli, Infrán, Morales, Sanz, Alfonsín (hijo) y tantos otros políticos corruptos de derecha que durante años estuvieron y estarán al servicio de los intereses de la reacción más retrógrada de la Argentina.
Hasta la próxima.
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Los políticos corruptos de derecha son un asco... Es nuestra obligación como argentinos, defender a nuestros actuales gobernantes. Ellos jamás apoyaron las políticas neoliberales, siempre estuvieron del lado de los más vulnerables. Tienen una trayectoria intachable, jamás elogiaron a Menem, ni hablaron de los méritos de Cavallo como ministro de economía. Jamás llevaron a Scioli como vicepresidente, ni hicieron negocios con la familia Macri. Jamás estuvieron del lado de Magnetto, ni firmaron la monopólica fusión entre Cablevisión y Multicanal. Jamás tuvieron nada que ver con Duhalde, ni con Moneta, ni con Manzano. (Esa gente es despreciable, fueron todos menemistas)... Tenés mucha razón -y mucha mala memoria-... Hay que defender a nuestros actuales gobernantes, ellos nunca estuvieron al servicio de los intereses más retrógrados de la Argentina
ResponderEliminarhay gente desmemoriada, que no recuerda quienes fueron los gobernantes que impulsaron y defendieron las privatizaciones entre ellas la de YPF
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