miércoles, 24 de enero de 2024

LA FICCIÓN SOCIAL.

Quiero empezar este dialogo con una frase de Cornelius Castoriadis: “Lo que la psique desea tanto como la sociedad y los dos la necesitan no es el saber sino la creencia” . Este es el signo distintivo del pensamiento social en la actualidad, pensamiento que se diferencia notablemente del de la década del 50’, 60’ y 70’ por las características fundamentales de sus contenidos y la búsqueda de la verdad y el conocimiento. La pandemia Covid19 puso al desnudo esta notable diferencia. Como si viviéramos en un gran estadio de futbol los actores sociales se dividen según los equipos en pugna y juzgan la realidad detrás del cristal con el que se han cubierto los ojos. Dos cuestiones han ocurrido para que sea posible esta construcción interpretativa de lo social. Por un lado, la caída de las instituciones, por el otro, como hemos referido en otras publicaciones (Bonantini, Quiroga 2021) el trabajo de configuración de una nueva subjetividad capitalista desarrollada con el aporte del modelo social neoliberal que construyó la noción de posverdad que no es otra cosa que otorgar un valor superior a la opinión publicada por sobre la fundamentación científica. Las instituciones (académicas, profesionales, científicas) constituyen formas establecidas de certificación de las prácticas que los seres humanos realizamos. Si alguien quiere ejercer la medicina deberá tener un título habilitante otorgado por una institución (la facultad de medicina) y controlado por otra institución (el colegio médico). ¿Esto garantiza que quien está en esas condiciones realizará una buena práctica profesional?, por supuesto que no, solo garantiza que no cualquier persona puede ejercer esa práctica profesional. Lo mismo ocurre con todas las profesiones que para ser ejercidas requieren de la certificación institucional. En el campo del conocimiento científico también existen instituciones certificantes de la calidad del conocimiento que se divulga o los productos que se comercializan. En el campo de la salud EE. UU. tiene una institución F.D.A. (Food & Drug Administration) encargada de las certificaciones de los alimentos y medicamentos que se utilizan en EE.UU. Los investigadores estamos sometidos voluntariamente a una serie de reglas que son establecidas para la divulgación de los conocimientos que producimos. Publicamos en revistas científicas, mediante la evaluación de pares científicos que dictaminan la calidad de una publicación, trabajamos para instituciones de investigación (públicas y privadas) que evalúan nuestras prácticas y nos categorizan en el marco de carreras científicas, estamentos jerárquicos en laboratorios, centros de investigación, etc. Cuando muestra producción es evaluada se analiza el plan de trabajo en la recolección de la información y su análisis, la veracidad de los datos que presentamos, el rigor metodológico con que fueron obtenidos, la consistencia de las conclusiones con todo el proceso de investigación, etc. La pregunta que puede realizar un lector es, ¿esto garantiza el valor y la credibilidad de una investigación?, la respuesta contundente es que no, pero al igual que en las profesiones, lo que garantiza es que no cualquiera puede opinar sobre una determinada materia, y un control de lo que se escribe y se divulga. En las décadas más arriba referidas a todo este trabajo se agregaba la credibilidad (sobre todo en ciencias sociales) de algunas organizaciones productoras de datos científicos. Por ejemplo, para trabajar sobre temas como la economía, la salud mental, la epidemiología, el trabajo y el no trabajo, etc., es necesario colocar la fuente de donde provienen los datos (instituciones como el INDEC, gozan de un prestigio que certifica sus boletines y a nivel mundial organizaciones como la OIT, el Banco Mundial, la OMS, etc. también). Por lo tanto, existía un complejo sistema científico-técnico que fiscalizaba la labor de los científicos. Los medios de comunicación no intervenían en la construcción de las “verdades científicas” y no era común la presencia continua de investigadores, intelectuales, científicos en los mismos. Desde la post guerra todo comenzó a cambiar, en un proceso que se acentúo en lo que se ha dado en llamar la era de las sociedades científico-tecnológicas. Las décadas mencionadas se caracterizaron por la horizontalización de la producción de cono Cimientos mediante la cual se ampliaron en forma trigonométricas los centros de producción de saberes, las revistas de divulgación y debate científico, y la cantidad de investigadores que participaban de los sistemas científicos. Mucho tuvo que ver con este proceso con la confrontación este-oeste en la cual EE. UU y el bloque europeo competían con el Bloque soviético en todos los campos en lo que se dio en llamar la guerra fría. Así por ejemplo el proyecto Apolo que depositó el primer hombre en la Luna no tenía como objetivo explícito la colonización de nuestro satélite, sino que fue un formidable proyecto que le permitió desarrollar a EE. UU. su riqueza científico-tecnológica y ganar la batalla por el conocimiento a la URSS, ya que el desarrollo de la industria aeroespacial se constituyó en un poderoso tractor de toda una serie de industrias y estructuras de conocimiento necesarias para cumplir con su objetivo lunar. El retraso científico de la URSS sería uno de los factores que intervendría en el colapso de el régimen soviético en la década del 90’. Al interior de las sociedades humanas, la dinámica del pensamiento crítico creativo que se produjo en las ultimas décadas del siglo XX y durante lo que va del siglo XXI, usando un término de la biografía sobre Castoriadis de Michel Dosse (2018) podemos denominar la gran somnolencia . Los intelectuales y cientistas sociales abandonaron la pretensión que tuvieron en la edad de oro de las ciencias sociales, mediante la cual se impulsó a los grandes pensadores a desarrollar teorías abarcativas de la sociedad o del ser humano como por ejemplo los trabajos de Marx, Freud, Weber, Spencer, Comte, Merton, Parsons, Luhmann, Marcuse, Adorno, solo por nombrar algunos sabiendo que son muchos mas los que aportaron al estudio de las sociedades. En nuestra humilde opinión esta elucidación de lo social que avanzaba a pasos agigantados comenzó a abandonarse cuando surgió en la escuela de Chicago la grounded theory, que es es un método de investigación en el que la teoría emerge desde los datos, cuyos exponentes más destacados son Glaser y Strauss (1967) . Lo que busca es la identificación de procesos sociales básicos (PSBs) como punto central de la teoría ya que a partir de este marco teórico se privilegiaron las investigaciones focalizadas en problemáticas parciales y se abandono la idea de sostener la construcción de una teoría social abarcativa. En lugar de continuar la obra de los padres fundadores de los estudios sociales se centraron los esfuerzos en el análisis de los movimientos sociales específicos (feminismo, racismo, problemas de comunidades concretas, etc., dejando de trabajar las grandes contradicciones que daban un marco explicatorio de las contradicciones del capitalismo como sistema parasitario globalizado. Cada científico construyó su pequeño espacio de conocimientos y las grandes discusiones y debates que tenían lugar en las décadas antes citadas se fueron apagando lentamente. Con la caída del muro de Berlín y el fin del socialismo autoritario soviético, los grandes intelectuales orgánicos de la burguesía se embarcaron en estudios vacíos de contenidos en los cuales, muchas veces, ni siquiera se conoce cual es la materia en estudio. Con la pérdida de los grandes marcos referenciales, se abandonó el rigor científico en las formulaciones teóricas y surgieron los que podemos denominar la criptografía social. En las ciencias sociales comenzaron a circular estudios escritos en un lenguaje oscuro y enigmático que pretenden mostrar un conocimiento de las cosas no apta para no iniciados. Un maestro enuncia y sus discípulos tratan de descifrar su pensamiento, pero solo es el maestro el que prevalece en la enunciación, véase como ejemplo el funcionamiento la revista Scilicet en la que solo Lacan podía firmar los artículos con su nombre. Estamos frente a la transición de una forma de construcción del conocimiento social basado en la horizontalidad y la participación del colectivo a una forma que se basa en la verticalidad y en la predominancia de la figura del maestro, como lo proponía Lacan en la revista mencionada, en síntesis, el paso de la democracia en la producción del conocimiento a la dictadura del maestro. Las posturas más avanzadas de las izquierdas representadas en la oposición de izquierda (Antón Pannekoek, Sylvia Pankhurst, Aleksandra Kolontai, Karl Korsch y también Cornelius Castoriadis, Claude Lefort, y otros, siempre bregaron por la horizontalización del debate y de la producción de ideas. En general quienes participaban de este imaginario siempre sostuvieron las ideas del desarrollo del pensamiento autónomo por sobre el heterónomo y la necesidad de romper lazos con el pensamiento conjuntista identitario y la lógica ensídica. Reconocer el proceso solo es un paso, es necesario hipotetizar el porque de la ocurrencia del evento. Mucho se ha hablado de la construcción de nuevas subjetividades que permitan sostener la dominación del capitalismo sobre la población mundial. Como hemos afirmado en otros lados, es interesante observar en un cuadro de distribución desigual de los recursos económicos en el planeta que ha llevado a que el 1% de los seres humanos sean propietarios de mas del 50% de los recursos y bienes del planeta, o en otra relación que dice que el 10% concentra el 76% de la riqueza del planeta mientras que el 50% mas pobre solo acumula el 2% habiéndose duplicado en las últimas décadas la distancia entre el 10% mas rico y el 50% mas pobre (datos del Laboratorio Mundial de la Desigualdad ). Durante la pandemia covid19 la desigualdad se incrementó llevando a que el 10% mas rico posea el 36% del patrimonio y en América Latina ese 10% mas rico es dueño del 55% del patrimonio. Mientras que mas de 100 millones de personas cayeron en la pobreza el 0,01 de la población mundial aumento sus fortunas el 14%. Los teóricos del neoliberalismo representados por distintas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales como la llamada Escuela Austríaca en la que participó Friedrich Hayek y diversos economistas alemanes como Alexander Rüstow, quien en el coloquio Walter Lipman en 1938 acuñó el término neoliberalismo, o la escuela de Chicago en la que participaba Joseph Stiglitz y Milton Friedman desarrollaron las teorías de libre mercado, enunciando que la economía debía regirse por la libertad de mercado, dado que el mercado era el único regulador de las relaciones económicas. Esta teoría aplicada a la sociedad real tuvo como consecuencia el saqueo de las economías más débiles de parte de las grandes potencias económicas y llevó a un empobrecimiento feroz de la gran mayoría de los seres mundiales en el mundo como lo demuestran los números más arriba enunciados. En otros trabajos hablamos de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y de la gran contradicción del capitalismo que genera crisis sistémicas periódicas, cual es la producción colectiva y la apropiación individual de las ganancias. Acá reside el problema fundamental del capitalismo, y que lleva a la clase parasitaria, la gran burguesía (terrateniente, financiera e industrial) a fagocitar todo lo producido por la economía, a producir sin límites, a no planificar la producción en función de las necesidades de todos los integrantes de la sociedad y a general un consumismo tan aberrante como innecesario. El capitalismo actual es un sistema que ha llevado hasta el paroxismo la monopolización de las empresas productoras y los índices de apropiación de lo producido. El mercado no puede solucionar esta contradicción porque por su carácter monopólico y por la avidez de consumo de los recursos producidos lleva q que la burguesía parasitaria dilapide los recursos mientras hunde en la miseria a las grandes masas poblacionales. La pregunta es como es posible que, frente al desarrollo de la ciencia y la tecnología, frente al crecimiento sin límites de la producción, frente a la reducción constante de los beneficiados con el sistema capitalista y el aumento también constante de los marginados del sistema, de la población vulnerable que vive en la pobreza mas solemne en condiciones execrables de existencia, esa minoría privilegiada pueda sostener sus privilegios y aun más aumentar sus riquezas. Es allí donde es importante reconocer que el capitalismo neoliberal a diferencia del keynesianismo pone el acento en la oferta mas que en la demanda y, por lo tanto, no se interesa por la situación social de las grandes masas desposeídas, sino que le importa mucho mas la acumulación de riquezas, sobre todo a partir de la eliminación del fantasmas de la URSS que se constituía en un contrincante peligroso al que no podía eliminar con el simple expediente de la guerra. Es por ello que a partir de la caída del muro de berlín el neoliberalismo comienza a desarrollar una intensa batalla cultural e ideológica tendiente a modificar de raíz la subjetividad de los actores sociales reemplazando los valores enunciados durante la guerra fría y el imperio del llamado estado de bienestar, un discurso basado en la cooperación, la movilidad social, el desarrollo de derechos como el de agremiación, de educación de calidad, el de salud, vivienda y trabajo dignos, etc., por el discurso descalificatorio de los vulnerables designándolos como lo hacía el capitalismo decimonónico del los siglos XV al XX. Es decir, culpabilizándolos de sus desventuras, tratando de eliminar la asistencia del estado a los mas necesitados y privilegiando la competencia, el sálvese quien pueda, la falta de conciencia de clase, etc. En la nueva subjetividad, de lo que se trata es de eliminar el pensamiento crítico, la aceptación acrítica de la situación a la que se ven sometidas las masas desposeídas, desplazando la racionalidad y el análisis de los problemas que acontecen al ciudadano de la esfera de la macroeconomía capitalista al ámbito de la individualidad. Para ello juega un rol importante el concepto de esperanza, según el cual los problemas que acontecen en una sociedad son producto de una coyuntura o de un determinado partido político y no del sistema capitalista. Se trata de pasar de una subjetividad racionalista a otra de características emocionales, una subjetividad en la que prime la adhesión a un líder, partido o movimiento en función de un estudiado marketing político que se orienta a convencer que esa persona u organización es la adecuada para resolver los problemas de los ciudadanos. Siempre que aparece un liderazgo aceptado en un momento histórico vemos que se construyen subjetividades que se basan en la refundación de la sociedad, en la necesidad de sacrificios a mediano o largo plazo para alcanzar la felicidad y el progreso de todos los miembros de la sociedad y mas precisamente de los más empobrecidos o carecientes. En Argentina estamos viviendo un proceso inédito, una fracción política que ganó las elecciones con el 54% de los votos lo hizo enunciando una plataforma discursiva que prometía ajuste y sufrimiento de la mayoría de la población mediante devaluación brusca, ajuste de tarifas, desempleo y caída de los salarios por vía de una inflación pronunciada que en algunos casos se decía que podría ser del 15.000%. Se partía de reconocer la existencia de población en extrema pobreza y se afirmaba que los problemas serían resueltos a largo plazo, eran necesarios 45 años para que la población argentina tuviera un nivel de vida de los países capitalistas mas avanzados como Irlanda, Alemania, EE. UU, etc. La mentira residía en anunciarle que el ajuste brutal a llevar adelante siguiendo las recetas del Fondo Monetario Internacional no recaería en los sectores medios y los mas pobres sino en lo que se definió co0mo la “casta política” a la que se denigró en forma permanente construyendo una subjetividad emocional basada en el odio a los “políticos” sin definir precisamente que “políticos. De todos los políticos se comenzó a hablar de un sector de ellos, los colectivistas, los kirchneristas, los socialistas, los “zurdos de mierda”, etc. Construido el enemigo y desarrollado el odio al mismo ganar la voluntad electoral de la mayoría fue fácil, pero llegado al poder se puso de manifiesto la fenomenal estafa dado que la llamada “casta política” dejó de ser la derecha y extrema derecha política para hacer recaer el ajuste brutal sobre los trabajadores, los empresarios pymes y los jubilados, convocando para la tarea de sanear la economía a los mismos que habían fracasado en el gobierno de derecha encabezado por Macri. En todo este proceso se usaron herramientas fundamentales que permitieron desarrollar el imaginario colectivo hacia algunos actores de la política como lo fueron los medios masivos y concentrados de prensa oral, escrita y televisiva, las “fakes news” (noticias falsas) y el “lawfare” (o guerra legal o por medio de los tribunales judiciales). Se trataba de lograr por un lado satanizar a los políticos corridos un poco mas hacia lo popular y contrarios a los presupuestos del neoliberalismo como modo de disciplinar por el medio del miedo a todos los políticos que no siguieran los mandatos del llamado “circulo rojo” o representantes de la burguesía más concentrada. Es por ello que el título de esta ponencia es “La ficción social”, dado que lo que logró es crear una sociedad ficcional basada, como se dijo mas arriba en los principios de funcionamiento del capitalismo salvaje y decimonónico de los siglos XV al XX al que se elevó a la categoría de sociedad utópica y feliz. Hoy la tarea en Argentina es derrotar a un enemigo poderoso que posee todos los recursos económicos y mediáticos y restaurar la convivencia democrática en riesgo. Al igual que en américa Latina y en muchos países del mundo, asistimos al afianzamiento del paradigma neoliberal que denosta la democracia imperfecta desde la mirada de una ultraderecha salvaje y feroz que amenaza a llevar la inequidad social a limites que no se veían desde el fin de la segunda guerra mundial. La tarea de los intelectuales es denunciar los planes del neoliberalismo y luchar junto a los trabajadores y demás sectores populares por una democracia real que nos libere de la lacra que implica la ultraderecha neoliberal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario