martes, 4 de septiembre de 2012

Los chicos de dieciséis.


En los últimos días asistimos a una polémica respecto de la edad en la que las personas debemos gozar del derecho a sufragar.
Disparada por un proyecto presentado por el senador Aníbal Fernández, que plantea otorgarle el derecho a sufragar a los mayores de dieciséis años, comenzó una discusión que pone de manifiesto el carácter patético de los medios monopólicos y los políticos opositores.
Antes de meternos de lleno en esta discusión, que a mi entender no debería ser tal, quiero hacer notar la actitud de la oposición mediática y partidaria, cada vez que el gobierno anuncia una medida se lanzan como fieras hambrientas a devorar todo lo que el gobierno propone. Si hiciéramos caso a la oposición todo lo que hace el gobierno está mal, todo conduce al desastre.
Por lo menos por una mínima probabilidad estadística deberíamos pensar que alguna vez desde el gobierno se toma alguna medida correcta.
Pensemos, si todo lo que el gobierno hizo y hace esta mal, conduce al desastre, porque los grandes países capitalistas europeos están en crisis y Argentina va a crecer este año, y el año que viene tendrá una perspectiva modesta de crecimiento de mas del 5%.
¿No habrá algún diarito amarillista por ahí que pretende constituirse en el líder de la cadena del desánimo, intentando tomarnos de tontos a los argentinos?
Pero vamos al tema, se propone bajar la edad de gozar el derecho de sufragar a los dieciséis años y Bullrich, Cello, Morandini, Juez, Clarín, etc., salieron con los tapones de punta contra la ley.
Los argumentos son variopintos, pero terminan recalando en el mismo lugar, un joven no sabe pensar, no tiene responsabilidad, lo que argumentos en contra sostienen, entre otros puntos, es que hay una incongruencia al adjudicar derechos pero no obligaciones para los menores de edad ya que estos gozan de tratamientos legales diferentes y, además, el sufragio en su caso es optativo, otros dicen que hay que darles educación a los jóvenes antes que voto, que los jóvenes no tienen capacidad de pensar, etc.
Lo primero que debemos analizar es que los radicales enfrentaron a los conservadores con una revolución que pregonaba el voto universal, y el voto femenino para ser aprobado debió también enfrentar una dura resistencia de los sectores de la derecha conservadora. En el caso del de la mujer, algunas de las apocalípticas críticas, incluían en un mismo corpus de razonamiento al abandono del hogar, las incomodidades de alojamiento y la menstruación como enemigos del sufragio femenino.
Lo que constituyó el voto femenino es tan importante como el sufragio universal, fue ampliar la ciudadanía permitiendo que participen cada vez mas personas en las decisiones sobre gestión de lo social.
No resolvió la cuestión democrática, que es mucho mas compleja y ardua. No implica que  tengamos una sociedad autónoma y destituyamos la heteronomía existente en las sociedades occidentales con el voto femenino, el voto a los dieciséis, etc., es simplemente un paso más en pos de mejorar la estructura democrática, de ampliar ciudadanía, de incluir.
Seguramente alguien habrá pensado en 1947 que Perón otorgaba el voto a la mujer para mejorar su hándicap electoral, a lo mejor el mismo líder lo pensó, pero nadie le aseguraba al peronismo que las mujeres lo iban a votar masivamente en 1952, como nadie le asegura al Frente para la Victoria que los jóvenes de entre dieciséis y dieciocho años van a votar masivamente a este sector político.
Es interesante escuchar a la distinguida “patricia” Bulrich oponerse al voto joven y compararlo con la guerra de Malvinas. Mas allá que pertenece a mi misma generación y que nosotros (ella incluida)[1]  a los dieciséis leíamos a Marx, nos interesábamos por militar en partidos de derecha como el Movimiento Nacionalista Tacuara o de izquierda como el Partido Comunista o alguna de la muchas organizaciones en las que se atomizó la izquierda en los sesenta y setenta, los jóvenes en estas décadas hicimos el Cordobazo, el Vivorazo, salimos a las calles como estudiantes secundarios en lucha, junto a los universitarios y los obreros que reclamaban libertad y vida digna.
En las movilizaciones no le pedíamos la libreta de enrolamiento a los participantes para evitar que se nos colaran menores de dieciséis, mas aún los más grandecitos íbamos a las escuelas secundarias a participar en la organización de los más jóvenes y así se creaban organizaciones de estudiantes secundarios como la UES.
¿Quien determina que el día que cumple dieciocho un joven pasa de ser un irresponsable, que no piensa, que esta todo el día hablando de tonterías, a convertirse en un adulto pensante que puede votar y participar en política?.
La responsabilidad no es un atributo de los años, sino observen a los porteños que tienen un Alcalde irresponsable, un “nene de papá” como decía mi tía Veneranda, que juega a gobernar, pero que lo único que hace es crear un 0800 buchón, prohibir “El eternauta”, realizar escuchas ilegales, andar en bicicleta o despedir maestros porque lo critican. Que cada vez que tiene que asumir una responsabilidad se oculta detrás de una estrategia de victimización, diciendo que la culpa de todo lo que hace mal es del Gobierno Nacional.
Conozco infinidad de viejos decrépitos que son irresponsables, alocados, que solo hablan de tonterías, que son necios, y también conozco muchos jóvenes que a los catorce, quince años eran políticos avezados como Envar El Kadri, Juan Manuel Abal Medina, Mario Roberto Santucho y tantos otros militantes que desde el secundario participaban de la práctica política revolucionaria y debatían concienzudamente en las escuelas sobre política y sociedad.
Quienes se oponen al voto joven coinciden con Galtieri, al revés de los disparates que formula Bullrich, porque para Galtieri los jóvenes no tenían que tener derechos, ni participar en política[2] pero si tenían edad para morir.
Podría enunciar un argumento mas, aunque simple, importante, cuando la mayoría de edad era a los veintiún años se votaba a los dieciocho, ahora que la mayoría de edad es a los dieciocho, justo es que se vote a los dicaseis, no les parece.
Pero si quisiéramos apelar a las investigaciones psicológicas, quien haya leído Psicología de la Inteligencia de Jean Piaget sabe que a los dieciséis años se han completado todas las estructuras intelectivas, el ser humano a esa edad utiliza y reconoce con solvencia los conceptos abstractos de verdad, justicia, belleza, etc., posee lo que se denomina el pensamiento lógico formal, por lo tanto es lógico que pueda discriminar acerca del futuro que pretende tanto para sí como para sus afectos y su país.
Tengo dos hijos jóvenes, son muy inteligentes y responsables y lo eran a los dieciséis años, contra algunos de los argumentos de que los jóvenes son dependientes de sus padres, ellos siempre se las arreglaron solo para ir a la escuela, vestirse, sostener sus responsabilidades, y ello ocurrió porque se los crio de esa manera, fomentando su autonomía y capacidad de decisión. Un jóven que no tiene capacidad para tomar decisiones a los dieciséis muy probablemente no la tenga a los veinte o veinticinco, es, como decía mi tío Eleuterio, un botarate, un petimetre o como califica Macri padre a su hijo, un pelotudo, y conste que no lo digo yo sino el padre de Mauricio Macri.
Es hora que los argentinos entendamos que la lucha electoral es en el momento de la elecciones, que no se nos caen los anillos porque digamos que el gobierno hace cosas bien y que no debemos temer a señalar las cosas que el gobierno hace mal, y en todo caso si queremos acumular en términos político no lo debemos hacer mediante alianzas espurias con los partidos reaccionarios de la derecha como el PRO, sino presentando proyectos innovadores que ganen la adhesión de nuestros compatriotas.
Hasta la próxima.


[1]Si mal no recuerdo la Augusta Patricia en esos años era revolucionaria y coqueteaba con Montoneros.
[2] Se acuerdan de esa publicidad en la que aparecía un voz que preguntaba ¿Sabe que está haciendo su hijo en este momento? Para inducir a los padres a repremir los anhelos y esperanzas de sus hijos y remitirlos a la obediencia debida a las dictaduras. 

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