Dios y el inconsciente freudiano.
Pancho Ibáñez tenía un slogan en su programa de televisión, decía que “todo tiene que ver con todo” y en esta comunicación trataré de demostrar que algo de razón tenía.
Tanto el inconsciente freudiano como la noción de Dios comparten un origen común, los dos son constructos de la mente humana.
La creencia en Dios surge cuando el hombre no puede comprender ciertas cosas de la naturaleza, de esta manera en un comienzo existieron múltiples creencias, que originaban diversos dioses.
No podría afirmar con exactitud si las primitivas creencias son inferiores a la actual creencia en un solo Dios, son parte de la misma lógica mítica que tiene una fuerza tremenda para atenuar la angustia de muerte que atraviesa a toda nuestra especie. Desde que podemos tener las primeras ideas abstractas, sabemos que nuestro tiempo es limitado, tal vez no sabemos lo limitado que es, y lo rápido que llegamos al final de la opción de tiempo que nos brinda la vida, pero tenemos conocimiento de que no contamos con la posibilidad de hacer todo lo que queremos sino solo lo que ese tiempo nos permite.
A un humano le resulta muy angustiante pensar que en algún momento la luz se apaga y que si bien el mundo seguirá andando, nosotros ya no seremos parte de él, ni de nada.
La muerte es el mayor de los misterios y tal vez el único misterio que nuestra mente jamás podrá desentrañar, ni siquiera mas allá de ella, porque solo la nada esta mas allá.
Siendo muy joven tuve una experiencia muy interesante, debiendo ser operado de várices, se me sometió a una anestesia total, solo recuerdo que alguien me hablaba mientras estaba en el quirófano y me decía que cuente en forma regresiva de tres a cero, la siguiente impresión fue escuchar voces y notar que estaba en una habitación fuera de quirófano, habían pasado varias horas, de ellas no tengo ningún registro.
La diferencia entre el sueño y la muerte, es que si bien en las dos hay una ausencia de conciencia, en el primero la misma no es total, por cuanto las imágenes oníricas pueblan nuestro psiquismo durante el sueño. La anestesia total, es un sueño sin imágenes, es la ausencia total de conciencia y lo más parecido que encuentro ala muerte. Tal vez por ello puedo ser agnóstico, porque no temo a la muerte, considero que ella es la solución a todos nuestros padeceres, y, si bien, es hermoso vivir, morir no es la contrapartida de la vida, sino el epílogo sublime de la misma, epílogo, que, por otra parte, cualquiera sea nuestra condición social, no podemos eludir, ricos o pobres, habremos de rendirnos siempre y caer en sus brazos en algún momento.
Pero este punto de vista existencial, no tiene por qué ser compartido por todos, desde muy temprano en la existencia humana, nuestros antepasados, debieron batallar contra todo ese universo desconocido que poblaba sus vidas (el rayo, el trueno, las tempestades, las sequías, la muerte) y necesariamente tuvieron que buscar una explicación a aquello que no entendían y que tanto lo angustiaba. Así durante generaciones se fue construyendo el concepto de lo divino (diversos dioses, un dios).
Se ha intentado demostrar que el monoteísmo es una forma evolucionada de la religión, creo que no, es solo una de las forma que asume el mito, y aún en las religiones monoteístas están subsumidos los sistemas de creencias de las religiones que no lo son. Por ejemplo los santos de la Iglesia Católica constituyen la forma en que esta creencia incorporó dentro de sí a las prácticas politeístas. Existe santos para todo, para el trabajo, para la fertilidad, etc., para lo que Ud. quiera tiene un santo.
Todo lo que pueden exhibir las religiones como propio de la deidad son producciones del hombre (el Corán del islamismo, la Biblia de los católicos, las Vedas y el upanishad del hinduismo, la Torá delos hebreos, etc.), fueron escritas por hombres, mas aún hombres histórica y socialmente determinados. Podríamos decir que el hombre no fue hecho a imagen y semejanza de Dios, sino que Dios fue construido a imagen y semejanza del hombre.
La religión tiene dos componentes fundamentales, uno de atenuación de la angustia existencial y el otro de dominio. Del primero hemos hablado, el segundo es la función que tiene toda religión de reprimir los deseos humanos y posibilitar un sujeto domesticado que en su miedo al mas allá asume la aceptación acrítica de las significaciones sociales imaginaras que pueblan su existencia y son prescriptas para su aceptación plena y sometida del orden social existente.
No en vano las religiones reprimen la sexualidad, impelen al sujeto a aceptar las desdichas de esta vida porque será premiado con una vida mejor luego, implican el sometimiento a la autoridad de un supuesto creador y por lo tanto a su iglesia, etc. .La religión no libera, oprime y ayuda a perpetuar la opresión de las clases dominantes y por lo tanto es funcional al sistema de clases que existe en las sociedades estratificadas, de las que el capitalismo es una de las formas mas sofisticadas.
A esta altura de nuestra exposición el lector se preguntará “¿y esto que tiene que ver con el inconsciente freudiano?
El inconsciente freudiano es también un constructo artificial del hombre. Como la idea de Dios, el inconsciente fue ideado y producido por los hombres, solo que de una determinada corriente psicológica y mucho mas modernamente que la idea de Dios.
Hacia 1900 Freud terminó de coronar una línea de reflexiones que habían comenzado en sobre fines del siglo XIX y que se publicaron en 1895 en un pequeño artículo denominado “Estudios sobre la histeria” y que constituían un interesante análisis del material recogido por Josef Breuer, que trataba a una paciente con síntomas de conversión histérica.
En el año 1899, con fecha adelantada en la portada que decía 1900, Freud publicó “La interpretación de los sueños”, con esta obra comenzaba a construirse el modelo teórico del Psicoanálisis, naciendo una nueva disciplina y modo de entender al hombre, el Psicoanálisis. En este libro Freud desarrolla los conceptos de consciente, pre consciente e inconsciente. El edificio teórico no terminaría de construirse durante la vida de Freud y continuaría siendo erigido por algunos de sus seguidores (Jung, Adler, Lacan, Klein, etc.)
Existen algunas obras complementarias que acompañaría a la “Interpretación de los sueños” (1899) y que son parte de la arquitectura teórica del modelo, “El Yo y el Ello” (1923), “Psicopatología de la vida cotidiana” (1901), “Tres ensayos de una teoría sexual”, “El chiste y su relación con el inconsciente” (1905), “Introducción al narcisismo (1914) “Mas allá de principio del placer” (1920) “Inhibición, síntoma y angustia” (1925), “Esquema del Psicoanálisis” (1938).
No es el objeto de este escrito detallar la estructura conceptual el edificio freudiano, solo hacer notar que en todo este recorrido se estructura lo que es conocido como el modelo Freudiano del aparato psíquico, el que se puede resumir en dos tópicas, la primera que define la existencia de los niveles de: consiente, pre consiente e inconsciente, y la segunda que establece la existencia del YO, el Súper Yo y el Ello, el modelo se completa con un arsenal conceptual que entre otros conceptos incluye el de represión primaria y secundaria, principio del placer y de realidad, los mecanismos inconscientes de condensación y desplazamiento, las teorías de la angustia, teorías de la pulsión, etc., constituyendo uno de los modelos mas complejos y prolíficos del siglo XX.
Como correctamente indica González Rey[1] un modelo constituye un conjunto de hipótesis que generan una inteligibilidad múltiple y simultanea sobre un sistema complejo que se expresa de diferentes formas. Rescatamos la idea de hipótesis para definir un modelo, y le agregamos la noción de construcción, en este sentido el edificio teórico del psicoanálisis es solo un modelo teórico que busca comprender el hecho psíquico (tanto normal como patológico). Dentro de este modelo existe una centralidad fundamental, la de la energía sexual, Freud centra sus hipótesis explicatorias y desarrolla sus teorías sobre la base de un dato preciso de la condición de la sociedad humana, la represión de la sexualidad.
El punto central de la crítica al psicoanálisis consiste en que el mismo se agota en lo intrapsíquico, no otorgándole la atención debida a la participación de lo social en la construcción del aparato psíquico.
Considerar lo social en su importancia plena, hubiera significado no poder hablar de universales (como el complejo de Edipo) que determinan el desarrollo de la estructura psíquica, el hombre, la vivir en sociedad, no solo transforma a la misma, sino que se transforma a sí mismo, por decirlo de alguna manera, el ser humano es un mutante biológico que cambia en cada momento y la parte mas superficial y dúctil de su estructura la constituye precisamente los fenómenos mentales, y es la que con mayor velocidad evoluciona.
Nos encontramos pues, frente a un modelo artificialmente construido, que permite interpretar los aconteceres de la vida psíquica en tanto y cuanto esa interpretación se realice en los límites del modelo. Para poder validar los constructos teóricos que se construyen desde la empriria, es necesario hacerlo desde el interior del modelo hermenéutico, ya que en la medida en que el observador se sitúa por fuera del sistema puede ver las irregularidades y discordancias que el mismo tiene.
Al igual que la creencia religiosa, es una construcción que requiere de la fe, la fe en el modelo, de quienes operan con el mismo.
Desde un posicionamiento diferente es necesario que los datos se validen con herramientas que están por fuera de las estructuras conceptuales que realizaron el constructo, solo de esta manera abandonamos la creencia y nos internamos en el campo del pensamiento crítico.
No afirmamos que la fe esté mal, es parte del sistema cultural que el propio hombre ha construido a lo largo de su corta historia natural, tampoco consideramos que los modelos teóricos sean incorrectos, la ciencia no avanza por certezas sino por dudas y errores, se apodera del conocimiento luego de haberlo intentado en múltiples oportunidades y aprendemos mas de los equívocos que de los aciertos.
De lo que se trata es de reconocer cuando trabajamos con datos fiables, comprobables y cuando nos movemos en la terreno de las conjeturas, y el Psicoanálisis, dicho por un importante número de psicoanalistas, es parte de las “ciencias conjeturales”.
Hasta la próxima.
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