Los argentinos somos amantes de la charla en el café, eso es un hecho conocido. Pasamos largas horas en los bares consumiendo el famoso cortado y hablando de diferentes temas. El tema no está pre establecido, surge en el momento, el disparador puede ser un comentario, una imagen en la televisión, una noticia en el diario, un libro, una película. A veces la mesa del café es la oficina donde se concretan los negocios, otras el escenario donde se talla un drama o una comedia, una reunión de amantes o un encuentro de novios.
Cuantas veces ha comenzado en ella un romance que terminó en matrimonio, hijo, nietos y en una tarde cualquiera ya ancianos los dos protagonistas retornan a la mesa y la nostalgia los inunda.
Pero, sobre lo que no se ha trabajado es que efectos tiene la tertulia de café sobre la sociedad en general y sobre la vida cotidiana.
Decimos esto, porque en los últimos años, asistimos a cambios sociales profundos, que tienen que ver, más que con una transformación del sistema socioeconómico, con los grandes cambios culturales, que de la mano de Internet se están dando en nuestra sociedad contemporánea.
Hoy, el ciudadano común, cuenta con un conjunto de medios de comunicación a su alcance, que le permiten potenciar su palabra, penetrar con su discurso, mucho más allá de los límites físicos a los que accede él personalmente.
Por otro lado, desdela obra de Foucault, sabemos que las formas de poder, se han transformado sustancialmente en el seno de la sociedad. El poder además de no residir en un solo lugar (el Estado, la cúspide de una organización) no es una cuestión estática, transita la sociedad, cambia de forma y de contenido, atraviesa diferentes estratos sociales e inviste de poder a diferentes sujetos y grupos sociales de manera situacional y relativa.
Por otra parte, la palabra, adquiere en las sociedades contemporáneas mucho mas fuerza, no solo por la capacidad del discurso de reconvenir al poder, sino porque este efecto de altavoz que le otorgan los nuevos medios de comunicación (celulares, internet, etc.) a la palabra, hace que la misma resuene mucho mas allá del emisor, que la misma adquiera una autonomía en su navegación a través de los diferentes cuerpos que conforman la sociedad, determinando que cada uno dote a la misma de nuevos significados.
Retrocedamos un poco en el tiempo, imaginemos a un campesino de la Emilia Romagna, alguien que por ejemplo vivía n San Próspero, nuestro campesino hablaba con alguien de su entorno y decía cosas, pero esas palabras no superaban los limitados contornos de la comarca, de esta manera, por ejemplo, alguien que residía en un pueblo vecino, digamos Savigno, no llegaría nunca a escuchar su opinión, la palabra estaba sujeta de la geografía y la distancia.
Pensemos ahora en que un hijo de nuestro campesino decide migrar en busca de nuevos horizontes, y termina recalando en América, forma una familia, tiene hijos, uno de sus hijos comienza a trabajar, pero a diferencia de la vida de su abuelo en San Próspero, nuestro muchacho no esta confinado a su pueblo, los nuevos medios de transporte, la movilidad social ascendente, le permiten estudiar, tener estudios secundarios aunque no los complete, y fundamentalmente cambiar de escenarios de vida en pocas horas.
A diferencia de su padre, la palabra de nuestro nuevo protagonista, podrá tener alas y navegar en las alturas instalándose en nuevos interlocutores, en nuevos escenarios, el intercambio discursivo progresará, los discursos, como las etnias se mixturarán y la síntesis crecerá en contenido y diversidad. Además la existencia de nuevos medios de comunicación (la Radio por ejemplo) aumentará sus conocimientos, dilatarán el alcance de sus percepciones, podrá saber en pocos segundos lo que pasa en Bs. As., en Rosario, en Santa Fe. Manejar nueva información, de lugares más remotos (la onda corta le va a permitir conocer lo que pasa en Londres u otros países al instante) enriquecerá su vocabulario y le dará mayor amplitud a sus análisis, algo estará cambiando en su organización conceptual, y ello tendrá efectos sobre la sociedad, ya que nuestro muchacho podrá conocer nuevas ideas, movilizarse por nuevos ideales, pelear por mejorar su condición de vida.
Su voluntad, junto a la de millones de personas generará hechos resonantes que modificarán el mapa político y las nuevas políticas cambiaran los horizontes de visibilidad de él y su descendencia.
Nuestro nuevo protagonista se reunirá en mesas de café pero estos debates intensos, aún contarán con límites para extenderse en el tiempo y el espacio. La palabra permanecerá anclada a la geografía y podrá, por el momento existir un monopolio de los decires en ciertos sujetos privilegiados de la sociedad (los comunicadores, los políticos, etc.)
El muchacho crecerá, conocerá a una buena mujer y se casará, vendrán los hijos que conocerán una sociedad muy lábil, con cambios profundos, algunos de ellos estudiarán en las escuelas secundarias, mejorará la capacidad de proyectarse sociablemente, y con ello aumentará la movilidad social.
Supongamos que alguno de sus hijos llega a la Universidad, mejorando el crecimiento intelectual y social de sus ascendientes, este nuevo protagonista se situará en un nuevo plano de la estructura social, al contar con estudios universitarios su horizonte de visibilidad tendrá mayores posibilidades de ampliarse, habrá leído autores y obras que a su bisabuelo eran inaccesibles, podrá discurrir sobre nuevas utopías y se lanzará a las calle en defensa de ellas, No es que sea mas valiente que sus antepasados, es que su conciencia habrá crecido en calidad y cantidad por el mayor acceso a la cultura que la apertura social le habrá brindado.
Pero no solo por los mayores conocimientos sentirá que su palabra tiene un poder de penetración en la trama social, sino porque se sentirá que la misma crece en sus posibilidades de transmisión, ahora existen nuevas redes comunicacionales que le permiten llegar mas lejos, conectarse con otras experiencias, influir a mayor cantidad de personas. El efecto combinado del desarrollo de su capacidad crítica y la extensión artificial de los alcances de su percepción y la penetración en la sociedad global de su palabra, otorgarán a su discurso un potencial inédito en la sociedad humana, ahora él podrá conectarse con sus pares al instante, enterarse on line de lo que ocurre en la plaza Tian Nam Men , discutirá el valor y la realidad de la Invasión a Irak, tendrá conocimiento de la crisis global en el mismo momento en que empieza a desarrollarse, sabrá lo que discuten sus representantes al momento mirando la sesión parlamentaria (la de la resolución 125 por ejemplo), en definitiva tendrá a su disposición una masa de información, que a la vez podrá operar como obstáculo en su análisis por la dificultad de nuestro cerebro de procesar magnitudes infinitas de información que llegan a nosotros en cada momento.
Se psiquis reaccionará aplicando un criterio selectivo crítico de la información que lo inunda o asimilando acríticamente la misma, dando crédito a los que ve o escucha en TV en los diarios, etc.
¿Cual era el tamiz confrontativo que le brinda la posibilidad de controvertir sus propios criterios, de separar la paja del trigo, de analizar sus análisis y reveer lo que piensa?
Nuestra psiquis constituye, además del medio para poder asimilarnos a la experiencia cotidiana en la que nos desenvolvemos, la herramienta de poder que nospermite discriminar lo que nos pasa, lo que nos llega, lo que ocurre en nuestro alrededor.
Pero este trabajo intelectual no lo puede hacer en soledad. Los seres humanos, somos seres sociales, construimos nuestras vidas en sociedad y somos a la misma vez producidos por la misma y productores de lo social.
Nuestra existencia se desarrolla sobre la base del intercambio que realizamos con los otros que están en nuestro entorno inmediato y mediato. Necesitamos de nuestros interlocutores para afirmarnos como sujetos, y construimos nuestra subjetividad en el proceso de intercambio social.
Nuestra psiquis produce las formas de subjetividad individual, que no es otra cosa que la manera que cada uno de nosotros se apropia de la subjetividad social construida por todos los integrantes de una determinada sociedad, simultáneamente, en ese proceso de apropiación intervenimos en los procesos sociales de construcción de subjetividad colectiva.
En este punto, volvamos a nuestra mesa de café. En ella podemos describir la siguiente escena, dos o mas amigos que se encuentran en un espacio común de intercambio. Que intercambian, información, no importa la veracidad de la misma, no importa la fuente. En el proceso de intercambio se modelan opiniones, se modifican percepciones, se sostienen posturas, se antagoniza, se comparte, se recrea. Tampoco importa mucho saber quien tiene razón, si alguno convence al otro, si existe una síntesis, lo que si importa, es que en ese proceso ninguno de ellos sale igual a como entró. Lo sepa o no, en su interior, el procesamiento de la información recibida, impactará en su subjetividad, reorganizará sus conceptos (por muy mínimo que esto sea) y alterará sus experiencias tanto en la manera de percibirla, como en la forma de pensarlas produciendo nuevas formas de raciocinio que contendrán las anteriores y parte de aquello que participó del debate en la mesa de café.
Ahora bien, y esto es lo mas interesante, la mesa de café constituye además un analizador de la vida social de los argentinos, un lente a través del cual podemos investigar los cambios de las formas de pensamiento que se dan en nuestra sociedad.
Cuando nuestro protagonista se vaya de la mesa y se reintegre a los múltiples espacios de su vida cotidiana, a diferencia de su abuelo, dispondrá de una multiplicidad de medios de comunicación a través de su celular o computadora (un blog, twitter, Facebook, etc.) para relanzar aquello que construye en su interioridad, al mundo global. La palabra de tu bisabuelo no podía ser escuchada mas que por un puñado de paisanos que vivían en su mismo espacio físico, en cambio la suya puede llega a la China y ser analizada por un actor remoto permitiendo poner en contacto experiencias diferentes y subjetividades distintas.
Veamos algunos ejemplos, cuando la bomba de Atocha el gobierno de Aznar responsabilizó a ETA del atentado tratando de ocultar que el mismo era una retaliación de su política beligerante en Afganistán, la oposición utilizó los mensajes de celulares para difundir quienes eran los responsables del atentado, “que no fue la ETA, que fue Al Qaeda” decían los mensajes, el resultado, el P.P. perdió una elección que creía ganada, en nuestro país un minúsculo programa de la televisión pública, 678, pudo romper el muro informativo con el que los monopolios mediáticos separaban al gobierno de Kirschner de la opinión de buena parte del electorado. Logró reunir en una auto convocatoria por Facebook a mas de quince mil personas en Plaza de Mayo en apoyo a la propuesta periodística que ponía en interdicción, no solo a la información de los medios hegemónicos, sino también a periodistas como Lanata, Bonelli, Ruiz Guiñazú, Grondona, Majul, etc. que constituidos en los comunicadores del monopolio mediático, usaban un cierto prestigio anterior, trabajando para intentar obstaculizar el proceso de cambio que se viene gestando en la sociedad argentina y cuyos logros fundamentales son la ley de medios, los juicios a los genocidas, el pase de las AFJP al Estado, el matrimonio igualitario, el estatuto del peón rural, las mejoras a los jubilados, un crecimiento record del 8% anual o mas del PBI, la recuperación de millones de ciudadanos en situación de extrema pobreza, el incremento de la participación del os niños y adolescentes de familias vulnerables en la escuela, la ruptura con el FMI, el aumento de las reservas hasta casi 50.000 millones de dólares, el aumento de obras de infraestructura, la disminución de la deuda externa en términos de PBI, los aumentos de la producción y el consumo, etc.
678 no es solo una construcción de una productora o de sus periodistas, es una producción social de una colectividad de ciudadanos que mantienen una nueva relación con los mass media, que son capaces de ver críticamente lo que estos dicen, que pueden tamizar la información y reflexionar sobre lo que dicen y que pueden tener mayor capacidad crítica autocrítica. Pero además es un enlace entre la mesa de café a la que vamos todos los días con esa gigantesca mesa de café que se construye día a día en la realidad cotidiana de esta Argentina que con errores y aciertos comienza a alumbrar.
Hasta la próxima.
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