Frecuentemente se recurre, para definir la democracia, a la etimología griega del término, pero se hace una interpretación incorrecta del mismo, se dice que etimológicamente significa demos=pueblo y cratos=gobierno por lo que se deduce que es el gobierno del pueblo. Esta interpretación no es enteramente correcta, en realidad el demos, en la antigua Grecia era la circunscripción, lo que para decirlo en una terminología popular, el barrio, el territorio, por lo tanto era el gobierno del demos es decir del territorio.
En la antigua Grecia para participar de la asamblea del demos era necesario ser ciudadano, la democracia griega era una democracia de ciudadanos, no podían participar los metecos, los esclavos, las mujeres, los niños, etc. La ciudadanía estaba dada por el ser y residir en el territorio, o lo que es lo mismo, era una democracia de carácter restringido.
La universalización de la ciudadanía fue dada a partir de la revolución francesa, antes podía participar en los eventos electorales, es decir, elegir y ser elegido quien podía acreditar propiedades.
La ciudadanía universal es un invento de la modernidad, y por lo tanto la forma de democracia que surge dela misma es igualmente una producción de esa modernidad.
Es interesante observar que cuando hablamos de democracia todos creemos hablar de lo mismo, pero si deconstruimos el término, veremos que la democracia tiene múltiples significaciones.
El Tea Party movement de lo EE. UU. Considera que el sistema político americano no es una democracia son un sistema representativo y uno de sus miembros decía en el mes de octubre de 2011 que si quieren democracia vayan a Grecia en alusión a los miembros del movimiento Occupy Wall Street que luchan por la ampliación de la democracia al igual que los indignados europeos.
En nuestra constitución se establece claramente que “el pueblo no delibera ni gobierna, sino a través de sus representantes”, en esta interpretación la democracia argentina tiene un sentido restringido al igual que la griega.
Es una democracia representativa, lo que en buen romance quiere decir que el ciudadano de a pié no participa en la toma de decisiones, ni siquiera de aquellas que lo afectan. Cada tantos años somos convocados a las urnas, a votar. En ese acto, tan publicitado como auténtica fiesta de la democracia, elegimos representantes. Ahora bien ¿qué es un representante?, es alguien que toma decisiones en nombre de otro ya sea individuo o colectivo.
El representante una vez que es elegido por mayoría de votos tiene autonomía frente a sus representados, no está obligado a consultarlos para nada (y en los hecho no los consulta) decidiendo según su criterio, y no son pocas las veces que decide contra los intereses de su representados, por ejemplo cuando vota aumentar las tasas de los servicios públicos, cuando vota leyes que aumentan la edad jubilatoria, etc.
En las “democracias representativas” basada en partidos políticos (como en Argentina), el ciudadano común ni siquiera puede aspirar a ser representante, ya que para presentarse a un cargo electivo tiene que ser parte de alguna formación política reconocida por el Estado.
En Argentina con la ley de primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) ni siquiera pueden participar colectivos que no posean más del 1,5% de los electores, con lo que, si consideramos que existe un número aproximado de 20.000.000 de electores, un colectivo político que sacó 150.000 votos no puede participar en las elecciones generales (ocurrió con el partido de Solanas por ejemplo). Otro tanto ocurre con la lista de candidatos que no alcanza el porcentaje mínimo para entrar en la cámara de diputados, en la provincia de Santa Fe la U.C.R. y la Coalición Cívica obtuvieron 114.000 y 113.000 votos respectivamente y no tienen diputados en la representación parlamentaria de Santa Fe al parlamento nacional, pero además si contamos todos los votos de partidos que no lograron tener un diputado nacional llegamos a que más de 500.000 ciudadanos de Santa Fe no tienen representantes, o sea más de un 25% de los ciudadanos que votaron no tienen representantes. A ello debemos agregar que cuando quienes deseaban votar en Santa Fe, por ejemplo, por el Partido Obrero, no pudieron hacerlo porque a los miembros de ese partido no se les habilitó la lista por tener menos del 1,5% en las PASO.
En definitiva lo que existe en argentina es un sistema representativo, burocrático en el que unos pocos miembros de partidos políticos, toman decisiones por todos nosotros sin consultarnos y sin importarles lo que pensamos, sentimos o necesitamos, más aún ellos definen su voto en función de los intereses del partido al que pertenecen, y si queremos ser más precisos en el análisis, su voto responde a los intereses de los burócratas que gobiernan esos partidos (ya que ni siquiera responden a los intereses del partido en su conjunto). Recientemente algunos miembros de la UCR han denunciado que en el partido no se debate desde hace muchos años, los partidos políticos no tienen plataformas electorales, los candidatos, de los diferentes partidos, como ocurrió en la UCR ni siquiera fueron votados por su partido, en casi todos los partidos el candidato que se votó en las internas abiertas fue elegido por un grupo minúsculo de miembros del partido.
El ciudadano no delibera ni gobierna, más aún si somos estrictos, no elige, sino que refrenda una elección realizada por un reducido grupo de burócratas que manejan los partidos políticos.
En el ejercicio de la “democracia” ocurre algo parecido. No tenemos ninguna participación en lo que se discute o vota en los parlamentos nacionales o provinciales, consejos deliberantes, etc. En argentina ni siquiera se recurre a algunos mecanismos más participativos como lo son los plebiscitos o referéndums, el último plebiscito que recuerdo fue el del Beagle en épocas de Alfonsín. Nuestros “representantes” suelen votar leyes de reducción de salarios, aumento de la edad jubilatoria, aumentos de las tasas de servicios públicos, leyes laborales antipopulares, etc. En nombre de un pueblo que no sabe ni lo que votan.
Más aún muchos “representantes” no emiten una palabra en su paso por las cámaras, allí todo se decide en el bloque de diputados y los miembros del bloque deben votar lo que el bloque determina, es decir lo que determinan los pocos que conducen el bloque que responden a los pocos que conducen el partido.
En Rosario, asistí por T.V. a una sesión del consejo deliberante que se realizó el 10 de noviembre de 2011. Su presidente, el Señor Concejal Socialista Miguel Zamarini decidió no permitir que los ciudadanos de Rosario puedan presenciar la sesión donde se debatía el aumento del boleto de transporte urbano. Uno se pregunta por qué el “demócrata” Zamarini no permitió la entrada de los ciudadanos a las barras del recinto, y más aún porque mientras otros concejales (como María Eugenia Bielsa) solicitaban que se permita el acceso de la gente al recinto para escuchar el debate, este “demócrata” se negó.
Es muy simple porque su bloque había decidido aumentar el boleto en un casi 30% afectando los bolsillos de los trabajadores y favoreciendo a las patronales del transporte, de la misma manera que el gobierno municipal aumentaba la Tasa General de Inmuebles, en consonancia con el gobierno de la provincia, perteneciente al mismo color político, que anunciaba días después un tarifaso en agua, luz y otros servicios.
Pregunta ingenua, Zamarini y los concejales socialistas, el gobierno provincial de Binner y el partido socialista consultaron a los ciudadanos de Rosario y de la provincia sobre el aumento de tarifas y servicios.
La respuesta es no, ellos deciden por nosotros, nos meten la mano en el bolsillo, nos quitan recursos que podríamos dedicar a mejorar las condiciones de vida y educación de nuestras familias, preconizan ideas económicas obsoletas que perjudican a los trabajadores como la de un pacto social que congele precios y salarios que siempre terminan en congelamiento de salarios y aumentos solapados de los precios, en definitiva, estos llamados “socialistas” no se diferencian en nada de los partidos burgueses de derecha.
Es por ello que Zamarini no quiere que asista público a las sesiones del Concejo Deliberante, porque ni siquiera nos quiere permitir que presenciemos como el Partido Socialista traiciona los intereses de los trabajadores, aumentando las tarifas y servicios para beneficiar a los sectores de mayores recursos. Desde que el Partido Socialista gobierna aumentaron siempre esos servicios e impuestos, plantearon congelar los salarlos, etc., la más típica política neoliberal de derecha cuyo resultado ha sido el aumento de los indigentes que deben refugiarse en villas miserias en las grandes ciudades (que en Rosario y Santa Fe crecen a ritmo firme) para que la política clientelar del Gobierno socialista llene de “colaboradores” la administración pública, como surge de las declaraciones cruzadas del propio gobernador y su colaborador Martino de la Dirección Provincial deVialidad.
En definitiva la forma democrática de gobierno en argentina consiste en que los ciudadanos somos convocados una vez cada cuatro años a votar presidente, gobernador, diputados, senadores, concejales, que una vez instalados e sus sillones toman decisiones determinadas por sus partidos sin consultar a los ciudadanos, y que en no pocas veces son producto de los “incentivos” que generosamente les acercan los grupos de poder para lograr beneficios especiales (recordemos la famosa Banelco del ministro de trabajo de De La Rúa, el yo robo para la Corona de Manzano, la frase “en argentina tenemos que dejar de robar por lo menos por dos años” de Barrionuevo, la venta del puente colgante de Santa Fe en épocas de Reviglio, etc.).
A veces nos regalan simulacros democráticos como el famoso presupuesto participativo de Rosario que es solo una mascarada de participación ya que lo que se vota en esas reuniones es lo decidido de antemano por el gobierno municipal.
Otras veces se llega a tratar en ocultar las decisiones antipopulares tratando de sesionar a puertas cerradas.
Pero siempre los ciudadanos somos los convidados de piedra en este sistema representativo en el que una burocracia de poder se lleva una parte de la tajada del león de la riqueza que todos producimos con nuestro trabajo y a los ciudadanos nos dejan tan solo migajas. Como hacían los Romanos, solo se trata de una democracia de pan y circo para entretener al pueblo mientras ellos se enriquecen y nosotros nos empobrecemos.
Hasta la próxima
No hay comentarios:
Publicar un comentario