jueves, 2 de mayo de 2013

Será Justicia

En las últimas semanas hemos visto movilizaciones, debates por tv, en los bares, en las radios, etc., por la propuesta de renovación de la justicia realizada por el oficialismo. En primer lugar quiero repetir algo que ya he afirmado, la justicia es una institución que se sostiene en significaciones sociales imaginarias del capitalismo. De ninguna manera el principio fundamental de la justicia, la equidad es posible bajo relaciones sociales capitalistas, ya que en todo sistema judicial existe la posibilidad de que los ricos puedan tener equipos de abogados que les ganen los pleitos, comprar jueces corruptos, coimear a testigos, en una palabra, los ricos por las razones del dinero pueden manipular el sistema judicial a su favor. Se podría contestar que a veces los pobres suelen ganar juicios, pero basta con mirar quienes son condenados, quienes van a las cárceles, cual es el porcentaje de juicios ganados por ricos y cuál es el que ganan los pobres e inmediatamente se comprenderá que el sistema judicial en el capitalismo es un sistema de clase destinado a defender los derechos de la clase dominante. Si esto es así, ¿qué es lo que realmente se dirime en el debate jurídico?. Creo que asistimos a una pugna muy importante entre los restos del sistema judicial heredado de la dictadura y el sistema jurídico que pretende construir el sistema democrático representativo. Cuando desde la oposición se señala que buscan evitar que el oficialismo avance sobre el poder judicial, están ocultando que en realidad no quieren que se erradique el sistema jurídico heredado de la dictadura, porque a los Macri, los Sanz, los De Narváez, los Magnetto, los Mitre y a toda la derecha reaccionaria de la Argentina le es muy conveniente conservar estos jueces que tienen la manos manchadas de sangre porque fueron cómplices de la dictadura. A las organizaciones profesionales les resulta indignante que se les quite el monopolio de la gestión de la justicia, el lector debe observar el “ultraje” que significa a estas corporaciones que cada ciudadano pueda elegir por voto popular a los miembros del Consejo de la Magistratura. Si un ciudadano no puede elegir a un miembro de la magistratura que es un segmento del Estado, menos aún podría elegir un presidente que es quien gestiona el Estado en su totalidad. Por supuesto que los que se oponen a que los miembros del Consejo de la Magistratura sean elegidos por el voto popular, son también los que si pudieran instalarían el voto calificado en Argentina, como lo hacían en otras épocas antes de la Ley Sáenz Peña. En todo el sistema judicial hay jueces y fiscales corruptos, solo que unos (los que fueron designados por la dictadura) son cómplices del genocidio y que por lo tanto son ellos los que deberían estar en el banquillo de los acusados junto a los militares asesinos y no “impartiendo justicia”. Ahora, nos dicen que el pueblo se moviliza contra la reforma judicial, yo creo que se nos miente, porque la realidad es que la que se moviliza es la pequeña burguesía autoritaria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que añora el paraíso liberal de la plata dulce que disfrutó durante la dictadura y olvida el infierno del corralito neoliberal cuando hipócritamente gritaba en las calles “piquetes y cacerolas, la lucha es una sola”. Hoy vemos que lo único que les importaba es que les devuelvan sus dólares, y vuelven sobre sus fueros a quejarse de los piquetes, porque el gobierno no les da dólares, etc. La pequeña burguesía, políticamente ciega, no posee un proyecto de país, no tiene ideología propia y por ello se suma imaginariamente al proyecto de la gran burguesía financiera y terrateniente. Va tras la ilusión de que la gran burguesía les va a ceder un poco de las cuantiosas ganancias económicas que obtiene explotando a los trabajadores. Estos profesionales, pequeños empresarios, cuentapropistas, comerciantes, que cada tanto disfrutan de roer el hueso sin carne que les tira la gran burguesía, pudiendo viajar al exterior como en la época de la plata dulce, cuando iban a Miami a hacer efectivo el “deme dos” sin importarles que en su país miles de seres humanos eran inmolados para que la gran burguesía haga sus negocios y la pequeña burguesía, a la manera de perrito faldero coma de las migajas que caían de la mesa. Son los mismos que asaltaron supermercados juntos a los indigentes en 1989, solo que ellos se llevaban champán, wiski importado, castañas de cajú, etc., que vivaron a Menen durante la ilusión del 1 a 1, que salieron en aluvión a comprar electrodomésticos en 1995 y votaron al caudillo riojano que como todo vendedor de ilusiones les había hacho creer que un peso era igual a un dólar mientras regalaba a los extranjeros el patrimonio de nuestro país. Hoy, estos mismos sectores reaccionarios de la pequeña burguesía, se constituyen en el mascarón de proa de los grupos concentrados del capital, y jugando el mismo papel que jugó este sector social en la República de Weimar, cuando fue la punta de lanza que dotó de masas al nazismo en su asalto al poder en 1933, hoy salen en banda a denostar al gobierno por las calles de Buenos Aires buscando la destitución del gobierno nacional o cuanto menos horadarlo para que sus amos capitalistas vuelvan a tener poder y ellos puedan volver a Miami. La contradicción de esta pequeña burguesía es que, siendo un sector social con un alto nivel cultural, con escolarización terciaria o universitaria, con buen pasar económico que le asigna tiempo libre para reflexionar, haya perdido totalmente su capacidad crítica y hoy es manipulada por los grande medios de prensa concentrados. Tanto Clarín, como La Nación, Editorial Perfil y demás medios monopólicos al servicio de la derecha reaccionaria han logrado colonizar al sector social que estamos referenciando. Las movilizaciones se nutren de personas que no ejercen la capacidad crítica y reflexiva, actúan según les indican los mercenarios al servicio de los medios monopólicos como Lanata, Bonelli, Van Der Koy, Morales Solá. Grondona, Castro y tantos otros que insidiosamente mienten, difaman, ocultan información, deforman los dichos, según lo indica el libreto que les dictan Magneto, Mitre, Fontevecchia y demás propietarios de los medios. Se mueven por emociones y no por convicción, no piensan, no leen, no escuchan otras campanas, solo repiten las muletillas y operan como los barras bravas en las tribunas cegados por el odio, envenenados por la mentira. Lo que digo no lo sostengo desde una emotividad inversa de cuño kirschnerista, para afirmarlo previamente, durante el proceso de debate del paquete de leyes para la reforma judicial me tomé el trabajo de realizar algunas preguntas a muchas personas de mi entorno cercano y no tan cercano. Las preguntas eran ¿Qué es el consejo de la Magistratura?, ¿Quiénes lo componen?, ¿Qué y cómo toma las decisiones?, ¿Por qué no pueden ser votados por los ciudadanos como el presidente, diputados etc.?, ¿Que es una Cámara de Casación?, ¿Qué tipos de Cámaras de Casación existen?, ¿Cuáles son sus funciones?, ¿Qué es una cautelar?, ¿Qué tipos de cautelares existen?, ¿Cuántas veces presentó una cautelar?. Casi nadie pudo responder con exactitud a estas preguntas, casi nadie presento cautelares, casi nadie supo decir porque no se podían elegir miembros del Consejo de la Magistratura por voto popular y la gran mayoría de las personas a las que encuesté no supo decirme cuales eran los textos de las leyes que están siendo debatidas en el marco de la democratización de la justicia en el parlamento nacional. A esta altura de los acontecimientos, mas allá de lo correcto o no de la medida, creo no equivocarme si digo que si mañana el gobierno levanta el llamado cepo al dólar gana las elecciones por el 60% de los votos aunque la economía argentina se hunda Afirmó el genial legislador de la U.C.R. Ernesto Sanz, "todo eso, lo metes en un combo, le sumas periodistas que logran estas pruebas y además todo un humor social y tenés lo que tenés, movilización, manifestación" y afirmó luego expresando un deseo suyo de que "ojalá esto siga hacia octubre. Porque también, a veces, pienso que si la economía mejorara un poco ¿qué pasaría con las elecciones?". , dejando en claro que lo que desea Sanz es destruir la economía nacional para que no gane el gobierno, entonces, creo que es lícito pensar que a los zombies que se movilizaron el 18 A, lo único que les interesa es poder comprar dólares, aun al costo de la destrucción de la economía nacional. De ellos será la responsabilidad. Hasta la próxima.

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