viernes, 13 de diciembre de 2024

La crueldad

Etimológicamente, la palabra crueldad proviene del latín crudelis que deriba del término crúor y que se refiere a la sangre derramada, y por lo tanto crudelis es alguien que se complace en ver la sangre derramada o que hiere para verterla. O sea que, palabra cruel se define como la existencia de alguien que se deleita en hacer sufrir o que se complace en los padecimientos ajenos. En la historia de la humanidad hemos asistido como especie a las mas sofisticadas y terribles formas de salvajismo, desde las torturas, genocidios, desamparo de los vulnerables, persecuciones por razones políticas o raciales, etc., todas las formas de infligir dolor y dañar al semejante han sido experimentadas a lo largo de la historia de la humanidad, Ahora bien, infligir daño no necesariamente es crueldad, se puede golpear a un semejante en un momento de ira, pero eso no hace cruel al que agrede, lo hace violento, el violento no necesariamente es cruel, como vemos en el origen del término, la crueldad implica un escalón mas en la degradación de la humanidad. La Alemania nazi cometió genocidio contra muchos actores en los tiempos de la guerra, pero la crueldad de los nazis estribaba precisamente en que ellos se regocijaban en causar humillación, dolor y sufrimiento a sus víctimas. Se cometían actos aberrantes en los que los jerarcas y sus esbirros gozaban torturando y matando personas, y en eso estribaba su crueldad, en un orden del goce al causar daño. Pero la crueldad, no es solo gozar, es también hacerle daño al mas vulnerable, a los que no se pueden defender. Hace unos años apareció en España un juego nefasto, se llamaba “El juego del rol” y consistía en aceptar el rol asignado en el grupo para cometer hechos aberrantes, como, por ejemplo, capturar un indigente, rociarlo con combustible y prenderle fuego gozando del “espectáculo”. A la última dictadura militar, no le basto con asesinar a treinta mil desaparecidos, utilizó métodos que generaban terror en la población, por eso se fusilaba a las personas en la calle frente a las viviendas, o se las torturaba con electricidad, ahogamiento, se los tiraba desde los aviones narcotizados, y con ello se enviaba un mensaje a los no acataban sus órdenes, “vean de los que somos capaces de hacer”, porque la crueldad implica que la víctima tome conciencia de su destino, y en ese destino lo peor no es la muerte, lo peor estriba en no saber que es lo peor, hasta donde pueden llegar nuestros captores con sus torturas. El detenido desaparecido no sabía que podía pasarle a él, y lo que es peor a sus familiares y amigos. Por eso es que hubo militantes que denunciaban en la frontera a sus compañeros, o iban con sus captores por las calles entregándolos. La crueldad, es el sinsentido de la vida que quiebra a las personas y las convierte en sombras que deambulas en lugar de existir, y que en esa posición de ruptura de su mundo interior se convierten en marionetas de quienes le provocan los peores sufrimientos. Esto ocurre cuando hablamos de individuos, pero cuando la crueldad asume la forma de política de gobierno es mucho peor, porque no basta con agredir y hacer sufrir a las personas, además, es necesario humillarlas, destruir todo forma de amor propio, de humanidad que puedan tener, de consideración por sí mismo como personas. Los nazis tenían una forma muy sofisticada de humillación con los judíos, los obligaban a limpiar con un cepillo de dientes las aceras de la ciudad, así arrodillados, las victimas se sometían a su envilecimiento, siendo observados por sus verdugos gozosos que los insultaban y golpeaban y también por la población que se sumaba a la grotesca escenificación. Es que ver implica sentir el sufrimiento del otro pensando que puede ser propio y posibilita el sometimiento del sujeto. En el sujeto que observa la vejación se produce una disociación interna, por un lado, su fanatismo le permite gozar de la escena exhibida, porque para poder mirar es necesario que envilezca al humillado, que lo degrade a niveles inimaginados de los inhumano, pero por el otro, la escena comporta la posibilidad de que a él también le ocurra y eso desarrolla un núcleo de terror interno que hace metástasis en su personalidad, posibilitando el acatamiento y la obediencia. Mas allá del debate económico que nos habla del único camino planteado para superar la crisis, podríamos considerar que es un postura, una terrible postura con consecuencia de pobreza y marginación que están alcanzando límites insospechados, pero que en si misma es una política de gobierno, elitista y nefasta, pero lo que determina la crueldad de Milei y su gobierno es el goce que sienten sometiendo a los sectores mas vulnerable de la población a padecer necesidades y carencias extremas y sin sentido, que de ninguna manera posibilitan resolver nuestra problemática de vida como país. No se trata de una política económica equivocada, se trata de satisfacer la avaricia de los sectores mas concentrados de la riqueza a costa de la generalización de la pobreza y la indigencia de las gran mayoría de la población sin importar las consecuencias, se trata de disfrutar del espectáculo social tomando medidas que se saben innecesarias como por ejemplo no repartir alimentos para los indigentes hambrientos y dejar que se pudran en los depósitos, se trata de decir, como lo hace Milei, con una sonrisa que evidencia el placer que le causan sus dichos, que si los jubilados no comen se van a morir. Milei disfruta sabiendo que está colocando a los jubilados en posiciones dilemáticas, o comen y no toman medicamentos, o toman medicamentos y no comen, en ambos casos saben que deben recorrer un sendero que los lleva a acortar el poco tiempo de vida que tienen. En ello reside la crueldad de quien gobierna nuestro país hoy, en hacer caminar a los adultos mayores por un desfiladero escabroso y árido en el que solo pueden caerse al precipicio o morir lentamente por inanición. Y digo que goza con su mirada porque a diferencia de otras culturas en donde la indigencia se trataba de ocultar, el la coloca a la luz del día, porque además del disfrute, el quiere enviar a la sociedad un mensaje, un terrible mensaje. Es como en el circo romano, donde los cristianos se enfrentaban desarmados a las fieras sabiendo que serían devorados y que solo se trataba de orar para que el sufrimiento fuera más corto. Mientras en las gradas el pueblo romano se sumaba al goce de pervertidos gobernantes y clamaba por mas crueldad, por mas daños, por más humillación. Lamentablemente hoy en nuestro país, podemos observar cada vez mas hechos de violencia y sadismo de parte de sectores que atacan y discriminan salvajemente a quienes consideran como inferiores a ellos en la escala zoológica repudiando sus costumbres, sus pensamientos (cuando aceptan que los mas vulnerables pueden pensar) y los golpean con palos de golf o los insultan con todo tipo de improperios poniendo de manifiesto que ellos son ricos y tienen derechos que les niegan al resto. Como un viento malsano, como las invasiones bárbaras en la antigüedad, como en los progroms de Europa en el medioevo, esta epidemia de anulación de los valores se extiende como un virus entre sectores cada vez mas grandes de un sector de la población con sus consecuencias de violencia, racismo, elitismo, odio, indiferencia, etc. La falta o negación de valores que significan lo humano, valores que asumimos a lo largo de mucho tiempo, como la solidaridad, la cooperación, el sentir el dolor y el hambre del otro como propio, la búsqueda ce mejores niveles de vida basados en la justicia social, en la igualdad y, porque no decirlo también, en la libertad, degrada a la sociedad, estimulan la violencia, transforman negativamente los lazos sociales. Sino tomamos conciencia del estado en que se encuentra la salud física y mental emergente de este cuadro de situación, cuando lo hagamos nuestra sociedad estará irremediablemente perdida, hoy es el momento de enfrentar estas lacras que envenenan el clima social, todos somos responsables de dar el combate para tener una sociedad mas democrática, más igualitaria, más saludable.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Los ecos del silencio.

Estas son palabras que tal vez nunca pronunciaré, pero que llevo escritas dentro mío, y no son palabras vanas, están llenas de emotividad, de gratitud, de recuerdos y de experiencias vividas. La única forma de dejar que vivan es en el texto, en este texto. Hoy mi vieja casa, ese gran hogar que me acogió en la juventud en los comienzos de los años setenta (1971 para ser exactos) me vuelve a recibir, me abre sus puertas y al atravesarlas siento que cruzan conmigo muchos personajes que pueblan mi memoria. Algunos que no están, pero me ayudaron a vivir y a ser lo que soy a ser digno de ser (como dice el protagonista de una gran película), mucho o poco, pero que soy. Entre ellos y a riesgo de ser injusto quiero recordar a los grandes maestros como Ovide Menin, Raúl Ajeno, Fernando Prieto que me enseñaron con una sentida aventura intelectual el valor de la palabra escrita en esa publicación memorable que editaron desde las mesas del Savoy, la revista “Hacer”, otros con los que compartí momentos hermosos y vibrantes de mi vida y que hoy solo están en el recuerdo, como Guillermo Ryan, José Luis Comas, Juan Carlos Coria, Adelmo Manasseri, Gloria Annonis, Diego López Saric, Rolando Bucci, Rixcardo Caronni, Luis Giunípero y muchos otros. Algunos ya no están como mis padres y hermanos Agilio, Clemencia, Atilio y Nora, pero que se siente su presencia corporizada en mi hermana del alma Ines. Muchos que sí están y que continúan en la docencia ocupando generosamente mi lugar en el campo de la Psicología en el Trabajo y las Organizaciones, como Flaviana Ponce y Víctor Quiroga, o los hermanos de la vida como Mauricio Cervigni y Miguel Gallego. También están poblando los recuerdos algunos apreciados amigos que llegaron mas tarde a mi aventura de vivir como Hugo Klappenbach, Pascual Gargiulo, Liliana Ferrari, Lucía Rossi, Graciela Fillipi, Gregorio Gómez Jarabo, Emilia Domínguez Rodríguez. Antonio Sánchez Cabaco, Manuel Froufe y tantos mas que me ayudaron acrecer y alimentaron mi sed de saberes. Gracias es una palabra muy corta pero inmensa, y quiero agradecer a la Decana de Psicología Soledad Cottone y a las autoridades de la Facultad por este reconocimiento, que justo es reconocer no hubiera sido posible sino hubiera mediado la acción generosa de Flaviana Ponce que inició el requerimiento. Pero hay otras personas que me acompañaron durante años, Patricia Kaufmann, psicóloga incansable que dedicó su vida al trabajo con niños con capacidades diferentes y al estudio y práctica de la atención en salud mental, madre de mis dos hermosos hijos a los que criamos juntos durante treinta años (y seguimos criando), Nicolas y Ana Paula, jóvenes profesionales de la salud y que hoy son nuestro gran orgullo y esperanza de futuro. A quien recorre junto a mí, este trecho final de la vida, Adriana Cicaré, economista e importante investigadora y colega de la “Carrera del investigador científico de la UNR” con quién hemos compartido trabajos y publicaciones conjuntas. Graciela Simonetti investigadora, Doctora en enfermería y Vicedecana de la Facultad de Ciencias Médicas con quien compartimos investigaciones y publicaciones y largas horas de debate en torno a la salud de los trabajadores y tantos profesionales con los que pasamos largas horas y días de trabajo en diferentes eventos científicos. También quiero dedicar un recuerdo a mis queridos amigos, médicos ellos, que han hecho un trabajo gigante en el campo de la salud, Rut Kiman, Rodolfo Kaufmann y su hijo Gabriel Kaufmann. También quiero dejar un recuerdo a los que compartieron vida y luchas como Miguel Cavigliasso, Alba Maina. Liliana Lampelfeld, sus dos hermosas hijas y su pareja y a Cari Portesio compañero de lucha en los setentas, Ana María Bauzá y su esposo, Adriana Diaz, y tantos otros, algunos que ya no están. También quiero recordar a Salvador Rizzotto, José Luis Turco y todos los que me acompañaron en las dos cátedras que dirigí durante años en la Facultad de Psicología de la UNR. Hoy, al estar en este momento de mi vida en el que todo es recapitulación y recuerdo, siento la necesidad de remarcar que esta facultad ha sido, es y será un bastión de lucha en la defensa de los derechos y libertades de los mas humildes, de los sin voz, de los marginados, ella ha permitido a lo largo de estos años de democracia la libre circulación de la palabra en sus aulas, en ella han vivido y han sido asesinados mucho profesionales y estudiantes que levantaron su voz contra la dictadura genocida. Ha sido el receptáculo de muchos debates, de fuertes confrontaciones e inmensas solidaridades, que muchos intentaron avasallar y no pudieron, porque ella siempre siguió las palabras del poeta Pedro Bonifacio Palacio (Almafuerte): “No te des por vencido, ni aun vencido, no te sientas esclavo, ni aun esclavo; trémulo de pavor, piénsate bravo, y arremete feroz, ya mal herido. Ten el tesón del clavo enmohecido que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo; no la cobarde estupidez del pavo que amaina su plumaje al primer ruido”, y desde su fundación comprendió que el camino del conocimiento es un camino que se construye cada día y que como dijo otro poeta, Antonio Machado Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. Pero mas allá de las diferencias, hemos sabido construir una comunidad de valores y convivencia y aunque hoy no hay dictadura, vivimos bajo un régimen de democracia tutelada y autoritaria que trata de corroer los valores más importantes de la convivencia democrática, y hoy como ayer, como siempre, debemos ser el bastión de la lucha contra el autoritarismo que pretende silenciar la palabra para poder explotar y oprimir a los mas postergados de la sociedad. Hoy, que ha ocupado la Casa Rosada un régimen cruel y codicioso, cuyo único argumento es la represión salvaje de quienes protestan, se impone la necesidad de trascender los muros de la Universidad y dar el debate y la lucha contra toda forma política que ataque a nuestro pueblo. La universidad tiene dentro de si a los estudiantes y profesionales que constituyen el sector mas sensible de la intelectualidad y es caja de resonancia de todas las voces de la sociedad, es el centro de los debates por excelencia y el espacio inquebrantable de la defensa de la libertad de expresión. En sus aulas circulan todos los discursos libremente y esa interdiscursividad debemos extenderla a la sociedad en su conjunto, es hora de terminar la siesta a la que nos somete el gobierno de ultraderecha conservadora y reaccionaria si queremos alcanzar algún día un país de iguales, en el que todos tengamos los mismos derechos y posibilidades y condiciones dignas de existencia

jueves, 14 de noviembre de 2024

La encrucijada del hoy

Soy Psicólogo y consultor organizacional y además jubilado. Estas condiciones hacen que por práctica profesional tienda a observar todo lo que pasa a mi alrededor, a las personas, a los grupos a las organizaciones, y por mi condición de jubilado que tenga mucho tiempo para esa observación. Las observaciones de los últimos 10 meses me permiten considerar un importante crecimiento de la violencia de las personas, verlas una contra otras, de la violencia organizacional, en la calle y en las redes sociales. Y lo que es peor, observo a conocidos profesionales de larga trayectoria que en otros momentos desplegaban mucha actividad física e intelectual. hoy se desplazan como casi sombras, sin registros de lo que acontece a su alrededor, son como robots de marcha lenta y si tomar en cuenta su entorno al punto tal, que pasan a mi lado y no lo notan. cuando nos conocemos desde hace años, o en mejor de los casos realizan un saludo tenue sin emotividad. Si el lector observa las personas de su círculo íntimo o las que pasan a su alrededor podrá sentir una profunda tristeza, desinterés por el otro, falta de empatía con el más vulnerable. Esto lleva indefectiblemente a la ruptura del lazo social y al abandono de sentimientos de solidaridad y afecto con el otro. Lógicamente, la mirada desdeñosa hacia el que reclama atención a su condición de miseria y pide desesperadamente una ayuda, tal vez solo como paliativo, que reclama no sentir que es ignorado por su sufrimiento, hace que el indigente reaccione con una violencia justificada, pero violencia al fin, recurriendo a agresiones que se expresan en romper los billetes de baja nominación o tirarlos al piso diciendo “esto no sirve para nada”, dado que ese dinero ya no es aceptado por los comercios, o en casos extremos agredir físicamente a quien sienten que los ignora. Esta degradación de lo social es sumamente peligrosa porque actúan como otro de los factores invisibles que corroen la salud mental de los ciudadanos y los afectan seriamente tanto en el ámbito público (la ekklesia) el ámbito de relacionamiento social, como en el ámbito privado (el oikos), el espacio de la intimidad familiar. En una sociedad que ha abandonado el intercambio, el debate, como ámbito de intermediación y resolución de los conflictos (el ágora), el espacio semipúblico para compartir ideas, emociones, acciones, el espacio de la política con mayúscula, la política como acción colectiva de todos y para todos, esta situación contribuye con fuerza a su disolución. La situación se ve agravada por el estado de desesperación de la mayoría de los actores sociales subordinados (trabajadores, jubilados, monotributistas, trabajadores informales pequeños empresarios, profesionales, pequeños y medianos productores rurales, etc.) que ven como se deterioran sus términos de intercambio (cada vez que concurren al mercado reciben menos por los recursos que producen) y se reduce su patrimonio por vía del uso de sus ahorros o actividades extra laborales para cubrir su sostenimiento económico familiar. Es tal vez, este el punto donde la salud mental y el sufrimiento psíquico interaccionan con las condiciones de vida y existencia del sujeto produciendo el derrumbe físico y mental que potencia, como animamos más arriba, el deterioro del lazo social. Tal vez la recuperación de las condiciones de vida material en sociedades arrasadas por calamidades gigantescas, que sufrieron guerras, epidemias, pandemias, etc., sea ardua, pero son posibles, pero cuando en una sociedad como la Argentina hoy, se arrasa el contrato social existente y se destruyen los valores morales y sociales que la unen, se conculcan derechos adquiridos por nuestros abuelos y padres con largas y penosas luchas, la recuperación será mucho más difícil por no decir imposible. Es el momento de recuperar la subjetividad qué nos convirtió en una sociedad sana en la que el "otro" no era un enemigo, sino un partner en la construcción de lazos sociales sanos recuperando los valores de solidaridad, cooperación, comunicación, responsabilidad por los que sufren, de lo contrario marchamos a un abismo del que no podremos salir.

sábado, 13 de abril de 2024

Sobre el dolor de la vida y la paz de la muerte.

Tal vez por mi edad (próximo a cumplir 75 años), tal vez por la triste y dolorosa situación en Argentina, o tal vez por tantos duelos y desilusiones, tuve motivación suficiente para abordar este tema. Quiero partir de una definición, de lo que es para mí, la vida. La vida es un trayecto de un ser humano que comienza con el nacimiento y tiene su final con la muerte. Los mejicanos tienen un dicho que siempre me impresionó “para morir nacemos” dicen. El nacimiento y la muerte constituyen dos opuestos contradictorios e inseparables. No podemos pensar la muerte sino consideramos el nacimiento, pero cuando nacemos sabemos que vamos a morir. Castoriadis tiene un artículo que se llama “Antropogénesis en Esquilo y autocreación en Sófocles. En este trabajo, como él lo anuncia al comienzo del mismo, recorre el cambio vertiginoso de la creación en la Grecia del Siglo de Oro. Mas allá del valor teórico del texto, me interesa la definición de la muerte en el pensamiento griego a través de Esquilo analizando el mito de Prometeo y su valor para la existencia humana. Castoriadis nos dice que para Esquilo los seres humanos eran seres monstruosos y radicalmente inadaptados para la vida, algo que no es posible ni en la época de Esquilo ni en la actual, pero para este creador es importante, “la condición del hombre antes o fuera de la institución social -el arte, el trabajo, la palabra-. Lo que describe es al hombre tal como sería si tuviese un cuerpo y un alma pero sin pensamiento (gnome)----“ siendo para esquilo el regalo que les da Prometeo a los hombres, el pensamiento, Prometeo permite que a esos hombres que eran como zombis, que no conocían la muerte, y por lo tanto no tenían noción del tiempo accedan a la finitud de su existencia, de crear la noción del tiempo y prever la muerte, no su propia muerte, no la hora exacta, sino establecer la condición de mortalidad del ser humano. El hombre según el texto de Castoriadis tiene a partir de Prometeo esperanza ciega, los hombres conocen a partir de ese momento que son mortales, que su vida es finita. Dejemos el texto maravilloso de Castoriadis para continuar sumergiéndonos en la noción de la muerte, de la finitud de la vida y de su valor trascendental en la producción de su existencia. Y allí nos detenemos a analizar lo que constituye la existencia, mas allá de su desenfrenado recorrido cuya meta es la muerte, el conocimiento de la finitud de la existencia es el principal motor de nuestra creación. Y entonces surge otra pregunta, ¿porque la angustia de muerte se transforma en creación?, y arribamos a una nueva estación de este recorrido, la creación es motivada por la necesidad de realizar lo que deseamos, porque sabemos que no tenemos todo el tiempo del mundo para hacerlo, si fuésemos inmortales como lo deseamos, podríamos acceder a la holgazanería de deja para mañana lo que no tenmos ganas de hacer hoy. Hay otro dicho que me llamó mucho la atención “un hombre muere dos veces, la primera es el momento en que su vida cesa biológicamente, la segunda es el momento en que su nombre es pronunciado por última vez.” Crear es ahorrar para que esa segunda muerte ocurra lo mas tarde posible, creamos para sobrevivir a la muerte, para estar presentes cuando no estemos sobre nuestro planeta. Pregúntese el lector por los grandes creadores de la historia humana (y conste que no digo pensadores, sino que con el término creadores englobo a todos los que dejaron su huella, no solo en el suelo que habitaron y en el tiempo que vivieron en él, sino en diversos suelos y tiempos, esos seres humanos vivieron con otros de los cuales no existe la más mínima referencia, por lo que su nombre dejó de ser nombrado hace tiempo, desaparecieron sin dejar rastro. En cambio, los grandes hombres y mujeres, como Jesús, Buda, Platón, Aristóteles, Alejandro, Atila, Gengis Khan, Cesar, Cleopatra, Nefertiti, Galileo, Freud. Marx, Bach, Beethoven, etc., no han tenido una segunda desaparición, son los que mas se han acercado a la inmortalidad, están en cada esquina, calle o nombre o estatua de las ciudades, pueblos o aldeas, todos los contemporáneos que viven en el aquí y ahora tal vez los nombren una vez en su vida. El sentido de la trascendencia se encuentra impreso en nuestro inconsciente, queremos trascender y por eso creamos. El sentido de la creación ha estado presente hasta en los seres mas primitivos, sino veamos las figuras pictóricas de cuevas como las de Altamira. El arte es uno de los atributos de la humanidad, a través del arte hemos sobrevivido y alcanzado niveles cada vez mas altos de humanidad, pero no es el único atributo de la humanidad, la ciencia aparece como uno de los atributos mas preciados dentro de esa configuración existencial que llamamos humanidad, que según un cierto consenso experto apareció hace unos 200.000 años en una zona de África, y es tal vez una de las especies hegemónicas mas jóvenes en la historia del planeta, recordemos que los dinosaurios fueron los amos del planeta durante 135 millones de años, y los mamíferos que los sucedieron en el dominio del planeta surgieron hace unos 100 millones de años. Hemos logrado en un corto lapso lo que no lograron en millones de años las especies dominantes anteriores. A la pregunta de la violenta y frenética evolución del Homo Sapiens sobre la tierra, respondemos que una de las razones de su dominio estuvo determinado por la capacidad de hacer ciencia, la capacidad de conocer para transformar la naturaleza, o en términos de Castoriadis la posibilidad de crear lo que no es, la posesión de su imaginación radical como fuente de creación, atributo que no está presente en otras especies y que le permite crear lo que no es, ni cum nihilo, ni in nihilo, sino ex nihilo, por fuera de lo que existe, diría este autor, la democracia Griega es un buen ejemplo de ello. Por supuesto que estos atributos tuvieron herramientas fundamentales para un desarrollo tan fenomenal, el lenguaje, el trabajo y la sociedad. Estas herramientas, como toda herramienta, no tienen un valor intrínseco, sino que son creaciones de la imaginación radical del ser humano, de su capacidad de pensamiento, y cada una de ellas ha actuado en forma coordinada y cooperativa en el proceso de autoconstrucción del ser humano. La sociedad no sería posible sin el lenguaje y el trabajo, pero a la vez la sociedad posibilita el desarrollo y la segmentación y especialización de los trabajos. La burguesía ha desarrollado un falso concepto, el hombre es una creación del trabajo, el trabajo es lo que lo constituyó en lo que es, no es su esencia sino como dijimos más arriba una herramienta. Si esto fuera cierto, como se explica la existencia de un periodo humano en el que se desarrollaron sociedades si trabajo como lo informa Dominique Medá en su libro “El Trabajo”. El concepto del trabajo como motor creativo de la humanidad, que se expresa en el supuesto que ve al trabajo como la piedra fundamental de la sociedad, que considera que el hombre a través del trabajo crea y transforma la naturaleza y en ese movimiento se transforma a sí mismo, constituye un concepto restrictivo y amplio (valga la contradicción), muy funcional a la burguesía. El trabajo, como dijimos mas arriba es una herramienta, ni una ética, ni una esencia. El trabajo humano destruye el hábitat y crea maravillas, esa es la contradicción, pero es el capitalismo el que eleva al trabajo a la condición de Dios, tal vez un Dios menor, pero Dios al fin, y disemina en todos los seres humanos ideas ventajosas a sus intereses, como esa que nos dicen desde chicos, que hay que crear una cultura del trabajo, que todos puedan trabajar, que el estado debe crear trabajo. Esos son conceptos muy valiosos para los burgueses que necesitan tener mano de obra para sus emprendimientos de explotación de los trabajadores, cuanto mas barata mejor. Deberíamos explicarles a los esclavos de la antigüedad el valor del trabajo en su autorrealización, deberíamos explicarles a los esclavos modernos que venden su fuerza de trabajo por unas pocas monedas el valor del trabajo en la realización de su vida, sobre todo cuando le dedican entre doce y catorce horas diarias, mas de la mitad de su existencia se gasta entre la realización de la tarea precisa y los viajes para llegar al trabajo. Ni siquiera es cierto que el trabajo es salud, por el contrario, años de investigación me han permitido ver que el trabajo es generador de enfermedades, de sufrimiento de los trabajadores, de alienación de estos. En general la literatura científica y revolucionaria de los siglos de dominio burgués siempre vio y consideró al trabajo desde una perspectiva negativa, no como un bien, sino como un dolor, y lo vemos en Marx quien así lo formula en los manuscritos económicos filosóficos. En mi blog (Crónicas Marcianas) recupero esta cita de Marx: (Alianza 1969, págs. 108 y sucesivas): “¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente, en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que, en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. (...). En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo.” Como digo en el título, el trabajo es dolor y sacrificio para el trabajador y placer y riqueza para el capitalista. Y lo anterior me lleva a un segundo elemento de construcción de la compleja significación de la vida y la muerte para los seres humanos, la cuestión de la religión. Es frecuente escuchar que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, por el contrario, yo pienso que el hombre hizo a Dios a su imagen y semejanza, y esto ocurre en todas las religiones, los dioses del Olimpo eran seres antropomórficos que tenían las mismas características que los seres humanos, tanto en lo físico como en lo psíquico, aunque dotados de condiciones que los hacían diferentes, la principal era la inmortalidad. En las religiones monogámicas ocurre lo mismo, aunque el Dios es uno solo este tiene las características de los humanos, es el amor hecho esencia, el dios que castiga y recompensa, en algunas religiones como la judía es un Dios terriblemente tirano que puede exigir a uno de sus hijos realizar terribles sacrificios como ocurrió con Abraham a quien, según el mito bíblico, le ordenó sacrificar a su hijo. Nadie ha tenido contacto con los dioses sean poligámicos o monogámicos, los dioses solo se rebelan a través de algunos elegidos y sin testigos. Además, los famosos representantes de Dios o los dioses en la tierra como Moisés, Jesucristo, Mahoma, Buda o cualquier otro solo surgen en la antigüedad o la edad media, en tiempos de ignorancia, misticismo, de dominio de las creencias en la vida humana. Solo en algunas creencias como la de los Mormones en la que Joseph Smith Jr. recibe del ángel Moroni el libro sagrado en hojas de oro relatando la visita de Jesús a los indígenas de América, siendo el encargado de restaurar la iglesia cristiana. Por supuesto el libro se perdió y quedó la traducción de Smith que le permitió fundar la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días. Este tipo de mitos construidos sobre la base de la creencia, en la que la racionalidad está ausente por completo permite que sujetos de diferentes religiones puedan creer en sus mitos sin cuestionamientos. La pregunta es: En los 200.000 años de existencia del ser humano siempre hubo creencias religiosas o como afirma S. A. Tokarev (1965 Ed. Cartago), existió un período pre-religioso evidenciado en el hallazgo de los arqueólogos de restos humanos que estaban solos sin ningún rastro de utensilios o de haber sido sometidos al enterramiento, mientras que en períodos posteriores se encontraron restos humanos acompañados de objetos personales y signos de enterramiento realizado por otros seres humanos. El surgimiento de las creencias religiosas se debe, fundamentalmente al miedo a lo desconocido (ejemplo los rayos, refucilos) o a cuestiones que no tenían explicación para los primitivos. Lo cierto es que no existe evidencia empírica que fundamente la existencia o la no existencia de seres superiores al ser humano, y mucho menos de la existencia de una parte eterna del ser humano insuflada por Dios o los dioses que sobrevive al cuerpo muerto y no presente en el resto de los animales. Por cada creyente de una religión existen miles de millones de creyentes en otra y el hombre ha creado cientos de religiones monoteístas o politeístas a lo largo de su presencia en la tierra. La pregunta que surge es porque el hombre ha creado las religiones y porque esas religiones han librado y libran aun guerras salvajes reivindicando el carácter verdadero de su fe y la mentira de las otras. Creo que una hipótesis muy apropiada, que se relaciona con el recorte de este escrito, es la angustia que genera en general en los seres humanos, la finitud de su existencia. Mas arriba dije que la conciencia de la muerte, no de la muerte individual, sino en general, les permitió a los seres humanos desarrollar la creación, ahora agrego que era necesario para soportar la pesada carga que implicaba la doble tensión, el reconocimiento de la muerte y la ignorancia del momento de su acaecer. Estas tensiones internas hacen que el dolor que experimentamos por la sensación de dejar de ver los paisajes, de disfrutar de la vida de nuestros hijos y padres, de familiares, genere un campo fértil para la aceptación del mito que los volveremos a encontrar en algún lugar, en el Valhalla Vikingo, el Cielo cristiano, el Olimpo griego. Nos obsesionamos con prolongar nuestras vidas, hacemos dietas, consumimos alimentos sanos, no disfrutamos de los placeres de una buena comida o bebida, porque pensamos que vamos a morir, y sabemos que ello ocurrirá en algún momento, y en muchos casos realizamos muchos ritos, perdemos mucho tiempo de nuestras vidas, rogamos a seres imaginarios inexistentes que nos den más vida, no encomendamos a ellos para que nos curen de las enfermedades y no nos damos cuenta de que, por tratar de excluir a la muerte de nuestras existencias, perdemos la posibilidad de gozar a pleno de nuestras existencias. La vida conlleva intrínsicamente el goce y el dolor como componentes de la existencia, tenemos como dato la incertidumbre del momento en que dejaremos de ser, pero ello es un dato que nos permite ser en cada momento, de disfrutar de lo que la naturaleza nos provee, y para ello debemos ver a la muerte mas que como un enemigo, un componente siniestro de nuestra existencia, como una compañera de camino que en un momento nos dirá que todo ha llegado a su fin, que ha llegado la paz.

lunes, 18 de marzo de 2024

Sobre la desocupación

En el debate social existen una multiplicidad de temas que son urgentes para la vida cotidiana de los trabajadores, lo principales temas que nos agobian hoy son: la inflación. la caída del poder adquisitivo de los trabajadores como producto de la licuación de sus ingresos, el precio de los servicios (luz, gas, transporte, agua, tasas municipales, etc.), la inseguridad, la corrupción de las organizaciones del estado (políticas, de seguridad, de salud, etc.) pero de todas ellas hay una que nos afecta mucho y que abarca todas las necesidades de la vida cotidiana: la desocupación ¿Porque la desocupación es un tema de gran importancia en el debate social?, porque sin trabajo nuestra capacidad de adquirir lo necesario para sobrevivir se reduce a cero, y si queremos comer, pagar el alquiler de la casa, atender nuestra salud, mandar nuestros hijos a la escuela, etc., necesitamos contar con los ingresos que nos permitan cubrir esas necesidades. Por lo tanto, referirnos a la desocupación nos remite al concepto de trabajo, que ha significado el trabajo a lo largo de la humanidad. Desocupación y trabajo remunerado son diferentes partes, pero estrechamente relacionadas, en la realidad capitalista, en tanto el hombre es sujeto del mercado al que debe concurrir para garantizar su producción material y su reproducción, el trabajo se convierte en una necesidad en el marco del capitalismo. Como se puede definir el trabajo. Según Marx en la ideología Alemana: "El trabajo es, en primer término, un proceso entre la naturaleza y el hombre, proceso en que éste realiza, regula y controla mediante su propia acción su intercambio de materias con la naturaleza. En este proceso, el hombre se enfrenta como un poder natural con la materia de la naturaleza. Pone en acción las fuerzas naturales que forman su corporeidad, los brazos y las piernas, la cabeza y las manos, para de ese modo asimilarse, bajo una forma útil para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda. Y a la par que de ese modo actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma a su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo el juego de sus fuerzas a su propia disciplina”. Marx, C., Engels F. (1973) La ideología alemana. Ed. Pueblos Unidos. Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso éste que se halla condicionado por su organización corpórea. Al producir sus medios de vida, el hombre produce indirectamente su propia vida material. Pero a diferencia de lo que afirman muchos "marxistas", el trabajo no constituye la principal actividad del hombre, la centralidad del trabajo en la vida social es un rasgo aportado por la ideología del capitalismo que necesitaba y necesita que el trabajador considere así al trabajo. En cambio, en Marx encontramos una conceptualización negativa del trabajo cuando nos dice en los Manuscritos Económicos Filosóficos (Alianza 1969, págs. 108 y sucesivas): “¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente, en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que, en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. (...). En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo. Esta consideración del trabajo la encontramos en la vida cotidiana cuando preguntamos que es para Ud. el trabajo, las principales respuestas más populares que recibimos son: es perder la vida, ganándosela, conseguir los medios para vivir, el trabajo es producir algo a cambio de dinero, el trabajo es la capacidad de producir del hombre, trabajamos para satisfacer necesidades, porque es un mandato social y también hallamos respuestas más cercanas a la ideología capitalista del tipo: el trabajo permite autorrealizarnos, trabajamos por placer o diversión, para mejorar en forma continua nuestra forma de vida. El primer tipo de respuestas las encontramos en los trabajadores manuales (obreros industriales, albañiles, peones rurales, trabajadores administrativos, etc., el segundo tipo de respuestas son más típicas de sujetos pertenecientes a la llamada clase media como directivos de empresas, profesionales liberales, educadores, etc. Dada esta comprensión de la naturaleza humana como la de un ser que sólo puede encontrar su perfección en el trabajo, el tema central de la filosofía marxiana es la transformación del trabajo sin sentido, enajenado, del trabajo como un mero medio, en un trabajo enriquecedor, en un trabajo libre. En sus primeros escritos, llamó “actividad personal” a la realización de esta inclinación al movimiento, y cuando criticó la forma concreta de darse esta actividad en las sociedades de explotación pidió la “abolición del trabajo”. En escritos posteriores estableció la diferencia entre trabajo libre y trabajo enajenado y su crítica a la alienación se expresó en su preocupación por la “emancipación del trabajo”. Es importante en nuestro análisis reconocer la diferencia entre la existencia del trabajo como tal y el trabajo asalariado que es un producto típico de las relaciones de producción capitalista. Como decíamos, todo ser humano tiene una capacidad de acción y nuestro cuerpo constituye una caja de herramientas (nuestros dedos pueden ser tenazas, nuestro puño cerrado un martillo, nuestro cerebro el centro de comando, nuestros pies son nuestra locomoción, nuestro aparato masticatorio una trituradora, etc.) con las que ponemos en acción nuestra capacidad de producir. Es decir, de realizar un trabajo. En la lengua inglesa el trabajo tiene dos acepciones, en algunos casos es el work o capacidad general de trabajo, de producir valor en general. En cambio, cuando se menciona el “labor”, se está hablando de una capacidad especifica de producir, por ejemplo, la capacidad del carpintero que produce muebles. El trabajador puede realizar un trabajo, pero no cobrar salario porque no pertenece a una organización, este es por ejemplo el caso de los trabajadores independientes (Vg. Un plomero) Cuando alguien se inserta en una organización mercantil o industrial, lo que hace es ofrecer su capacidad de producir a cambio de un salario, es la capacidad de producir para crear valor. Es decir que el trabajo asalariado es una transacción entre privados donde se formaliza un contrato que estipula que el empleador y el empleado acuerdan en que el primero compra la fuerza de trabajo y los conocimientos para aplicarla, de un trabajador por un determinado período de tiempo (1 día, un mes, etc.) y el segundo a cambio de su fuerza de trabajo recibe un salario. Pero en los orígenes del dominio burgués el trabajador tenía una relativa estabilidad en el empleo, al punto tal que solo cambiaba una o dos veces de empleo. El problema surgió cuando las máquinas conducidas por trabajadores comenzaron a reducir el tiempo de trabajo, y además cuando el capitalismo se constituyó en una herramienta de los empresarios para licuar los ingresos de los trabajadores vía el uso de la inflación como herramienta, ya que como decía el General Perón, en el capitalismo los precios suben por lo0s ascensores y los salarios por las escaleras. El modelo de producción colectiva a cargo de los trabajadores y apropiación individual de lo producido por el burgués, que además tiene la posibilidad de aumentar los precios de sus mercancías y congelar los de los salarios llevo a las condiciones de pobreza extrema del capitalismo actual. Y por otro lado esta contradicción entre producción social y apropiación privada provoca crisis periódicas del capitalismo por lo que Marx denominó la tendencia declinante de la tasa de ganancia. Cada vez que surge una de estas crisis la solución de los burgueses es ajustar olas economías vía expropiación de los trabajadores y demás sectores subordinados (jubilados, campesinos pobres, pequeñas empresas, cuentapropistas, etc.) generando procesos inflacionarios que contraen la demanda y generan estancamiento e inflación, con lo que los trabajadores de todo tipo son en cada crisis más pobres y los burgueses más ricos. Pero existe una segunda receta para expoliar a los trabajadores y es la desocupación, a mayor desocupación menor es la resistencia obrera a ser explotada salvajemente. Esto fue claro durante el periodo 1990-2002 durante el cual los trabajadores aceptaban condiciones degradantes de empleo as cambio de conservar el mismo. Portantiero enunció un interesante concepto, el ejercito industrial de reserva, es decir una fuerza laboral sin ocupación remunerada que presione a las puertas de fábricas, comercios, etc., para disciplinar a los trabajadores, Margaret Thatcher lo aplico durante el período que estuvo al frente del gobierno británico. Por ello es importante estudiar los procesos de desocupación, porque la desocupación constituye un drama social. El desocupado ve afectada además de su economía, su salud y su identidad. El trabajador a diferencia del ciervo feudal (que era dueño de sus herramientas) en el capitalismo ingresa al establecimiento desprovisto de las mismas (cosa que no ocurría en los primeros momentos de la manufactura, cuando el trabajador era evaluado por su futuro patrón por el contenido de su caja de herramientas) y utiliza en su desempeño diario el instrumental que le provee el empresario. Por lo tanto, lo único que posee el trabajador en su fuerza de trabajo (no posee ni la tierra, ni los medios de producción y en muchos casos ni es dueño de su vivienda, a la que alquila). Esta situación hace más penosa la vulnerabilidad del trabajador desocupado, dado que cuenta con escasos medios materiales para paliar la situación de desempleo, y debe enfrentar su crisis laboral con su único valor, el capital intelectual, es decir sus conocimientos. Cuando ese capital incluye competencias laborales requeridas por los mercados de trabajo, el actor puede tener mayor margen de maniobra en la situación de crisis, este es el caso de obreros calificados, técnicos y profesionales. Pero cuando esas competencias están sobresaturadas en los mercados laborales, el trabajador fracasa en sus intentos de reinsertarse laboralmente y lentamente se desliza por la pendiente del fracaso de sus planes para solucionar su crisis y se recluye en el estado de inactividad que conlleva la aceptación de la ayuda de los planes sociales y el abandono de la idea de futuro.

miércoles, 24 de enero de 2024

LA FICCIÓN SOCIAL.

Quiero empezar este dialogo con una frase de Cornelius Castoriadis: “Lo que la psique desea tanto como la sociedad y los dos la necesitan no es el saber sino la creencia” . Este es el signo distintivo del pensamiento social en la actualidad, pensamiento que se diferencia notablemente del de la década del 50’, 60’ y 70’ por las características fundamentales de sus contenidos y la búsqueda de la verdad y el conocimiento. La pandemia Covid19 puso al desnudo esta notable diferencia. Como si viviéramos en un gran estadio de futbol los actores sociales se dividen según los equipos en pugna y juzgan la realidad detrás del cristal con el que se han cubierto los ojos. Dos cuestiones han ocurrido para que sea posible esta construcción interpretativa de lo social. Por un lado, la caída de las instituciones, por el otro, como hemos referido en otras publicaciones (Bonantini, Quiroga 2021) el trabajo de configuración de una nueva subjetividad capitalista desarrollada con el aporte del modelo social neoliberal que construyó la noción de posverdad que no es otra cosa que otorgar un valor superior a la opinión publicada por sobre la fundamentación científica. Las instituciones (académicas, profesionales, científicas) constituyen formas establecidas de certificación de las prácticas que los seres humanos realizamos. Si alguien quiere ejercer la medicina deberá tener un título habilitante otorgado por una institución (la facultad de medicina) y controlado por otra institución (el colegio médico). ¿Esto garantiza que quien está en esas condiciones realizará una buena práctica profesional?, por supuesto que no, solo garantiza que no cualquier persona puede ejercer esa práctica profesional. Lo mismo ocurre con todas las profesiones que para ser ejercidas requieren de la certificación institucional. En el campo del conocimiento científico también existen instituciones certificantes de la calidad del conocimiento que se divulga o los productos que se comercializan. En el campo de la salud EE. UU. tiene una institución F.D.A. (Food & Drug Administration) encargada de las certificaciones de los alimentos y medicamentos que se utilizan en EE.UU. Los investigadores estamos sometidos voluntariamente a una serie de reglas que son establecidas para la divulgación de los conocimientos que producimos. Publicamos en revistas científicas, mediante la evaluación de pares científicos que dictaminan la calidad de una publicación, trabajamos para instituciones de investigación (públicas y privadas) que evalúan nuestras prácticas y nos categorizan en el marco de carreras científicas, estamentos jerárquicos en laboratorios, centros de investigación, etc. Cuando muestra producción es evaluada se analiza el plan de trabajo en la recolección de la información y su análisis, la veracidad de los datos que presentamos, el rigor metodológico con que fueron obtenidos, la consistencia de las conclusiones con todo el proceso de investigación, etc. La pregunta que puede realizar un lector es, ¿esto garantiza el valor y la credibilidad de una investigación?, la respuesta contundente es que no, pero al igual que en las profesiones, lo que garantiza es que no cualquiera puede opinar sobre una determinada materia, y un control de lo que se escribe y se divulga. En las décadas más arriba referidas a todo este trabajo se agregaba la credibilidad (sobre todo en ciencias sociales) de algunas organizaciones productoras de datos científicos. Por ejemplo, para trabajar sobre temas como la economía, la salud mental, la epidemiología, el trabajo y el no trabajo, etc., es necesario colocar la fuente de donde provienen los datos (instituciones como el INDEC, gozan de un prestigio que certifica sus boletines y a nivel mundial organizaciones como la OIT, el Banco Mundial, la OMS, etc. también). Por lo tanto, existía un complejo sistema científico-técnico que fiscalizaba la labor de los científicos. Los medios de comunicación no intervenían en la construcción de las “verdades científicas” y no era común la presencia continua de investigadores, intelectuales, científicos en los mismos. Desde la post guerra todo comenzó a cambiar, en un proceso que se acentúo en lo que se ha dado en llamar la era de las sociedades científico-tecnológicas. Las décadas mencionadas se caracterizaron por la horizontalización de la producción de cono Cimientos mediante la cual se ampliaron en forma trigonométricas los centros de producción de saberes, las revistas de divulgación y debate científico, y la cantidad de investigadores que participaban de los sistemas científicos. Mucho tuvo que ver con este proceso con la confrontación este-oeste en la cual EE. UU y el bloque europeo competían con el Bloque soviético en todos los campos en lo que se dio en llamar la guerra fría. Así por ejemplo el proyecto Apolo que depositó el primer hombre en la Luna no tenía como objetivo explícito la colonización de nuestro satélite, sino que fue un formidable proyecto que le permitió desarrollar a EE. UU. su riqueza científico-tecnológica y ganar la batalla por el conocimiento a la URSS, ya que el desarrollo de la industria aeroespacial se constituyó en un poderoso tractor de toda una serie de industrias y estructuras de conocimiento necesarias para cumplir con su objetivo lunar. El retraso científico de la URSS sería uno de los factores que intervendría en el colapso de el régimen soviético en la década del 90’. Al interior de las sociedades humanas, la dinámica del pensamiento crítico creativo que se produjo en las ultimas décadas del siglo XX y durante lo que va del siglo XXI, usando un término de la biografía sobre Castoriadis de Michel Dosse (2018) podemos denominar la gran somnolencia . Los intelectuales y cientistas sociales abandonaron la pretensión que tuvieron en la edad de oro de las ciencias sociales, mediante la cual se impulsó a los grandes pensadores a desarrollar teorías abarcativas de la sociedad o del ser humano como por ejemplo los trabajos de Marx, Freud, Weber, Spencer, Comte, Merton, Parsons, Luhmann, Marcuse, Adorno, solo por nombrar algunos sabiendo que son muchos mas los que aportaron al estudio de las sociedades. En nuestra humilde opinión esta elucidación de lo social que avanzaba a pasos agigantados comenzó a abandonarse cuando surgió en la escuela de Chicago la grounded theory, que es es un método de investigación en el que la teoría emerge desde los datos, cuyos exponentes más destacados son Glaser y Strauss (1967) . Lo que busca es la identificación de procesos sociales básicos (PSBs) como punto central de la teoría ya que a partir de este marco teórico se privilegiaron las investigaciones focalizadas en problemáticas parciales y se abandono la idea de sostener la construcción de una teoría social abarcativa. En lugar de continuar la obra de los padres fundadores de los estudios sociales se centraron los esfuerzos en el análisis de los movimientos sociales específicos (feminismo, racismo, problemas de comunidades concretas, etc., dejando de trabajar las grandes contradicciones que daban un marco explicatorio de las contradicciones del capitalismo como sistema parasitario globalizado. Cada científico construyó su pequeño espacio de conocimientos y las grandes discusiones y debates que tenían lugar en las décadas antes citadas se fueron apagando lentamente. Con la caída del muro de Berlín y el fin del socialismo autoritario soviético, los grandes intelectuales orgánicos de la burguesía se embarcaron en estudios vacíos de contenidos en los cuales, muchas veces, ni siquiera se conoce cual es la materia en estudio. Con la pérdida de los grandes marcos referenciales, se abandonó el rigor científico en las formulaciones teóricas y surgieron los que podemos denominar la criptografía social. En las ciencias sociales comenzaron a circular estudios escritos en un lenguaje oscuro y enigmático que pretenden mostrar un conocimiento de las cosas no apta para no iniciados. Un maestro enuncia y sus discípulos tratan de descifrar su pensamiento, pero solo es el maestro el que prevalece en la enunciación, véase como ejemplo el funcionamiento la revista Scilicet en la que solo Lacan podía firmar los artículos con su nombre. Estamos frente a la transición de una forma de construcción del conocimiento social basado en la horizontalidad y la participación del colectivo a una forma que se basa en la verticalidad y en la predominancia de la figura del maestro, como lo proponía Lacan en la revista mencionada, en síntesis, el paso de la democracia en la producción del conocimiento a la dictadura del maestro. Las posturas más avanzadas de las izquierdas representadas en la oposición de izquierda (Antón Pannekoek, Sylvia Pankhurst, Aleksandra Kolontai, Karl Korsch y también Cornelius Castoriadis, Claude Lefort, y otros, siempre bregaron por la horizontalización del debate y de la producción de ideas. En general quienes participaban de este imaginario siempre sostuvieron las ideas del desarrollo del pensamiento autónomo por sobre el heterónomo y la necesidad de romper lazos con el pensamiento conjuntista identitario y la lógica ensídica. Reconocer el proceso solo es un paso, es necesario hipotetizar el porque de la ocurrencia del evento. Mucho se ha hablado de la construcción de nuevas subjetividades que permitan sostener la dominación del capitalismo sobre la población mundial. Como hemos afirmado en otros lados, es interesante observar en un cuadro de distribución desigual de los recursos económicos en el planeta que ha llevado a que el 1% de los seres humanos sean propietarios de mas del 50% de los recursos y bienes del planeta, o en otra relación que dice que el 10% concentra el 76% de la riqueza del planeta mientras que el 50% mas pobre solo acumula el 2% habiéndose duplicado en las últimas décadas la distancia entre el 10% mas rico y el 50% mas pobre (datos del Laboratorio Mundial de la Desigualdad ). Durante la pandemia covid19 la desigualdad se incrementó llevando a que el 10% mas rico posea el 36% del patrimonio y en América Latina ese 10% mas rico es dueño del 55% del patrimonio. Mientras que mas de 100 millones de personas cayeron en la pobreza el 0,01 de la población mundial aumento sus fortunas el 14%. Los teóricos del neoliberalismo representados por distintas organizaciones gubernamentales y no gubernamentales como la llamada Escuela Austríaca en la que participó Friedrich Hayek y diversos economistas alemanes como Alexander Rüstow, quien en el coloquio Walter Lipman en 1938 acuñó el término neoliberalismo, o la escuela de Chicago en la que participaba Joseph Stiglitz y Milton Friedman desarrollaron las teorías de libre mercado, enunciando que la economía debía regirse por la libertad de mercado, dado que el mercado era el único regulador de las relaciones económicas. Esta teoría aplicada a la sociedad real tuvo como consecuencia el saqueo de las economías más débiles de parte de las grandes potencias económicas y llevó a un empobrecimiento feroz de la gran mayoría de los seres mundiales en el mundo como lo demuestran los números más arriba enunciados. En otros trabajos hablamos de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y de la gran contradicción del capitalismo que genera crisis sistémicas periódicas, cual es la producción colectiva y la apropiación individual de las ganancias. Acá reside el problema fundamental del capitalismo, y que lleva a la clase parasitaria, la gran burguesía (terrateniente, financiera e industrial) a fagocitar todo lo producido por la economía, a producir sin límites, a no planificar la producción en función de las necesidades de todos los integrantes de la sociedad y a general un consumismo tan aberrante como innecesario. El capitalismo actual es un sistema que ha llevado hasta el paroxismo la monopolización de las empresas productoras y los índices de apropiación de lo producido. El mercado no puede solucionar esta contradicción porque por su carácter monopólico y por la avidez de consumo de los recursos producidos lleva q que la burguesía parasitaria dilapide los recursos mientras hunde en la miseria a las grandes masas poblacionales. La pregunta es como es posible que, frente al desarrollo de la ciencia y la tecnología, frente al crecimiento sin límites de la producción, frente a la reducción constante de los beneficiados con el sistema capitalista y el aumento también constante de los marginados del sistema, de la población vulnerable que vive en la pobreza mas solemne en condiciones execrables de existencia, esa minoría privilegiada pueda sostener sus privilegios y aun más aumentar sus riquezas. Es allí donde es importante reconocer que el capitalismo neoliberal a diferencia del keynesianismo pone el acento en la oferta mas que en la demanda y, por lo tanto, no se interesa por la situación social de las grandes masas desposeídas, sino que le importa mucho mas la acumulación de riquezas, sobre todo a partir de la eliminación del fantasmas de la URSS que se constituía en un contrincante peligroso al que no podía eliminar con el simple expediente de la guerra. Es por ello que a partir de la caída del muro de berlín el neoliberalismo comienza a desarrollar una intensa batalla cultural e ideológica tendiente a modificar de raíz la subjetividad de los actores sociales reemplazando los valores enunciados durante la guerra fría y el imperio del llamado estado de bienestar, un discurso basado en la cooperación, la movilidad social, el desarrollo de derechos como el de agremiación, de educación de calidad, el de salud, vivienda y trabajo dignos, etc., por el discurso descalificatorio de los vulnerables designándolos como lo hacía el capitalismo decimonónico del los siglos XV al XX. Es decir, culpabilizándolos de sus desventuras, tratando de eliminar la asistencia del estado a los mas necesitados y privilegiando la competencia, el sálvese quien pueda, la falta de conciencia de clase, etc. En la nueva subjetividad, de lo que se trata es de eliminar el pensamiento crítico, la aceptación acrítica de la situación a la que se ven sometidas las masas desposeídas, desplazando la racionalidad y el análisis de los problemas que acontecen al ciudadano de la esfera de la macroeconomía capitalista al ámbito de la individualidad. Para ello juega un rol importante el concepto de esperanza, según el cual los problemas que acontecen en una sociedad son producto de una coyuntura o de un determinado partido político y no del sistema capitalista. Se trata de pasar de una subjetividad racionalista a otra de características emocionales, una subjetividad en la que prime la adhesión a un líder, partido o movimiento en función de un estudiado marketing político que se orienta a convencer que esa persona u organización es la adecuada para resolver los problemas de los ciudadanos. Siempre que aparece un liderazgo aceptado en un momento histórico vemos que se construyen subjetividades que se basan en la refundación de la sociedad, en la necesidad de sacrificios a mediano o largo plazo para alcanzar la felicidad y el progreso de todos los miembros de la sociedad y mas precisamente de los más empobrecidos o carecientes. En Argentina estamos viviendo un proceso inédito, una fracción política que ganó las elecciones con el 54% de los votos lo hizo enunciando una plataforma discursiva que prometía ajuste y sufrimiento de la mayoría de la población mediante devaluación brusca, ajuste de tarifas, desempleo y caída de los salarios por vía de una inflación pronunciada que en algunos casos se decía que podría ser del 15.000%. Se partía de reconocer la existencia de población en extrema pobreza y se afirmaba que los problemas serían resueltos a largo plazo, eran necesarios 45 años para que la población argentina tuviera un nivel de vida de los países capitalistas mas avanzados como Irlanda, Alemania, EE. UU, etc. La mentira residía en anunciarle que el ajuste brutal a llevar adelante siguiendo las recetas del Fondo Monetario Internacional no recaería en los sectores medios y los mas pobres sino en lo que se definió co0mo la “casta política” a la que se denigró en forma permanente construyendo una subjetividad emocional basada en el odio a los “políticos” sin definir precisamente que “políticos. De todos los políticos se comenzó a hablar de un sector de ellos, los colectivistas, los kirchneristas, los socialistas, los “zurdos de mierda”, etc. Construido el enemigo y desarrollado el odio al mismo ganar la voluntad electoral de la mayoría fue fácil, pero llegado al poder se puso de manifiesto la fenomenal estafa dado que la llamada “casta política” dejó de ser la derecha y extrema derecha política para hacer recaer el ajuste brutal sobre los trabajadores, los empresarios pymes y los jubilados, convocando para la tarea de sanear la economía a los mismos que habían fracasado en el gobierno de derecha encabezado por Macri. En todo este proceso se usaron herramientas fundamentales que permitieron desarrollar el imaginario colectivo hacia algunos actores de la política como lo fueron los medios masivos y concentrados de prensa oral, escrita y televisiva, las “fakes news” (noticias falsas) y el “lawfare” (o guerra legal o por medio de los tribunales judiciales). Se trataba de lograr por un lado satanizar a los políticos corridos un poco mas hacia lo popular y contrarios a los presupuestos del neoliberalismo como modo de disciplinar por el medio del miedo a todos los políticos que no siguieran los mandatos del llamado “circulo rojo” o representantes de la burguesía más concentrada. Es por ello que el título de esta ponencia es “La ficción social”, dado que lo que logró es crear una sociedad ficcional basada, como se dijo mas arriba en los principios de funcionamiento del capitalismo salvaje y decimonónico de los siglos XV al XX al que se elevó a la categoría de sociedad utópica y feliz. Hoy la tarea en Argentina es derrotar a un enemigo poderoso que posee todos los recursos económicos y mediáticos y restaurar la convivencia democrática en riesgo. Al igual que en américa Latina y en muchos países del mundo, asistimos al afianzamiento del paradigma neoliberal que denosta la democracia imperfecta desde la mirada de una ultraderecha salvaje y feroz que amenaza a llevar la inequidad social a limites que no se veían desde el fin de la segunda guerra mundial. La tarea de los intelectuales es denunciar los planes del neoliberalismo y luchar junto a los trabajadores y demás sectores populares por una democracia real que nos libere de la lacra que implica la ultraderecha neoliberal.

lunes, 22 de enero de 2024

Los deseos imaginarios de la burguesía neo liberal (2)

Desde los medios de comunicación somos bombardeados por una incesante batería de conceptos que nos pintan al capitalismo como la única opción de existencia social. Todas las pléyades de economistas neoliberales asisten al permanente espectáculo circense de los opinadores que brindan cada noche a los telespectadores sus recetas infalibles para superar la crisis social y económica. Lo que esos economistas no dicen es que esas recetas han sido aplicadas en Argentina (como en un a multitud de países en desarrollo) hasta la extenuación, generando los mismos efectos cada vez que se aplicaron: crecimiento de la deuda externa, aumento de la pobreza, aumento de la desocupación, mayor empleo informal, inflación, etc. Es por ello que es necesario iniciar un debate sobre el modelo de sociedad que pensamos que puede solucionar los problemas endémicos no solo de Argentina, también de América Latina toda. Esta presentación pretende ser un aporte a ese debate que sin pretender agotar la discusión busca exponer nuevas-viejas ideas sobre la organización social necesaria. En primer lugar, es necesario que hagamos una petición de principios respectos a las columnas que consideramos deben sostener el edificio estructural y superestructural de la sociedad que suponemos necesaria. La herencia de la revolución francesa. La revolución francesa fue el producto de una coalición social integrada por diversas clases sociales, la burguesía, la pequeño-burguesía y las clases trabajadoras y explotadas. De allí que enarbolaran los principios de igualdad, fraternidad y libertad. Todos estos sectores aceptaron un nuevo contrato social que abriera las puertas a una sociedad más amplia y participativa, lo que significaba abatir al ancien régimen, es decir derrotar a la monarquía absolutista y a la nobleza feudal. Como toda coalición los partidarios de la revolución tenían puntos en común y muchas contradicciones. La burguesía pretendía arrebatar a la monarquía el poder absoluto, pero para instaurar su propio poder y diseñar un modelo de sociedad que le permitiera expandir sus negocios y consolidar su supremacía social y política. La pequeña burguesía, constituida por los pequeños comerciantes, profesionales, etc., y representada por nombres señeros de la revolución como Robespierre, Danton, Marat buscaba sostener la sociedad de privilegios que le posibilitaba sostener una existencia holgada, y finalmente los pobres de solemnidad llamados sans cullotes miembros de la clase social baja de la Francia revolucionaria (típicamente eran quienes realizaban labores manuales como artesanos, obreros y campesinos, cuya figura fundamental fue Jacques Roux líder de los enrages, los que por lo general no tenían los mismos derechos que la burguesía ya que eran desposeídos y en la Francia de fines del siglo XVIII no eran considerados ciudadanos por no contar con alguna propiedad. La fraternidad era el punto de encuentro de los revolucionarios franceses, todos quería una hermandad, pero a la hora de discutir la estructura de la nueva sociedad, la burguesía realizaba una fuerte apuesta por la libertad, pudiendo decirse que la libertad era el valor distintivo que sostenía esta clase social, mientras que los desposeídos se decantaban por la igualdad. La diferencia es clara mientras los pobres de solemnidad necesitaban que el nuevo contrato considerara la redistribución de la riqueza, y por lo tanto le importaba generar igualdad de oportunidades y protección de parte del estado a los sectores económicamente más desvalidos, quienes tenían sus necesidades básicas (y más que básicas) satisfechas, pedían por la libertad (que era la libertad de comercio, de producción, en definitiva de mercado) y preconizaban una democracia acotada basada en la representación limitada. Los socialistas somos herederos de la necesidad de los sectores más humildes de la sociedad revolucionaria francesa, estamos por la igualdad como valor supremo, aún más importante que la libertad. Socialismo y libertad. Los neoliberales modernos se llenan la boca con la libertad, pero no dicen que la libertad que ellos instituyeron en el modelo de sociedad capitalista solo condujo a mayores distancias sociales y económicas entre los poseedores y los desposeídos aumentando la pobreza, la explotación y la marginación de los sans-culottes modernos, los trabajadores. Primera petición de principios de un socialista, luchamos por la igualdad social plena. Ahora, ¿despejada esta cuestión surge la pregunta: ¿los socialistas no están de acuerdo con la libertad? En la actualidad es bastante común que la derecha más reaccionaria se identifique con la consigna “Libertad o comunismo”, ignorando o tratando vanamente identificar la idea del comunismo con la tiranía. Esta idea es absolutamente falsa y parte de un desconocimiento (en el mejor de los casos) o una lisa y llana falsedad sobre lo que el comunismo constituye como utopía social planteada por diversos intelectuales a lo largo de la historia. Uno de ellos, Karl Marx, el comunismo constituía una fase superior del socialismo, fase en la cual la sociedad se constituiría en una asociación de ciudadanos libre cuya producción sería planificada sobre la base del acuerdo voluntario según el cual los ciudadanos tendrían una vida de encuentro y felicidad, Una frase sintetiza el pensamiento de Marx, “a cada cual, según su necesidad, de cada cual según su capacidad”. El comunismo implicaba una sociedad sin clases en las cuales la clase obrera desarticularía todas las clases sociales y con ello se extinguiría a sí mismo como clase, dando lugar a la desaparición total del estado como una institución de control y dominación social. Para ello era necesario un cambio de conciencia de todos los seres humanos que no rigieran su vida por la posesión de bienes, por la supremacía material de unos sobre otros implicando las ideas de solidaridad, colaboración y respeto por el otro. El socialismo no es el comunismo, es solo una fase transitoria en la cual aún continúan existiendo las clases sociales y la lucha de clases y por lo tanto la necesidad de la existencia del estado obrero que garantice la continuidad de cambio social. Si el comunismo supone la abolición de la propiedad (la propiedad es un robo había dicho Proudhon) en el socialismo lo que se pretende abolir es la propiedad privada de los medios de producción (campos, fábricas, etc.) y no toda la propiedad en su conjunto. La economía planificada por el Estado es una característica distintiva del socialismo y el comunismo, en la medida en que la revolución no es un acontecer que se verifica en todos lados al unísono y considerando que los pueblos emancipados deben convivir con los mercados capitalistas hegemónicos, los estados socialistas necesitan intercambiar sus productos en esos mercados y para ello necesitan garantizar, en primer lugar los insumos necesario para la vida de sus propios ciudadanos e intercambiar los excedentes con los mercados capitalistas para obtener los insumos que ellos no pueden producir. Por lo tanto la libertad es un bien necesario en las sociedad socialista pero no está al mismo nivel de la igualdad, la libertad es necesaria para garantizar la expresión y la libre participación de todos los ciudadanos en las decisiones, por lo tanto la libertad no es solo libertad de expresión, es una concepto mucho más amplio que involucra a la formación, al desarrollo de la conciencia social, al desarrollo del individuo y en definitiva supone la satisfacción igualitaria de todas las necesidades de los componentes de la sociedad, cualesquiera sean sus aptitudes, su inteligencia, o su formación. Comunismo y libertad, o, comunismo o libertad Recientemente los sectores políticos de la derecha argentina (al igual que en otras partes del mundo) han enarbolado la consigna paleolítica comunismo o libertad, como si los términos fueran comparables. Podríamos decir también capitalismo o libertad, disyuntiva igualmente incorrecta dado que la libertad es un derecho humano fundamental, mientras que el comunismo o el capitalismo son sistemas socioeconómicos que pueden funcionar con o sin libertad, de ello las dictaduras argentinas y de otras partes del mundo son ejemplo claro. El comunismo, tal como lo ha entendido la corriente de pensamiento social inaugurada por Carlos Marx es un proyecto socioeconómico basado en la igualdad, la idea de la sociedad comunista es la de una sociedad de iguales en todos los sentidos económico, social, educativo, cultural, etc. El propio Marx referencia en sus escritos la existencia de un comunismo primitivo en la protohistoria de la humanidad, pero no referencia un sistema socioeconómico en su contemporaneidad sencillamente porque no existía, como no podemos referenciar en los siglos XX y XIX sencillamente porque no los hubo ni los hay, ergo hablar del fracaso del comunismo es una falsedad dado que en la historia de la humanidad no ha existido una sociedad comunista (salvo el comunismo primitivo referido). Cuando se referencia a un sistema comunista como el denostado por la derecha política y por los neoliberales se habla de un sistema que no existió, se hace referencia a una forma de organización social capitalista, la sociedad soviética que perduró desde 1917 hasta 1991 no fue una sociedad comunista, por lo menos en los términos teóricos enunciados por Marx, ni tan siquiera fue un estado socialista. La unión soviética, como China u otros estados denominados socialistas fueron o son capitalismos monopolistas de estado desde su fundación, nunca fueron socialistas, de socialistas solo tuvieron el nombre. Este tema atravesó a la izquierda mundial y en Francia de la post guerra (fines de la década del 40’ y durante la década del 50´) se día a lugar un intenso debate entre los trotskistas donde Lefort y Castoriadis defendieron con suficiencia la tesis de un estado capitalista monopolista de estado. Tanto en la URSS como en Cuba, China, Viet Nam y otros estados llamados comunistas impera el capitalismo dirigido por la burocracia estatal que recibe los beneficios de haberse constituido en una clase social privilegiada, notándose grandes diferencias sociales entre sus capacidades económicas y la del resto de la población, esto en el marco de un estado autoritario que conculca las libertades individuales y públicas de los ciudadanos. La burocracia existente en estos países se perpetúa en el poder gozando de los beneficios de este, pero recibe esos beneficios como clase burocrática dominante y no como miembros particulares de una clase como ocurre en el resto de los países capitalistas. La denominada democracia proletaria ni es democrática porque las decisiones las toman unos pocos privilegiados miembros del partido en el poder, ni es obrera porque esos pocos que toman las decisiones gozan de beneficios a costa de la explotación de los trabajadores y sectores campesinos de sus respectivos países. Como dijimos más arriba, el socialismo suponía la expropiación de los medios de producción, pero no de toda propiedad e implicaba una máxima fundamental “a cada cual, según su necesidad, de cada cual según, su capacidad. El propio Che Guevara sostuvo una fuerte discusión en Cuba cuando dijo que había que darles a los trabajadores estímulos morales y no económicos, porque por la propia cultura heredada del capitalismo sabía que los estímulos materiales llevarían a la diferenciación social entre los ciudadanos, mientras que él pensaba que los ciudadanos brindaban sus esfuerzos y capacidades para mejorar el bienestar de la sociedad en su conjunto y no de ellos individualmente. Por lo tanto, el socialismo era para el pensamiento de Marx una etapa intermedia entre el capitalismo y el comunismo durante la cual persistían ciertas formas de propiedad no estatales y donde el estado debía continuar existiendo para la defensa de la clase obrera y campesina y de la sociedad en su conjunto. Etapa intermedia en la que el rol de los comunistas era preconizar el ideal de un contrato societario según el cual se llegaría a una sociedad sin propietarios ni propiedad, con la propiedad y usufructo común de todos los bienes y con una nueva conciencia social basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad, esfuerzo, trabajo y educación permanente. En definitiva, una sociedad comunista, una sociedad de iguales donde el valor fundamental sería la igualdad total. El, pensamiento neliberal. El desastre que implicó la destrucción de fuerzas productivas en todo el mundo occidental, especialmente en Europa, y la emergencia de los llamados “Socialismos reales” en el este de Europa y en zonas de Asia y América Latina, obligó al viejo capitalismo a adoptar nuevas formas de organización de la economía, siendo el principal representante las experiencias neokeynesianas en Europa, particularmente en los países nórdicos en los que comenzó a existir nuevas formas de gobierno capitalista basadas en el acceso al gobierno de los llamados partidos socialistas democráticos, que implementado a escala la idea del Walfare State o estado de bienestar. El Walfare State constituyó una estrategia del capitalismo para contener la ola revolucionaria que desde 1917 se había extendido por todo el planeta y amenazaba con derrumbar al capitalismo globalizado. Con la constitución del Bloque Soviético en Rusia, China, los países del este Europeo, Cuba, Viet Nam, Nicaragua, etc., y las formas nacionalistas de “izquierdas” del golpismo militarista de países en vías de desarrollo que se hacían cada vez mas permeables a la diplomacia soviética, llevó a que en muchos países capitalistas se realizara una ampliación de derechos sin precedentes, otorgándoles a los sectores vulnerables de las sociedades capitalistas centrales una serie de beneficios como acceso a la vivienda, vacaciones, leyes previsionales acceso a la educación de calidad, acceso a la salud pública, etc. Esto significó el acceso de los trabajadores a nuevos consumos, mas tecnología, nuevas formas de participación, etc. Con la caída del muro de Berlín y la disgregación del bloque soviético, asistimos a un cambio radical del poder en nuestro planeta, durante muchos años se entronizó en las relaciones económicas y políticas el modelo del mundo unipolar, del cual el principal beneficiario fue el capitalismo Norteamérica que pasó a constituirse en el principal polo de poder mundial. La imposición de este modelo tuvo consecuencias desastrosas para los trabajadores de todo el mundo que comenzaron a ser avasallados por la ideología neoliberal, que lejos de constituirse en un modelo económico de organización de la economía capitalista, pasó a ser un modelo de poder del capitalismo en la era tecnológica. Como afirman Dardot y Labat (2013), El neoliberalismo es una forma de vida, no sólo una ideología o una política económica”, es una forma de reorganizar el pensamiento de los sectores dominados de la sociedad para reestructurar la forma en que estos conciben su vida, forma de pensamiento que puede ser, y en realidad lo es, contraria a sus intereses sociales concretos. Se trata de instituir en los sectores vulnerables la inevitabilidad de su vulnerabilidad y la aceptación de exacción injusta de su nivelo de vida. Se le arrebata a la clase trabajadora, fundamentalmente a aquellos que viven de un salario o una jubilación derechos que hasta hace3 poco eran inalienables como el derecho a una vivienda digna, a la salud, educación de calidad, a tener un trabajo decente, a disfrutar de menos horas de trabajo, condiciones de estabilidad y salubridad laboral, asistencia previsional en la vejez, etc. Todos estos derechos durante el siglo XX se constituyeron lentamente en derechos naturales de los trabajadores en la mayoría de los países del mundo y hoy, el neoliberalismo de la mano de las teorías deshumanizadas de Hayek y sus seguidores pretende que constituyeron serios desaciertos de las políticas económicas, fundamentalmente de la segunda mitad del siglo XX, y la solución que proponen es el retroceso de la organización social a formas sociales que regían en el siglo XVII, XVIII y XIX, épocas donde el capitalismo salvaje sembraba destrucción y muerte en el mundo, aun en los denominados países centrales. Esta operación de endoculturación se ha podido y se lleva adelante por algunas razones de peso. En primer lugar, debido a la monopolización creciente de los medios de producción, sobre todo en países mas débiles, en los que las fuerzas tradicionales se ven avasalladas por la falta de resolución de los problemas cotidianos de los trabajadores y sectores vulnerables y la emergencia de una ultraderecha lacaya de los sectores mas concentrados de la burguesía industrial y financiera, en segundo lugar, por una concentración inédita de los medios de comunicación dominantes que como CNN. O’Globo, Televisa y demás cadenas internacionales que repiten hasta el cansancio un discurso denostador de las ideas progresistas tratando de imponer el pensamiento nefasto de la ideología neoliberal, en tercer lugar, por el desarrollo tecnológico sin límites de la tercera y cuarta revoluciones industriales que han desatado lo que en el lenguaje actual se denomina la eran exponencial que implica además de cambios brusco de las tecnologías disruptivas, una velocidad de esos cambios sin parangón en la historia de la humanidad. De manera tal que el exceso de información y la velocidad del cambio hacen prácticamente incomprensibles en muchos casos la comprensión de estos. El ciudadano común, a diferencia de los ciudadanos del siglo XVII, XIX y XX deja de ser un sujeto crítico, contestatario para transformarse en una suerte de fanático de un determinado polo de poder en detrimento de otros. Los ciudadanos anteriores, sobre todo los del siglo XX eran profundamente críticos, y por ejemplo el ejercicio de sus elecciones democráticas las hacían mediante la aplicación de la racionalidad, en cambio en el siglo XIX las decisiones son tomadas más, bajo el paraguas de la emocionalidad, que por el ejercicio de la racionalidad. Es común en Argentina, como supongo que ocurre en otras latitudes, que se afirme algo porque lo dice el canal de noticias de preferencia del hablante, sin siquiera poner en tela de juicio la afirmación. Esta cultura impuesta por el adoctrinamiento neoliberal de la escuela austríaca principalmente, ha llevado a un importante crecimiento de las formas políticas subsidiarias del neoliberalismo y hoy en diversos países del mundo vemos la emergencia y toma del poder de expresiones conservadoras de extrema derecha retrógradas que buscan convencer a la gente que el retorno a las formas pretéritas del capitalismo salvaje solucionará sus problemas, cuando en realidad la única meta posible es el mayor empobrecimiento y el deterioro de las condiciones de la mayor parte de la población planetaria.

viernes, 12 de enero de 2024

Sobre la propiedad privada.

Joseph Proudhon en "Que es la propiedad. Investigaciones sobre el derecho y el gobierno" editado por Garnier Freres 1849, consideraba que la propiedad es un robo, concepto adecuado para definir la tenencia de la clase burguesa sobre los medios de producción. Los liberales de la escuela austríaca consideran que la propiedad es un derecho sagrado, nada más lejos de la realidad. Pese a la asonancia que tiene con la ideología capitalista, esta es una formulación errónea ya el concepto de propiedad, en los diversos modos de producción que la humanidad ha desarrollado a lo largo de su existencia (tribal, antiguo, asiático, feudal, capitalista, etc.) nunca tuvo nada de sagrado y mucho de usurpación. Antes de que los humanos nos organizáramos como sociedad, cuando solo éramos unos seres trashumantes, no existía ninguna forma de propiedad dado que estos seres primitivos se apoderaban de lo que necesitaban para la vida. Engels en "El origen de la Familia, la propiedad y el estado" Hottigen Surich 1884 considera que el gran avance de la civilización humana está en el momento en que pasa del estado nómade a el cultivo de la tierra, es decir con el surgimiento de la agricultura que, a diferencia de la actividad recolectora para satisfacer las necesidades de consumo directo, comienza a general excedentes que las tribus primitivas pueden atesorar. Sobre esta nueva organización de las tribus originarias se organizan las nuevas formas de estructuración de las primitivas sociedades y comienza a realizarse la diferenciación y especialización de los integrantes de los clanes primitivos que con el desarrollo humano darán surgimiento a las especializaciones tales como el productor, el administrador, el guerrero el eclesiástico, etc. A partir de este momento fundacional de la sociedad clasista se elaboran diferentes formas de justificación de los privilegios de los integrantes de los clanes primitivos, pero también se desarrolla el deseo por la apropiación de formas cada vez más extensas de territorio, la guerra constituye a lo largo de la historia humana la forma de expansión de los clanes, tribus, países, etc. No en vano los romanos elaboraron el concepto de la "res nullius" concepto utilizado para referirse a la cosa que carece de dueño o, teniéndolo, es imposible su identificación, figura jurídica que los castellanos utilizaron para hacerse con los territorios americanos cuando se dio la conquista, sintetizando, a nuestro entender la res nullius permitía que los territorios arrebatados fueran a parar al dominio de los conquistadores. En Argentina, la conquista del desierto constituyó un acto de arrebato de la tierra a sus legítimos poseedores, los pueblos originarios para proporcionárselo a los militares y familia patricias a bajo costo o sin costo alguno. La pregunta es: ¿qué tiene de sagrado la propiedad privada? En el campo microeconómico cada uno de nosotros considera que un campo, un lote, una casa, un auto es el producto de su esfuerzo legítimo que ha comprado con el producto de su esfuerzo. Pero si seguimos la trazabilidad de cada propiedad veremos que tiene un punto de partida que se corresponde a la apropiación ilegítima por medio de la violencia. A lo largo de los tiempos los grandes imperios despojaron de sus bienes a los "legítimos dueños" que a la vez los habían obtenido de otros dueños que se consideraban legítimos poseedores de esos bienes, aun cuando ellos se los habían quitado por la fuerza o dueños anteriores. El capitalismo lo único que hizo fue crear un ordenamiento jurídico por el cual mediante un sistema administrativo y con intervención de lo que denomina el sistema judicial fue reemplazando la apropiación violenta por el derecho de posesión basado en una operación de alta significación social como lo es la compra, aun así hasta en la actualidad continua el despojo de bienes muebles e inmuebles en nuestra sociedad humana basado en la usurpación, la ocupación directa sin mediación de ningún intermediador judicial como lo es las ocupaciones de tierras, viviendas (ocupadas o desocupadas), etc.. Si bien las leyes establecidas a lo largo de la historia de los países han creado un orden jurídico que justifica el derecho a la posesión de tierras, inmuebles, etc., este derecho fue establecido cuando gran parte del mundo se había repartido y cuando los estados nacionales se constituyeron y legislaron las formas de propiedad que regían fronteras adentro. Esta legislación se basó en la organización de leyes fundamentales que establecieron el carácter inviolable y "sagrado" de la propiedad, pero estas definiciones legales tuvieron como norte el interés específico de los grupos dominantes en las diferentes sociedades, y es así que la propiedad paro a pertenecer a la gran burguesía y las burguesías nacionales, que se constituyeron en dueños de la mayor parte de los bienes de los diferente países, es por ello que hoy el 1% de la población humana es "propietaria" del 51% de los bienes existentes en el planeta. Mientras que los grandes burgueses mundiales gozan de la propiedad y son soberanos de tierras, viviendas, tecnologías, etc., el restante 99% debe conformarse con repartirse el restante 49% de la propiedad del planeta. Pero el robo perpetrado por la burguesía no se limitó a adueñarse por la fuerza de los bienes existentes en cada momento, por el contrario, las diferentes sociedades fueron estableciendo diferentes modos de avasallamiento de los sectores más débiles de la sociedad y se apropiaron de la producción que realizaban esos sectores. Así, podemos ver como las sociedades antiguas se basaron en una forma de apropiación de lo producido por los trabajadores con la figura del esclavo, que era un sujeto desprovisto de derechos y que debía trabajar toda su vida para el esclavista recibiendo como recompensa tan solo la provisión de un misero bocado para su subsistencia o algún harapo para cubrirse. Durante la larga noche feudal esto cambio, en la medida en que el siervo de la gleba se convierte en un vasallo del apropiador de su producción que se apropiaba de la mayor parte de lo que producía a cambio de una supuesta cobertura de los riesgos a los que sometían a las poblaciones feudales las continuas invasiones de otras regiones u otros feudos (invasiones bárbaras, Hunos, Mongoles, Otomanos, etc.). La gran innovación del capitalismo es la eliminación de la esclavitud de los cuerpos para fundar la esclavitud del trabajo asalariado, es decir que el capitalista comienza por comprar la fuerza de trabajo durante una cantidad de horas, en las cuales el trabajador se ve sometido a la categoría de esclavo a cambio de un salario. Lo producido por el trabajador es vendido en el mercado a un determinado precio, el trabajador recibe una mínima parte de ese precio que en muchos casos no le alcanza para satisfacer sus necesidades básicas y reproducirse para mantener el nivel de fuerza de trabajo existente en cada país, pero cuando sale de la fábrica, a diferencia del esclavo de las sociedades antiguas el capitalista se libera de cualquier obligación de manutención del trabajador, quien es responsable de cubrir sus necesidades, en el capitalismo el principal derecho de los capitalista es apoderarse de la mayor parte de la riqueza producida y el de los trabajadores es el derecho a pasar hambre y morirse de inanición si el salario es insuficiente, El abuso de la burguesía ha sido tan flagrante que a lo largo de la historia los trabajadores debieron organizarse en sindicatos y tradeuniones para poder defender su poder adquisitivo y limitar la apropiación indebida de los empresarios que se apropiaron cada vez más de los producido par los trabajadores, situación que es más violenta en los países en desarrollo que durante los últimos siglos debieron enfrentar el robo que significó la apropiación de parte de una minoría privilegiada de lo producido por su trabajo, minoría que estuvo constituida por los explotadores autóctonos (burguesías nacionales) y los explotadores transnacionales que no solo roban las riquezas generadas por el trabajo de los obreros y empleados sino que se apropian, con la complicidad de los gobernantes y explotadores locales de las riquezas y bienes que existen en los países con burguesías más débiles y corruptas como los países árabes, latinoamericanos, asiáticos y africanos que se ven despojados de su litio, diamantes, oro, petróleo, tierras, bosques, etc. Sostener que la propiedad es sagrada supondría que los que tiene dinero, incluso aquellos que no tienen justificado su origen, pueden apropiarse de todo en la forma que mejor les parezca, así, por ejemplo, durante la dictadura militar genocida, las patotas se apropiaban de bines de los desaparecidos para su usufructo personal. Se llego al caso que en muchos casos como el de Papel prensa donde el grupo Clarín robó a punta de pistola y mediante la amenaza bajo torturas esta empresa, según la narrativa en todos los medios de la familia de Graiver, los perjudicados. Mas aún bajo la forma democrática burguesa, durante el gobierno de Macri, empresarios de medios, energía, etc., fueron perseguidos y encarcelados por diferentes instituciones del estado para que Macri y sus amigos pudieran usurpar las empresas de estos empresarios. Como puede verse la propiedad para los capitalistas es sagrada en tanto y cuanto sea la suya, la de los otros es simplemente profana. Tan profana que en la provincia de Jujuy se reformó la constitución para apropiarse del litio existente en tierras que les pertenecen a los pueblos originarios, entre otro de los tantos atropellos cometidos por el gobierno radical de Morales. El problema que bajo el capitalismo es muy difícil apartarse de la lógica de mercado que gobierna las conciencias de los ciudadanos. Nadie aceptaría declinar sus propiedades, por pocas que sean porque sabe que ello solo conduce a su inmolación económica y al enriquecimiento de otros, aquellos que manejan los resortes de poder de la sociedad. En el capitalismo, en todo el capitalismo globalizado, las experiencias de dominio colectivo de los bienes en los que se practique la máxima de Marx “a cada cual según su necesidad, de cada cual según su capacidad” es inaplicable, dado que para ello es necesario un cambio radical en las formas culturales, que se traducen en formas de conciencia colectiva mediante la cual cada uno de nosotros reconoce la posibilidad de tener los recursos necesarios para desenvolverse en sociedad y a la vez aporta lo mejor de sí para aportar al progreso social que en el marco de la comunidad de productores iguales redunda en el progreso de todos los miembros de la sociedad. La lógica de mercado se asienta en un concepto de propiedad, que es fantasmático y se adecúa a las necesidades de las burguesías, sobre todo porque la interpretación del derecho constitucional es equivoca y las resoluciones del sistema judicial son tomadas por intelectuales orgánicos de la fracción dominante de la burguesía, no es igual para todos. Si Ud., vive en un barrio popular no tiene derecho a cualquier propiedad, sino solo aquella cuyo precio está de acuerdo con sus posibilidades económicas, y si n o tiene recursos para comprar Una por mas modesta que sea, tiene el derecho a alquilarla, o si aun así sus recursos son insuficientes puede vivir en una casa precaria, en un terreno usurpado desde la perspectiva del capitalismo o directamente vivir en la vía pública. Pero lo que la configuración de la sociedad capitalista le asegura es que nunca podrá tener como propiedad una mansión en Miami, un jet privado para viajar adonde quiera, un yate para navegar las aguas más exóticas, ni tan siquiera puede aspirar a una mas modesta casa de dos plantas en un barrio privado porque, aunque la suerte lo acompañara y la recibiera de herencia no podría pagar los costos que vivir allí tiene. El capitalismo se rige por la ley de la concentración creciente y constante de la riqueza en pocas manos, no existe capitalismo bueno o generoso, todos los burgueses explotan mano de obra para obtener y acrecentar sus propiedades, en esa exacción constante de los sectores populares y de las naciones mas débiles poco importa a la burguesía las condiciones en la que deja el planeta, poco le importan la situación en la que vivirán las generaciones futuras, solo le importa el presente dado que el pasado pone en evidencia el carácter dañino que ha tenido y tiene para el planeta el desarrollo de capitalismo y se desinteresa del futuro dado que sabe que su existencia esta llevando al mundo y a la humanidad al desastre. La burguesía es como la aporía del escorpión que le pide a la rana que lo cruce en el río que no la va a picar, pero a mitad de camino, en medio del río el escorpión pica a la rana, ella le dice porque lo hiciste ahora moriremos los dos y el escorpión le contesta porque es mi naturaleza. La burguesía tiene el fin de acaudalar bienes y propiedades porque es su naturaleza, naturaleza egoísta, avara, retentiva q la que no e importa las consecuencias de sus acciones, solo la ganancia que incremente sus grande propiedades.