domingo, 13 de diciembre de 2015

Los unos y los otros.


La burguesía argentina ha desarrollado un plan por etapas. En la primera etapa, mediante los medios de comunicación concentrados y el uso de sus plumas más incisivas como Jorge Lanata, edificó el imaginario de la grieta, construyó a los supuestos arquitectos de la misma (el kirchnerismo y fundamentalmente a la ex presidenta Cristina Fernández) y los acusó de ser los responsables de la supuesta división de la sociedad y del odio que habrían generado entre los argentinos (durante los últimos años asistimos a la propaganda de la idea que hacía creer a los argentinos que los responsables de sus diferencias era el estilo de gobierno del oficialismo). Todo un ejército de escribas de los principales medios de comunicación oral, escrita y televisada drenaron la gota sobre los cráneos de nuestros conciudadanos maniatados a la pira de los prejuicios. Eran esos actores de la derecha reaccionaria quienes taladraban a los ciudadanos con su agitación de que la presidenta era autoritaria, que no escuchaba, que la cámpora era la quintaesencia del mal, etc., etc. Cada día miles de spots propagandísticos disfrazados de noticias nos mostraban que en Argentina los “delincuentes” mataban a mansalva a ciudadanos indefensos, que la inflación perforaba el bolsillo de los trabajadores, que los buenos y honestos ciudadanos no podían especular con el dólar, que los trabajadores tenían que pagar ganancias, que cada vez eran más los que no tenían vivienda propia, que la Argentina circulaba por un estrecho desfiladero de la crisis, que inevitablemente el país se hundía en la bancarrota de un banco central sin reservas, que el déficit se agigantaba, que se emitía dinero sin control, que todos los funcionarios del gobierno eran corruptos, que los kirchneristas se hacían cada vez más ricos y los ciudadanos cada vez más pobres, etc., etc. Hoy por arte de magia la crisis no es tan grave, en el banco central hay 25.000 millones de reservas, la inflación no era tan alta, ya no hay tantas entraderas, ni tantos muertos en los noticiosos y el Estado está en manos de funcionarios eficientes, honestos, impolutos, todos ellos carmelitas descalzas que vienen a dejar sus vidas y fortunas para llevar al país al luminoso futuro que ya estamos construyendo. Se terminó la grieta, ya no existe, los políticos de derecha opositora (Rodríguez Saa, Stolbizer, Masa, Scioli) se suben al carro del diálogo que el nuevo prócer nacional Mauricio Macri convoca y en un pase de magia todos los argentinos volvemos a ser hermanos, con un destino común, hermanados en el diálogo fecundo, con diferencias, pero en una sociedad que ya no está crispada. Cuando ocurrió todo esto, porque ocurrió esto, milagro gritan los oficialistas, San Mauricio convocó al diálogo y los “opositores” concurrieron presurosos, para ello solo bastaron doce horas en que el terminó el mandato de Cristina y asumió el presidente cautelar Federico Pinedo, doce horas en que los argentinos dejamos de disputar, y nos convertimos en generosos hermanos dispuestos a abrazarnos los unos y los otros. Quienes son los unos y los otros de esta historia. Los unos (en otra época se llamaban gente como uno) son los que de la mano de la sociedad de clases y de la explotación capitalista acumularon riquezas sin límites en nuestro país. Son los que cometieron el genocidio contra los pueblos originarios para arrebatarles (eufemismo por robo) sus tierras y someterlos a regímenes de esclavitud, son los que asesinaron a millones de gauchos (a los que consideraban salvajes) los que se enriquecieron a expensas del Estado (como los Macri, Patrón Costa, Peres Compan, Menditeguy, Martinez de Hoz, Acevedo, Anchorena, los Hermanos Roca de Tetchin) Los capitanes de la industria, los miembros de la Sociedad Rural Argentina, los amos de las finanzas argentinas, y que no trepidan en este momento en volver a prenderse de la yugular de los trabajadores para satisfacer su avidez de ganancias sin límites. Los unos son los que participaron activamente en los golpes de estado en la argentina y fueron la pata civil de las dictaduras que asolaron nuestro país desde los años treinta. Los que avasallaron los derechos humanos, los que asesinaron a trabajadores rurales en la Patagonia a comienzos de siglo, los que acribillaron a los obreros de los talleres Vasena en la Semana Trágica. Los unos fueron el contrincante del caudillo santafesino Lisandro de la Torre en su cruzada por el negociado con las carnes que llevaba adelante el Ministro Federico Pinedo (abuelo del actual presidente de la cámara de senadores Federico Pinedo) son los que históricamente manejaron los “negociados” con el Estado. Los unos son los que manejan la prensa concentrada que machaca cada día sobre nuestro entendimiento las mentiras, difamaciones, falsedades con el objeto de construir un universo de pensamiento afín a sus intereses, son los hipócritas que dicen ser honestos, los ladrones de guante blanco que juran terminar con la corrupción, los que participan en negocios del narcotráfico, de lavado de dinero. Los unos son los dueños de la justicia, los jueces, fiscales, policías, etc., al servicio de los intereses de la burguesía más concentrada, y si un gobierno pretende modificar la estructura de la justicia inmediatamente el partido judicial será el brazo militar actual que de una estocada herirá de muerte cualquier tipo de cambio, lo hemos visto con la actual Corte Suprema de Justicia de la Nación con fallos inverosímiles que solo permiten pensar que esos jueces han sido cooptados por los intereses más poderosos de la nación. En definitiva, los unos son el poder real del país, son los que delinquen a diario, pero casi nunca son procesados, y cuando lo son, casi nunca son condenados, y cuando lo son nunca pasan un día en la cárcel, porque las cárceles en un país capitalista como el nuestro son para rateros de baja monta, que no tienen los recursos económicos para pagar abogados, jueces y fiscales que los libren de las condenas por sus delitos. Desde la colonia unas pocas familias, concentran tanto la riqueza que, actualmente, según la revista Forbes, las 15 familias más ricas de Argentina (Bulgheroni, Roca, Perez Compan, Eurnekian, Roermmers, Lacroze, Pagani, Urquía, Rodríguez de Rey, Roman, Sigman, Liberman, Esquenazi, Blaquier, Arrieta Wollman) tienen bienes por una cifra igual a las reservas del Banco Central al 2 de febrero de 2014 (ambos sumaban 28.000 millones de dólares aproximadamente). Ellos junto a familias patricias como los Mitre, los Saguier, Los Menéndez Betty, los Anchorena, Etchevehere, y demás son los que deciden en nuestro país, y cuando algún gobierno los enfrenta, aunque mas no sea con tibias políticas distributivas, lo mancillan, lo difaman, lo injurian como hicieron con el gobierno de Kirchner a través de los medios periodísticos concentrados (Clarín, La Nación, Editorial Perfil, etc. Los unos son el poder real y ahora han logrado tener un país atendido por sus propios dueños. Los otros son los marginados del poder y de la riqueza, los orilleros de la Buenos Aires colonial, los negros sacrificados en las guerras de la independencia y en las luchas civiles del siglo XIX. Son los millones de obreros que escapando del hambre y la miseria migraron a la América para construir un futuro mejor y tuvieron que soportar la ley de residencia, la represión y la muerte cuando se rebelaron. Son los gauchos que eran asesinados en los pueblos del interior cuando no los alcanzaba una leva militar que los enviaba a morir en las fronteras a manos de los pueblos originarios que se sublevaban contra el despojo y son esos propios pueblos originarios que en la derrota conocieron la humillación y el genocidio que los hizo desaparecer como cultura y comunidades (hace pocos años murió la última Ona en Tierra del Fuego). Los otros son los jóvenes que no se resignan a un país donde reinen los privilegios de cuna, la desigualdad social, el hambre y la miseria de millones para satisfacer el lujo y el boato de unas pocas familias. Los otros son los trabajadores explotados y oprimidos de nuestro país. Explotación y opresión que se realiza con la complicidad de corruptos dirigentes sindicales, que hace mucho que dejaron de ser obreros y son parte del sistema de poder de la burguesía, verdaderos burgueses empresarios que viven en mansiones fastuosas de los dividendos que les produce su corrupción y a los cuales la “justicia” y los “periodistas” nunca los investigan, como el camionero Moyano, su hijo dirigente del gremio de peaje, el “dirigente agrario” de UATRE Momo Venegas, el gastronómico Barrionuevo, el judicial Piumato, y tantos otros que por años han usurpado las organizaciones gremiales usándolas para su beneficio propio y constituyendo una burocracia gremial poderosa que transa con los burgueses más concentrados. Los otros son las minorías sexuales discriminadas, los adictos maltratados y considerados delincuentes, los “delincuentes” que son jóvenes desesperados a los que el sistema capitalista les robó su futuro. Los otros son los que sufren la inequidad, la represión, la muerte a mano de policías de gatillo fácil envalentonados por la aceptación del discurso de la inseguridad que plantea que ellos no son humanos, son “delincuentes” y como tal deben ser eliminados, como en un momento la dictadura cívica/militar salió a eliminar los “terroristas” que no eran otra cosa que revolucionarios que se habían levantado en armas (como lo indica la constitución) contra los usurpadores del poder. Los otros somos todos los que sufrimos cada día a este sistema injusto que limita nuestras posibilidades y nos condena al ostracismo. La pregunta que queda flotando en el ambiente es, ¿Cómo podemos estar unidos los unos y los otros? De ninguna manera puede haber unidad y paz entre los argentinos mientras existan pobres e indigentes, explotadores y explotados, ricos y pobres. Perseguidores y perseguidos. El capitalismo como sistema económico dividido en clases sociales no admite la concordia, solo determina la lucha por mejores condiciones de vida, por mayor libertad, por mayor democracia, por más y mejores derechos ciudadanos, por mayor igualdad, No se confunda Sr. Presidente, Ud. ha sido elegido porque una gran parte del pueblo argentino que fue colonizado por el pensamiento burgués y lo votó, y la voluntad popular debe ser respetada, pero, así como los unos (ustedes) tienen derecho a gobernar, los otros (nosotros) tenemos derecho a resistir sus medidas de hambre y miseria, su avasallamiento de las libertades, sus intentos de retroceder al épocas de falta de democracia y políticas sociales. Los unos son el poder, y por primera vez en la Argentina el poder formal coincide con el poder real. Los otros somos el anti poder, la resistencia eterna de los humillados y sometidos, de los que no se dejan llevar por los cantos de sirena del amor y la bondad, lo que no se unen con sus verdugos, los que luchan y los que a la corta o a la larga van a triunfar. Hasta la próxima.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Elogio a la amistad.


La amistad es un águila serena que despliega sus alas en el cielo de la solidaridad. Es un sentimiento compartido entre seres humanos que, cuando es sincero, no espera una respuesta compensadora, por el contrario, en las relaciones de amistad se da sin esperar nada a cambio. Es a (“sin”) y ego (“yo”), por lo que amigo significaría “sin mi yo”, es el sacrificio supremo de la egolatría en el altar de la solidaridad. A lo largo de la vida cosechamos amigos y también los perdemos, y en el final del derrotero nos encontramos con los más auténticos, esos que persisten junto a nosotros sin reclamarnos nada durante el tiempo que compartimos, en esos años que pasan en la vorágine de tiempo que nos consume paulatinamente hasta extinguir la última llama que quedaba encendida de lo que fuimos. Los amigos que se van, cuando la amistad es sincera, persisten en el recuerdo de los que quedan, ellos son los encargados de conservar el patrimonio inconmensurable del legado que cada uno de nosotros dejamos al momento de partir. Que sería de la vida sin esos auténticos amigos con los que confraternizamos cada día. Con ellos compartimos un café, una charla, una fiesta, a veces ideas, otras veces diferencias, pero el fuerte lazo que nos une permite que nos profesemos el cándido sentimiento de amistad aun cuando no pensemos igual. En la vida he tenido muchos amigos, pero pocos verdaderos, porque los amigos verdaderos son fieles y leales con nosotros. Son los que se permiten señalar el error cuando lo consideran para que retomemos la senda correcta, son los que nos apoyan en los momentos difíciles, los que no nos traicionan, los que sí tienen una crítica que hacernos, nos la hacen a nosotros. La lealtad bien entendida, no es obsecuencia, ni tampoco obediencia y mucho menos obediencia ciega, es defender al amigo de los ataques arteros de quienes no tienen la moral suficiente para debatir francamente, no permitir la diatriba insidiosa que solo busca destruir a la persona, pero es también, reconocer, en primer y fundamental lugar, las fallas ante los que queremos. Decía que he tenido muchos “amigos” pero pocos verdaderos. Como distinguimos el amigo verdadero del que no lo es. Enigma de muy difícil solución, tarea propia de un oráculo. Tal vez la respuesta la encontremos en el tiempo. Cuando somos jóvenes hipervaloramos a los amigos, creemos que son perfectos, que siempre van a ser nuestros aliados en el mágico derrotero de la vida. Nuestro grupo de referencia es inmaculado, único, extravagante, insólito, pero es nuestro núcleo de referencia y para un adolescente que está forjando su identidad, los amigos se constituyen en el alter ego que los determina. Hacemos cosas para agradarlos, para que nos reconozcan, para que nos consideren parte, a veces sacrificamos parte de nuestro yo en pos de ese yo colectivo que es el grupo de referencia, como el que se inicia en el tabaco solo por no ser distinto al grupo. Pero estos primeros grupos de referencia se van perdiendo y los amigos entrañables del ayer se constituyen en fantasmas de un viejo pasado que a veces nos cuesta invocar. Otras veces sentimos en carne propia la laceración de la traición de aquellos que suponíamos nuestros amigos, nos abandonan, nos dejan a la vera del camino porque ya no servimos a sus mezquinos intereses personales, para este grupo de personas, la amistad no existe, las personas son solo instrumentos manipulables de sus codiciosos apetitos de poder o dinero. Cuídate de tus enemigos, pero cuídate más de los que supones son tus amigos, detrás de cada tierno cordero, suele ocultarse un lobo hambriento de sangre, y cuando más mediocre es una persona, mas salvaje es su traición. Este grupo está integrado por obsecuentes, aduladores, insignificantes mediocres que solo pueden tener algún espacio en las organizaciones sobre la base de la resignación absoluta de sus principios en pos de algún cargo o prebenda. A lo largo de la vida he compartido y aun considerado amigos a muchos de estos defenestrables sujetos, he recibido sus lisonjas, he participado de su mesa y madurado, incluso, muchos proyectos en las largas sobremesas. Filibusteros de la verdad, carroñeros de la ingenuidad, enredaderas trepadoras que se arrastran sin vergüenza y son capaces de entregar hasta sus más preciados afectos en aras del mero interés personal. He creído en ellos, pero el tiempo se encargó de demostrarme mi error y hoy solo son un mal recuerdo en el arcón de los desperdicios, siguieron con sus negras vidas, flotando como corchos en la correntada y envejecen en la ignominia de la falta de ética y moral, hoy a la distancia los compadezco por sus bizarras vidas, por el sinsentido de su existencia, por la falta de afectos verdaderos, porque al traicionar sus sentimientos se traicionan a sí mismo, creen, en su soberbia, ser los mejores sin darse cuenta que son parte de la cloaca de una humanidad que no ha encontrado la forma de procesar sus desechos. La vida me ha demostrado que este tipo de personas, que son capaces de prenderse como garrapatas malignas a quienes detentan poder, nos acompañan lamentablemente en diferentes etapas de nuestras existencias, y digo lamentablemente, porque desprenderse de ellos no es sin dolor, es un duelo terrible que debemos soportar, una herida narcisista que vulnera y mancilla nuestra autoestima, pero que cuando logramos despojarnos de ellos, sentimos un profundo alivio en nuestros corazones. Estos son los que te dicen “yo nunca te voy a traicionar”, lo que te dicen “a vos te quiero como mi mejor amigo”, “vos sos lo mejor”, y cuando los ves unidos solidariamente a tus enemigos, a los bandidos que se apoderan de las organizaciones, de las comunidades, de las sociedades, te dicen es solo política, es conveniencia, es estrategia o táctica, pero mientras tanto caminan junto a los siniestros personajes que han devaluado la ética y la moral de nuestro país. Cuídate de ellos, decía, porque son los mediocres, los improductivos, los parásitos que abundan en la sociedad capitalista, aquellos que creen que pueden ocupar cualquier lugar, que pueden ser cualquier cosa, solo por el mérito de venderse al mejor postor, de ser alcahuetes del poderoso de turno. Para ellos mi lástima, porque en el final de sus vidas, cuando sepan que son menos que nada, la inmensidad del abandono colonizará su vejez y parafraseando a Whitaker, no hay peor vejez que la del que ha perdido la vida sin poder producir obra alguna, y yo le agrego, aunque mas no sea pequeña. Existe una imagen en 1984, la genial obra de George Orwell, en la que aquel que se ha rendido al poder, que ha entregado todas sus banderas, que ha vaciado de contenido su existencia, se encuentra solo en la mesa de un bar amando al dictador siniestro y derramando una lágrima de compasión por su propio ser inexistente. Los otros, los verdaderos amigos, los que me han continuado acompañando a lo largo de la vida, los que nunca me traicionaron, esos son los que llevo en mi corazón. No quiero que este elogio sea abstracto, sino quiero corporizarlo en personas concretas que, en este particular momento de mi vida, en el que mi carrera académica llega a su fin, se encuentran a mi lado, dándome todo el cariño que necesito para encarar la nueva etapa con todas sus frustraciones, desafíos, alegrías y tristezas. Quiero hacerles un reconocimiento y el orden es arbitrario, no implica una escala amigóbica, una escala de los que son más o menos amigos, porque la amistad no tiene gradaciones, se es o no se es amigo, en las buenas o en las malas. Guillemo Ryan a quien en Cuadernos Sociales le dedique un homenaje: “Te fuiste en silencio”, porque su única traición en el largo camino que recorrimos juntos fue abandonarnos en la flor de la vida. Se fue trágicamente al despuntar el milenio y hoy lo recuerdo con cariño sin poder evitar que una lágrima traviesa decida hacer turismo por mi cansada mejilla. Ovide Menin, el entrañable maestro de todos, el que nos educó y formó en la carrera académica, el que aun con sus defectos supo ganarse un lugar en nuestro recuerdo por ser un paradigma de trabajo y de libre pensamiento, por suerte tuvo una larga existencia y compartimos con él muchos cafés y mucha charla, constructor sin claudicaciones, vive en nuestra memoria. Miguel Cavigliaso, amigo de toda la vida, compartimos las buenas y las malas, socios en muchos trabajos, me permitió aprender que las organizaciones no son solo ideas y que la transformación necesita de la técnica y el trabajo constante. Jamás sentí un reproche de él, jamás tuve que reprocharle nada, de una generosidad entrañable, siempre presente, aun en los peores momentos, y son su serenidad y temple supo calmar los desatinos de mi atropellada personalidad. En él también va el reconocimiento a Alba su compañera de toda la vida, fuerza y entereza a su lado. Juan Larrandebere y Claudio Bruno dos trozos de azúcar que endulzan la vida cada sábado en el bar de la memoria, del debate y del encuentro. Graciela Simonetti que durante muchos años me permitió pensar y reflexionar sobre el trabajo y sobre la existencia, socia en la aventura del conocimiento, con nuestro esfuerzo conjunto fuimos capaces de publicar obras señeras en el campo del trabajo y la salud mental. Estoica y resignada luchadora que ha soportado los mayores desafíos y los mayores dolores, con ella mi homenaje y agradecimiento, y mi pequeño y sentido recuerdo a su hija otra amiga que la vida nos arrebató y que sentí como una pérdida propia. Teresita Finkelstein, viajera incansable, ha recorrido los más lejanos confines del planeta, con ella compartí muchos cafés, cenas y largos debates que me iluminaron en los recovecos del psicoanálisis, leal discípula de Silvia Bleichmar, conductora de instituciones analíticas, pensadora y amiga de siempre. Víctor Quiroga, a quien conocí siendo un pollito y con su vozarrón estruendoso me aturdió a lo largo de estos años, pero que fue un amigo leal y fiel, un co-equiper incansable en la labor de construcción de una teoría del trabajo y las organizaciones. Generoso, hiperactivo, estudioso, heredero de la cátedra que construimos colectivamente con un grupo entrañable de docentes de la Facultad de Psicología de Rosario y brillante editor de la revista que fundamos en sociedad hace más de quince años. Espero que este docente brillante e investigador productivo tenga el porvenir luminoso que se merece. Maria Romina Cattaneo, madre eterna, encantadora, hormiguita de trabajo, persona de confianza, también la conocí en tiempo en los que recién se iniciaba y hoy constituye un orgullo para mí por lo mucho que ha logrado en función de su esfuerzo. Siempre ha estado junto a mí en el trabajo y en la vida, hoy es un honor que continúe trabajando conmigo. Melisa Mandolesi, tal vez el pollito mas pequeño del grupo que se desliza por los intrincados pasillos y recovecos del saber, tenaz como ninguna, poderosa llama que enciende la vida de los que la conocen, amiga leal y tierna, aunque hace poco tiempo que la conozco, tengo toda mi fe y mi aliento depositado en ella. Mariam Milicich, Daniel Poyo García y Gisela Latino, porque además de entrañables amigos y compañeros de cátedra me demostraron que la elección no fue en vano, son parte de la universidad que no se rinde a la mediocridad y que busca el conocimiento. Guillermo Molina, inconmensurable profesor, erudito sin igual, conocedor de nuestra historia, no solo compartimos la cátedra, también la radio, a él mi cariño por los buenos momentos pasados en el trabajo y en la vida privada. Flaviana Ponce que sostiene el trabajo constante en la cátedra de Psicología en el Trabajo y porque además de una amiga es una emprendedora tenaz. Miguel Gallego, uno de los nuevos amigos que me acompaña en la aventura del conocimiento y que ha sabido forjar un horizonte de visibilidad profundo gracias a la prepotencia del trabajo permanente y fecundo. Rodolfo Kaufmann ese medico sanitarista pleno de virtudes que me significó con su amistad, el que fuera “mi cuñado” con el que compartí noches y días de discusión, ejemplo de honestidad y conducta, siempre en el mismo lado de la calle, siempre junto a los que lo necesitan, con él mi homenaje a su constructora y eficiente esposa Rut Kiman. Patricia Kaufmann quien me acompaño durante 30 años y aunque el destino haya separado nuestros caminos continúa teniendo el agradecimiento por el apoyo brindado a lo largo de esos años y por los dos hijos maravillosos que me dio, Su vida fue trabajo y tesón, toda mi admiración para ella, que ha sabido trabajar para los que más lo necesitaban, que ha construido instituciones y ha derramado amor entre sus semejantes. Y en ella a mis dos hijos, Ana y Nicolás que más que hijos son dos soles que me permiten disfrutar de la existencia. Liliana Lampelfeld, la psicóloga errante que recaló en las lejanas tierras catalanas y desplegó toda la significancia del trabajo honesto y constructivo, gracias por los buenos momentos que me diste en esos lugares. Emilia Domínguez Rodríguez, una catedrática a la vieja usanza, profesora intachable, de una generosidad increíble, me enseño mucho, trabajamos mucho y demostramos que los equipos científicos pueden construirse, aunque exista un océano de distancia. Gracias a su hospitalidad conocí la España profunda, y la realidad de la academia distinta y constructiva de la Universidad Española. Gregorio Gomez Jarabo por los años compartidos, por ser tan hospitalario, en definitiva, tan buen amigo, es tal vez una de las figuras señeras de la ciencia española y sus libros le abren el universo de conocimiento a muchas generaciones. Manuel Froufe, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, amigo entrañable, guía en la aventura del conocimiento, siempre solícito, siempre junto a uno cuando lo necesita, para él todo el cariño y afecto. Madrid y la autónoma no son lo mismo sin Manolo. Adriana Cicaré, que dejé ex profeso para el final. A la que un gran amigo denominara la mini, pero que en el pequeño cuerpo encierra a una gran mujer, por su ternura de estos años, por sus cuidados, por su cariño, por su lealtad inclaudicable. La señora profesora, la que formó a bastas generaciones de economistas, la investigadora brillante, la que con tesón y ética humana lucha incansablemente por lo reivindicación de los valores humanos. En ella encuentro el placer de caminar sin descanso, de escuchar sin fatiga, de trabajar sin cansancio. Resistió y resiste todas las adversidades, madre del alma, eterna compañera de la vida. Sé que me estoy olvidando de muchos amigos, a ellos les pido perdón, a otros no los menciono porque ya no sé si son amigos, son parte de la nebulosa de la vida que acompaña nuestras sensaciones y emociones, pero por sobre todo gracias a mis amigos por la compañía que me brindaron en estos sesenta y seis años. Hasta la próxima.

jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Porque se sostiene la desigualdad?


Unos pocos datos para no abrumar al lector. Según la CNN (insospechada de tendencia siquiera liberal), citando el informe OXFRAM, que es una organización creada en 1995 por el Comité Oxford para la ayuda contra el hambre que data de 1942, las 85 personas más ricas del mundo poseen más riqueza que la mitad de la población mundial, es decir 3.000.000.000 millones de habitantes. Estos ricos tienen 110 billones de dólares. Desde la crisis de las hipotecas sub-prime, hipotecas de alto riesgo, de tipo muy especial, ya que eran créditos preferentemente utilizados para la adquisición de viviendas por clientes con escasa solvencia y alto nivel de riesgo de morosidad (superior a la media del resto de créditos), con un tipo de interés más elevado que en los préstamos personales (si bien los primeros años tenían un tipo de interés promocional), y las comisiones bancarias resultaban más gravosas, más precisamente desde el 2009 el 1% más rico acumuló el 95% de la riqueza producida. Es decir, los capitalistas más poderosos provocaron irresponsablemente las condiciones que arrastraron al mundo más desarrollado a una de las crisis más pavorosas de la historia y salieron beneficiados de la crisis incrementando su riqueza. En un dato más exacto, el 1% de las familias más poderosas es dueño del 46 % de los bienes mundiales (www,público.es). Como hemos afirmado en diversas publicaciones, mientras la pobreza se acrecienta en el mundo, la riqueza se concentra en cada vez menos manos, cumpliendo la tendencia a la concentración enunciada por Marx en el siglo XIX. Ahora bien, si cada vez hay más pobres e indigentes en el mundo, lo que muestra que aproximadamente un 20%, más de mil millones de seres humanos, viven con un dólar diario (datos del Banco Mundial), y aún en los llamados países prósperos de Europa, Asia y en los EE. UU más de 100.000.000 de personas viven en la pobreza, no teniendo acceso a los más elementales medios de vida como la vivienda, el agua potable, las cloacas, cuidado de la salud, etc., la pregunta es ¿Por qué las grandes masas de seres humanos del planeta acepta una vida de carencias absolutas mientras unos pocos gozan de riquezas que ni siquiera varias generaciones de descendientes podrán gastar? Una de las claves para entender este sometimiento creo que está en la penetración ideológica que ha logrado tener la burguesía en el pensamiento de las clases subalternas y oprimidas, en los últimos 200 años. La ideología constituye una falsa conciencia, es un mecanismo por el cual una persona cree reconocer la realidad pero que esa realidad que conoce es ficticia, ya que la verdadera realidad esta oculta a su conciencia. La ideología funcionaría como una Matrix (como la de la película los hermanos Wachowski) que oculta el verdadero sentido de la vida a los ciudadanos, los que viven en una realidad ficticia desconociendo lo real que esta por detrás, la ideología funcionaría de esta manera como un velo que impide al ciudadano común conocer la matriz de funcionamiento social. La pregunta es cómo se logra este efecto de la ideología, porque funciona de manera diferente a la crisis que llevó a la caída del feudalismo. La burguesía fue desarrollándose desde las mismas entrañas del feudalismo, los burgueses eran los que vivían en los burgos, ciudades. El término inicialmente identificaba a la clase social compuesta por los habitantes de los "burgos" (las partes nuevas que surgían en las ciudades bajomedievales de Europa occidental), que no eran ni señores feudales ni siervos y no pertenecían los estamentos privilegiados (nobleza y clero) ni al campesinado. Sus funciones socioeconómicas eran las de mercaderes, artesanos o ejercientes de las denominadas profesiones liberales. Esta clase no surgió de un día para el otro, como el sistema económico que forjó, el capitalismo, tampoco, fueron necesario muchos siglos para que el capitalismo se construyera como sistema socioeconómico y la burguesía estuviera en condiciones de ser clase dominante. En otros artículos hemos dicho que la revolución francesa de 1789 solo fue un movimiento político que dio por tierra con el ancien régimen feudal, en una sociedad en la que las relaciones de producción capitalista estaban maduras y requería de una superestructura política de dominación que les permitiera continuar desarrollándose. Primero fue París, pero luego de la mano de Napoleón esa superestructura, basada en la llamada democracia se extendió a toda Europa. En pocos años, la burguesía logró coronar con sus principios la organización social de la vieja Europa, al punto tal que Marx afirmaría que mientras las revoluciones burguesas lo avanzan de éxito en éxito, las proletarias lo hacían con victorias y derrotas, avanzando y retrocediendo. Por la misma época los EE.UU. habían también coronado su organización nacional basados en la idea de la democracia burguesa, tras una guerra en la que derrotaron al poder colonial de Inglaterra. Los principios de la democracia burguesa se basan en la eliminación de todo tipo de prerrogativas de cuna o linaje, de soberanía popular (un hombre un voto), en la división de los poderes del estado, en el principio de la igualdad ante la justicia) el principio fundamental de la justicia burguesa se define como la equidad), en los derechos civiles y políticos compartidos por todos los ciudadanos, la universalización de la ciudadanía, etc. Esto principios, reconocidos en la declaración de los derechos del hombre (1789) y de los derechos del hombre y del ciudadano contenidos en la constitución francesa en 1795, que fue luego complementada por la declaración universal de los derechos humanos establecida por la resolución 216 de la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948 son las bases de la superestructura social del capitalismo. La burguesía construye a partir de estas nociones la ficción de la igualdad entre los hombres, y los sectores más reaccionarios de la misma, van a preconizar que si un sujeto tiene diferencias económicas con otros es debido a sus condiciones particulares (inteligencia, intuición, etc.) que le permiten tener éxitos económicos. La ideología burguesa requiere de un imaginario fundamental, el individualismo. Todos los hombres son iguales, ante la ley, dirá un burgués, y entonces la igualdad se verá limitada en función del poder que otorga la posesión de bienes. Cuanto más dinero posee una persona, mayor es la desigualdad económica entre los seres humanos, mayor será la desigualdad social entre los mismos. Un ejemplo claro, los burgueses de la mano de su poder económico y de las posibilidades de progreso que pueden ofrecer a otros por su capacidad de decisión en fábricas, burocracia estatal, medios de comunicación, etc., tienen mayores posibilidades de gozar no solo de los placeres de la vida como el ocio, el turismo, las buenas comidas, las buenas bebidas, las mansiones, etc., sino que además pueden disponer de las mujeres y hombres de las clases sometidas corrompiéndolas mediante el dinero y disfrutando de orgías, fiestas sexuales, compañías temporales, etc. Una mujer tiene el derecho de entregar su cuerpo a quien quiera, pero por efecto del poder del dinero, muchas veces es sometida a la calidad de esclava sexual y se presta a un conjunto de prácticas por las que incluso ella puede sentir asco, lo mismo ocurre con los hombres que se someten a otros hombres (taxi boys) o mujeres. Basada en el principio de la “movilidad social” y usando como ejemplo algunos casos puntuales, la burguesía colonizó el pensamiento y la conciencia de las clases a las que sometió en el proceso de construcción de su hegemonía. Cada tanto, algún emprendedor logra trasponer los límites de clase y constituirse en un burgués, es el caso del trabajador industrial que pone una pequeña empresa, el campesino que logra comprar una parcela y cultivarla, el empleado que se inicia con éxito en una actividad comercial, estos casos puntuales que no llegan al 1% de la población mundial sirven para mantener viva la ilusión de la posibilidad de, como decía la tía Veneranda, salir de pobres. Mientras tanto el resto de la población nace, vive y muere en la indigencia y la pobreza toda su vida, sometiéndose a la explotación y a la opresión capitalista que engorda los patrones y aumenta el hambre de los explotados. La construcción imaginaria del individualismo se refuerza con la idea del egoísmo de esta noción, yo puedo salir de la situación, si otros no salen es su problema, es el famoso no te metas del sentido común. Que les importa a los europeos la situación de hambre y miseria en el extremo o medio oriente, o en la África recóndita y marchita mientras ellos gocen de las condiciones de vida que les permite el capitalismo sobre la base de la expoliación y el robo de los recursos materiales de los pueblos oprimidos. El dato es que cada tanto sufren la retaliación de las acciones de despojo cuando los desesperados llegan al corazón de sus ciudades y se inmolan en una llamarada de desesperación por el destino al que el sistema imperialista los somete en las lejanas latitudes. Otras veces el dolor golpea a la puerta de su tranquila existencia indicándole que cada vez es más difícil contener a los millones de migrantes que huyen del desastre social causado por las guerras insensatas de cómplices locales, fundamentalistas extraviados en la razón, narcotraficantes avariciosos, guerras que se nutren de las modernas armas y de ingentes recursos que las naciones occidentales proveen de manera sistemática a uno u otro bando para que los complejos de la industria armamentista hagan pingues negocios. Pero la imposición de la ideología burguesa como forma de dominación no hubiera sido tan eficaz en la colonización de la conciencia de los oprimidos sino hubiera contado, además del poder de las armas, con poder de los medios de comunicación. Con la invención de la imprenta primero, y de la radio y la televisión después, la burguesía contó con medios de comunicación de masas que permitieron transformar hasta la médula la interrelación social. Ninguna clase dominante tuvo a su disposición antes que la burguesía, este arsenal de medios de penetración de masas, y la burguesía supo hacer buen uso de los mismos. Hasta el surgimiento de la sociedad postmoderna el capitalismo había sobrevivido a las crisis y revoluciones sociales utilizando por un lado la potencia de su penetración ideológica, y por el otro la represión selectiva y generalizada de sus fuerzas de seguridad. Pero con el advenimiento de las TICs (Nuevas Tecnologías de Informaciones y Comunicaciones) y la aparición de medios como la telefonía celular e internet, la clase dominante contó con la posibilidad de controlar las pulsiones revolucionarias y los deseos de cambio de los oprimidos mediante el control social. El control social que realizan los mass media hace que cada día, en cada momento penetre en los hogares de los trabajadores el mensaje constructor de la ideología burguesa. Ya no es necesario eliminar físicamente al sujeto revolucionario, solo basta con limitar sus espacios de comunicación ampliando los espacios y volúmenes de comunicación social del sistema. Eventualmente si es necesario, o como para que los esbirros del régimen puedan despuntar el vicio y no permanecer ociosos viendo como le crecen sus panzas por la buena vida, se reprime alguna muestra de rebelión en las sociedades, pero no es la conducta común de los gobiernos burgueses del siglo veintiuno, por lo menos los más desarrollados. La ideología burguesa se basa también en la existencia de un amplio colchón social entre la clase dominante y las clases subordinadas más vulnerables, la llamada clase media, integrada por pequeños comerciantes, industriales, profesionales, oligarquías obreras, que viven imaginariamente pensando que en algún momento puede ser como sus verdugos y que a ellos las crisis cíclicas del capitalismo no los va a tocar. Claro que como en el 2001 en Argentina la crisis los tocó y como los tocó y entonces se vuelvieron iracundos contra el poder burgués, pero sin visualizarlo como poder de clase, sino como poder gubernamental, el problema es que el Estado está mal gestionado, hay que buscar otros gestores más eficientes. Este sector social, que por su heterogeneidad no tiene una construcción ideológica propia, y que comporta intereses disímiles, solo surge a la luz de las luchas públicas cada tanto tras intereses difusos y con poco o nada de interés solidario o común. Son los caceroleros del 2001, los que se movilizaron exigiendo que les vendan dólares en 2013 y 2014, los que claman pidiendo seguridad y que dejen de matarlos como moscas los delincuentes, contra el gobierno populista desde un irracional odio por su discurso en pos de la igualdad y de la reivindicación de los pobres, los que se indignan frente a la corrupción de los funcionarios pero que no ven que para que haya coima tienen que existir dos, el coimeado y el coimero, etc., etc. Este colchón de sectores profundamente reaccionarios, discriminadores y autoritarios que es la clase media constituye a la vez una polea de transmisión de la ideología burguesa hacia las capas más bajas de la sociedad y les provee a los medios de comunicación de sus sujetos más lúcidos que como opinólogos, comunicadores, periodistas, especialistas, etc., contribuyen a desarrollar la penetración de las lógicas reaccionarias y clasistas en los medios de comunicación. Sinceramente, y no creo exagerar al decir que los comunicadores que se ven en los programas de radio, televisión o que escriben en los diarios son en su gran mayoría plumas a sueldo de los dueños de los medios de comunicación, sicarios y mercenarios al servicio de los peores intereses burgueses, o simplemente monigotes payasescos que opinan de lo que no saben diciendo lo que sus patrones les mandan. Son los que se centran en las formas y nunca abordan los contenidos de las acciones de gobierno, los que ven que el problema es el autoritarismo de Cristina, pero que niegan los doce años de crecimiento que un sector de la burguesía impuso al país mediante el uso de una lógica económica diferente, son los que pretenden hacernos creer que puede haber, no un mundo sin pobreza, sino un país en el que la pobreza sea cero, o que los que manejan la inflación son los gobiernos y no los formadores burgueses de precios nucleados en las grandes empresas, son los que quieren que pensemos que la inseguridad fue un problema de un gobierno para que no veamos que la inseguridad es intrínsecamente solidaria a la estructura de vida del capitalismo y a las condiciones de vida en el mismo, son lo que le cuentan al pobre albañil que se levanta a las 4 de la mañana, al obrero que en el frío invierno concurre a la fábrica al amanecer, al campesino que vive en condiciones de casi esclavitud que algún día va a estar mejor, que va a poder gozar de los placeres de la vida, son los que resumen la democracia a la forma (división de poderes, voto al explotador menos malo cada cuatro años, etc.) para que los trabajadores y oprimidos no podamos pensar en formas de democracia sustancial que nos permitan lograr la ampliación democrática y de derechos sociales y económicos, son los que en definitiva construyen cada día el discurso de dominación de la ideología burguesa porque de esa manera, en su visión individualista ellos se salvan por las generosas dádivas que reciben de sus empleadores para mentirles a los pobres y carenciados, para construir el relato de la dominación burguesa. La ideología burguesa, apoyada en una educación “de calidad” que solo busca tener 180 días de clases, en sistemas educativos obsoletos pero eficaces a la hora de anular el pensamiento crítico y reflexivo de las próximas generaciones, solo busca construir un estereotipo de sujeto obediente y sometido, que al final de cuentas es el objetivo con el que nació la escuela moderna. Solo estudiando y poniendo de manifiesto este poderoso artefacto de dominación, la ideología, será posible construir un pensamiento crítico que cuestione a los caudillos de derecha como Macri que solo vienen a colonizar el Estado en favor de los intereses de los sectores más concentrados de la burguesía y los capitalistas vernáculos.Hasta la próxima.

martes, 1 de diciembre de 2015

De que unidad me hablan


En primer lugar, quiero decirles que escribo estas líneas desde el hartazgo. Harto de la hipocresía de quienes durante años me insultaron, me agredieron, me atacaron, me vilipendiaron, me injuriaron. Y digo esto porque durante 12 años hicieron eso con Néstor Kirchner, con Cristina Kirchner y cada ataque, cada insulto, cada diatriba, cada mentira hacia ellos era como hacérsela a todos los que confiábamos en ellos y por lo tanto a cada uno de nosotros. Por años soportamos que dijeran que Cristina era una yegua, una corrupta, una autoritaria y debimos callar. Pero cuando se hacía alguna crítica a un periodista opositor, entonces era un ataque a la libertad de prensa. Lanata y sus secuaces, Majul, Longobardi, Fontevecchia, Van der Koy, Obarrio, y cuantos mas no se cansaron de mentir, agraviar, insultar, armar operaciones de prensa, dividirnos en dos bandos antagónicos donde los opositores eran los buenos, los honrados, los impolutos y los oficialistas los malos, los corruptos. Sistemáticamente ocultaron o ningunearon los procesos, denuncias, etc. contra Macri y el PRO, y usaron a una psicótica como Carrió para hacer las denuncias más disparatadas, que luego se caían por no tener sustento. Denunciaron fraude cada vez que perdieron una elección y se felicitaron por lograr procesos electorales transparentes cuando ganaron. En Tucumán tuvieron al país en vilo con una denuncia de fraude cuando el oficialismo había ganado por más de doce puntos, pero en la última elección que ganaron por dos puntos se congratularon de la limpieza del proceso. Que estaría pasando ahora si Scioli hubiera ganado por dos puntos, seguro que habría movilizaciones, ríos de tinta, denuncias de todo tipo y color por el supuesto fraude. Sin embargo, Scioli no espero más de dos horas para reconocer el triunfo, eso es conducta cívica, C5N dijo que había ganado Macri a las 18 hs 01 minuto. Macri y los opositores hubieran salido a llorar por los medios por el fraude, los medios hubieran denunciado el fraude y Carrió, la inefable psicótica hubiera llamado a la desobediencia civil por la república perdida. Durante años tipos como Lanata crearon y profundizaron la llamada grieta, y luego dijeron que la grieta era un problema de Cristina. TN se cansó de llevar opositores a mentir ante las cámaras de televisión y de evitar cuidadosamente que fueran oficialistas y si iban los maltrataban, los acosaban sin piedad, mientras que a los opositores los trataban con guantes de seda. Y ahora vienen los mismos que asaltaron nuestras ilusiones, que nos robaron el futuro, que hipotecaron nuestro país e hipotecarán, a decirnos que hay que terminar con la grieta, que tenemos que querernos como hermanos, que todos somos argentinos. Hermanos son los huevos y a veces se golpean diría don Cosme en mi pueblo. Nos piden que esperemos, que le demos tiempo al nuevo gobierno, que tengamos fe, me pregunto, se creen que somos idiotas, creen que el 50% que no voto a Macri es la mitad boluda del país. Leí en algún lado, y sé que es así porque estoicamente veo el programa “Intragables” que allí se reúnen un conjunto de ególatras neoliberales y partidarios del capitalismo salvaje que con hipocresía hablan de los pobres que en realidad desprecian, en el escrito se los definía como operadores serviles del mercado, parvularios, autoritarios y fundamentalmente ignorantes camuflados de libre-pensadores. Me refiero específicamente al impresentable de Pablo Vilouta que dice ser un periodista deportivo y se mete a opinar de todo sin saber de nada, además de otras ignorantes que opinan porque el aire es gratis y porque les pagan como Débora Plager, Silvia Fernández Barrios, Úrsula Vagues, Liliana Franco, Mariano Obarrio (que debería ganar un premio a la mentira y la calumnia de lo que es un especialista). Estos personajes dicen ser democráticos, hablan de la unidad de los argentinos, de escuchar al otro y son unos zanguangos que no escuchan a nadie, que interrumpen a los que piensan distinto que ellos, que defienden las ideas neoliberales, que les importa un bledo la gente, y menos la gente más vulnerable, que son fundamentalmente anticomunistas de opereta, macartistas por convicción, que comparten la definición de la política del PP Esperanza Aguirre sobre que por fin se terminó el comunismo en Argentina (aunque para ser políticamente correctos a veces no dicen lo que piensan) . Quiero destacar que en el panel hay personajes entrañables como Diego Brancatelli o Agustina Kamfer, que son agredidos en forma feroz por los antes nombrados, tratando que no opinen porque son kirchneristas. Con tipos como estos, antipopulares, elitistas, reaccionarios burgueses, alcahuetes y prebendarios no existe la más mínima posibilidad de unidad, ellos son los que nos van a mentir sistemáticamente en apoyo al gobierno de la derecha neoliberal del PRO. Son los que empezaron a decir que hay que esperar, que tenemos que ajustarnos, que el 2016 viene difícil, etc., etc. De que unidad hablan cuando proponen echar maestros, llevar por las nubes el dólar, ajustar a la baja el nivel de vida de los argentinos, atacar a los políticos del FVP y de la izquierda por votar leyesobreras que a ellos no les gustan, amenazar con echar funcionarios como Gils Carbó cuando tienen mandato legal hasta el 2017, solo porque no son de su palo (ellos que siempre criticaron al gobierno por manipular la justicia), decir que van a perseguir y echar periodistas de los medios estatales que comulgaron con el gobierno (¿no era que el kirchnerismo usaba los medios estales cómo propios?. De que unidad hablan cuando escuchamos a tipos como Rubinstein (de Rubinstein&asociados) decir que los asalariados tienen que aceptar que deben perder poder adquisitivo, a Carlos Melconian que afirma que Macri le va a pagar con las reservas (esas reservas que dicen que se dilapidan vendiendo dólar ahorro a los pequeños ahorristas) a los fondos buitres, a Ricardo Buryaile (que tiene el sueldo embargado) afirmando que le van a sacar las retenciones a los patrones agrarios para que se hagan más ricos de los que son, al Rabino Berman diciendo que a Sabatella y Bauer hay que echarlos por decreto cuando están legalmente nombrados hasta el 2017 (haciendo gala del respeto a la ley que preconizaron cuando eran oposición y que ahora se pasan por el culo), al diario La Nación con una editorial que dice que hay que terminar con la venganza y dejar de juzgar a los genocidas, a Prat Gay enojado porque cada tanto nos gobierna un caudillo oscurito del interior (claro ahora van a gobernar los blanquitos depredadores, corruptos y asesinos), a Macri queriendo eliminar los feriados para que los empresarios se llenen más los bolsillos, a José Luis Espert manifestando que las paritarias son un mecanismo fascista y que hay que eliminarlas, a Horacio Rodríguez Larreta preconizando que hay que abrir salvajemente las importaciones (que sabemos que llevan al quiebre de los pequeños industriales) en fin, la tía catalina decía que para muestra basta un botón, con el macrismo tenemos una botonería completa para mostrar. De que unidad hablan. De la unidad de ellos en la mentira, la represión, el ajuste. Disculpen, ganaron en buena ley, es su derecho gobernar, pero el nuestro es oponernos, es criticarlos, es denunciarlos, y en eso se nos va la vida. Nada podemos esperar de un gobierno que tiene una multiplicidad de procesados entre los futuros funcionarios, que nombra en las empresas del estado a personeros de las multinacionales (seguramente y espero equivocarme para que las vacíen y las hagan ineficientes y poder venderlas a precio vil como hizo Menem), un gobierno que trabajará para aumentar las ganancias de la burguesía más concentrada, que va a hipotecar nuestro futuro pagándole a los fondos buitres, lo que más que un pago es un robo del patrimonio nacional, un gobierno que va a eliminar la hermosa programación de Encuentro el canal cultural. Por supuesto, desde el 10 de diciembre se termina la inseguridad, la inflación, no van a haber más pobres, la desocupación será cero, se terminará el tráfico de drogas, nadie tendrá que alquilar porque no habrá déficit habitacional y viviremos en un país feliz y en el que los argentinos nos reencontraremos en el amor, la buenas ondas y la paz, y todo esto por obra y magia de los medios que no van a pasar malas noticias, que dejarán de mostrar (o mostraran menos) las entraderas, los arrebatos, los asesinatos, que manipularán las estadísticas, que mentirán, ahora a favor del gobierno en las políticas sociales. Volveremos a escuchar a Bonelli diciéndonos como a pesar de la pesada herencia todo va bien en la economía, a Carlos Melconián respondiendo entrevistas donde diga que el sistema financiero está sólido, a Federico Sturzenegger notificándonos que las reservas del banco central están por las nubes, a Lanata buscando fechorías de los que se fueron (para no aburrirse porque los que van a estar según su definición y práctica son híper honestos), a Majul (el que se propone como el Bernardo Neustradt del macrismo) inundándonos de entrevistas que muestran que gracias a las políticas de Macri somos todos ricos y la paz llegará por vía de la realidad virtual de la prensa canalla. Pero les tengo malas noticias, la Argentina es un país dividido en clases sociales, los trabajadores (a pesar de los traidores burócratas sindicales como Moyano) no van a permitir que les arrebaten los que consiguieron en los doce años de gobiernos kirchneristas, y los militantes populares y de izquierda seguirán resistiendo al gobierno de los explotadores y dentro de cuatro años tendremos un gobierno más radicalizado que el de Cristina, Salvador, Brasil, Uruguay, Bolivia, Venezuela, Ecuador, Perú, etc. Hasta la próxima

domingo, 15 de noviembre de 2015

Paris merece una lágrima.


Fue llamada de muchas maneras, una de ellas la ciudad luz. Meca de artistas e intelectuales, territorio de reflexión y debate, grandeza de la libertad sin límites, París se constituyó en la tierra prometida del pensamiento. Su incalculable valor llevó a Enrique IV de Francia a decir "Paris vaut bien une messe". Creo no equivocarme al afirmar que los atentados en París no hirieron y mataron solo personas, sino que se constituyeron en una estocada dañina que apuntó al núcleo de la civilización occidental, el pensamiento crítico, la creación en libertad. Son tan aberrantes los actos terroristas en París (como en cualquier otro lugar del mundo) que me atrevo a equipararlos con un ataque a la Meca en pleno Ramadan. Todos los fundamentalismos son malos, los religiosos y los laicos, los de derecha y los de izquierda, todos, pero el nivel de atrocidad, de salvajismo, de inhumanidad del fundamentalismo islámico, solo es equiparable (en los tiempos modernos) con la barbarie nazi de la segunda guerra mundial, o con el genocidio que EE.UU. cometió contra el Japón vencido cuando arrojó las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Sería una simplificación atribuir el salvajismo del Estado Islámico (EI), de Al Qeda o de los talibanes afganos solo a una carga emocional o religiosa. Siempre encontraremos tras el acto terrorista una situación de desigualdad social de base, que explica la irracionalidad del terrorismo. Un dato relevante es que el terrorismo islámico no tiene ninguna intención de eliminar las desigualdades, por el contrario busca perpetuarlas (como por ejemplo la desigualdad entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres). Tras un velo ideológico se oculta la dura realidad de la manipulación de (sobre todo)jóvenes que han dejado de otorgarle sentido a sus vidas y buscan el sentido perdido en la trascendencia imaginaria de la religiosidad. Que mas atrayente que 100 vírgenes en el paraíso, o un lugar privilegiado en la platea del teatro eterno en el que Alá les interpreta la bienaventuranza eterna a los creyentes. El terrorismo, sea del signo que sea, es una fe irracional que cree en un paraíso que por inexistente, nadie nunca vio. Pero también para los desventurados, para los que nada tienen, para los que sufrieron el despojo capitalista que los condenó a las mas atroces y miserables condiciones de vida, la palabra de los profetas del odio suena como música celestial que les promete la bendición eterna, y les da alguna cuota de esa bienaventuranza en la tierra, en forma de dádiva a sus propios deudos si él se inmola por la creencia. Los jóvenes terroristas matan y mueren para enriquecer a sus guías corruptos que lucran con negocios sucios en sociedad con capitalistas corruptos de empresas petroleras de occidente y financistas encumbrados de la banca mundial. Los gobiernos "democráticos" de occidente, mas que atacar con bombas que matan a millones de inocentes, y algún que otro yihadista, para empezar a solucionar el problema, deberían comenzar por abandonar el saqueo permanente al mundo islámico que realizan en complicidad con reyes, príncipes, gobernantes autoritarios y teocráticos, ayatolas, mullahs, y señores de la guerra y el narcotráfico. No cometeré el error de preconizar que no hay que combatir al E.I., Al Qeda y demás terroristas fundamentalistas, pero para comenzar a debilitarlos, es vital no barrer nuestras inmundicias sociales bajo la alfombra. Es necesario expandir la innovación y la creatividad, una educación que considere la paz como valor sustancial y humano, tan humano como el respeto a la vida. Respetar la vida no es solo no matar al semejante, es crear condiciones de desarrollo humano en libertad e igualdad, es recuperar la solidaridad y el respeto por el otro, es reconocer al otro el derecho de pensar distinto aunque en ello nos vaya la vida. Respetar lo humano es respetar la obra humana, sus esculturas, pinturas monumentos, y sabemos que los dirigentes del terrorismo islámico, como los de todo terrorismo, no lo haces, solo destruyen, porque el respeto es el reconocimiento de los valores democráticos y ellos son autoritarios y tiránicos. El respeto es permitir una Sinagoga en Ryad, una Mezquita en Jerusalem, una Catedral en Bombay, pero también un ateo en La Meca y el Vaticano. París bien vale una lágrima, los parisinos merecen nuestra solidaridad y quienes los atacaron salvajemente nuestro repudio y nuestro rechazo unánime a sus prácticas asesinas. Es necesario llenar de flores París, que los filósofos debatan en el "Café de Fares", que los pintores realicen retratos en Mont Martre, que los niños retocen con su algarabía en la Torre Eiffel, que los próceres fundadores de la democracia moderna vuelvan a descansar en "El Panteón", y que Bonaparte siga descansando en "Les Inválides". El mundo necesita recuperar la alegría de pasear por los Champs Elysee hasta llegar al Arc-de-triomphe o poder visitar sin miedo los museos como el Louvre, el Pompidou o el Q´de Orsqay Pero por sobre todo necesitamos gozar de la vida en paz, con controversias, con debates, con las sillas de los cafés parisinos mirando a la calle, mientras los parroquianos se trenzan en feroces discusiones que terminan con un abrazo y un "mañana la seguimos". Tengo una utopía, que el mundo se inunde de flores y aromas de paz e igualdad, mientras tanto derramaré una lágrima acongojada por el París que amo. Hasta la próxima

martes, 10 de noviembre de 2015

Imágenes de un pasado futuro.


La mejor definición de un economista neoliberal es que es un profesional que explica de manera complicada cosas que son sencillas de entender. Si uno se detiene a pensar el discurso de un economista neoliberal frente a una cámara de televisión, encontrará que, tras ese discurso técnico, lleno de teoría, con gran profusión de datos, con todas las fórmulas tan inimaginables como inentendibles, se encuentra un profundo vacío, una ausencia de contenido, y esto es así porque si el discurso de los economistas neoliberales se hiciera con la sencillez que tiene la economía, nadie estaría dispuesto a aceptar en la práctica lo que los neoliberales proponen, a riesgo de ir contra sí mismo. La esencia del neoliberalismo consiste en “retornar" a las fuentes del pensamiento económico, solo que, pasaron trescientos años y las sociedades cambiaron en algunas cosas, por ejemplo, hoy existen mayores derechos, mayores libertades, mayor confort, más acceso a la comunicación y al conocimiento y los ciudadanos podemos tener mayores posibilidades de evaluación de las propuestas de quienes gobiernan. Un neoliberal es un economista que piensa la economía en función de la trama de relaciones sociales que existía en el pasado y proyecta su pensamiento al futuro tratando de que la sociedad retroceda a ese pasado, es, por lo tanto, alguien que construye imágenes de un pasado futuro. En el siglo XVII la inmensa mayoría de las personas eran analfabetas, no tenía acceso, no a la educación superior, sino que no podían acceder a la educación básica, un neoliberal piensa que la educación solo debe ser para una elite gobernante, que los sectores sociales subordinados no necesitan educarse, para que, si ellos han nacidos para trabajar y ser explotados. Si vemos las actuaciones de los representantes del neoliberalismo (Michetti, Prat Gay) en el parlamento y lo que votan en materia de educación veremos que ello coincide con esta manera de concebir la sociedad. Un neoliberal es alguien que considera que el mercado es el mecanismo de regulación social por antonomasia, afirma que el Estado cuando se incluye en la arena económica y toma decisiones termina destruyendo las posibilidades de crecimiento y desarrollo económico. En sociedades que tienen gran parte de su población en la miseria más indigna, para un neoliberal no es necesario que el Estado intervenga en la economía para tratar de modificar las esas condiciones de existencia. Cuando el mercado es el regulador de la vida social el futuro comienza a ser pasado. ¿Porque el mercado no puede ser el regulador de la vida económica y social?, porque ello significa ceder el espacio del dominio a la ley del más fuerte. En los siglos XVII y XVIII y XIX al salario lo fijaba el patrón y lo hacía desde una posición de fuerza. Más aun, cuando la clase de los empleadores no disponía de mano de obra libre, por efecto de las relaciones de servidumbre propias del feudalismo tardío y muchos siervos de la gleba escapaban a las ciudades con el fin de eludir sus condiciones miserables de existencia, esas propias condiciones y la presencia de multitudes agolpadas contra las puertas de las fábricas, se constituían la herramienta de poder más importante de los empleadores que, en el marco de mercado regulador fijaban salarios miserables, (recordemos que en los comienzos del capitalismo no existían las tradeunión –sindicatos-). Pero cuando, producto del desarrollo del capitalismo, escaseaba la mano de obra libre, los capitalistas implementaban leyes que les garantizaran la posibilidad de continuar teniendo mano de obra barata. En Inglaterra en el siglo XVII se dictó la primera Ley de Pobres (1601) y más tarde se dicta la Ley de Asentamiento (1662) que tiene por objetivo regular la absorción por parte del capitalismo de la mano de obra disponible para la creación del naciente proletariado asalariado. Esta nueva Ley de Pobres, transformó el “sistema de ayuda” a través de un modelo de reclutamiento de mano de obra sustituyendo la ayuda a los más vulnerables por la incorporación a casas de trabajo (workhouses), en condiciones deplorables y con salarios muchos menores de los existentes en cualquier empleo. En los miserables se narra cual es el destino de los trabajadores hambrientos o sin trabajo, que intentan desesperados conseguir el pan a cualquier costo y terminan en situación de esclavitud. El trabajador aislado es juguete fácil del capitalista en el libre juego de la oferta y la demanda. El esclavo devino en siervo y este en trabajador libre, pero parafraseando a Marx, la única libertad de la que disponía el trabajador “libre” era la de morirse de hambre sino aceptaba la esclavitud asalariada. Claro que el mercado en esos tiempos era mucho más simple y la sociedad no tenía la complejidad de la que ahora goza. Y la burguesía pugnaba por hacerse un lugar en las relaciones de dominio de la sociedad y por lo tanto era un aliado natural en la lucha de los desposeídos contra las clases oligárquicas que dominaban la escena. Además, la burguesía tenía un objetivo revolucionario que la galvanizaba como clase, tomar el poder para constituir un Estado funcional a sus intereses. Hoy, ni la burguesía tiene esa unidad de intereses, ni el Estado es el mismo Estado de aquellos tiempos. La burguesía en la medida en que el capitalismo se desarrolló fue atomizándose en diversos estamentos con intereses diferenciados, y esos intereses comenzaron a expresarse en las teorías económicas, y los padres fundadores del liberalismo se configuraron en la “economía clásica” (Smith, Ricardo, etc.) que era revisitada y criticada continuamente. El Estado tampoco continuó inalterable, el desarrollo de la ciencia y la tecnología le impusieron nuevos deberes y el Estado no solo fue considerado para preservar la seguridad (interior y exterior), brindar educación y salud, sino que comenzó a incursionar en áreas que antes eran privativas del mercado. Comienzan a surgir lo que se denominaron empresas estatales, organizaciones productivas o de servicios que intervenían en áreas en las que el capital privado poseía poca o nula capacidad de inversión. La mayor complejidad de la sociedad incremento la cantidad y tipo de empresas en manos del Estado. Ferrocarriles, correos, empresas de telecomunicaciones, servicios eléctricos, administración central, organizaciones de salud, educación etc., comenzaron a ser moneda frecuente en las sociedades occidentales. Si tuviéramos que ver un país en el que continuó reinando el imaginario liberal de los siglos XVII, XVIII y XIX, va a ser muy difícil encontrarlo, tal vez EE.UU. podría ser uno de los pocos ejemplos. La división de la clase dominante a la que hacíamos referencia, dio lugar a intereses que, sin llegar a ser antagónicos, condujeron a enfrentamientos enconados entre los burgueses, muchas veces resueltos por la vía de las armas mediante revoluciones, golpes de estado cruentos, etc. Como hemos afirmado en anteriores artículos, hoy existen en Argentina dos grandes sectores de clase burguesa, la gran burguesía (terrateniente, financiera e industrial) que básicamente es tributaria del mercado externo, y la mediana burguesía, la burguesía pequeña y la pequeña burguesía, para las cuales el consumo es un dato insoslayable en sus condiciones de existencia. Pero además estos sectores necesitan del control de las mercancías que ingresan al país ya que por su propia debilidad no pueden competir con las grandes corporaciones internacionales que fabrican pagando salarios miserables (como los de los siglos XVIII y XIX) a sus trabajadores, fundamentalmente de Asia y África y con volúmenes de producción inalcanzables para nuestros industriales locales. Esto no ocurre solo en América Latina, también en Europa. Un empresario español que fabricaba camisas, fue a China, Cuando le propusieron visitar la fábrica donde los chinos hacían las camisas, el empresario pregunto extrañado: “¿pero esa región está inundada” el guía chino sonrió y le dijo: ya verá. En la fábrica, que efectivamente estaba inundada, los trabajadores laboraban sobre tarimas con pantalones y botas de pesca, el guía le indicó que uno de las claves del boom chino era no interrumpir la producción por ningún motivo. Cuando el empresario comenzó a negociar la compra se le indicó que los chinos vendían conteiner de un millón de camisas como pedido mínimo. Este empresario cesó la producción en España y comenzó a importar camisas despidiendo a sus trabajadores, hoy España tiene un 25% de su mano de obra desocupada. Esta escena se repite en diversos países del llamado tercer mundo, fundamentalmente en el denominado “lejano oriente” y en muchos de ellos empresas como Adidas, Nike, etc., pagan menos de un dólar diario a sus trabajadores sometidos poco menos que a una situación de esclavitud. Como la economía de los siglos XVII, XVIII y XIX, los neoliberales piensan solo en la ganancia y no tienen una dimensión humana de la economía. José Nun en un artículo de Página 12 (cito de memoria) narra que en Pakistán un presidente encomendó a un economista neoliberal que le presentara un plan económico para salir de la crisis que había en el país. El economista elaboró un plan conteniendo precisos objetivos a lograr con la implementación del mismo. Pasado un tiempo el economista concurrió al palacio presidencial a rendir informe de la marcha de la economía e indicó al presidente que todos los objetivos del plan habían sido cumplidos. El presidente asombrado le dijo: pero el pueblo se halla en una situación más miserable que la que tenía antes. El economista neoliberal respondió, los seres humanos y sus condiciones de vida no son problema de la economía. A veces se nos dice que no es necesario mirar el pasado, que no tenemos que quedarnos detenidos en el pasado, que debemos olvidar lo que paso, no escarbar más en ese pasado, pero la historia nos enseña que investigar el pasado es un ejercicio de memoria, porque lo que se olvida se puede volver a repetir. No recordar quienes fueron y que hicieron en el pasado los políticos nos puede condenar irremediablemente a construir un futuro pasado. La democracia burguesa no es el sistema de gobierno más perfecto, pero al decir de Lenin el mucho más perfecta que la mejor de las dictaduras. Ella nos permite tener algún grado de participación en la formulación del modelo económico que nos va a regir en los próximos años y ello nos obliga en el momento del voto a utilizar toda nuestra flexibilidad de pensamiento, nuestra capacidad crítica en la defensa de nuestros intereses individuales, familiares y sociales. En Argentina pasamos por varios gobiernos neoliberales, algunos en dictadura, otros en democracia, en todos ellos aumento la pobreza y la indigencia, para no repetir el pasado y tener un futuro futuro es necesario tener memoria. Hasta la próxima

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Algoritmo político


Quisiera realizar un algoritmo, como no soy informático lo tratare de hacer narrado. Mauricio Macri, es el candidato de la derecha pura y parte integrante de la gran burguesía prebendaria que vive a costa de los contratos con el Estado, de la gran burguesía financiera y de los sectores ligados a la exportación, tanto agrarios como industriales. Este sector no tiene relación con el mercado interno, o tiene muy poca relación. Sus ingresos provienen fundamentalmente de su inserción en el mercado externo, de la posibilidad de exportar comodities, de la especulación financiera, etc. No es casual que este sector político critique al gobierno actual por estar desconectado del mundo, el mundo para ellos es los EE. UU., Europa y los principales centros de poder económico y político mundial. Es un sector de la burguesía al que no le interesa en lo más mínimo los padeceres de los otros sectores, dado que, si aumenta la desocupación, si se restringe el consumo, si se incrementa la pobreza y la indigencia, a ellos no los afecta. Gran parte de este sector es tremendamente parasitario, no invierte en la producción local, o si lo hace es en capitales especulativos. Le interesa que la paridad cambiaria sea de libre flotación, porque a mayor valor del dólar se beneficia más, porque aumenta su competitividad en el mercado mundial. Tampoco les interesa la inseguridad ya que ellos no son afectados por los pequeños robos, arrebatos, entraderas, etc., ya que en muchos casos residen en el exterior (aun cuando tengan sus empresas acá, en Argentina) o en extensas mansiones vigiladas las veinticuatro horas por equipos de seguridad mejor entrenados que los cuerpos policiales de nuestras provincias o la policía federal. Están menos interesados en hacer desaparecer a los narcotraficantes porque: a) ellos son consumidores de droga de máxima pureza, b) porque son socios de los narcotraficantes en una multiplicidad de negocios legales y cuasi legales, c) porque también ellos participan de las operaciones de lavado de dinero, d) porque en el caso de los grandes bancos son los que lavan el dinero de los traficantes y se benefician en momentos de crisis con los ingentes depósitos de los narcos como ocurrió desde el 2007 cuando muchos bancos tuvieron liquidez gracias a los depósitos provenientes del narcotráfico. Pero veamos las propuestas de Macri, ya que las mismas defienden los intereses de este sector. Propuesta 1: voy a terminar con la pobreza. Existen dos posibilidades o les quita dinero a los ricos para aumentar los ingresos de los pobres o incrementa lo producido por la sociedad. Si la primera opción es negativa como todo lo indica, ya que no creo que Macri sea socialista o algo cercano a ello, la segunda opción tendría dos posibilidades. Si aumenta la producción una mayor parte de ese aumento debería ir a los bolsillos de los sectores subordinados de la sociedad y una ínfima parte, o en el mejor de los casos nada debería incrementar el patrimonio de los más ricos. Si aceptamos la segunda opción, ello redundaría en que los empresarios no invertirían, con lo cual caería la producción y por lo tanto Macri se vería “obligado” a hacer un ajuste. Lo probable es que su sendero sea que si aumenta la producción la parte del león vaya a los ricos y retorne la teoría del derrame de los noventa cuando se decía que cuando la copa este llena y los ricos saciados comenzaría a derramarse hacia los pobres, todos sabemos que eso no ocurrió. Moraleja: Macri en el gobierno va a incrementar la pobreza y la indigencia en vez de tan siquiera acotarla y va a aumentar la desigualdad social en vez de achicarla. Propuesta 2: Voy a terminar con la inseguridad. Si aumenta la pobreza y la desigualdad pueden ocurrir dos cosas, que los pobres acepten ser humillados, que sus hijos se mueran de hambre, continuar viviendo una vida miserable, en viviendas precarias, sin horizonte de futuro, adorando a quienes le quitan todo mediante la explotación y la opresión económica, o se rebelan contra el opresor y aun sin saberlo salen a expropiar a los expropiadores, solo que en lugar de ir contra los auténticos expropiadores, la gran burguesía va contra los explotadores que tienen más a mano, la burguesía media y pequeña, la pequeña burguesía y demás capas intermedias que no viven en mansiones fortificadas con cientos de guardias armados, sino que están allí, a tiro de escopeta, en barrios linderos, sin guardias, ni fortificaciones. En este caso lo que necesariamente ocurriría es que aumentaría el nivel de entraderas, arrebatos, robos hormigas, etc., y como los verdaderos delincuentes, aquellos que roban con guante blanco evadiendo impuestos, lavando dinero, llevándose capitales al exterior, especulando con la renta financiera, etc., en lugar de ser perseguidos serían protegidos porque son parte del colectivo al que Macri pertenece, entonces lo que ocurriría es que la inseguridad crecería. La respuesta sería aumento de la represión, mayores matanzas de pobres e indigentes presentados como delincuentes, persecución de los jóvenes por portación de cara, mayores penas de cárcel con el correlato de que van a existir cada vez más cárceles y más llenas (y de paso porque no, debe pensar Macri y su equipo, con la excusa de perseguir a los “delincuentes” podría sacar de circulación a alguno que otro zurdito o líberal que anda paveando con eso de los derechos humanos y la igualdad). Moraleja: Macri no va a terminar con la inseguridad, la va a aumentar, porque la inseguridad, el delito, etc., son integrante implícito de la desigualdad creada por el capitalismo. Propuesta 3: voy a terminar con la inflación. En primer lugar, la inflación en argentina es un fenómeno asociado a la marcha de la economía desde hace muchos años, a lo0 largo del siglo XX hemos tenido cuanto menos cuatro hiperinflaciones y índices de inflación que superaron los 25 o 30 puntos de los últimos años durante casi todo el período posterior a la década del cuarenta. Es más, Cavarosi, ha indicado en un artículo que la inflación dentro de determinados parámetros (índices inferiores al 40%) constituye una manera de discutir la distribución del ingreso, la inflación no es mala para los trabajadores en tanto y en cuanto los sindicatos tengan los instrumentos para disputar esa distribución del ingreso con los capitalistas. Un hecho incontrastable es que los salarios han crecido en términos reales desde el 2001, basta con observar el salario mínimo, vital y móvil y la jubilación mínima en 2001 en términos de dólar y su valor actual. De los 200 pesos (equivalentes a 200 dólares nominales y 200 dólares constantes) de 2001 el salario mínimo vital y móvil ha pasado a los actuales 5.588 pesos (600,21 dólares y tomando como referencia el dólar blue a $ 15,50 al 04/11/2015, 360,51 dólares) y la jubilación mínima de los $ 150 = 150 dólares a los actuales $ 4.300 decir 448 dólares y tomando el dólar blue 277,41 dólares, con lo que el salario mínimo creció un 180 % en dólares blue y un 300% en dólares oficiales, similar comportamiento tuvo la jubilación mínima que creció en dólares oficiales un 299 % y en dólares blue un 185 %. Esta es una diferencia fundamental entre los modelos neoliberales que privilegian el control de la inflación por sobre el nivel de vida de las personas y el modelo neokeinesiano para el cual la inflación puede consistir un problema, pero no el fundamental y mucho menos el único. Para los neoliberales para bajar la inflación sería necesario tener instrumentos monetarios y fiscales que deprimieran la economía, mejorando las tasas de interés o incluso llevándolas a ser positivas y reduciendo la presión fiscal sobre los más ricos. Tenemos el período menemista en el cual la inflación se mantuvo en niveles bajos (incluso llegó a ser negativa) pero su costo fue mayor desocupación, mayor pobreza e indigencia y en el final del túnel: la explosión social. El mecanismo típico del neoliberalismo para bajar la inflación ha sido el ajuste (echar empleados públicos, recortar gastos sociales, recortar subsidios, planchar los salarios y jubilaciones) y la apertura de la economía, mecanismo usado por la dictadura genocida y durante el período neoliberal de Menem y de la Alianza, que consiste en importar productos que entren en competencia con la fabricación nacional. La consecuencia es que una industria débil como la argentina no resiste la competencia con los grandes oligopolios industriales que producen a precios muy bajos porque utilizan mano de obra casi esclava en Asia y África, o en determinados países latinoamericanos como en la frontera de México con EE. UU, donde las maquiladoras explotan vilmente a los trabajadores, sobre todo a las mujeres, pagando salarios miserables con pésimas condiciones y medio ambiente de trabajo. En la historia reciente las aplicaciones de las recetas neoliberales para contener la inflación se tradujeron en elevados índices de desocupación, aumento de la pobreza y la indigencia y deterioro de las condiciones y medio ambiente de trabajo. Moraleja: La inflación puede ser contenida, pero lo que importa es cuál es el costo de esa contención y quienes se benefician y perjudican, El trabajador necesariamente es la principal víctima de estas políticas antiinflacionarias, los sectores industriales vinculados al mercado interno la víctima subsidiaria, los ganadores son los de siempre, la gran burguesía concentrada que puede exportar con tasas de ganancias mayúsculas, el sector agrario terrateniente y la burguesía financiera que con tasas de interés altas o positivas y libre flotación del dólar hacen pingues negocios y fugan los dólares robados en el país a cuentas en el exterior. Propuesta 4: terminar con el narco tráfico. El narcotráfico existe, porque existe un mercado de consumo cada vez más extenso en el mundo. Los principales mercados de consumo de drogas son EE. UU. y Europa. En estas geografías el tráfico de droga no solo no ha disminuido (a pesar de la variedad de políticas represivas implementadas y de la capacidad tecnológica de estos países) sino que aumenta de manera constante, a la par que se incrementa el consumo. Los cárteles de la droga se han integrado a la sociedad mediante su participación en empresas “legales”, el desarrollo de negocios propios en el mercado legal y la imbricación con los grandes conglomerados bancarios que son las principales agencias de lavado de dinero como los grandes bancos de América y Europa (al respecto es muy ilustrativo el libro de Saviano “Triple cero”). Ni la DEA americana ha logrado vencer el narcotráfico, al punto tal que muchos expertos en lucha contra el narcotráfico consideran que es una guerra perdida, no importa que se encarcelen uno, dos, tres, cien capos de la droga, siempre serán reemplazados por otros más feroces y codiciosos que tomarán la posta. El negocio de la droga supera los 600.000 millones de dólares anuales, y constituye uno de los mayores negocios del mundo. En argentina se hace hincapié en leyes profundamente represivas y retrógradas como la ley de derribo, la participación de las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico, el incremento de las penas carcelarias, leyes y estrategias que han fracasado en el mundo. Se dice que la frontera argentina es un colador, pero no se dice que ello ocurre en todos los países desarrollados. La frontera de EE.UU. con México, es un colador literalmente hablando ya que esta cruzada de miles de túneles por los que se transporta droga con total impunidad. Además, es sabido que ni al mismo gobierno norteamericano ni a sus agencias como la DEA les interesa interrumpir el flujo del comercio de drogas porque con sus más de 30.000.000 de adictos si se interrumpe el suministro se caería en un caos social inimaginable. No son pocos los expertos que sostienen que la única manera de acabar con los narcos es legalizando el consumo para bajar las grandes ganancias que tienen los cárteles de la droga. A la par proponen utilizar los recursos provenientes de grabar al mercadeo de la droga de venta legal en la prevención y atención primaria de los colectivos de drogadictos, políticas estas que se están empezando a aplicar en países europeos (Holanda es pionero) y que, con otra droga letal, el alcohol, aplico EE. UU, en la década del treinta cuando derogó la ley seca. Moraleja: a Macri no solo no le interesa combatir la droga, sino que miente descaradamente cuando dice que puede eliminar el tráfico de droga. En definitiva, Macri como intelectual orgánico del sector más reaccionario y concentrado de la burguesía argentina, apoyado y protegido por los grandes conglomerados de la prensa nacional e internacional (como por ejemplo la CNN) es el actor político típico de una burguesía que ya no confía en gerentes y pone a sus propios actores a dar la lucha política (como Piñera en chile), Este sector basa sus campañas electorales en el montaje del discurso reclamado por la sociedad, y modifica el mismo a partir de un monitoreo constante de la evolución subjetiva de las masas. Como dijo el inefable Menem, si decía lo que iba a hacer no me votaba nadie. Es decir, la derecha reaccionaria miente en forma continua (a través de sus políticos o de sus periodistas) y no dice lo que va a hacer porque los equipos técnicos de Macri están preparando un ajuste fenomenal y anti obrero y popular para aplicar si es que llegan al gobierno. Después de algunos meses, cuando esté el gobierno de derecha, si gana las elecciones, como ocurrió con el menemismo, será muy difícil encontrar quien lo votó, pero el ciudadano debe reflexionar que Macri o los sectores de la derecha que integran Cambiemos tienen muy claro el ajuste contra la población, sean los sectores medios, los trabajadores, pequeños productores, etc., pero como en el 2001 cuando los efectos de sus políticas sean palpables será demasiado tarde, el daño ya estará hecho. En el elector esta la decisión. Hasta la próxima.

lunes, 26 de octubre de 2015

Tras el diluvio


Y pasaron las elecciones, tenemos los resultados a la vista y la promesa de segunda vuelta entre dos candidatos conservadores de derecha. No Creo que duela la mala performance de Scioli, solo produce sorpresa, lo que si abruma es la buena performance de Macri, eso sí duele, porque nos coloca, como país, en la antesala del infierno. Scioli nunca fue santo de mi devoción, como muchos argentinos lo voté con los ojos cerrados, y porque no decirlo, con un poquito de asquito. Muchos afirman que es el mejor candidato que tenía a mano el oficialismo, no lo creo, creo que Randazzo, Alicia Kirchner, Uribarri entre otros eran mejores candidatos, y si no tenían uno propio debieron proponer a alguno que no fuera del riñón, pero que garantizara la continuidad de muchas de las políticas centrales que se desarrollaron en los últimos doce años. Con Scioli tengo la misma sensación que con el candidato que impulsó Alfonsín, el señor del lápiz rojo que preconizaba políticas de ajuste. En 1989 los tres principales candidatos eran Menem, Angeloz y Alsogaray, es decir un populista de derecha, un liberal de derecha y un conservador de derecha, uno sentía que cualquiera de los tres que votara, estaba sufragando en contra de sus intereses, no individuales, sino de la gran mayoría de la población. Como muchos voté por Angeloz, el candidato propuesto por Alfonsín, sabiendo que me equivocaba, pero pensando que era el mal menos peor y no me equivoqué, lo que vino después demostró que los otros dos candidatos era peores. En la elección actual sentí la misma sensación, la oferta era entre un conservador de derecha (Macri), en liberal de derecha (Masa) y un populista de derecha (Scioli), sabía que por cualquiera de los tres que votara era un voto contra los intereses de las mayorías populares, de los más vulnerables, de los sectores medios, en definitiva, era un voto desatinado a apuntalar a los explotadores y opresores. Nunca más cierto la famosa sentencia de la izquierda marxista (algo que no existe como oferta electoral en Argentina desde la vuelta a la democracia) los oprimidos y explotados en las elecciones democráticas burguesas elegimos el opresor de turno, y elegimos al opresor que consideramos que va a ser más benigno. Pero siempre elegimos un opresor. Muchos votamos a Scioli porque en sus listas era acompañado por muchos políticos comprometidos con los intereses de ese sujeto genérico que el populismo denomina pueblo. Es que reconocemos que en estos doce años se hicieron muchas cosas que beneficiaron a los que nunca tuvieron voz, a los que solo recibieron en nuestra historia vejaciones, humillaciones y sufrimiento, a los que más de una vez intentaron cambiar su triste destino de pobreza y no pudieron. Recordemos las experiencias de lucha que llevaron a cabo las centrales sindicales FORA (anarquista) y CORA (Socialista) a través de las cuales los trabajadores reclamaban y obtenían conquistas laborales , las revoluciones dirigidas por los radicales en 1890 y 1905 que arrancaron a la gran burguesía terrateniente reivindicaciones democráticas como el voto universal, obligatorio y secreto, las movilizaciones de los Talleres Vasena y las luchas de la Patagonia que en 1919 enfrentaron la dura represión radical, de un gobierno que había pactado con quienes había combatido y enfrentaba las luchas obreras, el grito de Alcorta, encabezado por lo que luego fue la FAA y que constituyó un ulular desesperado de los pequeños productores arrendatarios cada vez más sofocados por las condiciones de explotación de la tierra, las movilizaciones reclamando la libertad del líder que posibilitó el desarrollo de un modelo de integración social que le permitió a grandes capas de pobres e indigentes salir de esa situación, las luchas de los universitarios en las décadas del sesenta y setenta, los grande hitos de la lucha obrera y popular como el Cordobazo y el Rosariazo, y tantas expresiones de la resistencia de los explotados y oprimidos al yugo burgués. Algunos de los que participamos de las luchas de los setenta y estuvimos en las universidades, las villas, en la calle, militando en las organizaciones revolucionarias, comprendimos que no se puede alcanzar de una vez y para siempre la sociedad soñada, igualitaria, justa, integradora, que es necesario realizar marchas y contramarchas, bordear el sendero, tomar curvas y buscar atajos que a veces nos obligan a realizar concesiones o establecer acuerdos con sectores de la burguesía que objetivamente comparten nuestras mismas penurias, que también son oprimidos por el gran capital. Pero por sobre todas las cosas comprendimos que es necesario no tener una mirada cristiana de la sociedad y de su cambio como la que históricamente ha tenido la izquierda en Argentina, que le ha propuesto históricamente a los trabajadores sufrir ahora esperando un paraíso que nunca llega. Una mirada en la que, por ir por todo, siempre nos quedamos sin nada. A lo largo de los años aprendimos que mientras se lucha por una sociedad mejor es necesario mejorar nuestras condiciones de existencia como trabajadores y oprimidos. Parafraseando a Ernesto, los muertos no luchan, los desnutridos, los hambrientos, los desamparados tampoco. Hace muchos años, algunos sectores de la izquierda pensaban que cuanto peor estaban los trabajadores, mayor sería su conciencia. Craso error, que ni siquiera tuvo en cuenta aquello de que son las condiciones materiales de existencia las que forjan la conciencia, y que los mayores luchadores contra el capitalismo generalmente no surgieron de los más pobres o indigentes, los excluidos del sistema, los hacinados en barrios sin los más elementales medios de vida, no producen revolucionarios, solo producen actores obedientes del sistema o lumpen proletarios que terminan siendo carne de cañón de propuestas fascistas o autoritarias contra los trabajadores (recordemos el nazismo, el fascismo, etc.). Los dirigentes obreros comprometidos con las luchas populares surgieron generalmente de sectores de trabajadores que al tener cubiertas sus NB (necesidades básicas) fueron por mas y reclamaron derechos económicos y democráticos, son ejemplo de ello Flores y Masera del Sitrac-Sitram, Alberto Pichinini en la OUM Villa Constitución, René Salamanca en SMATA Córdoba, el perro Santillán en Jujuy, Agustín Tosco en Luz y Fuerza de Córdoba, Raimundo Ongaro en gráficos y la CGT de los Argentinos, todos ellos obreros bien pagos, sin NBI y con capacidad de pensar el presente de los trabajadores y un futuro distinto. Como dije muchas veces, el capitalismo no surgió de la nada en la revolución francesa, allí sepultó a la superestructura del ancien régimen, pero al capitalismo le llevó diez siglos consolidarse como sistema social hegemónico y cuando lo hizo desembarcó en el Estado para ponerlo al servicio de sus intereses. Las transformaciones sociales no son el producto de un hombre o mujer, ni siquiera de un partido, menos aun de una generación, son el resultado de la acción colectiva de los seres humanos que a lo largo de generaciones van produciendo micro cambios que sedimentan capas y más capas de lo que en algún momento son las grandes transformaciones. Es por ello que la labor de los revolucionarios no debe consistir en acaudillar a las masas populares imponiéndoles un proyecto de cambio que ellas no elaboraron, sino acompañar a los explotados en su experiencia de lucha. Ese acompañamiento supone el apoyo, el compromiso con programas y proyectos que muchas veces no son “el proyecto” revolucionario, pero que significan la posibilidad para los vulnerables de tener mayor dignidad y mejores condiciones de vida. En los doce años de kirchnerismo hemos visto muchas acciones que caminan en ese sentido, que suponen la ampliación de derechos sociales, democráticos y económicos, como el juzgamientos a los responsables cívico-militares de la dictadura genocida, la ampliación de derechos a las minorías sexuales como el matrimonio igualitario, el derecho a la identidad de género, mayor libertad de expresión a través de la “ley de medios audiovisuales”, asistencia social a los más vulnerables como los planes conectar igualdad, asignación universal por hijo, el derecho a discutir el salario a través de paritarias, la libertad de movilización sin represión, la recuperación de sectores claves de la economía como Aerolíneas Argentinas, YPF, Correos, etc., el desarrollo de proyectos de ampliación ferroviaria que significan más transportes y con mayor comodidad para los pobres, planes que le permitieron a la clase media tener vivienda propia (como el Procrear) o auto (como el procreauto) o equiparse con electrodomésticos (televisores, celulares, computadoras, etc.) que mejoran la confortabilidad de la vida cotidiana, a través del plan “ahora doce”, y la lista sería muy larga. Dicen que los pueblos no se equivocan, desde hace muchos años somos muchos los que sostenemos que esta idea es equivocada, los pueblos se equivocan como cualquier sujeto individual y pagan muy caros sus errores, sino veamos lo que les pasó a los alemanes que apoyaron el nazismo, a los italianos que entronizaron el fascismo, a los españoles que sostuvieron al falangismo, y tantas y tantas experiencias en las que las masas, de la clase media, sobre todo, apoyaron a sus verdugos. Hoy en la Argentina, modestamente creo, que los trabajadores, los excluidos, los indigentes, los sectores medios (bajo, medio y alto) se equivocan al votar a sus verdugos, porque Macri, Vidal, Michetti, el Rabino Berrgman, son ni más ni menos que eso, los verdugos de los sectores populares, lo que vienen a aplicar ajustes salvajes y a arrebatar las conquistas que obtuvimos en los últimos quince años. Ya lo dijeron sus economistas estrellas, van a sacar las paritarias, el salario será nuevamente una variable de ajuste (Macri sostiene que el salario es un costo y hay que bajar los costos para mejorar la economía), van a pagar la deuda a los fondos buitres con el hambre de los argentinos, en definitiva van a conducirnos nuevamente al abismo que nos llevó De La Rúa y los radicales en el 2001 y allí si es necesario nos van a pedir que saltemos, porque a los Macri, a los Sans, a los Carrió, a los Bulrich, a los Michetti, a los Vidal, no les importa cuántos muertos, empobrecidos, condenados a la indigencia cueste su avaricia y la de los empresarios que los secundan, sino que lo único que les interesa son sus mantener los privilegios de la gran burguesía. Si gana Macri pierden los argentinos, pero no sería de extrañar, ya muchas veces demostramos que somos capaces de ir contra nuestros intereses como sociedad. Hasta la próxima,

domingo, 18 de octubre de 2015

Vamos a la escuela, ¿para qué?


Leemos a diario sobre las distintas posturas de los candidatos en las elecciones 2015 en Argentina. Vemos a un candidato, Daniel Scioli que enarbola un programa concreto, continuar las políticas llevadas adelante por el gobierno de Kirchner y CFK en los últimos doce años, mejorando lo que hay que mejorar, corrigiendo lo que hay que corregir, cambiando lo que hay que cambiar. Esta es una postura muy cómoda e incómoda a la vez. Cómoda porque no es necesario elaborar propuesta (un programa de gobierno) dado que el programa está presente en el imaginario de los argentinos, es lo que se hizo (bien o mal) hasta ahora. Incómodo porque esta postura permite ganar la voluntad de aquellos que se vieron beneficiados por esas políticas, que adhieren a las ideas políticas de ese movimiento genérico llamado kirchnerismo, o que piensan que Scioli ha realizado una labor interesante en la Pcia. de Buenos Aires y que es el mejor para continuar el proyecto de los últimos doce años, pero, esta postura tiene como límite los adherentes, de una u otra forma, no logra perforar el blindaje antikirchnerista que, durante los últimos años tejieron los medios, las ideas, los odios, alrededor de una fracción importante de la población. Otro de los candidatos, Macri, tiene un piso del 15% de la población, aquellos que se benefician con las políticas neoliberales, básicamente los sectores más concentrados de la burguesía industrial y financiera. La estrategia de Macri es muy similar a la de Menem, no dice lo que va a hacer y propone lo que sabe que no va a cumplir, tratando de perforar el techo del 30 % que le permitiría alcanzar una segunda vuelta y soñar con la presidencia. Para ello salió a prometer imposibles, buscando seducir a una franja de la población que en los últimos años fue envenenada por la propaganda antikirchnerista de los medios de comunicación concentrados, la clase media urbana que reside en las grandes ciudades y que es profundamente reaccionaria, discriminadora y prejuiciosa. También en su menú de ofertas disparatadas, ha incluido propuestas que ganen la voluntad de sectores vulnerables, porque sabe que nadie llega a presidente sino logra un atravesamiento transversal de la sociedad. Lo característico de este sector político es que sus propuestas además de disparatadas e inconsistentes, no tienen volumen, es decir son razonamientos triviales, orientados a un público que aunque se pretende intelectualizado, no tiene pensamiento propio, en término de Víctor Hugo Morales, son aquellos que inconscientemente dicen “mentime que me gusta”, es decir, un sector que no reflexiona sobre la realidad o irrealidad de lo que se le propone, que ni siquiera elige según sus intereses, sino que lo hace desde una postura emotiva de odio visceral al peronismo/kirchnerismo y que identificado con el imaginario de progreso social, aspira a ser como la burguesía, sobre todo la burguesía más concentrada. Macri propone 1.000.0000 de viviendas cuando sabe que no las hará, sobre todo porque en 8 años en CABA no llegó a hacer 10.000. Propone terminar con la pobreza cuando sabe que ello es imposible, porque la pobreza no es solo un problema de una buena o mala gestión de gobierno, sino que la pobreza es intrínseca al capitalismo, a la sociedad de clases, y para fundamentar esto basta con referir los estudios de pobreza y distribución del ingreso que demuestran que la distancia entre los más ricos y los más pobres creció en el mundo al mismo ritmo que creció la pobreza en casi todos los países. Propone terminar con el narcotráfico y la inseguridad sabiendo que las dos cosas constituyen un imposible teórico en una sociedad segmentada como la nuestra, La inseguridad es un problema que en mayor o menor medida ocurre en la gran mayoría de los países, y no es la Argentina el país más inseguro del mundo, por el contrario, en el listado de países por grados de inseguridad, está más cerca el vértice de los más seguros, que del de los más inseguros. Quien haya viajado un poco por el mundo sabe que la gran mayoría de los países asiáticos, africanos, latinoamericanos y muchos países europeos son más inseguros que la Argentina. Apoyado en la escasa capacidad de estos sectores sociales de reflexionar críticamente sobre las propuestas políticas o interesados en lo que la política de Macri oculta, el “Mauri” vende espejitos de colores, total, como lo hizo Menem en su momento, lo que importa es lograr el poder para beneficiar a los grandes empresarios, de los que él es parte y luego de tener a su disposición el aparato del estado, vendrá el ajuste y la represión si los demás sectores protestan por el contrato incumplido. Finalmente tenemos a Masa. Este político, salido de la derecha liberal y conservadora, que pasó por el kirchnerismo, ahora vuelve por sus fueros y desde una postura ambigua promete algunas reivindicaciones que interesan a sectores de la pequeña burguesía y de los sectores de trabajadores con ingresos más altos, como por ejemplo sacar el impuesto a las ganancias, el 82% móvil etc. Su principal consigna es “el cambio no es la propuesta, las propuestas son el cambio” y desde este slogan trata de seducir al electorado. Al igual que Macri sus propuestas son irrealizables o inconsistentes como por ejemplo la idea de terminar con el narcotráfico. Los mayores especialistas en narcotráfico saben que es imposible ganar la batalla contra el narcotráfico, por lo menos como está planteada. Las mafias del narcotráfico tienen más recursos económicos y materiales que los estados, y aunque uno elimine a uno dos, cien narcotraficantes, siempre surgirán otros, ya que el narcotraficante existe porque hay un mercado consumidor de estupefacientes. EE.UU. con toda la tecnología de avanzada, satélites espías, una agencia especializada con los mejores cuadros, etc. no ha logrado hacer mella en el narcotráfico, más aún el narcotráfico crece en este país y Europa. En el “gran país” del norte el narcotráfico crece porque tiene capacidad de corromper a policías, jueces, políticos, etc., y por sus vínculos con los grandes bancos como el Bank of América, el Wachovia a los que se asocian en operaciones de lavado de dinero y con sus lazos con la economía legal por la multiplicidad de empresas en las que participan, y sobre todo, porque como dijimos, solo en EE.UU. hay un gran mercado que supera los 30.000.000 de americanos que consumen drogas, entre los cuales hay artistas, intelectuales, jueces, policías, parlamentarios, etc. Las propuestas de Masa en la materia, como la ley de derribo, o el uso del ejército ya se ha probado en diversos países, como por ejemplo en México, y han sido un fracaso total. Otra de las propuestas del masismo es el cambio en la educación. Para mejorar la educación aspira a reprimir a los docentes con una legislación que incluya el presentismo. Su propuesto ministro de educación en el muy hipotético caso de que llegara a la presidencia, Gustavo Laies le dijo a Clarín (17/10/2015 página 76) “como en las empresas hay que controlar el ausentismo docente”. Además de ser una propuesta sumamente autoritaria desde el punto de vista ideológico (poco extraño en un candidato que dice que va a gobernar por decreto) es poco práctica y desconoce las investigaciones científicas realizadas y va a contrapelo de lo que nuestro país necesita en materia de educación. Veamos por partes. Existen muchas investigaciones, entre otras la de Kohen, Valles y Martínez realizada sobre la base de una encuesta nacional docente que demuestra que el ausentismo solo logra incrementar la asistencia de los docentes enfermos para cobrar este suplemento salarial dado que como sabemos los sueldos de estos trabajadores son muy precarios. Y un docente enfermo no es un actor que sea eficiente en el dictado de las clases, por el contrario, no puede poner toda su atención en el aula, además de entrar en una pendiente que lo lleva de una gripe a patologías más severas. De esto es prueba la provincia de Santa Fe que durante años tuvo el presentismo y lo debió sacar por sus efectos adversos. Pero además de los argumentos de salud, que son muy importantes, la idea de que los docentes asistan a clase aun enfermos, mejora la calidad educativa, es incorrecta. Este concepto parte del presupuesto que con una cantidad de días de clases (digamos 180) habrá educación de calidad, sin entender que el problema no es que los chicos asistan a la escuela (eso es una parte del problema), sino que la pregunta adecuada es ¿para que los niños asisten a la escuela y cuál es el beneficio de que se escolaricen? El gran problema de la educación es su divorcio con la sociedad, en la escuela se brindan contenidos que no tienen nada que ver con lo que el egresado necesita en su vida laboral. En la escuela no se enseña a pensar críticamente, lo que es fundamental para desarrollar ciudadanos con mayúscula y para que los futuros trabajadores se constituyan en sujetos de la reflexión crítica que, en su lugar de trabajo, sean innovadores y aporten al desarrollo social y democrático de las comunidades en las que viven. La escuela tal como la conocemos hoy no existió siempre, es un producto de la modernidad, ya hemos dicho en otros artículos que nace en la sociedad prusiana y se difunde al mundo como necesidad de formar trabajadores obedientes y adaptados a las exigencias del capitalismo industrial del siglo XIX y no ha roto con esa matriz de dominio. No existe un sujeto universal de la educación, y por lo tanto no todos los niños y jóvenes soportan la escuela reglada, gradualizada que existe en el sistema educativo formal, muchos no soportan la tensión que implica el encierro, la demanda disciplinaria y requieren de propuestas educativas diferentes, adaptadas a su estructura psíquica y cultural, como se han desarrollado en diversos países del mundo. Como vemos el planteo masista de la educación es una propuesta retrógrada que no contiene la complejidad de la sociedad moderna y los avances en el pensamiento educativo contemporáneo, por eso Masa debería reflexionar sobre sus “propuestas” de cambio, porque en realidad lo que propone es cambiar para retornar a senderos por los que la sociedad argentina ha transitado con mucho dolor e inequidad. Por eso estimado lector a la hora de votar es necesario que reflexione, que piense críticamente, que analice las consecuencias de su voto, y por sobre todo que crea en sus propias convicciones y no se deje arrastrar por los cantos de sirena de los políticos. Hasta la próxima.