lunes, 29 de diciembre de 2014

Análisis de coyuntura.


Estamos inmersos en una crisis generalizada del capitalismo mundial. Es tal vez la crisis más importante de los últimos 70 años. El capitalismo pudo salir de la crisis del 30 mediante una combinación de recetas keynesianas y con la confrontación bélica que destruyó millones de vidas humanas y gran parte del aparato productivo de los países beligerantes. En lo que va de 1945 a 2007 aun con las periódicas crisis sistémicas el capitalismo pudo tener índices de crecimientos importantes. Esto se debió a que, en general, las crisis de los países más desarrollados se pagaron con el esfuerzo y sacrificio de las naciones más pobres del mundo. En este sentido se replicó a escala global lo que ocurre al interior de cada uno de los países capitalistas, las crisis afectan con mayor intensidad a los sectores más vulnerables, y son estos lo que deben sacrificar condiciones de vida para solventar el despilfarro de los capitalistas. Ninguno de los economistas que aparecen en la pantalla, haciendo gala de un “supuesto saber económico”, desliza siquiera demagógicamente, la necesidad de estabilizar las economías con mayores esfuerzos de los capitalistas. En todos los países del mundo, desde 2007 se le exigen esfuerzos cada vez más ingentes a los sectores de los niveles más bajos de la pirámide social, pero no se les pide ningún aporte a quienes son responsables de la situación de la economía mundial, a saber, los banqueros, los accionistas y directores de los grandes conglomerados empresariales. Por el contrario, el Estado en los grandes países capitalistas, lo primero que hizo fue socorrer a los grandes bancos, que eran precisamente los responsables de la gestión financiera que llevó a la economía mundial a la situación en que se encuentra. El capitalismo como sistema, desde que se consolidó en los siglos XVII y XVII ha mostrado dos características, por un lado una gran flexibilidad que le ha permitido adaptarse a las situaciones cambiantes de la sociedad, y por el otro se ha manifestado como un sistema de crisis periódicas en las que se destruyen grandes cantidades de medios de producción (ya sea por destrucción directa mediante guerras, o por destrucción indirecta por quiebras u obsolescencia de las empresas. Marx afirmaba que el capitalismo a la vez que diariamente destruye en el mundo miles de empresas, crea nuevas oportunidades de negocios para otras miles. Permanentemente pequeñas y medianas empresas deben cerrar sus puertas porque no logran adaptarse los vertiginosos cambios del mercado mundial. Sin embargo son las pequeñas y medianas empresas las que se constituyen en el capitalismo actual en el motor de desarrollo y sobrevivencia del sistema capitalista. Estas empresas son las que ocupan la mayor franja de trabajadores que se encuentran en el mercado laboral, a pesar de la llamada globalización, su supervivencia está relacionada con las condiciones del mercado local, su mayor capital es el capital social, el que se diferencia del capital en sentido genérico, porque constituye una forma de capital que se basa en el aprovechamiento de las ventajas competitivas que tienen estas empresas por su emplazamiento territorial, por los vínculos que establecen con los actores de la comunidad de la que son tributarias, y por la fuerte flexibilidad que tienen al poseer estructuras de producción relativamente simples. Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) no requieren para su funcionamiento de las pesadas estructuras burocráticas que deben organizar las grandes empresas internacionales (Autopartistas, entidades financieras, grandes monopolios productivos, entidades de servicios globales, etc) Las organizaciones como Adidas, Nike, Ford, General Motors, Bank of América, City Corp., etc., requieren de verdaderos ejércitos de colaboradores para afrontar la operatoria a nivel global, ellas diseñan estrategias de negocios generales que aplican localmente sus respectivas filiales, mientras que en una PYMES la estructura administrativa es muy sencilla, en general en manos de un empresario, que se ayuda de su familia o de algunos colaboradores técnicos. Mientras que las grandes empresas transnacionales no dependen de los mercados internos y basan su expertis organizacional en sistemas de administración y logística que se diseñan en sus casas centrales y se aplican rigurosamente en los países en las que han penetrado, las PYMES, son extremadamente dependientes de los mercados internos y las normas de protección con que los diferentes Estados pretenden regular los mercados nacionales. En Argentina, según datos del Ministerio de Industria, hay 603.000 PYMES que constituyen el 99% de las empresas existentes, ocupando el 60% de la mano de obra, tienen el 45% de las ventas realizadas, y solo en la última década fueron creadas 229.000 empresas. La contrapartida es que estas empresas poseen un grado de mortalidad muy alto, según muestra un estudio de Rafael Regalado Hernández, de cada 100 empresas creadas 90 no llegan a los 2 años y se les dificulta la retención del capital intelectual que capturan para que colaboren con ellas. Cuando un gobierno impulsa políticas basadas en el desarrollo del consumo, la expansión del crédito, programas de ocupabilidad de la mano de obra, políticas de sustitución de importaciones se constituye en un fuerte promotor de este sector empresarial. En el capitalismo actual es falso que los Estados nacionales no tengan importancia en el desarrollo de la economía, por el contrario quienes se hacen cargo del Estado por un determinado período son los encargados de diseñar el modelo de acumulación económica que pretenden los integrantes de una determinada comunidad de ciudamos. Cuidar y promover el mercado interno constituye una de las políticas de Estado más importantes para el desarrollo de relaciones más equitativas en una sociedad capitalista. Las grandes empresas transnacionales no están interesadas en el crecimiento humano en las distintas sociedades, mientras que a las PYMES si les interesa el crecimiento del mercado interno porque allí se encuentran sus oportunidades de negocios. Cuanta menos desigualdad exista en una sociedad, mayores serán las posibilidades de desarrollar sus planes de expansión. Existe una manera de medir la desigualdad, es el coeficiente de Gini, un economista italiano que elaboró una medida de la desigualdad, si este coeficiente se acerca a 0 habrá mucha igualdad y si se aproxima a 1 habrá mucha desigualdad. El coeficiente es más cercano a 0 en los países más desarrollados o con políticas de desarrollo del mercado interno como Canadá, Australia, Países Bajos, Alemania, Francia, etc. Argentina pasee un coeficiente que oscila entre el 0,35 y o,39, lo que le permite estar en el lote de países con un nivel aceptable de igualdad, y esto se ha debido a las políticas de los últimos doce años orientadas a desarrollar el mercado interno, mediante la incentivación del consumo y las políticas de protección de las PYMES. Quienes se oponen a esta estrategia de desarrollo son los representantes de las grandes corporaciones transnacionales, de los grandes conglomerados como el Grupo Clarín, los sectores más concentrados del capital financiero, o las grandes empresas transnacionales como Ford, General Motors, Nike, etc., precisamente quienes buscan oportunidades de negocios basados en los menores costes de la mano de obra, son los mismos que invierten en paraísos asiáticos en los que sobre-explotan a los trabajadores con salarios que en no pocas oportunidades son levemente superiores al dólar diario. Por supuesto que para lograr hacer negocios estos actores de la producción necesitan requieren de complejas operaciones de prensa, intelectuales a su servicio, políticos corruptos, etc. En el próximo año en Argentina estaremos dirimiendo la pugna entre estos sectores, cuyas representaciones políticas son los Masa, los Macri, los Cobos, los Sanz, los Carrió, etc., que son los políticos al servicio de las recetas neoliberales que en los noventa saquearon el estado argentino y nos sumieron en el mayor default de nuestra historia. Son los adalides del ajuste que caerá pesadamente sobre los trabajadores argentinos para continuar garantizando la rentabilidad de los sectores más concentrados de la industria, el campo y las financieras de nuestro país. Mucho es lo que falta para lograr que nuestro país sea un espacio de igualdad y crecimiento humano, es necesario que se forje una fuerza política auténticamente representativa del proyecto igualitario y solidario al que debemos aspirar, mientras tanto tenemos como socios privilegiados de esa construcción a quienes desde los albores del tercer mileño han demostrado tener una estrategia de crecimiento económico y humano que tiene como punto de partida la necesidad de reivindicar a los más humildes. Recuérdelo a la hora de votar. Hasta el próximo año.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Norma.


Un amigo de Carlos Müller (organizador del ciclo de cine Dynamo) encuentra un video por casualidad, en una caja perdida de pizza o tarta con una inscripción “San Perón”, y se lo entrega a Fernando Agustín Peña conductor de Filmoteca, uno de los grandes programas de Canal 7 quien lo exhibe desde la pantalla del canal estatal. Los realizadores del corto que tiene una duración de 20 minutos y que fue producido por la TV pública en 1973, fueron Walter Operto y Hector Aure, el canal estaba conducido por otro grande la cultura y el teatro, Juan Carlos Gené. El corto narra una historia simple, de una mujer sencilla que vive en la más profunda pobreza, pero que defiende su dignidad, “seré pobre pero no me voy a dejar llevar por delante” dice en un momento, está criando a 17 hijos (luego tendrá otro) y toda la familia vive del cirujeo en una casa humilde con pisos de tierra. Norma Cuevas de Aresta nació en 1936 y según su hijo mayor Miguel Ángel Aresta "mi madre falleció cinco años después de realizado ese video, el 5 de febrero de 1978” Una de las partes más emotivas es cuando esta mujer narra cómo alimenta y cría a sus 17 hijos, como consiguen recursos de vida vendiendo lo que recogen con un carro tirado por un caballo. El discurso de la mujer es un canto a la dignidad y su práctica de vida una muestra de la honestidad y la asunción de valores de vida aun en las condiciones en que vive. Se preocupa por mantener su casa y a sus hijos limpios y bien alimentados, los educa en valores como la honestidad y la dignidad del trabajo y logra conducir una familia más que numerosa con la ayuda de su entereza y su fuerza. Todos sus hijos (según relatan los que aparecieron en TV o en diarios) son trabajadores que tienen una vida digna con sus necesidades básicas cubiertas (algunos de sus nietos son estudiantes universitarios). Norma sueña con una casa de colores, uno de los cuales es el verde por significar la esperanza, con pisos de cemento y con flores y plantas. El gobierno peronista le otorga esa casa en Diamante donde ella muere cuatro años después de filmarse el corto. Su esposo la sobrevive hasta 1995 y es el que continúa criando a los hijos. A través de la película podemos ver las condiciones extremas de la pobreza en Argentina y a la vez la esperanza en un futuro mejor. Un líder político (Juan Perón) es visualizado como el constructor que puede hacer posible esa esperanza y aparece Evita como la gran madre de los pobres de Argentina. Hasta acá el corto, veamos algunas cuestiones. Dudo que la historia de Norma se vea en las pantallas de algún canal de la corporación mediática opositora, como decía mi tía veneranda, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Es que los periodistas del estáblisment como Lanata, Van Der Koy, Majul, Castro, Morales Solá, no pueden ver estas historias porque reciben su paga para mostrar otra realidad, otras historias, la de los pobres que son motochorros, que atemorizan y matan a los pequeños burgueses, los corruptos (que solo son los del partido oficialista, la opresión que no permite a los sectores medios comprar dólares y a los grandes burgueses y financistas llevárselos al exterior, o a la Sociedad Rural incrementar su renta agraria, la de una inflación que solo se debe al gobierno y no a las corporaciones comerciales que ganan más del 300% sobre el capital invertido, etc. La pobreza es solo para mostrarla cuando se ataca al gobierno y para mostrar como discursivamente los Massa, Carrió, Sanz, Cobos, Macri, Michetti, etc., la solucionarán con las viejas recetas neoliberales. Por supuesto que esas recetas triunfan o fracasan según la óptica desde la que se las mire. Si se las mira desde el interés de los más ricos, los más poderosos, triunfan porque la hegemonía de estas políticas ha permitido a lo largo de los años de nuestra historia no solo proteger el patrimonio de los ricos, sino aumentarlo al mismo momento que los pobres se convierten en mas pobres y viven en condiciones de abandono no solo económico sino en lo que respecta a su salud, educación, seguridad social, etc. Pero cuando una historia de vida como la de Norma muestra la lucha de los sectores vulnerables por tener condiciones de vida y existencia digna, cuando muestra el otro discurso, ese que no vemos en los canales del monopolio, que expresa la confianza en las propias fuerzas de estos sectores para conseguir lo que sueñan y hacer realidad sus sueños con el esfuerzo cotidiano y con la esperanza de que el Estado no sea ajeno a sus reclamos y los asista como debe hacer el Estado en una sociedad justa y solidaria, ya no es noticia para esos periodistas mercenarios e infames. Allí es cuando periodistas de fuste como Víctor Hugo Morales, hacen la diferencia, diferencia, que establece una línea divisoria entre un periodismo comprometido con las necesidades de los sectores más vulnerables y una periodismo mercenario (independiente se dicen a si mismo) que hace y dice lo que sus patrones les ordenan y lo que a los intereses de la burguesía concentrada y depredadora le conviene. A lo largo del video Norma no pide nada, solo habla de sus sueños, sueña con una casa humilde pero que permita vivir con dignidad a ella y a los suyos, sueña que haya trabajo para que sus hijos puedan tener un futuro, sueña con un país mejor. Diría que Norma es portadora de un discurso socialista silvestre, ese que crece en los campos y en las ciudades de nuestro país, que no necesita teoría, porque se hace teoría en la práctica y que luego es procesado por intelectuales en clave de estrategia de cambio, como lo hicieron Marx y Engels en el siglo XIX. Norma expresa con su lenguaje sencillo lo que grandes intelectuales argentinos escribieron a lo largo del siglo XX como Juan B. Justo, Juan F. Penelon, Liborio Justo, Alfredo Palacios, Aníbal Ponce, Enrique del Valle Ibarlucea, José Ingenieros y tantos más. Norma es peronista de Perón, como los millones que vieron en el general al caudillo mítico que podría mágicamente sacarlos de su pobreza e indigencia, pero a la vez en su discurso encontramos rasgos de conciencia propia de su clase, olfato ideológico que lleva a los más vulnerables a expresar en lenguaje llano y popular que solo se tienen a sí mismos para redimir su pobreza. Pero, y esto es muy importante, la historia de Norma muestra que la pobreza no se encuentra directamente asociada con la delincuencia, se puede ser pobre y trabajar y luchar para mejorar la condición de vida, manteniendo la dignidad de trabajador, sabiendo que cuando alguien desde el poder del Estado realiza políticas inclusivas de asistencia social, no les está regalando nada, está cumpliendo con la función del Estado que es velar por la integridad psíquica, física, moral y económica de los más vulnerables, que el político que gestiona no está regalando nada y menos de su patrimonio, está distribuyendo lo que los ciudadanos solidariamente aportamos con nuestros impuestos. Al otorgar una casa, un plan social, un plan de asistencia ocupacional, el Estado cumple con su función establecida en la Constitución Nacional, más aún no es aceptable que un gobernante no desarrolle estas políticas con la excusa de no tener recursos, si el Estado no tiene recursos, sobre todo en momentos de crisis o con gran desigualdad social, el gestor debe incrementar la presión impositiva sobre los que poseen grandes fortunas para asistir a los vulnerables, si un señor tiene una mansión empresas, activos financieros, activos inmobiliarios, y hay millones de ciudadanos que les falta todo, el Estado debe tener políticas que reduzcan las diferencias, y para ello puede aumentar la carga impositiva, reducir la renta del capital ocioso, aplicar políticas que limiten los márgenes de ganancias de las grandes corporaciones, y con ello generar recursos para asistir a los que más lo necesitan. Nuestra clase media colonizada por el pensamiento liberal, egoísta y material, que solo piensa en sus intereses individuales, en sus magras posesiones, pero que está enceguecida por el discurso de los grandes medios de comunicación ve en Norma una de “esas negras que solo quieren que le den todo servido y no quiere hacer nada, solo tiene hijos irresponsablemente para que mendiguen.:.”, si no lo cree el lector busque los comentarios de los Facebook en donde se debate el caso de Norma, y vea como destilan odio los “gorilas” de clase media. Son los que dicen que se dilapida el dinero cuando el Estado construye viviendas dignas para estos sectores, que ven en los pobres delincuentes y enemigos suyos, son los imbéciles que solo pueden pensar con una parte de alguna de sus neuronas ya que su cerebro hace rato que le fue chupado por Clarín, TN, La Nación, Perfil, etc. Por suerte existimos muchos, millones, en este país que no perdimos la capacidad de asombro ante historias de vida como la de Norma, que nos conmovemos cuando vemos esta historia y que reverenciamos la entereza, la humildad, los valores de esta noble mujer que expresa con su discurso y acción en la película, a millones de mujeres argentinas que sacrifican todo de sí para poder sacar adelante a sus familias. Hasta la próxima.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pensamiento crítico.


En Argentina, es frecuente escuchar el uso de ciertos vocablos, fuertemente connotados con los intereses diferentes de las personas, vaciados de contenido por sectores con tradiciones políticas y sociológicas que en su historia fueron férreos opositores a los mismos. El vocablo cambio es uno de ellos, hoy vemos que todo el arco político opositor habla de la necesidad del cambio, que la sociedad quiere cambiar. Entre los que preconizan el cambio encontramos a representantes de la derecha más reaccionaria de la sociedad como Mauricio Macri, a sectores ultraconservadores del peronismo enrolados en la década menemista, a miembros de grupos casi fascistas o a periodistas emparentados ideológicamente con las peores dictaduras militares que asolaron nuestra sociedad como Van der Koy, Castro, Morales Solá, Lomgobardi, Majul, etc. Todos hablan de cambio, todos quieren el cambio, lo que no dicen es que cambio quieren. A juzgar por su paso en la gestión de gobierno o por sus dichos en la arena política, repudian el actual estado de cosas porque va, aunque sea en parte, contra sus intereses de clase. A los radicales que piden el cambio habría que preguntarles si pretenden cambiar para volver a las épocas de hiperinflación, o al comienzo del milenio cuando recortaron en forma nominal los salarios de los trabajadores y los jubilados en un 13%, cuando aumentaron en forma catastrófica la deuda externa, solo para solucionar los problemas del sistema financiero, es decir para cubrir los desaguisados de los banqueros. A Macri cabría preguntarle si el cambio que pretende es volver a los noventa, cuando el alababa la gestión de Carlos Menem y sus privatizaciones seriales, épocas en que se destruyó el aparato productivo nacional y se entregó por monedas el patrimonio de todos los argentinos. A los socialista se les podría preguntar si el cambio que preconizan es la vuelta a la Alianza cuando apoyaron la ley Banelco del Ministro Flamarique, ley votada por 215 diputados contra 23que se opusieron y que volvía a introducir en la Argentina los contratos basura que abrían la puerta a una mayor explotación de los trabajadores. O tal vez se desee cambiar el actual estado de libertad en el que todos pueden protestar por los tiempos de violenta represión y muertes del 2001. Como hemos afirmado muchas veces, ningún gobierno es enteramente malo o enteramente bueno, los gobiernos cometen errores y tienen aciertos, lo que diferencia a unos de otros es el balance de la obra de gobierno. Que es lo que la oposición no soporta y quiere cambiar, la Ley de Medios, EL matrimonio igualitario, el plan conectar igualdad, el procrear, el procreauto, la re estatización de YPY y Aerolíneas Argentinas, la vuelta a manos del estado del sistema previsional, la asignación universal por hijo, Tecnópolis, la construcción de miles de km de autopistas, la reactivación del sistema ferroviario de pasajeros, la mejora del sistema de trenes de cercanías en CABA/Bs AS, la reducción drástica de la deuda externa en relación al PBI, el aumento de los salarios reales, el aumento del presupuesto educativo incluido el incremento de universidades nacionales y el crecimiento de los metros cuadrados construidos en las existentes, la creación de laboratorios científicos, la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, el intento re distributivo quitando al campo las excesivas ganancias mediante las retenciones impositivas, los programas de apoyo a la industria en particular a las PYMES, la recuperación del consumo, la instalación del primer satélite propio de telecomunicaciones, el desarrollo de nuevas obras eléctricas y gasoductos, el respeto a la libertad de opinión sin ningún límite, la actitud de consentimiento a las manifestaciones de cualquier tipo, la estricta libertad de prensa, el incremento de la cantidad de jubilados, el aumento de las jubilaciones por sobre el nivel de precios, el nombramiento de una corte independiente del poder político integrada por jueces de manifiesta trayectoria judicial como Zaffaroni, Highton de Nolasco, Argibay, la sanción de leyes para perseguir la trata< de personas, los juicios a los responsables de genocidio tanto militares como civiles y eclesiásticos y tantas otras conquistas que no alcanzarían varias páginas para citarlas. Si la palabra cambio puede ser usada por quienes no desean cambiar nada de los privilegios que tuvieron y tienen los explotadores burgueses, si los políticos reaccionarios han bastardeado la palabra quitándole la importante significación que tenía en las décadas de 60´ y 70´del siglo pasado, cuando al hablar de cambio se hablaba de terminar con el sistema de relaciones capitalistas que condenaba y condena a los trabajadores al hambre y la miseria, avanzando hacia una sociedad justa y solidaria basada en la igualdad y la fraternidad, como poder distinguir a la hora de elegir quienes son los verdaderos amigos del pueblo. Es en este punto en donde quiero discutir lo que se denomina pensamiento crítico. El pensamiento crítico no implica criticar algo porque sí, porque es distinto a una configuración imaginaria. El pensamiento crítico más que a la definición de un hecho alude a un proceso mediante el cual el ser humano puede llegar a discernir entre diversas proposiciones cual es la que considera más correspondiente con su punto de vista. El proceso al que hacemos referencia implica la recolección de los datos, su evaluación, el contraste con otras evaluaciones y la conclusión. Supone la necesidad de tener honestidad intelectual y aceptar la conclusión a la que se arribe aun cuando contradiga nuestros marcos de referencia. El pensamiento crítico está íntimamente ligado a la actitud reflexiva, ya que a través de esta podemos desarrollar la analítica de los conceptos. Desde la perspectiva del pensamiento crítico todo concepto es susceptible de ser negado o contradicho, aun cuando el mismo sea un concepto central del paradigma desde el cual estamos realizando el análisis. Nada es permanente, todo fluye y en ese proceso de cambio lo que hoy puede ser considerado como una verdad, mañana puede ser una absoluta falsedad. Porque es tan importante el pensamiento crítico? En nuestra sociedad, se nos educa desde que nacemos en la aceptación de las que son consideradas verdades absolutas por la sociedad. Por ejemplo la existencia de Dios es una verdad absoluta que no puede ser sometida a la crítica. Sin ir tan al extremo, el niño debe aceptar que el razonamiento de los adultos es el más correcto, que los padres siempre tienen razón, que los mayores no pueden ser contradichos, que los científicos son los únicos que pueden saber sobre ciencia, etc., etc. Se estructura en nuestra psiquis un mecanismo por el cual, una vez que asumimos un paradigma, tendemos a movernos y pensar dentro de los límites de operaciones de ese paradigma. Es que el paradigma ocupa el lugar del padre, es el Otro indiferenciado que debe ser sostenido porque si lo abandonamos nos quedamos huérfanos. Un ejemplo muy claro es el caso de un ciudadano que adhiere a un determinado partido político, a partir de ese momento todo lo que haga o piense lo hará a través del cristal que la ideología partidaria le impone. Es interesante observar que este mecanismo funcionó aun en los llamados partidos revolucionarios, dentro de los cuales la línea que se impone es dogmáticamente sostenida por los militantes. Por ejemplo, el marxismo es considerada una de las teorías más revulsivas de la historia social, es tal vez una de las teorías que más se sustenta en la crítica total a todo lo existente, sin embargo las grandes construcciones teóricas que interpelaron a la teoría marxista y le permitieron desarrollar nuevos constructos conceptuales no surgieron desde el interior de los partidos revolucionarios, sino que fueron desarrolladas por intelectuales que actuaron por fuera de las estructuras partidarias. Los grandes pensadores marxistas que innovaron en la teoría como Anton Pannekoek, Silvia Pankrush, Alejandra Kolontai, Cornelius Castoriadis, Claude Lefort, no pertenecían a partidos establecidos. La propia Rosa de Luxemburgo que a pesar de pertenecer a un partido siempre mantuvo una perspectiva crítica a la represión que se desarrollaba al interior de los partidos revolucionarios. Como decíamos, el pensamiento crítico es un proceso por el cual cuando leemos algo partimos de la premisa de no aceptarlo inmediatamente, buscamos datos que contradigan las afirmaciones del escrito, analizamos la consistencia interna de las afirmaciones o los análisis que se realizan en el mismo, lo contrastamos con las opiniones existentes en otras producciones desarrolladas a partir de formas paradigmáticas contrapuestas con el trabajo de referencia y cotejamos las afirmaciones con nuestra experiencia. Por ejemplo, el pensamiento crítico nos lleva a que, cuando leemos una noticia en un diario, no la aceptemos como veraz, sea ese diario oficialista u opositor. La contrastamos con otras noticias, buscamos en nuestra memoria datos de lecturas anteriores que nos permitan analizar la consistencia de la información que recibimos, y si realmente tenemos pensamiento crítico, aceptaremos o rechazaremos la información no por quien la enuncia, sino por el contenido del enunciado. Cuando ejercemos el pensamiento crítico el universo informativo se transmuta, adquiere nuevas formas y a nuestra conciencia se le revelan otros hechos, otras conexiones. Por eso el pensamiento crítico es tan temido por quienes buscan someter a los ciudadanos, por quienes pretenden sostener el estado de cosas, quienes se oponen al cambio. Sin embargo, como el vocablo cambio, el pensamiento crítico ha sido profundamente bastardeado, al punto tal de que se lo ha intentado vaciar de contenido. Por ejemplo están quienes en forma permanente sostienen que hay que ser críticos, mientras esa crítica no se vuelva contra lo que ellos sostienen, contra los intereses que defienden. Son los que afirman que hay que respetar la opinión del otro, pero que se extrañan de que el otro pueda pensar distinto, y le dicen que no es objetivo, son los que se indignan de la supuesta violencia del oficialismo y agreden constantemente a todos los que argumentan a favor del oficialismo, son los que atacan virulentamente a los invitados a un programa de televisión porque no dicen lo que quieren escuchar, sino véase lo que le ocurrió a Florencia de la V o a Dadi Brieva en el diario de Mariana, o a este último y a Alex Freire en el programa de la ultra democrática Mirta Legrand (extrañamente los dos programas son del canal de Magneto, el canal 13). Alex Freire era interrumpido, agraviado, increpado por algunos patanes que asistían al programa, sobre todo por un autoritario y reaccionario como Eduardo Feinmann, que ha hecho de la violencia verbal y el acoso mediático a sus entrevistados la herramienta preferida de imposición de sus bastardos argumentos, todo ello con la complicidad de la conductora. El pensamiento crítico, la independencia de criterio de los ciudadanos, es un escollo para los reaccionarios y autoritarios de nuestra sociedad, por eso tratan por todos los medios de anularlo, por ello los ataques de los medios hegemónicos a quienes son sospechados de simpatías con el kischnerismo, y la aceptación infame y sin críticas de los acosos mediáticos de algunos “periodistas” como Lanata, Castro, Van Der Kooy, Blanc, Legrand, Longobardi, Feinmann, Majul, Morales Solá El pensamiento crítico es el único camino hacia el cambio social, el cambio de la sociedad que nos permita construir una sociedad solidaria, igualitaria, armónica, sin las indignas asimetrías sociales del capitalismo. En el lector está la posibilidad de reflexionar críticamente sobre lo que digo. Hasta la próxima.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Honestidad y delincuencia.


El significado de honestidad que más me agrada es el de armonizar las palabras con los hechos, es tener identidad y coherencia para estar orgulloso de sí mismo. La honestidad sería una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y lo que se hace, conducta que se observa hacia los demás y se exige a cada quien lo que es debido. La palabra proviene del Latín honos que tenía el significado de premio público que se le otorgaba a aquel que se suponía recto o decente, y el premio por lo general era un cargo público, de carácter político, por eso honos significa cargo público. Por lo tanto honesti era aquel que había sido honrado con un cargo público, que fue honrado por el pueblo con las honestas. El honestus era el que había tenido cargos públicos muy altos en la política. En cambio delincuente es el participio presente de las palabras delinquens, delinquentis e implica dejar de cumplir con la norma por abandono. Por lo tanto el delincuente es el que comete una falta por abandono. Es interesante como estas palabras difieren del sentido que tienen en la actualidad pero nos dan pistas para poder analizar las conductas de honrados y delincuentes. Delincuencia es el incumplimiento de la norma por abandono, por lo tanto es una persona que ha dejado de hacer lo indicado por la misma. Ahora bien, si nos posicionamos en ese punto de descarga, perdemos de vista que, desde una mirada social y actual, que el llamado delincuente es alguien que abandona la norma porque simplemente no le interesa. Una persona que roba, mata. etc., lo hace no en función de sus decisiones individuales o morales, no es alguien que conoce la norma, que comparte el universo de la misma, y aun así decide saltarla, sino que es alguien que su vida transcurre en otro universo cultural y normativo, diferente al que comparte el resto de la población. En “000. Como la cocaína gobierna al mundo” Roberto Saviano relata una charla de un viejo mafioso a jóvenes mexicanos, en la charla dice “La regla es la regla. Las reglas no son leyes. Las leyes son para los cobardes. Las reglas son para los hombres, por eso nosotros tenemos reglas de honor. Las reglas de honor no nos dicen que tiene que ser justo, bueno, correcto. Las reglas de honor te dicen cómo se manda. Que tienes que hacer para manejar gente, dinero, poder. Las reglas de honor te dicen que tienes que hacer si quieres mandar, si quieres joder al que tienes arriba, si no quieres que te joda el que tienes debajo. Las reglas de honor no tienes que explicarlas. Están y basta. Se han hecho solas con las sangre y en la sangre de cada hombre de honor” Si analizamos atentamente este párrafo vemos que el universo cultural que ordena el pensamiento de determinados grupos sociales, es fundamentalmente diferente al del que tiene el conjunto de la sociedad. En esa diferencia entre regla de honor y ley reside la diferencia entre una persona que decide apropiarse de todo por la fuerza y la que respeta códigos y leyes. Para un joven indigente, que en el momento de su nacimiento tiene trazado su futuro de carencia, abuso, marginación, discriminación, etc., las leyes de propiedad no son más que una mera enunciación, y como dice el texto, respetarlas no es de hombres, sino de cobardes. En su mentalidad es preferible vivir unos pocos años satisfaciendo todos los deseos y necesidades que se tengan, antes que una larga vida de trabajo, sacrificio, pero que a lo largo de la misma, y sus mayores dan cuenta de esto, nunca le permitirán abandonar la existencia miserable en la que se encuentran. El llamado delincuente es un ser humano que ha comprendido el significado de la normalidad y no se encuentra satisfecho con lo que descubre, por lo tanto decide ir más allá de la normalidad, adentrarse en un camino de impugnación del asentido de la propiedad, solo que a diferencia del revolucionario que impugna en la búsqueda de nuevas relaciones sociales, el delincuente lo hace dentro del marco de la aceptación de lo que la propiedad significa, aunque le dé matices diferentes a la manera de obtener la propiedad. Para el delincuente tomar algo que no es suyo no es un delito, es recuperar lo que el futuro le arrebató, y matar no es un crimen, es simplemente un hecho de la vida, hecho al que él también está sujeto, ya que puede ser muerto en cualquier momento. La vida como valor es una significación social imaginaria de la sociedad, profundamente anclada en el humanismo. Pensemos en un primitivo que avanzaba por las praderas y veía a otro con comida, matarlo para quitarle la comida no constituía un delito, una conducta reprochable, sino una respuesta a una necesidad. Esa mentalidad ha atravesado nuestro desarrollo como especie, nos hemos matado, robado, torturado, vejado, en muchos casos sin ningún motivo, solo por el afán de posesión. Entonces cuando un chiquillo de entre 13 y 18 años sale a la calle a robar con un arma en su cintura, lo lógico es que el acto de matar no sea más que una de las tantas variables que existen en el momento de la sustracción, mata porque el otro se resistió, o porque el otro no se resistió, por alguna señal que él cree notar y que le indica una reacción del otro al despojo. La cultura, la educación, la sociedad en definitiva, constituyen formas de represión de los instintos más primitivos del ser humano, por medio de ellas la comunidad trata de reprimir esos instintos vinculados a las pulsiones de muerte, que se encuentran en todos nosotros, que son parte de nuestro equipamiento psíquico, para intentar lograr que transforme esos impulsos en acciones socialmente útiles. En situaciones extremas todos somos capaces de saltar las barreras represivas de lo social y realizar actos que en momentos de normalidad no nos atreveríamos. Por ejemplo en una guerra matamos al semejante sin conocerlo, lo hacenmos por el mero instinto de sobrevivencia. Despojar no es algo que este por fuera de la sociedad que permanente despoja a los ciudadanos de sus ilusiones, de sus sueños, de su futuro y matar no es algo ajeno a los seres humanos, solo que la gran mayoría acepta las determinaciones de las instituciones y acepta su destino como único, que no se puede cambiar y vive una vida anodina y desprovista de sentido. Aquellos que superan esa normalidad, decía, se lanzan a las calles para cambiar su vida, para gozar como lo ven en la televisión, para poder hacer lo que le place sin límites ni sufrimientos. Ahora bien estos son los delincuentes, ¿y que son los honestos’. O mejor dicho, quien puede decir que es honesto. Quien puede decir que no se ha apropiado alguna vez de algo que no le pertenecía, o que no ha infringido una ley. Quien no encontró un billete, un objeto, en la calle y no se lo puso en el bolsillo, quien no intento coimear a un inspector de tránsito para que no lo multe, quien no uso un artilugio para apoderarse de lo que no le correspondía, un lugar en la cola, un asiento en un micro, quien no ha evadido los impuestos si ha podido, quien no le ha arrebatado la mujer a otro (sea amigo o desconocido). Creo que es muy improbable que encontremos alguna persona que no haya cometido alguna infracción a las normas sociales. Cuando un pobre home less ocupa un predio que no le pertenece, comete delito o esta simplemente reclamando lo que no debería reclamar, lo que la sociedad si fuera justa debería darle, un techo en donde vivir. Cuando alguien saquea un supermercado acosado por el hambre, comete un delito o simplemente apela a un último recurso para alimentarse él y a sus hijos en situaciones de extrema pobreza. Es evidente que la definición de delincuente deberá tener gradaciones, cuanto debo robar para serlo, como debo robar para serlo, a quien debo robar para serlo. Lo mismo el que mata, si alguien me ataca con una arma y lo mato es legítima defensa, pero lo maté. Si en una pelea en un accidente golpeo a alguien y golpea contra el cordón de la calle y se muere, no quise matarlo, pero lo maté. La cuestión es a cuantas personas debo matar para ser una delincuente (asesino), a una, a diez, a cien, y en qué circunstancias soy un delincuente, matamos en las guerras, en las revoluciones, en los hechos de conmoción social, para comer, para tener lujos, para vivir, por venganza, por necesidad, por deber, ¿cuándo somos delincuentes?. Un joven que sale a robar y mata, a cuantas personas puede matar antes de que lo maten a él. A cinco, a diez, a quince, creo que en promedio no debe superar las cinco o tal vez menos. Ahora un honesto industrial que es parte del complejo militar industrial y fabrica armas, es responsable de cuantas muertes que ocasionan los artefactos que el fabrica, y cuantas personas mueren en las guerras que el promueve para vender su mercancía, guerras inútiles determinadas por intereses económicos, en definitiva por intereses de clase. Un laboratorio que oculta un fármaco porque quiere hacer negocio con otro, de cuantas muertes es responsable. Cuando especula con los precios de los fármacos (por ejemplo en el caso del SIDA) cuantas personas son víctimas de su especulación. Un laboratorio que vende productos letales para el ser humano que se usan para fumigar los campos cuantas muertes produce en el año. Una empresa como Nike o Adidas que obligan a trabajar a millón es de asiáticos a trabajar por un dólar diario o menos, cuantos obreros e hijos de obreros condenan a una muerte segura por inanición. En la frontera con EE.UU. cuantas personas son destruidas por las maquiladoras para garantizar su lucro de las grandes corporaciones estadounidenses que aumentan sus ganancias con los sueldos de hambre y las condiciones de trabajo que están totalmente prohibidas en su país. Los accionistas, miembros de los consejos de administración, gerentes y demás integrantes de bancos más poderosos de las EE.UU. y Europa que lavan el dinero del narcotráfico como el Wachovia Bank, el City Bank o el Bank of América, son honestos, ellos han podido sobrepasar la crisis del 2007 por los aportes de los fondos provenientes del narcotráfico que blanquearon y son solidariamente responsables de todas las muertes que esta actividad ocasiona en el mundo. La policía a cuantas personas ha matado en la represión a manifestaciones, no solo en los llamados países en desarrollo sino en los llamados países centrales como EE.UU. y Europa. No tenemos estadísticas, peros seguro que son millones. Ahora la pregunta ¿Ud. considera que los accionistas, miembros del directorio, gerentes, de esas empresas son delincuentes? Son perseguidos por la justicia por generar pobreza, indigencia, hambre, miseria, por matar impunemente, por robar la ilusión y la vida decente a miles de millones de seres humanos, evidentemente no, ellos son honestos, no son delincuentes como el pobre pibe que sale a robar un par de zapatillas un celular o unos pesos roñosos y que sabe que no va a pasar los veinticinco años porque antes lo va a matar un policía de gatillo fácil, una patota de ciudadanos honestos, algún delincuente rival, o alguien que hace justicia por sus propias manos. La burguesía monta su discurso de la inseguridad sobre los sentimientos de temor de la pequeña burguesía a perder lo poco que tiene, cosifica a los pobres adolecentes que en lugar de estar estudiando se juegan la vida en una carrera delictuosa, y lleva a los ciudadanos a pedir penas duras. Lástima que el grupo Clarín no pida penas más duras contra Magneto por apropiarse indebidamente de Papel Prensa, para Aranda por destruir la ecología de Entre Ríos para hacer negocios arroceros, para los CEOs de las AFJP que robaron las jubilaciones de toda una generación de argentinos., para los directivos de La Nación por no cumplir con sus deberes impositivos (evadir impuestos). Piense cuando se queja por la inseguridad. Hasta la próxima.

lunes, 27 de octubre de 2014

Medios y realidad social.


Hoy más que nunca adquiere importancia el papel de los medios de comunicación de masas en la construcción social de las realidades. Nótese que utilizo el plural de realidad ya que vivimos en múltiples realidades según la óptica desde la cual se observe. En general ha existido una corriente de pensamiento que ha adscripto a los medios de comunicación de masas un rol preponderante, casi único en la construcción social de la realidad. Por otro lado están los que definen que la construcción social de la realidad es realizada por los actores sociales con escasa o ninguna participación de los mass media. Quiero participar en la polémica desde una perspectiva diferente a estas dos posiciones. Comenzaré por analizar algunas expresiones que recogí en mi vida cotidiana, expresiones de periodistas, intelectuales y de gente “común”. En un programa de radio, un periodista joven afirmó que no es posible hacer periodismo sin leer el diario Clarín que es el que define la agenda periodística. En otro programa la escritora Beatriz Sarlo dijo que ella al levantarse entra en Internet y lee los principales diarios del país y del mundo, para poder luego formarse una opinión respecto a los sucesos cotidianos, agregando además que lo que ella hace no esta al alcance de todos. En la polémica sobre los dichos de Axel Freyre, pude constatar cómo se desarrolló el furibundo debate entre Axel en soledad, atacado sin darle respiro, acosado (expresión del propio canal 13 solo que por elegancia usaron el término arrinconado) sin tregua impidiendo que formule una idea completa por los “periodistas” Eduardo Feinmann, Silvia Fernández Barrios y Luis Bremer. En el primer hecho notamos que el grupo Clarín ha logrado imponer su marca, para gran parte del mundo del periodismo y de la política la agenda de debate es la que instala este grupo con falsedades, mentiras, deformaciones, ocultamientos, formuladas por los empleados del grupo bajo las órdenes absolutas del Capo di tutti Capi Magneto. Se trata de un error muy peligroso que lleva a hacerse eco y difundir noticias que en no pocos casos son falsas, o que son solo una parte de lo que pasa, o manipuladas, o expresiones tergiversadas y por otro lado imponen el debate sobre ciertos temas ocultando otros como los actos delictivos por lo que está denunciado el Grupo clarín o sus principales directivos, Magneto, Aranda, etc., como el caso de las plantaciones arroceras en la Mesopotamia, la manipulación dolosa de la compra y venta de acciones del grupo a las AFJP controladas por ellos, la exacción dolosa y terrorista de Papel Prensa, la presentación ilegal para la adecuación del grupo a la ley de medios, etc. Por otra parte amparado por la impunidad que les da la acción democratizadora de la ley 24198 que anuló la figura de desacato los medios del grupo publican falsas informaciones, en general destinadas a desacreditar al gobierno actual, que en mucho casos tienen un marcado carácter cercano a la injuria. En una sociedad realmente democrática ningún medio debe marcar la agenda periodística o política, sobre todo los medios concentrados, y tal vez ese debería ser uno de los efectos beneficiosos de la ley de medios, que no existan actores preponderantes en el universo de medios. Uno podría pensar que esta actitud de los medios hegemónicos es única en nuestro país, y estaría en un error. Así como el capitalismo ha desarrollado las tecnologías para espiar a todos los ciudadanos del mundo (si Merkel se salva de que se intervengan sus correos o teléfonos) con lo que logra un mayor control de la sociedad pudiendo detectar a todos los que tienen ideas opuestas al sistema y realizar su seguimiento, también ha desarrollado a nivel supranacional una internacional de medios, básicamente voceros de los grupos más concentrados del capital, que responden a los intereses planificados por el neoliberalismo económico. Esta internacional mass mediática, liderada por la CNN y el grupo Prisa, está estructurada en América Latina en torno a la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) y a ella adhieren corporaciones multimediáticas como O Globo en Brasil, RCTV (Radio Caracas Televisión, Venevisión y Televen en Venezuela, Teleamazonas en Ecuador, los grupos Clarín, La Nación y Editorial Perfil en Argentina, etc. El “modus operandi” de estos grupos mediáticos es muy similar en los diferentes países latinoamericanos, difunden noticias abiertamente falsas, o solo una parte de los hechos, o tergiversan declaraciones sacándolas de contexto, manipulan encuestas, ignoran las opiniones de los políticos oficialistas, o tapan las opiniones de los ciudadanos cuando no son funcionales a sus intereses, etc. Las recientes elecciones de Brasil son un ejemplo concreto, primero IBOPE Brasil afirmó que la candidata opositora Marina Silva sacaba más votos que Dilma Rouseff en primera vuelta y que le ganaba en segunda vuelta, Marina salió tercera cómoda, entonces inventaron el fenómeno del candidato de derecha Aecio Neves, se llegó a decir inmediatamente después de las elecciones que tenía una ventaja de alrededor del 15% sobre Dilma, con el correr de los días se la fue morigerando hasta que al final reconocieron que Dilma ganaba. Dilma sacó el 52% de los votos contra el 48 de Neves. En un intento desesperado por limar el caudal electoral del P.T. (Partido de los Trabajadores) la revista Veja, perteneciente a los multimedios opositores adelantó la salida de su número para denunciar un acto de corrupción en Petrobras demostrando su militancia contra el P.T. En Argentina son frecuentes la emisión de noticias falsas, las presiones sobre la justicia para que actúe contra el gobierno. Se ha llegado a un punto tal que se ignoran los avances tecnológicos de nuestro país como por ejemplo la puesta en órbita geoestacionaria de un satélite propio para desconocer logros del gobierno o denostar próceres porque son admirados por la presidenta como por ejemplo el N° 1471 del 4 de octubre de la revista Noticias (Editorial Perfil) donde en su portada dice “Manuel Belgrano. El héroe que no fue. Era incompetente, fantasioso, egocéntrico y sin sentido común. El historiador argentino más prestigioso del mundo, Tulio Halperin Donghi, redescubre al prócer favorito de CFK”. En realidad Halperin Donghi desmiente a la revista en el interior de sus páginas ya que de ningún modo él dice lo que se afirma en la portada, pero el impacto en la portada es lo sustancial para esta mediocre publicación. Por lo tanto seguir la agenda marcada por el grupo Clarín es seguir la ruta de la mentira y de la infamia. Sarlo realiza una afirmación muy interesante, solo los llamados intelectuales que viven de procesar la información y divulgarla digerida pueden tener el tiempo necesario para acceder a la multiplicidad de medios nacionales e internacionales, analizar, comparar y sacar conclusiones. Tal vez los empresarios tengan la disponibilidad de acceder a resúmenes realizados por asesores rentados y los políticos deban contar con esa lectura extensa de la información. Los ciudadanos comunes, los trabajadores que resignan una gran parte importante de su jornada en la lucha diaria por conseguir su sustento y el de su familia, solo acceden a lo sumo a un diario y alguna revista, no pueden realizar esa lectura extensa por lo que se les dificulta contraponer las informaciones. El vínculo con la información de estos sectores se realiza por lo general a través de la televisión y si la misma está monopolizada, resulta más fácil imponer la mentira, la injuria, el pensamiento único de parte de los medios concentrados opositores a los gobiernos populares. Además su tarea se ve facilitada por un ejército de intelectuales, periodistas, políticos opositores que ayudan a difundir las falsedades. Los políticos e intelectuales lo hacen para mendigar unos minutos de presencia ante las cámaras porque reconocen el valor de la pantalla chica y su penetración en los hogares populares. Los periodistas lo hacen solo por el servilismo de recibir un sueldo. Finalmente el último ejemplo, el de Axel vs Eduardo/Silvia/Luis y la complicidad de Mirta. Los puntos fundamentales de crítica al kischnerismo ha sido el autoritarismo (tener un discurso único), el generar enemigos ficticios, hacer terrorismo verbal para asustar a la gente, perseguir a los opositores, tratar de someter a la “prensa independiente”, etc. Todas estas impugnaciones al kischnerismo, ocultan la incapacidad de la oposición de poder vertebrar una propuesta de gobierno coherente y creíble, al punto tal, que uno de los comunicadores estrellas vasallo del grupo Clarín, Jorge Lanata, llegó a decir que “los opositores no valen un cuarto de un tarro de mierda” y una política estrella de la oposición, Elisa Carrió que sus compañeros del FAU-UNEN eran unos imbéciles. En realidad, cuando la prensa y los políticos opositores hablan de autoritarismo, de no soportar las diferencias, de bregar por un discurso único, de violencia verbal contra los que piensan distinto, realizan lo que en Psicología se denomina proyección, ya que son ellos los que más frecuentemente utilizan esa violencia verbal insultando a oficialistas y a la propia presidenta, buscando un discurso único, tratando de enemigos a los que no piensan como ellos, etc., solo que los medios divulgan esto como propio del oficialismo. Por eso traigo el ejemplo de Axel Freire y Aníbal Pachano y el almuerzo en lo de la abuelita Mirta, tan conservadora como reaccionaria, pero que a sus 87 años sigue militando en la causa del conservadurismo recalcitrante, como lo hizo junto a tantos periodistas “independientes” durante la dictadura asesina y genocida y hoy empleados por los grupos mediáticos hegemónicos. Es cierto que los dichos de Axel no fueron muy felices, y menos aun políticamente correctos, pero si se los puede considerar violentos, porque no criticar como violentos los dichos de Pachano que dijo que Freire era un idiota, una rata inmunda, un animal rastrero, o los de Feinmann que dijo que era un sorete, un hijo de puta, etc. Los periodistas de las corporaciones mediáticas opositoras se apuraron a denunciar a Freire, por lo que definieron como violencia verbal, pero nada dijeron de la tremenda violencia de Pachano-Feinmann hacia Freire que fueron mucho más agresivos, injuriantes y asquerosos que lo que pudo decir Axel, que por lo demás pidió perdón, cosa que ni Pachano, ni Feinmann tuvieron la dignidad ni el valor de hacer. El almuerzo de Mirta fue un ejemplo perfecto de acoso moral sobre una persona, allí se vio a un grupo acosador integrado por Feinmann, Fernández Barrios y Bremer acorralar (arrinconar en el lenguaje elíptico de la página del canal) a Axel, no lo dejaron hablar, no le permitieron hilvanar una idea, los tres saltaban como animales furiosos sobre a Axel cada vez que intentaba contestar, todo ello con la complicidad, cuando no con la participación activa de la abuelita conservadora que se deleitaba viendo como sus secuaces aniquilaban a golpes a Axel. Esto sí que fue agresión verbal y más aun viniendo de personas que como Silvia Fernández Barrios y Eduardo Feinmann no tienen estatura moral para juzgar a nadie, ni siquiera al motochorro mediático porque son peores que él. En definitiva, no podemos decir que la realidad sea una construcción solo de los mass media, pero podemos decir que ellos tienen las herramientas para influir sobre los ciudadanos de manera importante, sobre todo en aquellos ciudadanos que, como dijimos, se encuentran dificultados para disponer del tiempo necesario para reflexionar y analizar lo que estos medios difunden y más aún, contrastarlo con otros medios que opinan diferente. Por suerte las redes sociales se están convirtiendo en un fuerte competidor de estos gánster de la comunicación, de estas mafias mediáticas, y los ciudadanos tienen nuevos medios para poder pensar y no comerse las mentiras de los grupos concentrados Aun a pesar de los medios de comunicación de masas brasileros Dilma ganó en Brasil, Tabaré en Uruguay, Correa en Ecuador, Bachelet en Chile, Evo en Bolivia, Nicolás Maduro en Venezuela, Ollanta Humala en Perú, y América Latina continúa resistiendo a la derecha asesina y reaccionaria que apoyada en golpes de estados cívicos militares asesinó a miles de obreros, estudiantes, trabajadores sociales, intelectuales, etc. para imponer sus planes de hambre y miseria dictados por el consenso de Washington, el Fondo Monetario Internacional, el capital financiero internacional y las multinacionales burguesas. Hasta la próxima.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Campo


Que la producción agraria juega un papel importante en la economía de nuestro país es indudable. También es justo reconocer que la Argentina constituyó desde sus orígenes un país de base agraria, primero como productor ganadero y luego se fue incorporando cada vez más la producción cerealera. Recién a fines del siglo XIX comienza a desarrollarse en la Argentina la producción industrial. La Unión Industrial Argentina fue fundada el 7 de febrero de 1887. Su primer presidente fue el senador nacional Antonino Cambaceres. Entre sus precursores se encontraban: Agustín Silveyra, Juan Videla, Joselin Huergo, Francisco Franchini, Cayetano Hachá, Fernando Martí, Casimiro Gómez y Aquiles Maveroff. Por esa época en Argentina habían 400 empresas que contaban con 11.000 trabajadores (consideremos que la población del país era de 4.094.011 habitantes). La mayoría de las empresas eran producto del emprendedurismo de los inmigrantes como Bieckert, Terrabussi, Canale, y tantos otros. Resulta obvio que los momentos de mayor desarrollo de la industria fueron durante los dos grandes períodos bélicos de los que nuestro país no participó. En esos momentos, y sobre todo alrededor de 1940 se profundizó lo que se denominó la política de sustitución de las importaciones. Con el golpe de 1943 accede al control del estado un sector nacionalista interesado en desarrollar la industria nacional, y efectivamente se produce un salto importante, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas. El peronismo constituye un movimiento social hegemonizado por el sector industrialista de la burguesía nacional que aunque es consciente de que su mayor fuente de recursos está en el campo, ve claramente que si no se diversifica la matriz productiva el país camina hacia el estancamiento. Por lo tanto se abre un período de acumulación en el que se impulsa el desarrollo de la pequeña y mediana industria y se pretende modernizar lo que comúnmente se conoce como el campo. El proceso de modernización del campo ya había empezado en la década del 20´cuando la matriz ganadera comienza a ceder posiciones frente a la produccción agrícola. La agricultura constituye un sector mucho más dinámico que el ganadero por cuanto requiere mucho más de productos industriales. Mientras que la ganadería ocupa poca mano de obra y no requiere de maquinarias, la agricultura en la primera mitad del siglo XX ocupaba mano de obra extensiva y requería de cada vez más maquinarias. Se produce un doble efecto, el desarrollo de comunidades agrarias en las que la población del interior se ocupa de la recolección de granos, y el desarrollo de las llamadas agroindustrias que comienzan a brindar trabajo cientos de miles de trabajadores industriales. La agroindustria no solo ocupa mano de obra de los trabajadores directamente vinculados a ella, también es un motor de desarrollo de diversas ramas de la industria como el metalmecánico, la industria química, etc. Este proceso lleva dentro de sí una contradicción, en tanto el agro incorpora servicios industriales, son cada vez más los trabajadores agrarios que sufren su expulsión del medio rural. Las maquinarias mecanizan las tareas agropecuarias y por ello los campos requieren cada vez menos trabajadores, los que emigran hacia las grandes ciudades, particularmente Bs. As. y el conurbano. Un país que tenía una población diversificada en su gran extensión, comienza a concentrarse y agregado a esto las corrientes migratorias aumentan la concentración urbana de la población. Es precisamente por ello que el peronismo encara un proyecto industrializador, solo que su modelo muy rápidamente choca con los límites de la baja industrialización de nuestro país. En efecto para desarrollarse industrialmente el país requería de insumos que la argentina no producía, me refiero a las industrias siderometalúrgicas, petroquímicas, etc. Para ello era necesario el desarrollo de una política económica que posibilitara el crecimiento de las grandes inversiones privadas, especialmente extranjeras, cuestión que chocaba con el pensamiento nacionalista del peronismo. Por otra parte los grandes recursos que Argentina había obtenido durante la guerra exportando alimentos comienzan a hacerse más escasos y el desarrollo industrial pone de manifiesto el talón de Aquiles de nuestro país, la insuficiencia energética que obligaba a invertir grandes recursos en importación de combustibles y otras formas de energía. Por lo tanto, la idea de que un país puede desarrollarse solo en base a un sector productivo es falsa. Ni el agro puede crecer sin el aporte de los insumos industriales, ni la industria puede desarrollarse sin el crecimiento del agro. Durante los últimos años se ha registrado una tendencia a sacralizar a eso que genéricamente se denomina el campo. Ahora, sociológica y económicamente, ¿qué es el campo?. Como en toda la economía el campo no constituye un bloque homogéneo. En este sector encontramos una diversidad de sectores que muchas veces tienen intereses divergentes, por no decir contrapuestos. En el sector agrario la lucha de clases se ha manifestado con fuerza tanto por los enfrentamientos entre las patronales explotadoras y asesinas reunidas en torno a la Sociedad Rural Argentina, como entre los propios patrones del campo divididos en diversas categorías según su concentración y su interés productivo. Como dijimos más arriba, los ganaderos y los agricultores son dos sectores claramente diferenciados. Esto no significa que sean compartimientos estancos, a veces los ganaderos cultivan, o los cultivadores crían ganado, pero según donde pongan el acento sus intereses divergen. Los cultivadores se enfrentaron históricamente a la gran burguesía terrateniente, y luego del Grito de Alcorta nació la llamada Federación Agraria Argentina que agrupaba a pequeños y medianos agricultores sometidos a la explotación feroz de los terratenientes. Será el peronismo el que vía créditos blandos posibilitará el acceso a la propiedad de la tierra de los arrendatarios. Existe un sector que sin ser trabajadores rurales, no son ni grandes ni medianos propietarios, son los denominados campesinos pobres que poseen parcelas de tierras insuficientes para garantizar su sustentación y que deben emplearse para ser explotados por los grandes propietarios. Por lo general este sector tiene sus exiguas tierras en las provincias donde los terrenos son menos provechosos, como las del norte argentino, y las mismas por su capacidad de producción requieren grandes esfuerzos para lograr una mínima renta. Son parte de las llamadas economías regionales entre las que encontramos los citrus de Entre Ríos, ciertos cultivos del norte Argentino, etc. Además por estar alejadas de los grandes centros de producción tienen precios muy bajos con lo que el productor a veces se encuentra bajo la línea de indigencia. Ricardo fue un gran economista clásico que enunció el concepto de la renta diferencial de la tierra. Ricardo partía del supuesto que los agricultores se lanzan a la colonización de los territorios y cultivan en primer lugar los terrenos de mayor fertilidad y mejor calidad. Como la tierra es un medio de producción rígido, no tiene ninguna elasticidad y tiene límites físicos precisos, las mejores tierras se agotan rápidamente y los agricultores deben trabajar tierras de menos calidad. La renta diferencial aparece cuando, ante el incremento de la demanda alimentaria, se hace necesario ampliar las áreas de cultivo, los productores agrarios se desplazan a tierras de menor calidad y fertilidad, por lo cual, a iguales cantidades de capital invertido, el valor de la producción será menor. La Teoría de la Renta Diferencial podría enunciarse así: cuando estas tierras de menor rendimiento comienzan a cultivarse, los poseedores de las tierras de primer orden comienzan a exigir una renta mayor a los productores. Esta renta está determinada por la diferencia entre el rendimiento entre la tierra de mayor y menor calidad y fertilidad. Esta teoría se fundamenta en que el uso de tierras de menor calidad implica un costo mayor, por lo que los capitalistas deben vender el cultivo a un precio mayor, para poder pagar los sueldos de sus trabajadores y seguir obteniendo beneficios. En consecuencia, el precio del producto está determinado por la productividad de la última parcela de tierra. A medida que el precio aumente, los propietarios de las mejores tierras comenzarán a recibir una renta diferencial, ya que los costos de producción en esas tierras no se han incrementado. Ricardo concluye que la renta no es una parte componente del precio de las mercaderías, los precios no se elevan porque existe una renta, sino al contrario al elevarse los precios, los capitalistas que trabajan las tierras más fértiles, reciben un beneficio extra, una parte de la cual se la deben pagar al propietario de la tierra. Si además estas tierras se encuentran en puntos geográficos que abaratan el traslado de la producción (ríos navegables, existencia de carreteras seguras y rápidas, tendido de vías férreas, etc.) y están ubicadas en una región de clima privilegiado la renta tenderá a ampliarse. En la industria si un productor logra un producto competitivo tiene que lidiar con la competencia de quienes al ver la mayor ganancia que obtiene se incluyen en este sector de la producción. Por ejemplo si alguien fabrica y vende computadoras es seguro que ante su empresa exitosa aparecerán en el mercado muchos otros fabricantes produzcan computadoras. En cambio no ocurre lo mismo en el sector agropecuario, dado que la tierra como medio de producción constituye un monopolio de carácter finito que no puede duplicarse. Nadie puede entrar a producir dentro de las tierras de un propietario si este no lo autoriza. En Argentina la mayor parte de las tierras cultibables está en manos de terratenientes (no por ser propietarios de grandes extensiones sino porque poseen una extensión territorial en la cual nadie puede ingresar sea esta de una hectárea o de cientos de miles de hectáreas). La mayor parte de las tierras cultivables está concentrada en pocas manos. Según Marcelo Sili y Luciana Soumoulou, en “La problemática de la tierra en Argentina. Conflictos y dinámicas de uso, tenencia y concentración” (IFAD 2011); el 2% de las explotaciones agropecuarias controlan el 50% de la tierra en el país, mientras que el 57% de las explotaciones agropecuarias controlan el 3% de la tierra. Considerando que la producción agraria en el quinquenio 2009/2013 participó en el PBI en un 7% (en los países industrializados como la CEE y EE.UU no supera el 3%) se deduce la importancia que hoy tiene la distribución de la propiedad de la tierra en nuestra economía, sobre todo porque ubica a la Argentina entre los países que tienen ventajas comparativa por ser exportadores de comódities, y porque pone de manifiesto lo mucho que falta para desarrollar nuestro país diversificando su economía. En general el sector agropecuario sufre el mismo carácter de inequidad entre grandes terratenientes y pequeños propietarios, pero esta distorsión se ha incrementado con el ingreso al mercado de nuevos jugadores como los pool de siembra que aprovechando el boom de la soja han rentado grandes extensiones de tierra para transformarlas en monopolios de explotación capitalista. Estos grandes propietarios no casualmente son descendientes de quienes arrebataron grandes territorios a los pueblos originarios a través de la campaña del desierto que llevara adelante la derecha reaccionaria y conservadora de la mano del General Roca. Desde la época de la colonia nombres como Menéndez Betty, Patrón Costa, Anchorena, Alzaga Unsué, Martínez de Hoz, son los nombres que han controlado a las principales entidades gremiales del campo como la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentina, etc., y han impulsado las políticas más explotadoras, reaccionarias y genocidas que llevaron adelante las dictaduras militares y muchos gobiernos “democráticos”. Estas patronales, aun en la actualidad explotan mano de obra semi esclava condenando a la miseria a los trabajadores rurales. Por eso cuando desde los medios de comunicación se pretende vender a los propietarios rurales como un bloque se miente, cuando se pretende hacernos creer que los patrones agrarios son el pilar de la economía se ofende nuestra inteligencia, cuando se dice que a la Argentina le va bien si le va bien al campo se falsifica la realidad. En la década del veinte, los agrarios viajaban en barco a Europa con todo lujo y boato llegando al extremo de llevar en los barcos vacas para tener leche fresca, y sin embargo a la Argentina, a esa Argentina trabajadora y explotada no le iba bien, muestra de ello son las huelgas de la Patagonia y la represión genocida y la Semana Trágica en Bs. As. El campo, como toda la sociedad no es un sector monolítico, sino parte de una sociedad dividida en clases donde los propietarios de los medios de producción viven de lo producido por los trabajadores de las ciudades y del campo. Hasta la próxima.

sábado, 11 de octubre de 2014

Decisión.


Nuestra vida, vista desde un determinado ángulo, es una sucesión de toma de decisiones. Cuando salimos a la calle, cuando cruzamos una esquina, cuando manejamos un auto, cuando hacemos una compra, en cada momento estamos decidiendo. Hay decisiones cotidianas y grandes decisiones que comprometen nuestra vida futura. El problema es que cuando tomamos una gran decisión o una pequeña no siempre lo hacemos con el conocimiento milimétrico de cuáles serán sus consecuencias. Tampoco somos conscientes en un ciento por ciento respecto a los motivos por los cuales tomamos una decisión y no otra, aun cuando en una intersección de calles decidimos tomar por un camino a veces no sabemos porque tomamos ese y no otro. Podríamos decir que existen dos concepciones respecto a la toma de decisiones, una está basada en lo que se llama el libre albedrío que definiría que nuestras decisiones son un producto exclusivo de nuestra conciencia. El libre albedrío o libre elección es una creencia sostenida por ciertas doctrinas filosóficas que preconizan que los humanos pueden elegir y tomar sus propias decisiones. El libre albedrio se encuentra vinculado a las ideas religiosas, muchas religiones han apoyado dicha creencia, ya que según ellas el ser humano tiene el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. Para las religiones en general y para el cristianismo en particular, Dios dotó al hombre de la capacidad de elegir el camino. El concepto es comúnmente usado y tiene connotaciones objetivas al indicar la realización de una acción por un agente no condicionado íntegramente, estando su acción ligada a factores precedentes y subjetivos que hacen que la percepción de la acción del agente sea inducida por su propia voluntad. Como vemos desde esta perspectiva cada decisión que tomamos es un producto de nuestra acción deliberada, consciente. Frente a este punto de vista se yergue la crítica impugnadora que parte de considerar que somos seres socialmente situados y que por lo tanto cuando tomamos una decisión, lo hacemos en función de un conjunto de factores que pueden ser o no ser conocidos por quien toma la decisión. Muchas de nuestras decisiones las tomamos aun sabiendo que pude acarrearnos problemas o inconvenientes, a veces tenemos que optar entre dos decisiones y elegir aquella que consideramos menos mala. En la película “La decisión de Shopie” la protagonista, que se encuentra en una estación de ferrocarril donde se transportan prisioneros que serán llevados a los campos de exterminio, ante la exigencia de un oficial nazi se ve en situación de decidir cuál de sus dos hijos salvará y a cual condenará a una muerte segura en un campo de concentración (los hijos son un niño y una niña), primero se niega e implora diciendo que no puede tomar tal decisión, pero ante la orden del militar de que se lleven a los dos niños, la madre entre gritos y sollozos de angustia y dice “que se lleven la niña, que se lleven la niña”. Podemos realizar mil y una interpretación de porque la madre decide condenar a la hija y salvar al hijo, pero lo real es que cualquiera de las dos decisiones eran letales, esta madre se encuentra en un campo de poder en el que ella puede decidir salvar a uno de sus hijos, pero a la vez otro poder determina que el hijo no salvado debe morir. Decidir es un término latino “decidere” que significa separar cortando, es un vocablo compuesto por el prefijo de (de, dis) que significa separación y el verbo caederé que es pegar, cortar. Su significado más preciso sería cortar separando, cortar selectivamente. Esta palabra tiene una carga imperativa, decidir es optar por uno de los puntos en debate. Otra palabra, elegir, no tiene esa connotación tan imperativa, ya que se puede elegir sin optar, “elijo la amistad”. Por lo tanto estamos ante un término muy fuerte que nos compulsa a escoger un camino desechando otros. No siempre las decisiones se toman pensando en el bien común, ni tan siquiera en el bienestar familiar. Las decisiones pueden ser individuales o colectivas. En las decisiones individuales, aquellas que el sujeto toma en soledad, debe soportarse una carga mucho más pesada ya que la responsabilidad de la misma compete solo al sujeto individual. En cambio en las decisiones colectivas esta responsabilidad es repartida entre varios actores. Por lo tanto tenemos diversos tipos de decisiones, pequeñas y grandes, nimias y determinantes, individuales y colectivas, cotidianas y estratégicas. Por otra parte la importancia de las decisiones también se evalúa por diversos parámetros, a quienes afectan, que consecuencias conllevan, que campo de libertad tenemos para tomarlas, que conocimientos tenemos sobre sus efectos, etc. En todos estos tipos de decisiones el que decide debe poner en juego una serie de valores y conocimientos. Somos responsables de nuestras decisiones, aun de aquellas que tomamos en situaciones problemáticas o dilemáticas. Solo que las responsabilidades no son equivalentes en todos los miembros de la sociedad. En una organización la responsabilidad de los operarios no es igual que la de los supervisores o de la dirección de la empresa. Mientras que los primeros pueden decidir sobre aspectos operativos puntuales, en la medida en que se asciende en la escala jerárquica aumentan las responsabilidades y consecuencias de las decisiones que se toman. Una mala decisión de un operario a lo sumo causa un trastorno en la producción, en cambio una mala decisión de un CEO de una organización puede llevar a la quiebra de la empresa y afectar el destino no solo de quienes trabajan en ella, sino de quienes tienen relación con ella y más aún, muchas veces del conjunto social del que la empresa es tributaria. En el campo de la política esta cuestión adquiere caracteres más determinantes. Un funcionario del Estado (presidente, ministro, legislador, etc.) cuando decide lo hace poniendo en juego un patrimonio que no le pertenece y que administra eventualmente, y por otro lado, sus decisiones afectan a sectores muy amplios del espectro social. Las decisiones que se toman a nivel de gobierno (sean estas del oficialismo o de la oposición) nos afectan a todos, y no son más responsables los oficialistas que los opositores, porque, en una democracia, los opositores son parte del sistema de toma de decisiones, Massa, Macri, Binner, no pueden decir que las cosas van mal en el país porque el gobierno toma malas decisiones, porque ellos participan de la maquinaria de toma de decisiones, aun cuando pierdan una votación. Pero peor aún, en nuestro país los políticos opositores actúan tomando decisiones que no son producto de evaluaciones serias de los elementos de juicio, sino que se trata de decisiones espasmódicas, si el gobierno propone algo ellos se oponen, desde hace muchos años no vemos que un opositor acompañe una decisión del gobierno. Entonces, el razonamiento simple nos lleva a pensar que este gobierno no ha tomado ni una medida que sea positiva, y si es así, ¿los argentinos somos tan estúpidos que votamos a un gobierno de incompetentes? Porque, que yo sepa el oficialismo ha ganado tres elecciones presidenciales, muchas de gobernadores, más de intendentes, diputados y senadores, etc. En muchas cuestiones se ha votado por la negativa sin conocimiento de lo que se trataba, o por mandato del principal político de la oposición (Magneto el CEO de Clarín) y su perro faldero Lanata. También tenemos el caso de defensa a ultranza a quienes les dan espacio en los medios. Por ejemplo cuando el gobierno actúa contra una corporación que comete actos delictivos, como es el caso del AFSCA con la adecuación del grupo Clarín, los opositores ponen el grito en el cielo porque se ha tocado a su amo y señor. Otras veces actúan irresponsablemente como en el caso de quienes exigieron que nos sometiéramos como país al salvaje, corrupto e irracional fallo del juez títere de los fondos buitres (Griesa) y pagáramos la deuda tal como dice el juez. Otros prometen el oro y el moro si son gobierno como derogar el impuesto a las ganancias y las retenciones al agro sin decirnos como van a financiar el Estado. Está el caso de quienes dicen que van a revisar (eufemismo por derogar) todas las leyes promulgadas en estos doce años, es decir van a volver al saqueo de la jubilación privada, anular el matrimonio igualitario, la ley de medios, la asignación universal por hijos, la estatización de Aerolíneas e YPF, etc., etc. Decidir no solo es hacer, decidir es tomar partido también, por sí o por no. Quien decide no debe ver solo el presente o el futuro inmediato, debe tener, sobre todo si pretende gobernar, un horizonte de visibilidad, capacidad crítica y espíritu de cooperación, cosa que muchos políticos de nuestro país carecen en absoluto. Hasta la próxima.

lunes, 22 de septiembre de 2014

La lógica de la política actual.


La lógica capitalista valora el éxito o el fracaso por la posesión de bienes que un determinado ciudadano puede realizar. Dentro del sistema, la política se rige por esa lógica y su práctica podría resumirse, según un comentario de un conocido político santafesino que parafraseando a Marx dijo: “La conocida fórmula de Marx para explicar el capitalismo D-M-D es decir, que es necesario tener dinero para invertirlo y poder producir mercancías para ganar más dinero, se cumple en la política pero con otro formato, D-P-D, hay que tener dinero, para poder invertir y lograr poder en el ejercicio político (es decir ganar y obtener espacios de poder en el Estado), para ganar más dinero”. En la actualidad, el político no está guiado fundamentalmente, por el interés público, ni tan siquiera por el interés de su clase o sector social, sino por su mero interés personal. Hace muchos años que los partidos políticos en Argentina han dejado de ser colectivos sociales que encarnaban un proyecto de clase o sector de clase, para convertirse en campos de batalla en los que se define un liderazgo, que pone en funcionamiento un proyecto personal. Este modelo personalista implica un retorno al caudillismo del siglo XIX, en el que en nuestro país era hegemónica una democracia paternalista y autocrática. Por esta razón cuando se escucha a un político hablar por T.V., notamos que lo hace siempre en primera persona, generalmente no dice “mi partido hará”, sino “yo voy a hacer” De esta manera el proyecto colectivo de los partidos políticos ha mutado hacia el proyecto de un líder. Es un discurso que más que expresar la propuesta de un colectivo social, formulado en términos de programa de gobierno, se constituye en la exaltación de las cualidades del líder, el que con fórmulas vagas y basadas en lo que dice n las encuestas, enuncia lo que la gente quiere escuchar. Por ejemplo si en un momento las encuestas definen como tema de interés el impuesto a las ganancias, la inflación y la inseguridad, políticos como Macri o Masa, prometen derogar el impuesto a las ganancias, las retenciones al agro y terminar con la inflación y la inseguridad. Por supuesto que no dicen como harán para lograrlo y mucho menos como resolverán las contradicciones que implica la puesta en acto de esas medidas. Derogar las retenciones al agro y el impuesto a las ganancias, supone desfinanciar al Estado, ya que la principal fuente de recursos son esos impuestos que se cobran de manera directa, entonces, si disminuyen los recursos como lograrán mantener los servicios sociales, los gastos corrientes del Estado (educación, seguridad, salud, asistencia social, previsión social, aparato burocrático administrativo, etc.). Es obvio que en campaña estas cosas no se dicen, por ello los economistas hacen malabarismos lingüísticos para explicar estas contradicciones, es decir hablan sin decir nada. La realidad es que si se bajan los impuestos existen dos vías para mantener el equilibrio fiscal, el ahorro externo o el ahorro interno. El primer camino significa endeudarse para financiar el Estado, se sabe, por la larga experiencia que tenemos, que el endeudamiento constituye un alivio temporal, porque los compromisos hay que honrarlos y a la hora de pagar o bien se paga o se toman nuevas deudas, el final del camino lo conocemos, es por ejemplo el 2001 y el default económico de una Argentina que no podía honrar ni la deuda externa ni la interna. El otro camino también lo conocemos, implica realizar ajustes en la economía para poder hacer frente a los gastos, ello supone como ocurrió en España, Grecia, Portugal, Italia, etc., reducir la planta de trabajadores del Estado, reducir salarios, recortar partidas de asistencia social, en definitiva, caminar por el sendero del empobrecimiento de la población, lo que supone reducción del consumo, cierre de fábricas, caída del producto bruto interno, desocupación, etc., que llevan a mayor pobreza y final del camino están esperando los fondos buitres (y no tan buitres) para endeudarnos a tasas exorbitantes y volver nuevamente al 2001. A lo que asistimos en este momento de la política es al desmanejo de un grupo de aventureros, que encaramados a partidos tradicionales o bien liderando estructuras partidarias artificialmente creadas por ellos, le proponen a la sociedad que los voten con una serie incoherente de medidas económicas, tributarias y sociales, que saben que no van a poder realizar pero que responden a lo que la gente desea escuchar. Si por ejemplo me descuentan una importante cifra de impuesto a las ganancias, ¿no es acaso tentador que un candidato me diga que no me lo van a descontar más?, o si soy un agrario y me retienen el 35% por exportación de la soja, ¿no es tentador que alguien me diga que no me lo van a descontar más? Entonces yo, que pienso la solución a mis problemas desde una mezquina perspectiva individual, voto al candidato, sin tener en cuenta las contradicciones e imposibilidades que su propuesta encierra, él consigue un mandato por cuatro años y hace lo que se le antoja por supuesto desarrollando su patrimonio personal y el de los amigos que lo acompañan, mientras yo me quedo viendo como me frustro nuevamente por promesas incumplidas. Cuál es el fondo del problema, que hace que este mecanismo funciones sistemáticamente en la política actual y que los ciudadanos continuemos confiando en los políticos que cada cuatro años nos engañan. Más aún, aun cuando existan gobiernos que resuelven parte de nuestros problemas (disminución de la inflación, juicio y castigo a los culpables de genocidio, leyes de igualdad de género, que defienden los derechos de las minorías –sexuales, étnicas, etc.-, recuperación de empresas que fueron y deben ser parte del patrimonio nacional porque son las que permiten trazar planes estratégicos de desarrollo humano, integración regional, asistencia social a todos los que la necesitan, etc.) continuamos confiando a aquellos que apuestan a maximizar los réditos del capital financiero internacional y de la gran burguesía agro-industrial de nuestro país, continuamos confiando en quienes nos estafaron una y otra vez, en quienes apoyaron el genocidio, etc. En primer lugar existe un problema del orden de la estructura política, la democracia representativa, en nuestro país no cuenta con mecanismos de participación popular como los referéndum o los plebiscitos para cuestiones clave (como por ejemplo en Uruguay se sometió a plebiscito la privatización de la empresa de teléfono uruguaya y no se pudo malvender porque gano la opción que indicaba al gobierno que no se venda), y solo en algunos distritos locales existe la posibilidad de revocación del mandato a quienes no cumplen con sus promesas de campaña. Las autonomías municipales son restringidas y el federalismo es casi inexistente, razón por la cual, cuando un caudillo corrupto se adueña del poder central tiene a su discrecionalidad el manejo de los fondos públicos. El segundo orden de problemas es de carácter conductual (o psicológico). Desde pequeños se nos enseña a no pensar, a tomar decisiones sin ejercer la capacidad crítica-autocrítica mediante la puesta en acto del pensamiento reflexivo. En otras entradas hemos hablado de esta cuestión. Esta falta de reflexión es lo que nos lleva a que no pensemos sobre solo dichos de alguien sino que los aceptemos o rechacemos según quien los dice. Es una actitud futbolera, en la que nos afianzamos en una creencia y todo lo que este en línea con ella está bien y lo que se aparte mal. Por ejemplo veamos la siguiente exposición que Ud. debe haber escuchado muchas veces en televisión: “El problema de Argentina es que necesita políticas de Estado, es necesario terminar con la inseguridad, con la inflación y con una cultura prepotente y autoritaria que tienen los que gobiernan. El problema de la inflación se resuelve si se deja de dar vueltas a la maquinita (de hacer dinero) y la inseguridad realizando un plan de seguridad que contenga al delito y penalice a los delincuentes, que no entren por una puerta y salgan por la otra. Nosotros proponemos realizar un consenso sobre las políticas que el país necesita para terminar con la pobreza y desarrollarse”. Como decía el perrito de FORD en épocas de “La Familia Falcón”, “Que bonito ehhhh”, pero no dice nada. No formula un programa anticíclico que permita contener la inflación, no habla de qué medidas se tomaran para bajar la inseguridad, salvo la mano dura que implica aumentar las penas y bajar la edad de imputabilidad, medidas abiertamente inocuas para disminuir la inseguridad. Se habla de prepotencia cuando quien realmente sufre la prepotencia de los periodistas del régimen son los miembros del oficialismo que son silenciados, tapados, tergiversados y casi no se les permite argumentar en los diferentes programas, cuando se los invita, porque por lo general solo se invita a opositores. Tampoco se dice que por ejemplo el problema de la inseguridad es tan viejo como la república Argentina y aún más, había delito, asesinatos, robos, entraderas, etc. para hacer dulce de leche en el siglo XIX (ver los Crímenes de Moisés Ville de Javier Sinaí Tusquets editores.), y que la inflación en nuestro país ha cumplido más de cincuenta años, es decir que es una mujer adulta con la que nos hemos habituado a convivir. Menos se dice que la inflación de entre el 20 y el 40% era un lugar común en las décadas del 60, 70, 80, a tal punto que un autor difundió un artículo en el que afirmaba que una inflación de hasta el 40% es funcional al sistema capitalista ya que permite regular las ganancias de los burgueses, quienes nutren sus bolsillos de la especulación, sobre todo las grandes empresas monopólicas. La gran burguesía utiliza dos mecanismos para lograr el consenso hacia sus nefastas políticas, generar programas “políticos” en los que se ataca al gobierno y se les permite a los opositores explayarse en sus argumentos y martillar con una serie de temas que aparecen en las encuestas como preocupantes generando la agenda opositora. Créame que si gana Macri o Masa, la inflación y la inseguridad desaparecerán en el mismo momento en que se confirme su victoria electoral, ya que los grandes medios como Clarín, La Nación, Perfil, etc., inmediatamente harán desaparecer el tema de sus portadas y lo reemplazarán por: qué lindo es vivir en paz y armonía con un gobierno que crea felicidad y por supuesto les permite hacer muy buenos negocios a ellos, o como decía De La Rua que lindo es dar buenas noticias mientras el país caminaba al abismo.. Hasta la próxima.

martes, 16 de septiembre de 2014

Discutir la educación


La “reforma” educativa disparó una serie de controversias entre el oficialismo y la oposición, o más precisamente entre el kischnerismo y el antikischnerismo dado que ambos sectores dividen a la sociedad y generan actitudes simétricas (en espejo) que no admiten el intercambio de ideas. Desde hace algunos años asistimos al combate entre dos bandos que no admiten que del otro lado puede haber razón, que todo lo que el “otro” hace no necesariamente está totalmente equivocado. Si el gobierno hiciera, como dicen los antikirschnerista, todo mal, ¿podría el país haber resistido tantos años de consumo, de crecimiento, de elevación del nivel de vida, de disminución del desempleo, de la pobreza y de la indigencia? Sinceramente dudo que ello hubiera sido posible, creo que la intolerancia no le corresponde al gobierno, o por lo menos solo a algún sector importante del gobierno, creo que la oposición antikirschnerista, o por lo menos una parte importante de ella, es profundamente intolerante, que no le importan los sufrimientos que impongan a los sectores más vulnerables con su prédica destructiva, con tal de destruir la obra de gobierno de Cristina. Son los que hacen manifestaciones para gritar su odio a Cristina, los que agreden como lo hacen periodistas que tildan de oficialistas, o periodistas como Lanata, Bonelli, Alfano, Grondona, Castro, Van der Koy, Blank, Lomgobardi, Majul, Fontevecchia, etc., cuyo único objetivo es destruir al gobierno y para ello todo vale, mentir, injuriar, falsificar la realidad, difamar, etc. También están los ciudadanos de a pie, (no son políticos o periodistas) que se ubican en el campo antikirschnerista y que se valen de cualquier argumento, verdadero o falso para desacreditar al gobierno. En el caso de la reforma tomo las palabras de un cineasta (creo que está enojado con el gobierno porque no le vendieron dólares a precio oficial para ir al Perú) me refiero a Juan José Campanella, quien dijo “Cuanto menos exigente la escuela, más burro el alumno, Cuanto más burro, más dócil. Cuanto más dócil, más fácil de dominar, ese es el plan.” Campanella puede ser un gran director de cine y ha hecho películas memorables que me gustaron mucho, por ejemplo “Luna de Avellaneda”, pero en materia de educación no tiene noción de lo que dice, y debería hablar de lo que sabe y no destilar odio gratuito con bestialidades como la que transcribimos. El problema no es la exigencia de la escuela, sino la escuela misma, que es un producto del siglo XIX (esto lo desarrollamos en otro blog) que está en vías de agotarse. La escuela surge en Prusia y el modelo fundacional es profundamente autoritario dado que está inspirado en la doctrina militar y buscaba disciplinar al joven para que sea obediente y sumiso en su vida laboral. La esencia de la escuela es la represión, no solo busca docilizar al niño/joven, la escuela continúa la tarea de ahogar el espíritu creativo e investigativo que comenzó la familia (otra institución de represión). Criticar la escala de evacuación, y asignar a su supuesta flexibilización un programa de dominación de la sociedad es como tapar el sol con la mano. Al Sr. Campanella le tenemos que aclarar que no se libera el espíritu creativo y la rebeldía de los jóvenes haciendo más exigente la educación. Ningún estudio científico demuestra que la exigencia tiene un carácter formativo, que a partir de ella se logra aumentar los conocimientos del alumno. No sabe el Sr. Campanella que las escalas de evaluación son aleatorias, que muchos sacan un 9 o un 10 sin estudiar, o estudiando de memoria sacan la nota sin saber lo que escriben, o a veces los docentes ponen un 8, 9 o 10 según su subjetividad. Además decir que el que tiene 7 supera la exigencia más que el 6 o el 5, o el 1, o el 2, o el 3 es una burrada. Las escalas numéricas en la escuela solo son formas de exaltación de la competencia, el saber real no se logra cuando se tiene 10 o cuatro o cualquier nota, se obtiene cuando se articula el conocimiento con la experiencia interna del sujeto y su proyecto de vida. El Sr. Campanella que como decíamos, es un buen director debería saber que a veces pueden ser más dominables los que tienen más títulos porque tienen más que perder en la vida que los que nada tienen. Ser dominado, o crítico depende de la estructura de personalidad, de la experiencia de vida, no de cuanto se sabe o el bagaje cultural que se tiene. El que sabe de cine debería volver a ver “la Patagonia rebelde” y observar como allí se narra la épica de obreros rurales analfabetos que se levantaron contra la opresión y la explotación capitalista, eran analfabetos pero no los pudieron dominar, murieron luchando por lo que creían, se derrumba la tesis del Sr. Campanella. Pero además el Sr. Campanella debería hacer una autocrítica de sus dichos discriminadores, porque a esos obreros de la Patagonia, como a todos los obreros que no han podido asistir a la escuela, los tilda de burros, es decir que no son inteligentes. La inteligencia no tiene que ver con la educación, la inteligencia es parte del equipamiento biológico del sujeto que se desarrolla en el intercambio con el medio ambiente. Le recomendaría al Sr. Campanella la lectura del libro “Inteligencias Múltiples” de Howard Gardner, porque me parece que tiene una visión muy limitada de lo que es la inteligencia. Decía que el problema no es la evaluación en la escuela, es la estructura actual de la escuela misma la que se constituye en la actualidad como problema y obstáculo del desarrollo humano. La sociedad de las TICS no tiene nada que ver c on la sociedad industrial, y la escuela fue pensada para satisfacer las demandas de mano de obra de aquella sociedad, la escuela fue imaginada para que los burgueses tuvieran mano de obra calificada y obediente y el sistema de evaluación (además de otros sistemas escolares) es una parte importante del sistema de disciplinamiento de los jóvenes instituido en y por la escuela. Pero la sociedad industrial es cosa del pasado, las relaciones laborales, el expertis exigido en las organizaciones empresariales se ha modificado sustancialmente, mientras que la escuela ha sufrido pocos cambios en su estructura. El sistema continúa siendo jerárquico, autoritario, centrado en la figura del docente como el lugar supuesto saber, donde la libertad de creación de los alumnos es aplastada antes que motivada y además forma para una sociedad inexistente. Ese es el real problema de la escuela, que fue creada para ser una organización que fortaleciera el imaginario de dominación de la burguesía y nunca se rebeló contra ello, sino, lean los trabajos que en la década del 70 escribieron el obispo de Cuernavaca Iván Ilich “Contra la escuela” o los trabajos de Cirigliano en Argentina continuando esa línea de investigación. No se construye un mejor ciudadano, más rebelde, más crítico, más comprometido aumentando la exigencia en la escuela y menos con los sistemas evaluativos que se utilizan allí. O el Sr. Campanella no sabe que la calificación es un dato profundamente subjetivo y aleatorio, alguien obtiene una buena nota porque tuvo suerte, porque le tocó un tema que sabía, porque fue lo suficientemente seductor como para agradar al docente, o por mil factores que tienen que ver con las relaciones interpersonales o el azar más que con el conocimiento adquirido. La demanda de exigencia tiene que ver con cuestiones con mayor cercanía con la movilización de mecanismos de dominación y represión que con un intento serio de formar profesionales o trabajadores idóneos. No es casualidad que los que arremetieron contra la reforma bonaerense sean los destacados periodistas y comunicadores de la derecha vernácula, cuando el rio suena…… La demanda de una educación exigente no es sinónimo de una educación de calidad, una educación que forme seres humanos comprometidos con su prójimo y con su país, cooperativos, solidarios. Está más cercana de la consigna que invita a disminuir la inseguridad aumentando la rigurosidad (exigencia) en el trato a los “delincuentes” (que pareciera no tienen el derecho de los ciudadanos) con aumento de las penas, disminución de la edad de punición, etc., con lo cual la inseguridad seguirá pero con cárceles más superpobladas que lo que están en este momento. Hay que formular proyectos y avanzar en el desarrollo de formas educativas para los sectores que no resisten la disciplina prusiana de la escuela. No puede haber un único sistema educativo, el formal gradualizado, sino que deben existir diferentes modalidades de desarrollar los servicios educativos que se les brinda a los ciudadanos. No existe una receta única, una pedagogía universal aplicable a todas las demandas de los ciudadanos, debe desarrollarse un menú amplio de ofertas educativas, basado en la pluralidad de pedagógica, que tenga en consideración la multiplicidad de situaciones que tiene la población de nuestro país. En la formulación de ese menú es necesario considerar que cada grupo social tiene diferentes formas de vida, diferentes culturas, distintos intereses y diferentes posibilidades laborales, por lo tanto para determinar la formación que necesita se deben tener en cuenta todas esas variables. Doy un ejemplo, mucho jóvenes abandonan la escuela, no porque sean vagos, o malos, lo hacen porque no resisten las condiciones de encierro y disciplinamiento de la escuela. Estando en Honduras puede tomar contacto con el Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP) que utilizando un modelo alemán diseñaron una organización de formación orientada a satisfacer la demanda educativa de los jóvenes más arriba indicados. La propuesta consistía en la creación de un aula taller a la que asistían los jóvenes, en ella se los formaba en conocimientos teóricos (matemáticas, lengua, por ejemplo) en función de los requerimientos del expertis en el que se estaban formando. Con una mayor flexibilidad que las exigencias de la escuela común el INFOP lograba contener a los jóvenes que habían abandonado el secundario y los dotaba de una herramienta de trabajo. Otro ejemplo de flexibilidad es el desarrollo de los “Trayectos profesionales” durante el gobierno de Menem que eran carreras ofrecidas a trabajadores, pero que contaban con una elemento flexible, si algún trabajador quería cursar solo un módulo del trayecto podía hacerlo. Además no era necesario tener el secundario completo para cursar un trayecto. Otro elemento a considerar es que la escuela debe abandonar la intención de un aprendizaje repetitivo y monótono que por lo general lleva a saber “algo”, pero no a saber el porqué de ese “algo”. Con las nuevas teorías de las competencias educacionales que establecen que para saber hay que saber hacer y para ello, conocer las condiciones que posibilitan el saber, conocer cómo funciona el dispositivo de conocimiento. Por ejemplo no basta que Ud. sepa manejar un auto, una competencia educacional indica que Ud. debe saber que ocurre para que el auto funcione y si se le avería en un paraje desolado Ud. tenga oportunidad de solucionarlo. Una cosita más en el campo de lo aleatorio hubiera bastado que el gobierno de Bs. As. cambiara el sistema numérico por otro sistema de evaluación, por ejemplo aprobado/no aprobado y el debate no hubiera tenido lugar. A los que plantean la exigencia evaluatoria les recuerdo que en muchos países (creo que en Francia, Suecia o Islandia si no me falla la memoria) los alumnos tienen promoción automática y solo tienen una evaluación al final de la carrera. Ello permite mantener los grupos de compañeros, sostener el trabajo en equipo y evitar el sufrimiento psíquico de quienes al repetir pierden sus grupos de referencia. Por lo tanto yo le recomendaría al Sr. Campanella que siga haciendo buen cine y deje de decir “burradas”, en sus propios términos, sobre la educación. Hasta la próxima.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Narcoeconomía.

Entre las muchas promesas de campaña que escucharemos en estos meses venideros en Argentina, figura la cuestión de la inseguridad y como elemento anexado a ella la lucha contra el narcotráfico. Un punto de partida es el señalado por J. Alonso Salazar en “La parábola de Pablo” (Booket 2001), se puede vencer a un narcotraficante, a dos, a varios, lo que nunca se logrará es derrotar el narcotráfico, por lo menos mientras este esté prohibido. Para sostener esta afirmación veamos algunos datos. En la página http://www.telemundodallas.com se informa que entre el 3,5 y el 6,6% de la población mundial consume algún tipo de droga (350 millones) el 13% es dependiente (40 millones). En Colombia el tráfico de drogas mueve 18 mil millones de dólares que equivalen al 50% del PBI. Colombia produce 185 tn métricas de las que el 61% va a EE.UU, y el 39 a Europa (revista Time). También produce el 65% de la heroína que consume EE.UU. El narcotráfico mueve más de 500.000 millones de dólares por año en el mundo que se constituyen en motor de la economía de EE.UU. y los grandes países occidentales Según la Oficina de Crimen y Droga de la ONU (ONUDC) en su informe sobre el producto criminal bruto, publicado en 2010, la droga y el tráfico armas suponen el 1,5% del PBI mundial y el 7% de las exportaciones globales de mercancías. El 70% de lo producido por los negocios ilícitos se blanquea en el sistema financiero. La diferencia entre lo que recibe el productor de la droga y lo que paga el consumidor supera las 25 veces. Además de los narcos hay otros actores económicos que se benefician del negocio, los bancos de EE.UU y una parte importante del sistema financiero mundial. Según el economista, investigador y académico Daniel Mejía de 50 mil millones de utilidades que produce la droga solo retornan a Colombia 8 mil millones. Las grandes corporaciones financieras son las que se quedan con la parte del león vía lavado de dinero del narcotráfico. Con el rendimiento que produce el narcotráfico las mafias de traficantes incursionan en negocios legales como compra de hoteles, construcciones, compra de acciones de diversas corporaciones industriales y financieras, transferencias de jugadores, etc. Según funcionarios de las fuerzas de seguridad el narcotráfico destina más de 15 mil millones de dólares para sostener un sistema de corrupción, mientras que el presupuesto con que cuentan las agencias de lucha contra el narcotráfico es diez veces menor a esa cifra. Para poder sobrevivir los narcotraficantes, que difícilmente coloquen los huevos en una sola canasta, ya que también se involucran en otros negocios ilegales como el tráfico de armas, trata de blancas, etc., realizan un entramado profundo aliándose o comprando a políticos corruptos, miembros de las fuerzas de seguridad, miembros del poder judicial, etc. Existe un modus operandi que es utilizado en los diferentes países, el narcotraficante siempre dispone de un pequeño ejército de sicarios y personas que protegen sus negocios (soldaditos) y su propia seguridad, a la vez que genera en el territorio cordones de seguridad humana basados en la asistencia de las necesidades básicas de la población, generalmente insatisfechas por los estados nacionales. De esta manera, quien fue el mayor de los capos del narcotráfico a fines del siglo pasado aportaba recursos para resolver problemas económicos de la población de Medellín, construía viviendas sociales, asistía a los sectores más vulnerables ante catástrofes con grande sumas de dinero, construía estadios de futbol para los jóvenes, etc. Con esta estrategia se ganó el respeto y la admiración de grandes sectores desposeídos, y ello explica la gran movilización con muestras de dolor que se produjeron en ocasión de su muerte. Para que exista tráfico de drogas, como en cualquier tipo de comercio, es necesario que exista un mercado de consumo. Para que existan ganancias siderales en un mercado de consumo es necesario que exista una dependencia y que el consumo esté prohibido. El hombre ha consumido drogas desde los albores de la civilización, las utiliza para disminuir el sufrimiento que produce la angustia de muerte y las exigencias de la vida social. Algunas drogas tienen muy mala prensa, son vistas como sustancias que destruyen al ser humano, que adormilan su raciocinio, pero esas mismas drogas que en cantidades ingentes producen graves daños cerebrales y psíquicos, también tienen resultados terapéuticos. Paracelso hablaba de las drogas como un remedio y un veneno. Freud usaba cocaína para aliviar el sufrimiento que le producía el cáncer de laringe, la marihuana tiene efectos analgésicos y hay médicos que aconsejan su consumo a pacientes artríticos, anoréxicos, con asma, Alzheimer, cáncer, con dermatitis, dolor crónico y en afecciones psíquicas como la ansiedad, la depresión, etc., la morfina que se utiliza como analgésico se extrae del opio que es una de las drogas más antiguos, y de allí se deriva la heroína que tiene en la actualidad diversos usos terapéuticos, pero que es considerada una droga pesada. Otras drogas no tienen esa mala prensa y su consumo no es judicializable, son las drogas legales como los ansiolíticos, los antipsicóticos, las anfetaminas, etc. Estas drogas producen tal vez trastornos mayores que las drogas ilegales pero se consumen abiertamente y se pueden comprar con receta médica en farmacias. Hay otras drogas legales con efectos devastadores sobre la salud de las personas que sin embargo no están prohibidas, como el alcohol y el tabaco. En argentina han sido procesados o se sospecha de su involucramiento con el tráfico de drogas ilegales, funcionarios del Estado, altos jefes policiales, jueces y fiscales. En los corrillos urbanos se afirma que el mayor consumo de drogas se da en el parlamento nacional y entre las figuras más populares del cine, teatro, etc. Por supuesto que como todos los mercados el de las drogas ilegales está segmentado, existiendo las que son de máxima pureza y que son consumidas por los sectores de altos recursos y las hay muy baratas como el crac que se comercializan entre los sectores más vulnerables de la sociedad. El narcotráfico admite solo una estrategia que puede derrotarlo, y con él caer sus efectos nocivos sobre la sociedad, la legalización de la comercialización de las drogas, entonces porque no se realiza esta legalización, como por ejemplo ocurrió en Estados Unidos cuando la clase dominante decidió abolir la Ley Seca que prohibía el consumo y venta de alcohol dado que la prohibición solo permitía que los productores y traficantes clandestinos se enriquecieran cada día más sin lograr que bajara el consumo. Simplemente porque produce inmensas ganancias, de tal magnitud que aunque se decomisen toneladas de droga y se quemen, ello no afecta a los “empresarios” porque las ganancias permiten soportar esos decomisos. Pero volvamos a algunos datos del comienzo (datos estimativos por cierto), si hay 350 millones de consumidores, y 40 millones de adictos dependientes, los cuales mayormente están en algunos países como EE.UU. y de Europa occidental, imagine el lector que pasaría si se interrumpiera el flujo de drogas hacia estos países, los adictos tomarían las calles reclamando la droga y se producirían grandes desmanes, Tiene por lo tanto cierta razonabilidad la hipótesis de algunos estudiosos del tema que afirman que la DEA (Drug Enforcement Administratión) no es un organismo que combata la circulación de drogas en EE.UU. sino por el contrario es una oficina orientada a regular la cantidad de droga que ingresa a ese país, y ello podría explicar los vínculos existentes entre los agentes de la administración y los cárteles de la droga. Por otro lado, imagine el lector que ocurriría si de golpe se legalizara el tráfico de droga en el mundo, la masa de 500 mil millones de dólares que abastece las economías de los países más desarrollados, que permite a los capitalistas “legales” hacer pingues negocios con el lavado de dinero, o con sus vínculos con los traficantes, desaparecerían, y la economía capitalista global caería en una crisis sin precedentes. La narco economía es la forma que la economía neoliberal adquiere en el capitalismo globalizado, no es una anomalía del sistema, sino que es el sistema mismo en la actualidad. Hasta la próxima.