domingo, 19 de enero de 2014
La hipocresía neoliberal.
En otras entradas, he desarrollado la confrontación teórica de los economistas que básicamente se agrupan en neoliberales y neokeinesianos. Lo he hecho desde el punto de vista de sus presupuestos económicos, hoy quiero enlazar los presupuestos económicos de los neoliberales con sus postulados políticos y tratar de definir porque pienso que los economistas neoliberales son fundamentalmente hipócritas y políticamente de derecha.
En lo más elemental el neoliberalismo, término que proviene de la abreviación de liberalismo neoclásico, constituye una teoría económica en sintonía con el llamado Consenso de Washington, y tiene su mayor soporte en la denominada “Escuela de Chicago”, partidaria del libre mercado pero con base en un régimen monetario estricto. Su principal exponente es Milton Friedman y constituyó, tal vez, el mayor oponente al keynesianismo.
Sus principios fundamentales son: la liberalización económica, los mercados abiertos, la desregulación del mercado y la disminución del sector público; la base en la vieja ilusión burguesa del Estado barato al cual Marx había criticado ácidamente en el siglo XIX.
Esta teoría, en los países emergentes fue completada con la denominada “teoría del derrame”. Dicha constructo teórico presupone una distribución hacia los sectores económicos más vulnerables cuando una economía crece y se produce un derrame de los excedentes. Además, este presupuesto fundamental se articula con otro nuevo ícono: considerar al mercado como el único regulador social, para lo cual el Estado deberá reducirse a su mínima expresión. Para esta concepción económico-política, el Estado solo deberá de atender funciones de seguridad, educación y salud (en épocas de dictaduras se redujeron a la primera, considerada en términos de represión salvaje al libre pensamiento). Las experiencias más relevantes de dicha teoría fueron los “laboratorios” desarrollados por las dictaduras genocidas de Chile, Argentina y en menor medida Brasil. Posteriormente, aparece una segunda ola en la década del noventa con la aplicación de teorías neoliberales en el marco de un Estado representativo.
Si analizamos históricamente la aplicación de las teorías neoliberales en la Argentina vemos que todas terminaron en rotundos fracasos que le costaron hambre, desocupación y miseria a los trabajadores, además de constituir prácticas de desmantelamiento del aparato productivo favoreciendo la apertura de las aduanas para que el mercado interno argentino se vea inundado de productos “importados” tan inútiles como caros.
Otro rasgo del neoliberalismo en Argentina (en mayor medida durante la dictadura genocida) es el crecimiento de la especulación financiera y cambiaria (recordemos la tablita de Martínez de Hoz que permitía a los capitales golondrinas especular y obtener ganancias en dólares mayores al 100%, dólares que pagamos hoy los argentinos con una deuda externa espuria), llegando en épocas de la dictadura a existir más de 300 entidades bancarias en el país.
Luego del mayor fracaso de la doctrina neoliberal, la década infame que va de 1990 a 2001, que dejó un saldo de índices de desocupación superiores al 20% y subocupación con guarimos muy cercanos al 20%, un 23% de indigentes y casi un 60% de pobres y una reducción dramática de la producción y el mercado interno nacional llevando a gigantescos déficits provinciales y nacionales con emisión de cuasi monedas (o monedas truchas) como el patacón, el lecor, el lecop etc.; se inició un nuevo período en nuestro país en el que la orientación económica cambió radicalmente orientándose a neokeinesianismo.
Los cambios operados en la economía argentina no implican que el neoliberalismo esté muerto, muy por el contrario se encuentra en un momento de reconstitución y ha comenzado a sembrar sigilosamente su prédica destituyente entre nuestros conciudadanos de la mano de un inestimable compañero de ruta, los medios masivos de comunicación, monopólicos y concentrados.
Veamos una muestra del pensamiento neoliberal. En el diario La Capital del domingo 19 de enero de 2014, en página 30, en una columna de opinión, el periodista Pablo Díaz de Brito habla de la lucidez económica de Hollande el premier francés.
Este representante de la ultraderecha, enemigo de todos los regímenes populares que se han desarrollado en América Latina nos viene a decir que la crisis europea no es una crisis del capitalismo, (entonces que hay en Europa, ¿socialismo?) sino de un Estado hipertrofiado, tal como hablaban los neoliberales de la dictadura genocida o en los 90´.
La crisis actual, vale recordar, explotó en el país de economía neoliberal por excelencia, EE.UU, como consecuencia de las maniobras especuladoras del capital financiero con las hipotecas basuras, siendo la primera en detonar la banca Lehman Brothers, generalizándose a los países más débiles de la comunidad europea. Es una crisis típica del capitalismo neoliberal que pretende resolverse con más neoliberalismo, genera como consecuencia la persistencia de la crisis en el tiempo (empezó, para ser exactos el 15 de septiembre de 2008 o sea hace más de un lustro).
El dato nuevo de la crisis, es que constituyó una crisis global de los países que se mostraban como paradigmáticos del neoliberalismo.
Pero Díaz de Brito va más allá y denuncia que Europa está sobre endeudada, ¡vaya novedad!, le diría que no solo la comunidad europea, el país más endeudado de la tierra es EE.UU. el paraíso de los neoliberales, pero no aclara porque y cuando, a consecuencia de que políticas, ocurre lo que ocurre. No es precisamente la aplicación de las ideas de Paul Krugman que tanto denosta Díaz de Brito, o del neokeynesianismo o del marxismo, sino precisamente por la teoría económica que él defiende, el neoliberalismo.
Pero lo interesante de la opinión de Díaz de Brito es que alaba un programa de ajuste que propone una reducción del gasto público de 50.000 millones de Euros en un trienio y el recorte de 30.000 millones de Euros en los aportes patronales.
¿Cuáles serían las consecuencias de estas medidas? Por un lado la cesantía de miles de empleados públicos, el recorte del gasto social y de los programas de desarrollo, ¿todo para que?, para reducirle los impuestos a la burguesía francesa por vía del recorte de sus aportes a la seguridad social y reducción de su tributación. Esto llevará al aumento de la pobreza y a mayor inequidad social, aumentando la vulnerabilidad de quienes no pueden acceder a la atención privada de la salud, o el recorte de la ayuda social a quienes la necesitan imperiosamente.
Además para Díaz de Brito el déficit fiscal francés y la cuantiosa deuda pública se debe a los socialistas, cuando en Francia, excepto los últimos 18 meses, ha gobernado la derecha desde 1995, es decir el causante de la debacle francesa no es la derecha que gobernó los últimos 17 años, sino los socialistas que están en el gobierno desde hace 18 meses. La crisis no se debe a políticas neoliberales que permitieron la fiesta financiera de estos años, que implementaron una de las más crueles políticas de mercado, de alto contenido anti obrero (lo primero que hizo Sarkozy fue flexibilizar las 35 horas semanales de trabajo, una conquista inconmensurable de los trabajadores franceses) y favorable a los intereses concentrados de lo más rancio de la burguesía francesa. Tomemos un ejemplo del propia Díaz de Brito, Hollande comenzó a gobernar en la segunda mitad del 2012, él dice que la deuda pública aumentó en 41.911 millones de Euros, llegando a 1.912.205 millones de Euros, entonces si Hollande es “responsable” (porque hay que tener en cuenta intereses mensuales que genera tamaña deuda) del incremento de 41.911 millones de Euros, quien es responsable de los otros 1.870.294 millones de Euros de deuda preexistente y si la deuda era el 91,90% del PBI francés en el primer trimestre de 2013, cuando los socialistas asumieron el gobierno, quién es el responsable de ese exabrupto de deuda, no es acaso el plan neoliberal de Chirac y Sarkozy. Evidentemente o Díaz de Brito, usando su propia metodología discursiva cuando denosta a Krugman, es un economista de opereta, o un militante de la derecha más reaccionaria y corrupta de la Argentina.
Esa misma derecha que en lo discursivo trata de aparecer como defensora de los pobres y desposeídos diciendo que la inflación genera pobreza, o que Hollande no va a desmantelar el Estado de bienestar. Si señor Díaz de Brito, si Hollande toma ese rumbo económico va a desmantelar el Estado de Bienestar y va a generar más pobreza e indigencia entre los franceses.
El discurso social de la derecha (Macri, Sanz, Cobos, Masa, Carrió, Solanas) económica, política o moral, es hipócrita porque señala en lo discursivo lo que sabe que no va a hacer en lo práctico, más aun recordemos al caudillo de derecha Carlos Saúl Menem cuando dijo que un político cuando está en campaña dice todo lo que sabe que no va a hacer, y cuando gana hace todo lo que dijo que no iba a hacer, porque sino no se ganaría ninguna elección. El discurso hipócrita de la derecha y desde la oposición en general, habla de los pobres, de disminuir la pobreza etc., pero si llega a estar en el gobierno va a hacer lo que hicieron Menem o De la Rúa, aumentar la indigencia y la pobreza, la desocupación , llevando al país a la más grave crisis política y social.
Pero existe otra hipocresía, la de aquellos que mienten a sabiendas sobre la realidad económica y social, como lo hace la oposición en Argentina, atacando en la generalidad de los casos las medidas de gobierno con falsos argumentos.
Veamos un caso, el Partido Socialista dice que la inflación en Argentina es del 30% anual, o los socialistas mienten o miente el IPEC (Instituto Provincial de Estadísticas Censos de Santa Fé) ya que este organismo controlado por el Partido Socialista afirma que la inflación en los primeros 11 meses de 2013 fue del 13%.
La oposición, socialistas incluidos, denosta las afirmaciones de que en Argentina la línea de indigencia se sitúa en los 1500 pesos. Sin embargo en La Capital del domingo 19 de Enero de 2014 en la nota “En pleno verano 29.000 chicos van a la escuela a comer”, se dice que la Provincia de Santa Fe gasta por almuerzo $ 3,85, y por merienda $ 1.30. Con estos números la provincia gasta para dar de comer a una persona en el mes (3,85+1,30)x30= $ 154,5 por mes, con lo que gastaría para dar de comer a una familia tipo $ 618. Considerando que la línea de indigencia se establece cuando una familia no puede comprar con sus ingresos los productos de la canasta básica y suponiendo que agreguemos gastos de luz y gas y otras necesidades básicas (unos $500 más) estamos en $ 1.118 por mes para no ser indigente, la oposición para poder decir que la indigencia aumentó sitúa esa cifra en $3.000.
No se trata de defender las políticas del gobierno nacional o los postulados de la oposición. Tampoco de pensar que un salario mínimo debe estar en los $ 3.600 en que está situado en la actualidad, se trata de usar datos reales, como por ejemplo un diario insospechado de oficialismo que nos dice que el salario mínimos creció tanto en dólares como en pesos en términos reales (La Nación, 25 de julio de 2013).
Se trata de no apostar al fracaso de los gobiernos, porque en el fracaso los primeros que somos ajustados somos los pobres, los asalariados.
En definitiva se trata de debatir con lealtad, sin hipocresía y de defender lo mucho o poco que hemos logrado en la última década.
Hasta la próxima.
sábado, 18 de enero de 2014
Ser Humano
¿Qué es el ser humano, ¿las personas que habitamos este planeta tenemos alguna esencia común?, que somos en realidad, ¿animales evolucionados o algo distinto?
Muchas veces los grandes científicos de la historia se han realizado estas preguntas, y en general las respuestas son ambiguas, diferenciadas e inquietantes.
En primer lugar veamos el título de este artículo, “Ser humano”, ya en esa denominación encontramos ambigüedad, porque con la expresión podemos tanto referirnos al ser humano como característica de conducta, de funcionamiento de una especie determinada, pudiendo significar ser animal, ser cosa, etc., y por otro por otro lado la expresión refiere a una entidad determinada que son los seres humanos que pueblan el Planeta Tierra.
Los llamados seres humanos constituyen una de las tantas especies animales que se han desarrollado por medio de la evolución, si buscamos en nuestros ancestros podremos encontrar que entre nuestros ascendientes puede haber un humilde pececito o tal vez una ameba.
Nos diferenciamos tanto de un pez, como un pez se diferencia de un ave, pero tenemos en común con el pez y el ave un origen que se remonta a los inicios de la formación de nuestro planeta y al desarrollo ulterior de la vida en el mismo.
Solo luego de millones de años de evolución, llegamos a empezar a constituir una especie animal que comenzó a caminar por el planeta.
En un comienzo nuestros antepasados no se diferenciaban mucho del mono o de los antropoides que caminaron por el planeta después, más aún, algunas de las especies anteriores y en algún sentido precursoras del homo sapiens, como por ejemplo el hombre de neandertal, coexistieron con éste.
Si retomamos los trabajos antropológicos de Morgan, que luego sirvieron de base para el desarrollo del ensayo de Engels (1973) podemos considerar el valor que tuvo el momento en el que el homo sapiens bajó de los árboles y se internó en las sabanas africanas, debiendo, para poder aumentar la visibilidad, pasar a una posición erguida que le permitió liberar los miembros superiores y en especial el pulgar, constituyéndose la mano en una herramienta sofisticada de prensión y usos múltiples.
Galeno citado por Pinker afirmaba “que el hombre es capaz de asir toda clase de cosas, como si sus manos hubieran sido hechas para cada una de ellas”. Y agrega el autor del libro que las manos humanas pueden constituir un gancho que levanta objetos, tijeras que permiten tener cosas pequeñas entre los dedos, pinzas que permiten realizar operaciones muy precisas, cuñas de dos pinzas de movimientos laterales, tenazas que posibilitan sostener objetos, tenazas circulares para abrir frascos por ejemplo, o tenazas esféricas que sostienen objetos cilíndricos. Las manos son uno de los más prodigiosos miembros de los seres humanos, al liberar las manos el antropoide comenzó el lento camino de su trasformación en homo sapiens.
La pregunta es que otros fenómenos confluyeron en este proceso de mutación que se dio a lo largo de millones de años.
Dado que al poseer herramientas tan fantásticas como las manos le permitió a este animal construir toda una serie de elementos que posibilitaron ampliar los estrechos límites de su fuerza bruta, y a la vez, desarrollar una creciente especialización neuronal que implicó un crecimiento geométrico de sus facultades intlectuales, es muy posible aceptar la hipótesis de Marx respecto a que el nacimiento del hombre y por lo tanto lo fundamental de su naturaleza, lo que lo diferencia del resto de los animales, no tiene como punto de partida ni el lenguaje, ni la religiosidad o la posesión de la conciencia, sino que su fundamental diferencia con el resto del mundo animal reside en que él fue quien comenzó a producir sus medios de existencia, ello a partir de la particular organización corporal que fue construyendo con su existencia cotidiana a lo largo de los siglos luego que abandonara los bosques y por lo tanto su característica de mero recolector. Marx dice que “al producir sus medios de vida el hombre produce directamente su vida material” .
El punto más importante de descarga de la teoría marxista respecto al desarrollo del “ser humano” es que el acto más importante que lleva a diferenciar al hombre de las restantes especies que pueblan el planeta no está determinado porqué los hombres piensen sino porque son capaces de producir sus medios de vida.
Y digo el punto más importante de descarga de la teoría porque en la base del pensamiento de Marx encontramos como dato fundamental, el valor de la práctica en la estructuración de todo lo concerniente al ser humano. Es la práctica humana la que determina su conciencia y no al revés como pensaban los idealistas. Todas las formas de la conciencia son el producto de la práctica que realizan los seres humanos y que determinan la forma en que se organizan las condiciones de vida en cada sociedad.
Esas formas de conciencia serán productos que surgirán a posteriori, así irán apareciendo el lenguaje, la comunicación, la religión, la cooperación, la sociedad, y mutarán tanto en su forma y contenido a la vez que se irán produciendo nuevas mutaciones en este particular ser que comienza a dominar progresivamente porciones cada vez mayores de la naturaleza.
La otra ayuda que quiero convocar para establecer la diferenciación del hombre del resto de las especies animales es Castoriadis , quién descubre a través de largos años de reflexión y práctica investigativa, que el hombre tiene una característica diferenciadora adicional tan importante como la primera, pero a nuestro entender adquirida como consecuencia de ello. Nos referimos a la imaginación radical, la posibilidad que el ser humano tiene de crear ni cum nihilo, ni in nihilo, sino ex nihilo, es decir por fuera de la nada, de producir productos cuyos elementos no existen en la naturaleza, pero que una vez desarrollados por el hombre tendrán una importancia fundamental en el desarrollo ulterior no solo de la especie humana, sino también del propio planeta.
Para poder presentar la idea con mayor pragmatismo voy a recurrir a un ejemplo utilizado por el propio Castoriadis en su obra, me refiero a la creación de la democracia griega. La ciudad y la democracia no son productos naturales, son una creación ex nihilo de la práctica de los seres humanos, son formas estructurales que no podemos decir que pre existan en la naturaleza hasta que el hombre las inventa, constituyen formas de la materialidad de la vida humana que determinan el desarrollo y la organización de las sociedades futuras, al punto tal que, en todo el mundo esta creación tiene hoy plena vigencia y se halla densamente extendida en todo el planeta.
Una vez que este animal bípedo se hubo separado del resto de las especies animales y comenzó a controlar a todas las especies (o a aniquilarlas según sea el punto de vista), a partir de su práctica comenzó a desarrollar una serie de productos de conciencia que con el trascurrir del tiempo se naturalizaron. Uno de los ejemplos más palpables de uno de estos productos creados por la conciencia humana es (y en otros artículos de este blog hemos desarrollado este punto) la idea de Dios. Dios aparece como algo natural, como creador y parte de la naturaleza, pero no es más que un producto fantasioso de la conciencia humana, que frente a lo desconocido, frente a las fuerzas de la naturaleza que no controla, necesita calmar el miedo y la ansiedad que el despliegue de esas fuerzas majestuosas le produce. Todas las religiones (monoteístas, politeístas, etc.) tienen como punta de partida un creador del universo. Este Dios o Dioses tienen por lo general apariencia humana (aunque en algunas religiones tengan apariencia de otros objetos animados o inanimados de la naturaleza) y en las religiones más “evolucionadas”, que pasan de la multiplicidad de dioses a un único Dios creador, ese sujeto universal asume las características de lo humano y de las condiciones dominantes en la sociedad humana. Dios creó el hombre a su imagen y semejanza, dice la Biblia, pero en realidad lo que podemos constatar a partir de nuestra observación cuidadosa de los fenómenos histórico-sociales de los hombres, es que el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza, y podríamos agregar que lo hizo a imagen y semejanza de las estructuras sociales y las formas de conciencia producto de esas estructuras sociales.
Todos sabemos que la primera gran revolución de la historia de la humanidad fue la abolición del derecho materno y la estructuración de la familia patriarcal.
A partir de la familia patriarcal, el hombre pasa a ser el centro del universo social, construyendo significaciones sociales imaginarias según las cuales lo masculino tiene una preponderancia fundamental en la base social con respecto a lo femenino.
Si bien en las religiones politeístas aun encontramos figuras femeninas en el concierto de deidades (que por cierto siempre tienen un rol subordinado entre los dioses) ello se debe, tal vez, a las reminiscencias que en el plano de la conciencia colectiva quedan por efecto de la preexistencia de formas femeninas correspondientes al derecho materno, que en los albores de la humanidad tuvo preeminencia en la organización social de los humanos.
En cambio el monoteísmo no tiene ambigüedades, existe un solo dios y todas las religiones monoteístas lo definen como masculino. El Dios de los cristianos, de los musulmanes, de los judíos, es siempre varón, correspondiéndose a la conciencia patriarcal reinante en todas estas civilizaciones que dieron origen al monoteísmo.
En Rosario existe un grafiti que dice “si Dios fuera mujer que escándalo existiría”, haciendo referencia, tal vez, a que la sociedad solo puede creer en una deidad masculina que determine el desarrollo más estratégico del universo.
Pero aun con toda su evolución y todas sus creaciones, que le permiten al hombre un dominio cada vez mayor de la naturaleza, con todo lo que ha realizado e intentado realizar para separarse del reino animal y configurarse en una especie diferente, el hombre no ha logrado despojarse de la carga agresiva y de la violencia que es parte de su naturaleza. El ser humano continúa siendo un depredador violento que no solo agrede a la naturaleza, que destruye no solo al resto de las especies animales y vegetales, sino que se ha manifestado como un violento depredador que se destruye a sí mismo.
En realidad la naturaleza humana nos revela la existencia de un ser primitivo y violento que aún no ha podido superar la infancia de su desarrollo, hace solamente unos miles de años éramos depredadores violentos e irracionales, aun continuamos siéndolo.
Hasta la próxima.
sábado, 4 de enero de 2014
Política e inflación.
La política Argentina tiene muchas características negativas (corrupción, clientelismo, ausencia de proyectos colectivos) y las mismas atraviesan a todo el espectro ideológico, aun a las agrupaciones de la llamada izquierda (cualquiera sea su tonalidad) solo que estas en general no han tenido funciones de gestión, salvo en pequeña escala como la administración de facultades donde han demostrado no diferenciarse de los partidos burgueses tradicionales .
La práctica política de los partidos opositores se limita a batir el parche sobre temas instalados mediáticamente por los medios de prensa monopólicos, acusando a los gobiernos de turno de no resolver los problemas que los medios hegemónicos han logrado definir como tales en la conciencia colectiva sobre la base de la desinformación, la mentira, y el sostenimiento de las noticias por ellos fabricadas a lo largo de todo el día durante muchos días.
Como ejemplo valga la opinión de muchas personas sobre dirigentes y movimientos sociales como D´Elias o el movimiento Tupac Amaru y su líder Milagros Sala . Sin conocerlos se refieren peyorativamente a los mismos, estigmatizados por la propaganda mediática falaz. Moreno es otro ejemplo de demonización instalada por los medios, y ahora como no está más, demonizan a Echegaray con una operación de inteligencia siniestra. Mandan a un periodista a provocar al funcionario con agresiones, preguntas que tienen la respuesta incluida, y si este reacciona lo exponen en cadena nacional mostrando solo lo que les conviene a sus intereses.
Hace no mucho tiempo el principal problema era la inseguridad, si se miraban los canales del monopolio o se leían los diarios La Nación, Clarín o Perfil sus páginas chorreaban sangre denunciando como la burguesía y pequeña burguesía timorata y melindrosa era tenazmente atacada por cacos que cometían todo tipo de delitos matando y robando a diestra y siniestra.
Si uno reflexiona sobre las características de la inseguridad a los largo de la historia, y la compara con otros países Latinoamericanos o incluso con EE.UU. podrá observar dos cosas, en la Argentina de fines del siglo XIX los diarios denunciaban el terrible problema de la inseguridad y la comisión de delitos (robos y asesinatos de familias enteras) en la campaña santafesina o bonaerense.
En un interesante libro Sinay reproduce un trozo de una nota de un diario de época “Casi no pasa un día sin que seamos sorprendidos por los detalles de un nuevo y horrendo crimen: La culpa toda está en la relajación inconcebible de nuestra justicia criminal, que permite que se paseen con toda impunidad individuos cargados de crímenes y delitos”
Cualquier semejanza con los artículos de los medios monopólicos es pura casualidad.
Si comparamos con Latinoamérica podemos ver que las condiciones de inseguridad en Argentina son muy bajas, tenemos en México, en el Estado de Chihuahua, la tristemente conocida Ciudad Juárez con matanzas generalizadas y ajustes de cuentas feroces con más de 3000 muertos al año, o en Guatemala donde los ciudadanos pueden portar armas, los colectivos son asaltados a diario y uno no puede caminar por la calle porque se arriesga a ser asesinado, Honduras donde después de la seis de la tarde los ciudadanos se recluyen en sus viviendas y donde hasta las cafeterías tienen guardias armados, lo mismo en el Salvador o Venezuela, y porque no recordar a Miami donde caminar por las calles después del atardecer es ser candidato al robo o el asesinato.
Pero en Argentina somos poco proclives a analizar, tomamos las informaciones como vienen empaquetadas sin ejercer la reflexión crítica, nos gusta tomar las cosas como si fuera una justa deportiva y repetimos lo que dicen los periodistas de uno y otro bando sin considerar que ellos (los periodistas) se mueven por intereses ideológicos y económicos y nos relatan las noticias desde una perspectiva interesada, cuando no mienten directamente para defender sus intereses.
Hoy la inseguridad pasó a un segundo plano y el tema es la inflación, los medios machacan con esta cuestión para generar pánico en los sectores más timoratos y vulnerables a su discurso.
Ud. se sorprendería si le digo que la inflación es un tema poco conocido por el común de los ciudadanos, que los mismos no conocen ni los guarismos inflacionarios ni la causas, mucho menos los mecanismos de medición de los índices de precios y las herramientas usadas para realizar la medición.
Solo se sabe que hay inflación, vaya novedad, basta con ir a un supermercado y ver la capacidad de compra de un billete de $100 pesos para constatarlo, pero del resto no tenemos información.
Existen algunas cuestiones que no son de tanto sentido común como la afirmación de que hay inflación, cuestiones que no son consideradas por los medios monopólicos. Por ejemplo, ¿en los últimos 12 años disminuyó el poder adquisitivo de los salarios?. En TN, Canal Trece, Perfil, etc. Ud. encontrará que los salarios se han licuados, que la inflación destroza los bolsillos de los asalariados, pero, ¿cómo miden eso estos periodistas?
Sus fuentes de información son por lo general dos, el sentido común de los ciudadanos, sentido común que su prédica constante contribuye a formar o las fantasmales y todopoderosas consultoras privadas, de cuyos métodos para recolectar la información nadie sabe nada, de la rigurosidad de sus estadísticas menos y de la honestidad de sus informaciones es necesario dudar porque por ser privadas responden a intereses de particulares o corporaciones y todos sabemos que se adulteran los resultados para lograr fundamentar una opinión.
Veamos un ejemplo. La inflación medida en la provincia de Santa Fe por el IPEC (Instituto Provincial de Estadísticas y Censos) arroja un índice durante todo el 2013 (hasta noviembre) del 13,3%, si consideramos un incremento del índice general de precios de diciembre, digamos del 3%, estaríamos en el 16,3% muy lejos del 30% medido por las “consultoras privadas”. El IPEC es controlado por el gobierno provincial, es decir por el Partido Socialista que sostiene a Binner, no podría sospecharse de oficialista, filo oficialista o algo parecido a este instituto de estadísticas.
Por lo tanto, o en Santa Fe hay una inflación muy baja respecto la media nacional que miden las “consultoras privadas” o se nos miente con los índices tanto de parte del gobierno bajando los mismos como de la oposición levantándolos.
Ahora si la inflación en Santa Fe es del 16% y los salarios, por ejemplo de los universitarios, se incrementaron en un 23%, el salario ¿ha caído o ha aumentado?.
Para saber si los salarios se han deteriorado o han mejorado desde una fecha determinada, digamos 1970, sería necesario que podamos medir que se compraba con el salario de una jornada de trabajo en 1970 y que se compra ahora, cuantos kg de carne, café, papas, etc.
Pero esto nos daría la variación con respecto a los alimentos, porque por ejemplo los vehículos, con el desarrollo tecnológico han reducido sus precios y se ha puesto al alcance de mucha gente, con los electrodomésticos ha ocurrido algo similar. En 1970 cada hogar tenía un solo televisor, hoy es muy común que en una misma casa haya dos tres o más televisores.
Es que el índice general de precios, como todo índice es un promedio, en él se evalúan las variaciones de una gran cantidad de mercancías, de orígenes diferentes y en las que los procesos de producción son muy distintos, con mayor o menor incorporación tecnológica, con diferente participación de la mano de obra, etc.
Así por ejemplo ese promedio mide la variación de un kg de papas y la variación de un televisor. Ambas variaciones se hallan contenidas en el índice, pero la papa, el tomate, las frutas tienen variaciones estacionarias, aumentan o disminuyen según la oferta, la que depende de la estación del año, en cambio un televisor no es estacionario y su precio tiende a ser más constante.
Ahora cuando un asalariado va al supermercado detecta los cambios de precios en los productos que son muy sensibles a los cambios de estación, a las variaciones de la oferta, etc. Además nuestro trabajador gasta todo su sueldo en productos alimenticios primordialmente y secundariamente en otras mercancías o servicios. Lo que su conciencia no registra es cuando los precios van hacia abajo, y entonces es muy fácil desarrollar el miedo en la población respecto a la inflación, porque ninguna persona puede llevar en su memoria el registro de todos los precios de todas las mercaderías que consume.
Si desde una pantalla de televisión se le dice que hay una inflación galopante y se muestran determinados precios y no otros, nuestro trabajador tenderá a creer que es así, sin reflexionar críticamente acerca de la veracidad de los datos aportados por los “especialistas” al servicio de las corporaciones.
Y si reconocer la inflación en todo su significado y complejidad es un tema muy arduo, más lo es aún tratar de reflexionar sobre sus consecuencias y soluciones.
Que en la Argentina hay inflación es un dato incontrastable, pero ello es producto de este gobierno o es un mal endémico de nuestro país.
Es lo mismo que constatar que en Argentina existen delitos de diverso orden, que hay inseguridad, pero como vimos ello no es causado por las políticas actuales y no es mayor que la que existe en muchos países de América.
La inseguridad atraviesa la historia de nuestro país como la inflación se encarna en el tejido social desde la mitad del siglo XX.
Basta considerar que nuestro pasó por varias hiperinflaciones y que desde 1881 cuando se creó el peso moneda nacional hasta hoy hemos tenido 5 signos monetarios, que le quitaron al peso moneda nacional trece ceros. El valor de 1 dólar es de 10.000.000.000.000 pesos moneda nacional. Al peso moneda nacional lo reemplazó el peso ley 18.188 en 1970 que le quitó dos ceros, en 1983 se le quitaron cuatro ceros y nació el peso argentino, luego en 1985 apareció el austral que le quitó 3 ceros y en 1992 se creó el peso que le quitó cuatro ceros. Los argentinos hemos tenido billetes de 500.000 y 1.000.000.
Por lo tanto la inflación es un actor constante en la economía argentina desde 1950 a la fecha. No es un producto de un gobierno determinado sino de la estructura de la economía híbrida de nuestro país productor de comódities y con un importante desarrollo tecnológico e industrial.
Tampoco es una verdad bíblica que la inflación sea un mal indeseable, ello depende del ajuste de las demás variables económicas y puede en determinados niveles puede ser una importante herramienta de desarrollo económico.
En mi próxima entrada trataré de reflexionar sobre la mirada de la inflación desde diferentes teorías económicas.
Hasta la próxima.
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