viernes, 28 de octubre de 2011

Somos inseguros?


El tema de la inseguridad es uno de los caballitos de batalla del monopolio mediático para atacar al gobierno en los últimos años, y a juzgar por las últimas elecciones, en las que el oficialismo logró tener la presidencia,  el control de las cámaras y de la mayoría de las provincias, lo seguirá siendo en el futuro próximo.
Los argentinos hablamos de la inseguridad sin atender al significado del término, casi lo hacemos por un acto reflejo construido meticulosamente por los medios de comunicación, que representan los intereses de la burguesía conservadora de nuestro país.
Al tocar este tópico deberíamos pensar en diversos factores relacionados con él, a saber, de que inseguridad estamos hablando, en qué contexto hablamos, quienes son afectados por la inseguridad, a quien beneficia generar el estado de pánico frente al hecho de sentirnos inseguros y finalmente la inseguridad existe o sería mejor hablar también de sensación de inseguridad.
Vamos por partes, cuando pensamos en inseguridad lo hacemos predeterminados por el concepto construido por los medios de comunicación, nos referimos casi excluyentemente a la inseguridad vinculada a la comisión de delitos. Estamos inseguros porque somos vulnerables a sufrir la agresión de un robo, un homicidio, etc. Nuestra afirmación se verifica en el hecho que la mayoría de los hogares argentinos se hallan rodeados de rejas.
Aunque no es el motivo principal de este diálogo, es conveniente dejar expresado que existen otras formas de inseguridad, con efectos más desvastadores que la que instituye el delito.
Por ejemplo la inseguridad laboral que sufre un trabajador que al no estar protegido por una adecuada legislación, puede perder su empleo en cualquier momento, por las decisiones que toma el empresario. El grupo Clarín-Nación sabe mucho de ésto porque frecuentemente usa el arma del terror para someter a sus periodistas y empleados, recientemente La Nación despidió a un periodista por hacer una buena crítica de una película. Este despido, como los de los delegados de Clarín, tiene un efecto directo, desplazar de la organización a alguien que no sigue la línea ideológica del diario y no hace o escribe lo que se le indica, y un efecto secundario, disciplinador sobre el colectivo de trabajadores, si no obedecés podés ser despedido, es usar la inseguridad laboral con fines de dominio y hegemonía al interior de las organizaciones.
Existe una inseguridad económica, que es la que padecen millones de argentinos que todos los días viven al límite de sus posibilidades alimentarias, en viviendas precarias o directamente sin vivienda, con sistemas de salud deficientes o en el peor de los casos sin posibilidades de atender su salud por falta de medios económicos, etc.
Existe también la inseguridad de quienes viven en situación de vulnerabilidad a las catástrofes (terremotos, inundaciones) y que exponen sus vidas ante la calamidad. Cuando hay una inundación (y la ciudad de Santa Fe es un ejemplo) los más afectados son aquellos que tienen menos herramientas (recursos) para afrontar el riesgo y si se verifica serán los más aquejados.
Todas estas formas de inseguridad, que existen, poco están contenidas en el discurso de la que baten a diario los medios de comunicación hegemónicos sobre este problema.
Luego tenemos la cuestión del contexto en que hablamos de la inseguridad. En primer lugar, en el contexto actual, podemos ver que existe una alta crispación en la sociedad, en términos del viejo marxismo setentista diríamos un auge de la lucha de clases.
La burguesía argentina se halla dividida en por lo menos dos fracciones importantes, por un lado el sector especulativo financiero y prebendarlo, vinculado a la especulación financiera y a la renta agraria, para el cual el desarrollo del mercado interno no es el objetivo principal de las políticas económicas. Este sector que tuvo el domino de la economía argentina en la mayor parte de nuestra historia, es un sector muy vinculado a la escuela económica cuyos mayores referentes son la Escuela de Chicago y el Consenso de Washington, y que tiene como instrumento fundamental de regulación económica al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Su interés está puesto en la especulación financiera y cambiaria (jugar en la bolsa, agitar el tipo de cambio, lucrar con los intereses cuando el tipo de cambio se mantiene estable, etc.) y el rédito que produce usufructuar las exportaciones de “comódities” (exportación de petróleo, cereales, etc.). Este ha sido a lo largo de la historia un sector económicamente fuerte y políticamente débil, allí reside su impronta autoritaria que lo ha llevado a sostenerse en el poder mediante gobiernos autoritarios (por lo general dictaduras militares o en algunos casos gobiernos surgidos de las urnas).
El otro sector está constituido por una burguesía productora, estrechamente vinculada al mercado interno y para el cual, su posibilidad de desarrollo está dada por la capacidad de expansión del mismo. Esta capacidad de expansión se relaciona con la posibilidad de poder desarrollar una sociedad económicamente más nivelada ya que los sectores sociales que se hallan en la base de la pirámide económica, que consumen todos sus ingresos y tienen baja o nula capacidad de ahorro, son un componente importante de ese mercado interno. Las políticas económicas de este sector de clase se orientan a mejorar el consumo, ampliar la ciudadanía social, lograr un trasvasamiento de clases de tipo ascendente, mejorar el nivel educativo como herramienta del desarrollo de las posibilidades laborales, atender las necesidades elementales de los sectores más rezagados económicamente (alimentación, salud, vivienda, educación, esparcimiento, etc.) etc.
Es lógico que si se expande el gasto social, se aumenta el consumo, se realizan obras de infraestructura para promover la activación de la economía, se controlan las tasas de interés y de cambio, se promueve la democratización de la cultura y la comunicación mediática, se orienta el sistema social hacia la igualación social (matrimonio igualitario, derechos de la mujer) se amplía los efectos de la justicia (mayor igualdad jurídica y juzgamiento de delitos de lesa humanidad) y se defiende a rajatablas los derechos humanos; el resultado es un Estado fuerte, más igualitario, más democrático, que actúa sobre una población que desarrolla progresivamente hacia una actitud reflexiva y crítica por tener satisfechas sus necesidades elementales.
A este segundo sector burgués le interesa estas cuestiones porque al ser económicamente más débil que el anterior necesita de la fortaleza política que le permita solidificar sus intereses económicos.
La explicación al debate entre los diferentes sectores de la oposición (Macri, Duhalde, De Narváez, etc.) sus soportes mediáticos La Nación, Clarín, Editorial Perfil, Ámbito Financiero y sus intelectuales orgánicos de clase, economistas, comunicadores, sociólogos etc., como Sarlo, Lanata, Aguinis, Grondona, López Murphi, Cavallo, etc., con el oficialismo, no reside en problemas personales o partidarios, es un debate económico social, una expresión de la lucha de clases y su impacto sobre la clase dominante en argentina: la burguesía.
En términos de inseguridad, por un lado al sector concentrado de la burguesía le afecta el delito, pero lo más importante es que el robo, la agresión delictiva, etc., afecta más a la clase media (pequeños empresarios, comerciantes, sectores más acomodados de la clase trabajadora (desde funcionarios de empresas a obreros calificados) y, por lo tanto, más sensibles a los problemas derivados de la inseguridad y proclives a adoptar el discurso autoritario y represivo. Esto es muy importante para erosionar el poder de un gobierno que privilegia el respeto a los derechos de las personas, las garantías individuales, el uso del diálogo social, y que trata de evitar la represión violenta a la cual son tan afectos los sectores neoliberales (véase en Chile la represión a los estudiantes de parte del gobierno derechista de Piñera).
Y ya estamos hablando del siguiente elemento de la inseguridad que usan los medios concentrados de comunicación, a quién beneficia el acicateo de la inseguridad y desarrollar el miedo frente a ella.
Michel Foucault, un filósofo francés de notable agudeza de pensamiento decía que en el siglo XIX, periódicamente la burguesía agitaba el fantasma de la inseguridad (miren si es viejo el argumento) para poder generar políticas persecutorias contra los militantes sociales. Recordemos que éste es un siglo de grandes conmociones sociales y de irrupción de la clase obrera como tal en la arena política de la mano de grandes filósofos como Marx, Engels, Blanc, Bakunin, etc.
El interés de la derecha conservadora por la inseguridad, tiene pues dos sentidos, por un lado agitar un fantasma que siembre el pánico entre los sectores medios de la sociedad que tienen algún bien material que pueden perder, con el fin de tornarlos enemigos del gobierno y proclives a su segundo interés, el de desarrollar políticas represivas que cierren la débil apertura democrática de los últimos años.
Para ellos es necesario, además, de impedir que nuestra sociedad crezca en términos humanos, más democrática, más crítica a la desigualdad social y al autoritarismo político, más extensa en la inclusión ciudadana de las minorías oprimidas (homosexuales, extranjeros, discapacitados, etc.) como lo demuestran las leyes recientes de matrimonio igualitario y de democratización de los medios de prensa. Es importante resistir leyes democráticas como la despenalización del aborto que le da a la mujer el control de su propio cuerpo, o de despenalización del consumo de droga, que permite desjudicializar al adicto y desarrollar tratamientos preventivos, o leyes que vayan más allá y cuestionen las bases del poder burgués por vía de la ampliación continua de la democracia y abren el camino a la autogestión social.
El último punto es ver si lo que existe es inseguridad o sensación de inseguridad. La sensación de inseguridad es la percepción psíquica que las personas o colectivos de personas tenemos frente a un riesgo. La misma se crea en el intercambio social y hace que sobre la base de un dato cierto, se potencie la percepción del riesgo con el concomitante desarrollo de conductas anómalas en el colectivo.
Por ejemplo, si yo desarrollo un discurso mediático que picanee sobre la posible devaluación de la moneda puedo generar una corrida al dólar aun cuando no haya motivo para ello. Si digo que un banco está por quebrar puedo generar una corrida bancaria de ahorristas que tratan de sacar sus depósitos. Si los medios de comunicación dicen que el delito se expande como una epidemia y es cada vez más feroz, sin decir porque es una epidemia, ni presentar series históricas de crecimiento del delito, o comparativas con otras causas de muertes como los accidentes de tránsito o con otros países como México, es posible que permee la conciencia delos sectores ideológicamente más proclives a sufrir este tipo de agresión y genere, como existe hoy, una psicosis de inseguridad, una fuerte sensación de ser o estar inseguros.
El delito y el delincuente existen desde siempre, no obstante, podríamos discutir si el delito actual es más o menos violento que el de hace años, pero como decía Foucault cada tanto la burguesía magnifica sus efectos en pos de intereses propios.
La base del delito es la inequidad social, la existencia de una pirámide social con muchas diferencias en cuanto a ingresos y derechos. La ausencia de políticas inclusivas tiene mucho que ver con el delito joven, pero cuidado, que existe otro delito del cual no hablan mucho los medios, y es el de los políticos corruptos al servicio de los intereses de las corporaciones empresariales, las coimas que pagan los empresarios para mejorar sus negocios, la violencia de las corporaciones que roban a sus clientes diariamente aprovechando la falta de legalidad en ciertos aspectos, como por ejemplo el robo menudo de las telefónicas a sus clientes, la súper explotación a través del trabajo en negro sobre todo de las patronales agrarias, el acoso social de los empresarios y cuadros intermedios a sus empleadas, el acoso laboral de jefes o colectivos sobre sujetos más débiles o expuestos, la impunidad de miembros de fuerzas de seguridad que favorecen el delito creando zonas liberadas a cambio de prebendas económicas, etc.
Como  vemos el problema de la inseguridad existe, pero también existe la sensación de inseguridad que permite a determinados sectores reaccionarios hacer un uso político y económico de este problema; estemos atentos, seamos reflexivos y críticos y no seamos aliados de nuestros enemigos.
Hasta la próxima.

sábado, 22 de octubre de 2011

Sur, elecciones y después.


Mañana son las elecciones más raras que he visto en mi vida, nunca se dió una situación en la que tres meses antes del acto electoral se supiera el ganador. Es interesante analizar esta situación porque devela el estado de la lucha de clases en Argentina, en el que la burguesía se halla atomizada, sin proyecto político y solo un sector de la misma avanza a paso redoblado con la construcción de un nuevo modelo de acumulación capitalista.
Pero dejemos esta cuestión para ir a un análisis político.
En primer lugar asistimos a un país en el que no existe un proyecto político opositor. En cualquier país capitalista del mundo se consideraría un regalo inestimable tener una oposición como la que existe en nuestro país.
Veamos un poco la actitud política del arco opositor. Por empezar, como todos saben, se presentan a elecciones  la actual presidenta, Alfonsín, Duhalde, Binner, Carrió, Rodríguez Saa y Altamira.
Comencemos por el que según las encuestas saldría segundo, Hermes Binner. Su partido, el Partido Socialista, es heredero de la legendaria agrupación política fundada por Juan B. Justo en el siglo XIX[i]. Por el pasaron legendarios políticos que hicieron historia como Alfredo Palacios, Germán Avé Llallemant, Joaquín Coca, Alfredo Bravo, Juan Carlos Coral, Guillermo Estévez Boero y tantos otros. Hoy del viejo partido solo queda la historia, y como toda la Internacional Socialista se enrolan en el marco de las políticas burguesas más reaccionarias, siendo, como en el caso de España y Grecia los encargado de llevar adelante las políticas de ajuste antipopulares tan resistidas por los ciudadanos europeos.
En nuestro país, no han desarrollado propuestas muy diferentes, desde el gobierno provincial de Santa Fe el Gobernador Binner aumentó impuestos y servicios apenas llegado al poder, en términos de política económica no se vio ningún cambio con las gestiones anteriores, solo se limitó a tratar de ser un buen administrador y en eso no se diferenció de Carlos Reutemann. La situación social no mejoró nada, al punto tal que otro político dijera que Binner era un socialista con villas miserias, haciendo alusión al crecimiento de las villas en l periferia de Rosario. La salud, su caballito de batalla, desde que fue intendente de Rosario fue empeorando con hospitales mal equipados y falta de insumos. Entre otras cosas, este gobierno, le negó a los docentes santafesinos una ley de jubilación anticipada que los mismos socialistas habían votado en el gobierno anterior. Mantiene bajo el impuesto inmobiliario a las patronales agrícolas, y en los últimos meses ha propuesto bajarle las retenciones a la exportación. Binner declaró que si fuera presidente llamaría a los trabajadores a no pedir aumento de sueldo para luchar contra la inflación.  En definitiva se trata de una propuesta neoliberal, casi ortodoxa, muy similar  las que fracasaron durante años en nuestro país.
Luego tenemos la Unión para el Desarrollo Social, alianza entre el radicalismo y De Narváez.  Alfonsín, cuyo mayor mérito para participar en las elecciones es la portación de apellido, pero que no se parece en anda a su ilustre padre, es (o fue) el candidato preferido de los monopolios mediáticos, y él les retribuye defendiendo los intereses de Clarín y la Nación en cuanta entrevista se le hace.
No tiene ninguna propuesta de gobierno, solo se limita reclamar mayor institucionalidad, quejándose sin argumentos de una supuesta hegemonía del gobierno que silencia las voces de los opositores y quiere amordazar los medios de prensa. Promete aumentos salariales (que seguramente si fuera gobierno no daría), y no para de compararse con Kennedy, Mandela, Obama y otros políticos de fuste, dejando al descubierto un intento bizarro de de venderse como un estadista que no es.
A su lado camina un conspicuo conservador, De Narváez. Este político muestra una nueva tendencia en nuestra sociedad, la burguesía confía cada vez menos en el gerenciamiento de los negocios con el Estado y en lugar de dejárselo a sus empleados los toma ella directamente. Este es el caso de De Narváez, Castelani, Macri y otros conocidos empresarios que desde hace un tiempo han incursionado en la política con suertes varias. En el caso de De Narváez, es interesante saber que siendo, su familia dueña de Casa Tía, sometía a la explotación más  feroz a las empleadas de la firma.
Su vocación democrática y su lucha contra el autoritarismo escribió una página muy clara cuando hizo bajar un programa de televisión conducido por Montenegro, Sietecase y Rozín (Tres Poderes, que iba por canal 2 del que es uno de los dueños) porque se le hicieron  preguntas que no eran de su gusto. Su frase más interesante fue “los otros políticos tienen precio, yo tengo valores”, y es correcto él tiene valores, campos, autos, canales de televisión, acciones, etc. Pero la frase demuestra, como hemos dicho, la poca confianza de los principales miembros de la burguesía en los políticos. Para un cierto sector de la burguesía, la democracia no es un sistema político que los atraiga en demasía, lo que ocurre es que hoy no cuentan con fuerzas armadas a su servicio para dar golpes de estado, como en otras épocas, han tenido que embarrarse y participar ellos directamente en la política electoral para la gestión del Estado.
Él, que es un burgués propietario de medios de producción, contaba, junto a un amplio sector de la burguesía, con políticos que según se desprende de la frase citada, son empleados asalariados de los empresarios que los compran, y en este nuevo modelo de gestión, como dijimos, es muy clara la desconfianza en los gerentes asalariados como Carrió, Duhalde, etc.
Luego Tenemos a Duhalde, que más se puede decir de este personaje que no sepamos, miembro del peronismo de derecha, fue el patrón de Lomas de Zamora, y en la década del noventa accedió a la presidencia acompañando a Carlos Saúl Menem, uno de los gobiernos más corruptos de nuestra historia. Acostumbra a dar clases de “honestidad” y se queja de la inseguridad y la corrupción en la bonaerense. Pero pocas veces recuerda que gobernó la provincia durante ocho años en los que la corrupción no era tapa, pero existía. El caso más sonado es el asesinato del periodista Cabezas por sacarle una foto al “empresario” Yabrán aparentemente vinculado al crimen organizado. En 2001 se hizo cargo del gobierno y reprimió salvajemente protestas populares causando la muerte de Kotesky y Santillán en una de ellas.
Su mujer es una conocida militante ultra católica que participa de cuanta movida reaccionaria existe como impedir la legalización del aborto, la despenalización de la droga, el matrimonio igualitario, etc.
Tenemos también a pintoresco Rodríguez Saa, un caudillo que gobierna férreamente, por ser generosos, la provincia de San Luis, y en la que no pocas veces se ha hablado de enriquecimiento ilícito, persecución de opositores y prácticas non santas como el famoso video que le filmaron a su hermano en situación comprometida.
Un detalle con Duhalde, se fijaron que hasta los vídeos demuestran que su propuesta es parte de la vieja política, en el vídeo de su acto se paneó al público y mayoritariamente eran personas de 60 años, sin ofender parecía un acto del PAMI, mientras que en el Acto dela presidenta asistieron mayoritariamente jóvenes.
De Carrió que más se puede decir, además de ser una impresentable. Podemos mencionar que es la vocera y defensora del grupo Clarín, que en pago le dá generosos espacios en sus programas, es el arquetipo de una militante católica ultramontana, que solía llevar una gran cruz de madera y que tal vez aconsejada por un publicista, dejo de hacerlo. Tiene todo el perfil de una predicadora, pontifica permanentemente desastres que nunca acontecen y se ve a sí misma como el arquetipo de la ética y la moral, aunque su práctica devela una inclinación a construir operaciones mediáticas, apretar a los colegas de otros partidos y jueces, amenazándolos con juicios políticos y usufructuando el poder que le brinda su alianza con los medios hegemónicos para denigrar cuanta medida de gobierno se toma y a cuánto político no se somete a su voluntad. Su partido ha perdido el 90 por ciento del caudal electoral en los últimos dos años como consecuencia de la apertura de nuevos medios de comunicación (como por ejemplo 6-7-8, canal CN23, Tiempo Argentino, etc.,  que a través del archivo la pusieron de manifiesto más de una vez en su hipocresía y la falsedad de sus argumentos y juicios, hoy como Duhalde ya no existe en la escena política, es solo un fósil que va desapareciendo.
El último opositor es Altamira, el legendario líder del Partido Obrero, que cumple un rol importante en la democracia, la de denuncia del sistema y sus inequidades desde una postura analítica orientada por el trotskismo.  Altamira, como toda la izquierda marxista posee un programa claro, pero inentendible e  irrealizable, su mensaje no llega a las masas obreras que constituyen su población objetivo, porque propone operar sobre una estructura capitalista que ya no existe, el Partido Obrero tiene más de cincuenta años y en términos electorales ha tenido magros resultados. Como en otro momento Autonomía y Libertad es probable que acceda al congreso, solo es esperable que como aquella formación política no termine con un escándalo de acusaciones sobre peculado que desdibujaron a  Zamora y sus colegas.
A veces uno se pregunta, como será estar en los zapatos de Magnetto, todos los días levantarse para ver que barrabasada hicieron sus socios políticos, que tontería dijo Alfonsín, con que necedad se descolgó Carrió, como continúa cayendo en las encuestas Duhalde. Imagino lo ímproba de su tarea de ser el gran organizador de la derecha política y reaccionaria de Argentina y además tener que atender “sus asuntos” de negocios. Tiene razón Lanata, a Magnetto hay que tenerle lástima, porque dirige un diario que cada día es más débil, aun cuando cuenta con excelentes plumas a su servicio (aunque son cada vez menos creíbles) como el propio Lanata, Sarlo, Blank, Van der Koy, Ruiz Guiñazú, Grondona, Lomgobardi, Bonelli, Majul y tantos otros.
De poco sirve el esfuerzo de los monopolios mediáticos llenando los programas de televisión con políticos miembros de la derecha más recalcitrante que edificaron nuestra derrota como país durante tantos años, llevándonos a sucesivos colapsos como en el 89´ y el 2001. Los programas televisivos de los monopolios mediáticos en los últimos meses llevaron solo políticos de la oposición, Leuco llevó a Stolbizer y de Narváez, Lomgobardi a De Narváez u Duhalde, etc. Creo que se equivocan los monopolios mediáticos, la mejor manera de que crezca electoralmente el Frente para la Victoria y se hundan esos políticos es exhibiéndolos diariamente en televisión y dejando que digan la tonterías que dicen, los argentinos tenemos muchas dudas adonde ir, pero sabemos a ciencia cierta que con los Alfonsín, Duhalde, Rodríguez Saa, Carrió y tantos otros vamos directo al desfiladero y nos suicidamos como país.
Hasta la próxima.


[i] Más precisamente el 28 de junio de 1896 siendo con la UCR los dos partidos centenarios de la Argentina.

viernes, 21 de octubre de 2011

Porque investigar?


Si hiciera esta pregunta al auditorio tendría muchas respuestas, para producir conocimiento, para ayudar a la sociedad, para desarrollar el espíritu crítico, para enriquecer la vida académica, etc.
Pero en realdad investigamos porque la indagaciones son parte de lo humano, una parte importante de la subsistencia de la especie.
Desde que el antropoide (en palabras de Engels) bajó del árbol, su meta estuvo centrada en la producción de conocimientos. No podía ser de otra manera, el conocimiento hace a su diferenciación de las otras especies, mientras que los animales son puro instinto, el hombre es instintivo pero tiene un importante background cultural y social, y ello hace que el conocimiento sea una necesidad, porque es a través de él que construimos esa artificialidad que nos separa de la naturaleza y nos permite dominarla.
En Psicología diversas tradiciones teóricas han definido lo que podríamos reconocer como una parte sustancial de la vida humana, la inclinación a explorar el entorno y conceptualizarlo.
En la Unión Soviética de comienzos del siglo veinte, un autor poco conocido en la actualidad, Iván Pavlov y sus seguidores, desarrollaron un constructo muy importante. Como parte de la teoría de los reflejos condicionados definieron lo que llamaron el reflejo de investigación, que sería un reflejo innato con el que desde el mismo momento del nacimiento comenzamos a explorar el entorno. Este reflejo es adormecido por la acción de lo social y por una educación represiva como lo es la contemporánea, heredera de las anteriores formas pedagógicas que imperaron desde que se constituyó el patriarcado, a la que le es incómodo un niño que interpela en forma permanente, y que con su acción termina dejándolo en estado de latencia. La aventura de producir conocimiento sería en parte motorizada por ese reflejo, que aunque adormecido permanece en nuestro interior.
Desde otra tradición teórica muy distinta los psicoanalistas Vera Schmidt y Wilhelm Reich estudiaron en los comienzos de la década del veinte el concepto de instinto de saber, que sería “una aprehensión sublimada (sublimación del instinto de dominio) y que actúa con la energía del placer de contemplación”.
Este constructo tendría cuatro etapas, en la primera (primer y segundo año de vida) se define por la orientación en el entorno inmediato, la segunda (finales del segundo año y tercero) junto al interés por el mundo circundante aparece la curiosidad por el propio cuerpo, en la tercer etapa (del final del tercer año al quinto) surge la inquietud por el Yo y el mundo con preocupación por problemas básicos como el nacimiento y la muerte y el reconocimiento de la anatomía propia en comparación con la ajena, finalmente en la carta etapa (después del quinto año) aparece el interés por la vida pública y las cuestiones sociales, surge por ejemplo la pregunta por las deidades. Los mecanismos del instinto infantil de investigación evolucionan del puro instinto de dominio, a una total inmovilidad como consecuencia de una inhibición interior para arribar a la exploración y comparación del objeto.
Estas cuestiones tienen mucho que ver con la teoría sexual de Freud y el valor que le otorga el psicoanálisis a la misma.
Estos autores realizaron u observaron en una experiencia formativa en la URSS entre 1920 y 1925 en el Laboratorio Hogar de la Infancia en Moscú, utilizando una pedagogía libre trataron que los niños se empoderasen de esta carga instintiva y pudieran sublimarla. Lamentablemente, la persistencia de la cultura burguesa dentro de la revolución no permitió el desarrollo del experimento.
La familia es el primer espacio de educación orientado a reproducir en los niños las formas de control de su interés por la investigación, y la escuela posteriormente terminará adormeciendo el mismo, sobre la base de una pedagogía autoritaria que anula la capacidad crítica de los sujetos constituyéndolos en máquinas aptas para la vida (neurótica) en sociedad y formando el sujeto del sometimiento que la sociedad de clases necesita.
Es tal vez, en parte, por esta situación, que los universitarios hemos abandonado la tradición de producción de nuevos conocimientos y repetimos incesantemente lo que ciertos textos hegemónicos nos dicen sin cuestionarlos. En nuestra Facultad por ejemplo existe poca producción original, se escribe poco y casi no surgen nuevas ideas, solo contamos con quince investigadores en la carrera del CIURN, un par de investigadores (o poco más) del CONICET y muchos investigadores del programa de incentivos que no agregan demasiado al conocimiento existente, la producción en investigación es casi nula y lo poco que hay no es utilizado en la formación de nuestros estudiantes.
Las exposiciones en los congresos se guían por lo que se ha denominado el principio de la autoridad enunciado por Descartes (él decía el recurso a la autoridad), es decir no hablamos por nosotros mismos, sino que autorizamos nuestros decires por otro con autoridad (Freud, Lacan, Marx).
Cuando escuchamos una disertación es muy común que se mencionen hasta el hartazgo, a quienes no son criticables por el lugar imaginario que ocupan en la disciplina y es muy difícil que en un discurso de una hora, por ejemplo, encontremos alguna idea enunciada como propia.
Leemos para demostrar que sabemos, que conocemos a los autores, y por eso solo los repetimos, sin procesarlos en términos de crítica, nos refugiamos en nuestro paradigma demarcando los límites de la disciplina, de manera de dejar acotado lo que es y no es dentro del paradigma, cercenando la creatividad y la construcción del conocimiento.
El debate se constituye en una disputa por el poder, el contrincante es descalificado con argumentos del tipo “eso no es Psicoanálisis”, para un Freudiano ortodoxo, un kleiniano, un lacaniano, solo es Psicoanálisis lo que se sostiene fiel a la letra de Freud, Klein o Lacan.
No nos guiamos por una perspectiva de construcción de nuevas herramientas de producción de nuevos conocimientos. Ello implicaría conocer los textos para desarrollar esas nuevas herramientas de conocimientos y no para demostrar que los conocemos tratando de no ser quemados en la hoguera de las vanidades intelectuales que tanto nos gusta eludir.
El pensamiento reflexivo que tantos frutos dio a la humanidad desde la antigua Grecia se halla arrumbado en el desván de los recuerdos y desde las cátedras solo se busca una alumno “modelo” que repite lo que se le dice en un “como sí”, el alumno hace como si le interesase lo que dice y el profesor hace como si creyese en ese interés, y en esa impostura pedagógica formamos profesionales que tienen serias dificultades a la hora de ingresar en el mercado laboral, sobre todo en una profesión que, como la Psicología, requiere tanto de la creatividad en el ejercicio profesional.
La investigación además de fundamental en la práctica universitaria, constituye una práctica que lleva a la organización a romper los muros imaginarios que la separan del medio e internarse en la sociedad desde una perspectiva crítica autocrítica de lo social.
No es muy difícil investigar, solo es necesario seguir la regla de las tres C, enunciada por un viejo maestro que fuera Decano de la Facultad de Psicología de Rosario.
El Dr. Ovide Menin, a él me refiero, decía que para investigar hay que tener Cabeza, Culo y Corazón. Cabeza para poder pensar reflexivamente lo que se investiga, Culo para mantenerlo pegado a la silla estudiando, analizando, y Corazón porque para poder investigar hay que tener amor por el conocimiento y por lo que uno hace.
Debemos saber que no basta con la oficina, el escritorio, el diván, la foto de Freud y el gomero para ejercer la profesión, existe una exigencia de formación y producción de conocimientos permanente, en todos los ámbitos de ejercicio profesional, en la clínica, en la educación, en el campo del trabajo, etc., es necesario producir cada día nuevas herramientas de abordaje del sufrimiento, de los conflictos humanos, de los problemas organizacionales, de las evaluaciones de las personas, y en ello se juega nuestra capacidad de investigar. Porque investigar no constituye solo una práctica heroica que nos lleva al premio Nobel o por lo menos el Konex, sino supone ese pensamiento reflexivo y crítico que debemos ejercitar en cada momento de nuestras vidas.
Quisiera cerrar esta exposición con un ejemplo que muestra el valor de la investigación, tomemos un elemento muy presente en nuestra vida cotidiana, este objeto que tengo en mi mano, si les preguntara que es, ustedes responderían que es un encendedor, y no le darían importancia, pero imaginen lo que hubiera sido para un primitivo tener este fuego portátil, él que un día encontró un árbol prendido fuego por un rayo y se lo llevó a la cueva, la patrona seguramente le habrá dicho “vos siempre trayendo porquerías”, pero él incólume no solo guardo el fuego, lo conservo, ideo la manera de reproducirlo y veinte siglos después tenemos el fuego portátil heredero de aquella ramita encendida por un rayo, que contiene además de siglos de investigaciones que produjeron diversas tecnologías como la del plástico (por el envase), la de hidrocarburos (por el combustible), la de los minerales (por la yesca), la de la comunicación (por el marketing) que lo hicieron posible, el trabajo de miles de obreros que dejan sus vidas en las fábricas para que simplemente nosotros tengamos una llama portátil que poco valoramos.
Hasta la próxima.
P.D. Conferencia dictada por mí en la Facultad de Psicología de Rosario, el 21 de octubre de 2011, que me pareció interesante socializar.

jueves, 13 de octubre de 2011

Sociedad de clases y familia.


Existe un fenómeno interesante, muchos intelectuales que se definen como progresistas, revolucionarios, etc., son apasionados defensores de la familia patriarcal.
La familia no es una organización que se corresponde con la esencia humana, la evolución de la especie nos muestra la inexactitud de esa presunción.
Más aún, existen una serie de conceptos que los intelectuales han universalizado y actúan como si ello hubiera sido siempre así. Tomemos un ejemplo de la Psicología, un cierto Psicoanálisis ha defendido la universalidad del llamado Complejo de Edipo. El Complejo de Edipo no existe, es una hipótesis explicativa  dentro de la teoría sexual de Freud. No existe ninguna fundamentación material para dar justificación a este concepto, solo puede tener coherencia dentro del modelo explicativo del Psicoanálisis. Tiene como dato otro concepto, la característica esencialista de la prohibición el incesto. Esta prohibición no se ha verificado a lo largo del desarrollo humano, es mas es una construcción que la especie ha realizado muy recientemente  (en términos de la existencia humana).
Vamos a verificarlo de manera muy simple. Recientemente un Juez tuvo que fallar en un caso en el que un integrante de los pueblos originarios era juzgado por incesto con su hija. El tema es que esta persona pertenece a una cultura en la que las jóvenes son defloradas por su padre, y ello no constituye una agresión sino que para la mujer es un orgullo que su primera relación sexual se dé con su padre. Estas estructuras culturales son formas fósiles que existen en la sociedad y que nos muestran la relatividad de la prohibición del incesto.
Como es posible ello? La explicación reside en que la pareja monogámica no es una forma de relación existente desde siempre. Hay un largo período de la humanidad en la que los integrantes de la gens primitiva mantenían formas de relación en las que imperaba el libre comercio sexual. Es lo que Engels[i] ha denominado (siguiendo a Morgan) el matrimonio por grupos, es decir el conjunto de la tribu habitaba en un espacio común en el que las relaciones sexuales eran permitidas para todos. No existía la posesión de una mujer u hombre por otro congénere, sino que por el contrario cualquiera mantenía relaciones sexuales con otro miembro del clan.
En este período de la historia humana existía lo que se denomina el derecho materno, es decir que, por las características de la organización social, podía saberse de que mujer era hijo un hijo, pero no podía identificarse al padre, por lo que los niños eran criados sin progenitor masculino, o mejor dicho todos los hombres eran padres de cada niño.
Esta forma de organización social, en la que el denominado Complejo de Edipo, constituía un imposible, nos habla que el mencionado constructo teórico no puede tener condición de universalidad. Como tampoco puede afirmarse que la prohibición del incesto es inherente a la especie humana, en los hechos el incesto existió durante un período de nuestra evolución en la que se mantenía este tipo de contrato social colectivista con libre circulación sexual entre los miembros del clan.
En la esfera económica este período histórico se corresponde con lo que algunos autores han llamado (Marx entre otros) el comunismo primitivo, una forma de organización económica de la tribu en la cual no existía la propiedad privada, sino una forma de propiedad comunitaria.
Todos los bienes existentes pertenecían al clan y cada uno los usaba según su necesidad. Esta etapa se corresponde a un tiempo nómade de nuestros antepasados.
En la medida en que los diferentes clanes comenzaron a ser sedentarios y se establecieron en algún lugar surgió la agricultura y con ella la vida del clan cambió. Mientras que en anteriores períodos el sujeto era básicamente depredador y solo tomaba de la naturaleza aquello que le satisfacía sus necesidades, ahora  comenzaba a tener excedentes, es decir podía acumular para épocas menos propicias. Se comienza a producir una escisión entre la vida doméstica (y sus utensilios) y la vida productiva (y sus herramientas), ya que los segundos eran los que producían los excedentes.
La cuestión residía en, a quien pertenecía los excedentes que producía un determinado miembro del grupo y por lo tanto si el desaparecía a quien se los legaba. La herencia junto a la propiedad privada constituyen dos pilares muy importante de las sociedades de clases y los seres humanos debieron imaginar nuevas formas sociales para garantizar la acumulación de excedentes.
Si solo se podía identificar a la madre de un determinado miembro del clan, y los excedentes productivos eran producidos por el hombre, no tenían destino más allá de la finitud de la existencia de este.
La forma que aquellos lejanos antecesores encontraron para poder evolucionar, fue la realización de la primera gran revolución de la especie humana (en palabras de Engels) el paso del derecho materno al derecho paterno. Para ello fue necesario abolir el sistema social basado en el libre tráfico sexual en el clan. Algunos instrumentos hicieron posible esta gran  transformación, la institución de la monogamia y consecuentemente la prohibición del incesto.
Según nos relata Reich[ii] este pasaje a la nueva sociedad requirió de la represión de la sexualidad, sobre todo de la infantil. Con el desarrollo de la sociedad patriarcal la represión sexual a los niños fue creciendo y lo que afirma este autor es que la represión sexual lo que produce, es un importante cambio en el carácter de los niños. Roheim, que estudió los niños de la comunidad pichentara, argumenta respecto de cómo la represión sexual contribuye al desarrollo de un carácter apocado, que teme a la autoridad, proclive al sometimiento a lo instituido y que desarrolla prácticas sexuales no naturales como por ejemplo el sadismo. Al reemplazar el comportamiento libre que existía como producto de la educación libre que imperaba en la sociedad matriarcal, por el sometimiento y la obediencia, se comienza a forjar un modelo de sujeto funcional a la sociedad de clases, que progresivamente evoluciona a la inequidad y la segmentación social.
En la sociedad patriarcal lo que encontramos es una pirámide de poder, donde el padre tiene potestad sobre la vida de su familia, él es quien decide los rumbos a tomar, lo que deben hacer sus integrantes, etc.
En su desarrollo, una nueva institución social, la familia, va a constituirse en la célula básica de la sociedad. En ella, y no en la escuela como afirman algunos autores, se forja el modelo de sujeto dela sociedad de clases. Es la familia la unidad básica de la sociedad en la que se asienta el sistema de dominación que sostiene los privilegios de la sociedad clasista. El niño experimenta las primeras formas de represión desde su nacimiento, se reprime desde el inicio su sexualidad y con ello se reprime todo intento de libertad en él.
Tomemos un ejemplo, una madre que protege a su hijo es una madre autoritaria, el niño no necesita ser protegido por medio de prohibiciones, las prohibiciones solo logran encerrar al infante en el hermetismo de su propia interioridad y le quita la capacidad de investigar su mundo circundante. En la prohibición, aunque se haga de manera dulce y cariñosa, encontramos la reproducción de la sociedad clasista en el medio doméstico. El niño necesita construir por sí mismo sus límites, definir la responsabilidad de sus acciones, programar sus propios itinerarios de aprendizaje, la función del adulto es la guía y la mirada atenta para prevenir daños irreparables producto de las acciones del niño, pero no se trata de impedir, sino de razonar con el niño acerca de los peligros que implican esas acciones.
El castigo  aparece como una forma de educación, inclusive el castigo físico, cuando no es otra cosa que un acto de sadismo sobre el más débil. Una forma de modelar la obediencia y la sumisión del sujeto para ir determinando su futura sumisión y aceptación acrítica de las normas dictadas por la sociedad heterómana en la que los ciudadanos acatan reglas que muchas veces ni siquiera se dictaron en su tiempo, y que en no pocos casos son disparatadas o han perdido el sentido hace mucho tiempo (por ejemplo las leyes que penaban la homosexualidad hasta hace pocos años).  
En la familia primero y en la escuela después, el sujeto aprende a aceptar cualquier tipo de norma por el mero hecho de que se halla instituida. Veamos un ejemplo, un señor o una señora se pasean desnudos en una playa y nadie les dice nada, pero antes de salir de la playa se visten porque la ley dice que no puede andar desnudo por la calle, nadie puede explicar el permiso para estar desnudo en algunos lugares y no en otros, pero todos acatamos la norma sin reflexionar sobre ella.
Si el lector fuera un poco más incisivo en su cuestionamiento, podría observar que lo prohibido se remite tan solo al impedimento de tener descubiertas algunas partes ínfimas del cuerpo. Los pezones (no las tetas en forma completa ya que parte de ellas se muestran en los grandes escotes), el orificio del ano (puesto que el resto se muestra sin pudor) la vagina y el pene (las piernas y las nalgas y el resto de la anatomía que rodea los genitales no ocasiona inconvenientes si se muestran) es decir, no se puede mostrar aquello que se relaciona con lo más específico de la sexualidad y la reproducción. Podemos comer en público, pero no tener sexo.
Lo importante es que la prohibición no tiene como objetivo impedir mostrar, sino por el contrario someter la sexualidad, hacer de ella algo distinto, algo que es tabú. Si se domestica la sexualidad se domestica al hombre, porque la sexualidad es el deseo libre que se expande sin límites.
Y la familia monogámica, es la gran invención de la sociedad de clases para domesticar el deseo, para tratar de limitar sus alcances.
Lo interesante es que la monogamia es funcional a la sociedad clasista por cuanto ella supone la propiedad privada de los cuerpos, si yo contraigo matrimonio, el cuerpo de mi pareja me pertenece solo y tan solo a mí, y mi cuerpo le pertenece solo y tan solo a mi pareja. Todo deseo por otro cuerpo debe ser reprimido, aun con la carga de displacer que tiene la represión del deseo.
Pero el deseo es incontenible y así como la sociedad de clases instituyó la monogamia, el deseo proclamó la infidelidad como forma de burlar su sometimiento.
Alguna vez una mujer me dijo por qué no se puede amar a más de un hombre a la misma vez, y en esa frase se sintetizó las dudas que esta forma artificial de comercio sexual (la monogamia) le impone al hombre. Lo lógico es que pudiéramos pensar que podemos amar a una, dos, tres, o n número de personas al mismo tiempo. Todo depende de las circunstancias, de nuestra estructura psíquica, de las características del otro, de nuestra educación, de la química de los cuerpos. Hay personas que son tan deslumbradas por el otro, que a lo largo de toda su vida solo piensan en su pareja, hay otras que saltan de cama en cama, algunos durante un tiempo son solo seducidos por su pareja y un día se rompe el hechizo y se vuelcan a otro cuerpo, y otros encuentran a alguien que los cautiva y ya no quieren tener a alguien más.
La sexualidad busca la satisfacción, ya sea con personas de distinto sexo, del mismo sexo, de a dos o en forma múltiple, sino no fuera así, no existirían la infidelidad, los clubes de swingers, las orgías, etc. Muchas cosas que se realizan en forma oculta reflejan la rebeldía del deseo contra los diques que le impone la falsa moralidad de la sociedad de clases.
Volviendo a nuestros autores, la sociedad comunista, con la que utópicamente soñaba Marx, era una sociedad de libertad total, y para ello era necesario que exista la autogestión de todas las prácticas humanas, que los miembros de una colectividad pudieran diseñar y consensuar el universo normativo en el que pretendían desenvolverse.
El cambio social implica un cambio total, revolucionario es quien acepta el desafío de su imaginación y tiene una mente abierta a todo y es un crítico de todo, mientras tanto solo somos revolucionarios de palabra, pero profundamente reaccionarios, familieros como suelen decir algunos revolucionarios de opereta.
Hasta la próxima.


[i] Engels F. (1973) El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Editorial Ccias del Hombre. Bs. As.
[ii] Reich W. (1984) Psicoanálisis y educación. Hispamérica. Bs. As.