Hoy más que nunca adquiere importancia el papel de los medios de comunicación de masas en la construcción social de las realidades.
Nótese que utilizo el plural de realidad ya que vivimos en múltiples realidades según la óptica desde la cual se observe. En general ha existido una corriente de pensamiento que ha adscripto a los medios de comunicación de masas un rol preponderante, casi único en la construcción social de la realidad. Por otro lado están los que definen que la construcción social de la realidad es realizada por los actores sociales con escasa o ninguna participación de los mass media.
Quiero participar en la polémica desde una perspectiva diferente a estas dos posiciones.
Comenzaré por analizar algunas expresiones que recogí en mi vida cotidiana, expresiones de periodistas, intelectuales y de gente “común”.
En un programa de radio, un periodista joven afirmó que no es posible hacer periodismo sin leer el diario Clarín que es el que define la agenda periodística.
En otro programa la escritora Beatriz Sarlo dijo que ella al levantarse entra en Internet y lee los principales diarios del país y del mundo, para poder luego formarse una opinión respecto a los sucesos cotidianos, agregando además que lo que ella hace no esta al alcance de todos.
En la polémica sobre los dichos de Axel Freyre, pude constatar cómo se desarrolló el furibundo debate entre Axel en soledad, atacado sin darle respiro, acosado (expresión del propio canal 13 solo que por elegancia usaron el término arrinconado) sin tregua impidiendo que formule una idea completa por los “periodistas” Eduardo Feinmann, Silvia Fernández Barrios y Luis Bremer.
En el primer hecho notamos que el grupo Clarín ha logrado imponer su marca, para gran parte del mundo del periodismo y de la política la agenda de debate es la que instala este grupo con falsedades, mentiras, deformaciones, ocultamientos, formuladas por los empleados del grupo bajo las órdenes absolutas del Capo di tutti Capi Magneto.
Se trata de un error muy peligroso que lleva a hacerse eco y difundir noticias que en no pocos casos son falsas, o que son solo una parte de lo que pasa, o manipuladas, o expresiones tergiversadas y por otro lado imponen el debate sobre ciertos temas ocultando otros como los actos delictivos por lo que está denunciado el Grupo clarín o sus principales directivos, Magneto, Aranda, etc., como el caso de las plantaciones arroceras en la Mesopotamia, la manipulación dolosa de la compra y venta de acciones del grupo a las AFJP controladas por ellos, la exacción dolosa y terrorista de Papel Prensa, la presentación ilegal para la adecuación del grupo a la ley de medios, etc.
Por otra parte amparado por la impunidad que les da la acción democratizadora de la ley 24198 que anuló la figura de desacato los medios del grupo publican falsas informaciones, en general destinadas a desacreditar al gobierno actual, que en mucho casos tienen un marcado carácter cercano a la injuria.
En una sociedad realmente democrática ningún medio debe marcar la agenda periodística o política, sobre todo los medios concentrados, y tal vez ese debería ser uno de los efectos beneficiosos de la ley de medios, que no existan actores preponderantes en el universo de medios.
Uno podría pensar que esta actitud de los medios hegemónicos es única en nuestro país, y estaría en un error. Así como el capitalismo ha desarrollado las tecnologías para espiar a todos los ciudadanos del mundo (si Merkel se salva de que se intervengan sus correos o teléfonos) con lo que logra un mayor control de la sociedad pudiendo detectar a todos los que tienen ideas opuestas al sistema y realizar su seguimiento, también ha desarrollado a nivel supranacional una internacional de medios, básicamente voceros de los grupos más concentrados del capital, que responden a los intereses planificados por el neoliberalismo económico.
Esta internacional mass mediática, liderada por la CNN y el grupo Prisa, está estructurada en América Latina en torno a la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) y a ella adhieren corporaciones multimediáticas como O Globo en Brasil, RCTV (Radio Caracas Televisión, Venevisión y Televen en Venezuela, Teleamazonas en Ecuador, los grupos Clarín, La Nación y Editorial Perfil en Argentina, etc.
El “modus operandi” de estos grupos mediáticos es muy similar en los diferentes países latinoamericanos, difunden noticias abiertamente falsas, o solo una parte de los hechos, o tergiversan declaraciones sacándolas de contexto, manipulan encuestas, ignoran las opiniones de los políticos oficialistas, o tapan las opiniones de los ciudadanos cuando no son funcionales a sus intereses, etc.
Las recientes elecciones de Brasil son un ejemplo concreto, primero IBOPE Brasil afirmó que la candidata opositora Marina Silva sacaba más votos que Dilma Rouseff en primera vuelta y que le ganaba en segunda vuelta, Marina salió tercera cómoda, entonces inventaron el fenómeno del candidato de derecha Aecio Neves, se llegó a decir inmediatamente después de las elecciones que tenía una ventaja de alrededor del 15% sobre Dilma, con el correr de los días se la fue morigerando hasta que al final reconocieron que Dilma ganaba. Dilma sacó el 52% de los votos contra el 48 de Neves. En un intento desesperado por limar el caudal electoral del P.T. (Partido de los Trabajadores) la revista Veja, perteneciente a los multimedios opositores adelantó la salida de su número para denunciar un acto de corrupción en Petrobras demostrando su militancia contra el P.T.
En Argentina son frecuentes la emisión de noticias falsas, las presiones sobre la justicia para que actúe contra el gobierno. Se ha llegado a un punto tal que se ignoran los avances tecnológicos de nuestro país como por ejemplo la puesta en órbita geoestacionaria de un satélite propio para desconocer logros del gobierno o denostar próceres porque son admirados por la presidenta como por ejemplo el N° 1471 del 4 de octubre de la revista Noticias (Editorial Perfil) donde en su portada dice “Manuel Belgrano. El héroe que no fue. Era incompetente, fantasioso, egocéntrico y sin sentido común. El historiador argentino más prestigioso del mundo, Tulio Halperin Donghi, redescubre al prócer favorito de CFK”. En realidad Halperin Donghi desmiente a la revista en el interior de sus páginas ya que de ningún modo él dice lo que se afirma en la portada, pero el impacto en la portada es lo sustancial para esta mediocre publicación.
Por lo tanto seguir la agenda marcada por el grupo Clarín es seguir la ruta de la mentira y de la infamia.
Sarlo realiza una afirmación muy interesante, solo los llamados intelectuales que viven de procesar la información y divulgarla digerida pueden tener el tiempo necesario para acceder a la multiplicidad de medios nacionales e internacionales, analizar, comparar y sacar conclusiones. Tal vez los empresarios tengan la disponibilidad de acceder a resúmenes realizados por asesores rentados y los políticos deban contar con esa lectura extensa de la información.
Los ciudadanos comunes, los trabajadores que resignan una gran parte importante de su jornada en la lucha diaria por conseguir su sustento y el de su familia, solo acceden a lo sumo a un diario y alguna revista, no pueden realizar esa lectura extensa por lo que se les dificulta contraponer las informaciones.
El vínculo con la información de estos sectores se realiza por lo general a través de la televisión y si la misma está monopolizada, resulta más fácil imponer la mentira, la injuria, el pensamiento único de parte de los medios concentrados opositores a los gobiernos populares. Además su tarea se ve facilitada por un ejército de intelectuales, periodistas, políticos opositores que ayudan a difundir las falsedades. Los políticos e intelectuales lo hacen para mendigar unos minutos de presencia ante las cámaras porque reconocen el valor de la pantalla chica y su penetración en los hogares populares. Los periodistas lo hacen solo por el servilismo de recibir un sueldo.
Finalmente el último ejemplo, el de Axel vs Eduardo/Silvia/Luis y la complicidad de Mirta.
Los puntos fundamentales de crítica al kischnerismo ha sido el autoritarismo (tener un discurso único), el generar enemigos ficticios, hacer terrorismo verbal para asustar a la gente, perseguir a los opositores, tratar de someter a la “prensa independiente”, etc.
Todas estas impugnaciones al kischnerismo, ocultan la incapacidad de la oposición de poder vertebrar una propuesta de gobierno coherente y creíble, al punto tal, que uno de los comunicadores estrellas vasallo del grupo Clarín, Jorge Lanata, llegó a decir que “los opositores no valen un cuarto de un tarro de mierda” y una política estrella de la oposición, Elisa Carrió que sus compañeros del FAU-UNEN eran unos imbéciles.
En realidad, cuando la prensa y los políticos opositores hablan de autoritarismo, de no soportar las diferencias, de bregar por un discurso único, de violencia verbal contra los que piensan distinto, realizan lo que en Psicología se denomina proyección, ya que son ellos los que más frecuentemente utilizan esa violencia verbal insultando a oficialistas y a la propia presidenta, buscando un discurso único, tratando de enemigos a los que no piensan como ellos, etc., solo que los medios divulgan esto como propio del oficialismo.
Por eso traigo el ejemplo de Axel Freire y Aníbal Pachano y el almuerzo en lo de la abuelita Mirta, tan conservadora como reaccionaria, pero que a sus 87 años sigue militando en la causa del conservadurismo recalcitrante, como lo hizo junto a tantos periodistas “independientes” durante la dictadura asesina y genocida y hoy empleados por los grupos mediáticos hegemónicos.
Es cierto que los dichos de Axel no fueron muy felices, y menos aun políticamente correctos, pero si se los puede considerar violentos, porque no criticar como violentos los dichos de Pachano que dijo que Freire era un idiota, una rata inmunda, un animal rastrero, o los de Feinmann que dijo que era un sorete, un hijo de puta, etc.
Los periodistas de las corporaciones mediáticas opositoras se apuraron a denunciar a Freire, por lo que definieron como violencia verbal, pero nada dijeron de la tremenda violencia de Pachano-Feinmann hacia Freire que fueron mucho más agresivos, injuriantes y asquerosos que lo que pudo decir Axel, que por lo demás pidió perdón, cosa que ni Pachano, ni Feinmann tuvieron la dignidad ni el valor de hacer.
El almuerzo de Mirta fue un ejemplo perfecto de acoso moral sobre una persona, allí se vio a un grupo acosador integrado por Feinmann, Fernández Barrios y Bremer acorralar (arrinconar en el lenguaje elíptico de la página del canal) a Axel, no lo dejaron hablar, no le permitieron hilvanar una idea, los tres saltaban como animales furiosos sobre a Axel cada vez que intentaba contestar, todo ello con la complicidad, cuando no con la participación activa de la abuelita conservadora que se deleitaba viendo como sus secuaces aniquilaban a golpes a Axel.
Esto sí que fue agresión verbal y más aun viniendo de personas que como Silvia Fernández Barrios y Eduardo Feinmann no tienen estatura moral para juzgar a nadie, ni siquiera al motochorro mediático porque son peores que él.
En definitiva, no podemos decir que la realidad sea una construcción solo de los mass media, pero podemos decir que ellos tienen las herramientas para influir sobre los ciudadanos de manera importante, sobre todo en aquellos ciudadanos que, como dijimos, se encuentran dificultados para disponer del tiempo necesario para reflexionar y analizar lo que estos medios difunden y más aún, contrastarlo con otros medios que opinan diferente.
Por suerte las redes sociales se están convirtiendo en un fuerte competidor de estos gánster de la comunicación, de estas mafias mediáticas, y los ciudadanos tienen nuevos medios para poder pensar y no comerse las mentiras de los grupos concentrados
Aun a pesar de los medios de comunicación de masas brasileros Dilma ganó en Brasil, Tabaré en Uruguay, Correa en Ecuador, Bachelet en Chile, Evo en Bolivia, Nicolás Maduro en Venezuela, Ollanta Humala en Perú, y América Latina continúa resistiendo a la derecha asesina y reaccionaria que apoyada en golpes de estados cívicos militares asesinó a miles de obreros, estudiantes, trabajadores sociales, intelectuales, etc. para imponer sus planes de hambre y miseria dictados por el consenso de Washington, el Fondo Monetario Internacional, el capital financiero internacional y las multinacionales burguesas.
Hasta la próxima.