Hoy se votó en la Provincia de santa Fe y estrenamos un nuevo sistema electoral, mucho más antidemocrático que los anteriores.
¿Porque antidemocrático?, en otros escritos de este blog nos referimos al carácter representativo, no democrático, del sistema político argentino, fundamentando nuestra opinión en que los ciudadanos votamos a personas que se convierten en nuestros representantes, con el poder de decidir lo que les plazca sin consultarnos.
Peor aún, ni siquiera votan según su conciencia, sino lo que les indica los dirigentes partidarios.
Los representantes que elegimos deben tener una disciplina de bloque y votar según resuelve el bloque, que en la mayoría de las oportunidades significa votar lo que deciden unas pocas personas que son las que dirigen el partido y el bloque.
Es así que no pocas veces nos encontramos que aquellos representantes que hemos votado, toman decisiones que van lisa y llanamente contra nuestros intereses, es decir contra lo intereses de la mayoría de sus votantes, por no decir todos.
En este sistema representativo, tal como dice la constitución, el pueblo no delibera ni gobierna, sino a través de sus representantes. En buen romance el pueblo no delibera ni gobierna.
En el sistema anterior, cuando sufragábamos, lo hacíamos con una boleta en la que figuraban los nombres de las personas por las que votábamos (tanto titulares como suplentes), no importaba que no las conociéramos porque algunos vivían a cientos de km de nuestro lugar de residencia, pero por lo menos sabíamos sus nombres. En la famosa boleta sábana con la que elegíamos nuestros “representantes” figuraban los nombres de todas las personas que eran objeto de nuestra “preferencia”.
El gobierno “socialista” ha realizado, luego de casi cuatro años de gobierno, y supongo, de concienzudos estudios, una reforma política de envergadura, reemplazado la famosa lista sábana, por lo que podríamos llamar un sabanón.
Cuando entre a votar me dieron 5 de estos sabanones, uno por cada cargo (Gobernador, Diputados, Senadores, Intendente y Concejales) en el que figuraban todos los partidos que se presentaban.
Lo más interesante de este instrumento electoral es que por cada partido y cargo no figuraban los nombres de las personas que participaban de la propuesta electoral (mis “representantes”), sino solo el nombre y apellido de la persona que encabezaba la lista, o sea, no sé por quién voté, solo conozco el nombre y apellido de una persona, el que encabeza la lista (y un detalle participativo, su foto), y el nombre y logo del grupo que lo patrocinaba (pero tan chiquito que no se podía leer si no se tiene buena vista, o sea lo más viejos ni eso pudimos saber).
Esto es el colmo de la representación, no saber por quién voto para que sea mi representante. No sería más práctico que en lugar de seguir tomándonos el pelo a los ciudadanos, la burocracia política lisa y llanamente nombraran los “representante” nuestros sin recurrir a las urnas, que por cierto en el colmo de la imprevisión, hicieron urnas tan chicas que no cabían los votos y las autoridades de mesa en muchos casos debieron abrirlas y compactar los votos, o sea que ni siquiera está la transparencia de que las urnas estuvieron cerradas durante todo el acto electoral.
Tampoco hablemos del recuento de los votos, sería interesante como van a hacerlo ya que en cada sabanón se ponía una cruz, con una fina lapicera (fina por el trazo, no por la calidad) que proveía la mesa.
En nuestra provincia se ha profundizado la falta de participación ciudadana, crece la insalvable brecha entre la burocracia política que toma decisiones en forma autónoma y sin siquiera considerar o hacer conocer sus decisiones a sus representados.
Es que, como toda burocracia, no le interesa lo que piensan los ciudadanos, actúan en función del interés de sus corporaciones (partido político, empresas con las que tienen lazos, etc.).
Estimado lector, como puede el votante quejarse de lo que se vota en los órganos de gobiernos, sino sabe lo que hacen sus integrantes, si no sabe quiénes son los que lo representan.
Hay, dentro del sistema representativo de gobierno, mecanismos de participación y de consulta, como lo son el plebiscito, el referéndum, la remoción del funcionario cuand con un petitorio se vota y gana la mayoría, etc.
¿En más de 26 años de “democracia” representativa alguna vez se usó alguno de estos mecanismos, alguna vez algún diputado o senador, o intendente o gobernador consultó con los ciudadanos sus medidas de gobierno?, por supuesto que no.
Y no vale decir que lo que afirmo no es cierto porque en Rosario hay ese mecanismo que llaman “presupuesto participativo”, o que se hizo una “descentralización” municipal, porque son simulacros e participación.
En las asambleas de presupuesto participativo (lo sé porque fui a alguna de ellas) lo que se vota está decidido de antemano y se saca de cualquier manera con la participación hegemónica de los miembros del partido (que por lo general son funcionarios de gobierno).
La descentralización de Rosario es una descentralización administrativa, no política. En los distritos no existe participación ciudadana, solamente es una manera de abrir bocas de atención para cobrar impuestos y servicios, pero no hay una forma democrática de participación de los diferentes actores sociales para que decidan sobre los temas que conciernen al distrito.
En el mundo existe muchas formas de democracia representativa, que aunque no es auténtica democracia, permite mayor participación, privilegiando la autonomía del ciudadano en la toma de decisiones. Algunas están más próximas a la real gestión de los actores sociales, la que se inauguró en Santa Fe es la más alejada de una democracia autónoma.
El mecanismo de gobierno es el siguiente, el poder reside en los partidos, una mediatización más al ejercicio del poder de parte de la ciudadanía. Los partidos para colectar votos recurren a un ejército de colaboradores, esas personas que en la calle intentan ganar su voluntad, aunque no lo que no lo hacen por convicción sino siguiendo las órdenes de algún puntero. A la hora de ganar la gobernación o la intendencia el que tiene el ejecutivo (como se dice vulgarmente, la chequera) “retribuye” el esfuerzo realizado con algún carguito (una chapa como se dice en la jerga política) que será de mayor o menor importancia de acuerdo a los votos recolectados o la jerarquía en la estructura partidaria. Es así que los diferentes cargos son ocupados generalmente por personas que no tienen los conocimientos, aptitudes, actitudes, etc., necesarios para gestionar y toman decisiones apoyados en el levanta manos de los miembros de los cuerpos colegiados que obedecen las órdenes del ejecutivo. El legislativo (cámara de diputados o senadores o consejo deliberante) solo adquiere autonomía frente al ejecutivo, cuando la mayoría la tiene la oposición o el bloque opositor (como ocurrió en las cámaras de diputados y senadores luego de las elecciones de 2009 donde el llamado grupo “A” conformó una mayoría circunstancial y repartió cargos entre ellos (que por cierto fue lo único que logró esa mayoría).
Como no quiero ser solo crítico a nuestros “representantes” les acerco una idea (que por lo demás no es original mía, sino copia de Inglaterra) a ver si los motiva a pensar en una democratización real del sistema político.
Dividan la ciudad de Rosario en circunscripciones, digamos 25 (por decir un número), que cada una de esas circunscripciones decidan que deben hacer dentro de sus límites (que calles pavimentar, que cloacas hacer, que veredas reparar, etc.) dejando los problemas comunes a toda la ciudad a un consejo deliberante integrado por representantes de cada circunscripción, los que serán elegidos por voto uninominal es decir una circunscripción un candidato por partido.
Cuál sería la ventaja, que si ese representante toma medidas en contra de los intereses de la zona, los vecinos podrán ir a golpearle la puerta de su casa porque como condición para ser electo debe residir en forma permanente en la zona, para que no pase como algún político que viene a Santa Fe cada cuatro años para postularse a gobernador.
Ideas sobran, lo que hace falta es confiar más en la participación plena del ciudadano y dejar de hacer de la política un negocio para pocos o una oficina de empleo para que esos pocos hagan negocio.
Hasta la próxima
P.D.: Un tema importante que ningún medio de prensa analizó, En votos a gobernador se anularon 97.984 votos, se impugnaron 913 y se recurrieron 1.861, en blanco 72.400 es decir 173.176 votos no válidos (9,81%) , para diputados se anularon 163.749 votos, se impugnaron 1.212, se recurrieron 2.214, en blanco 217.684 o sea 384.859 votos no válidos (21,82%). Este caudal de botos negativos tiene diversas explicaciones pero lo cierto es que el sistema no funcioná ta bien como quieren hacer ver los medios de comunicación o lo que es peor el 31,63% de los votantes rechazaron a todas las ofertas políticas, es para pensarlo.
P.D.: Un tema importante que ningún medio de prensa analizó, En votos a gobernador se anularon 97.984 votos, se impugnaron 913 y se recurrieron 1.861, en blanco 72.400 es decir 173.176 votos no válidos (9,81%) , para diputados se anularon 163.749 votos, se impugnaron 1.212, se recurrieron 2.214, en blanco 217.684 o sea 384.859 votos no válidos (21,82%). Este caudal de botos negativos tiene diversas explicaciones pero lo cierto es que el sistema no funcioná ta bien como quieren hacer ver los medios de comunicación o lo que es peor el 31,63% de los votantes rechazaron a todas las ofertas políticas, es para pensarlo.